28 mayo 2023

Los árboles de la libertad (2)

STEFANO MANCUSO
Los árboles de la libertad, de "La planta del mundo", pág. 36

En este nuevo libro, La planta del mundo, Stefano Mancuso nos cuenta maravillosas historias con los árboles como protagonistas. La Tierra es un mundo verde, es el planeta de las plantas. Y sus aventuras están inevitablemente ligadas a las nuestras. Y así nació este libro, espigando aquí y allá historias de plantas que, entrelazándose con el devenir humano se unen las unas a las otras para formar el gran relato de la vida en la Tierra: el papel de los árboles en la Revolución francesa o en el estudio del Sol; por qué cooperan los árboles de un bosque en vez de competir; la relación de los árboles con la música; cuál es el árbol de la sabiduría; cómo la madera de los árboles permitió resolver algunos de los crímenes más famosos; las primeras plantas que viajaron al espacio… Las plantas conforman una nervadura, un mapa (una 'planta') sobre el cual se construye el mundo en que vivimos. No ver esta planta -o peor, desdeñarla- por creernos por encima de la naturaleza constituye uno de los principales peligros para la supervivencia de nuestra especie.

(...) En latín, el chopo se llama populus, "pueblo". El autor de este grabado quería recalcar el valor simbólico del árbol. Dicho de otra forma, la planta del mundo es la planta de los pueblos que han abrazado el espíritu de la Rebolución.
     Ese día terminamos de cotejar la lista de los árboles de la libertad y, con la ayuda del mapa, pudimos añadir muchos otros. Según nuestro catálogo, solo en París debieron de plantarse cientos, tal vez miles de árboles de la libertad. Se distribuyeron de tal modo que siempre hubiera alguno cerca. Cada plazuela, glorieta, patio o pasaje lo suficientemente amplio albergaba uno. Incluso los barrios periféricos de París debían de estar trufados de árboles. En 1792, se plantó un número enorme de ellos por toda Francia. Escribe el abate Grégoire: «En todos los pueblos encontramos árboles magníficos que, alzando su cabeza majestuosa, desafían a los tiranos: el número de dichos árboles asciende a más de sesenta mil, pues hasta la villa más humilde tiene uno que la embellezca, y en muchas de las grandes localidades de los departamentos del Mediodía los hay en cada calle y aun delante de la mayoría de las casas».
     De todos los árboles de la fraternidad que durante una época unieron los distintos lugares de la Revolución mediante una red invisible, no han sobrevivido más que unos pocos repartidos por algunas localidades perdidas de Europa. En las grandes urbes como París, por ejemplo, ya no queda ni uno. Al ser un símbolo tan visible, se convirtieron en blanco de represalias: los mutilaron, talaron, laceraron y les grabaron inscripciones monárquicas. El hecho de que la Convención incluso hubiera promulgado leyes sobre ellos los convertía en uno de los emblemas más visibles de un régimen que muchos detestaban. Ya en 1800 (año VIII de la Revolución) quedaban muy pocos. Los pocos que sobrevivieron fueron rebautizados como «árboles de Napoleón» durante el Consulado y el Imperio, y, finalmente, retirados en la Restauración.
      En 1848 y durante la breve experiencia de la Comuna de 1871, volvieron a plantarse algunos árboles de la libertad, pero cada vez que cambiaba el régimen político, los árboles eran los que pagaban el pato: son fáciles de cortar, producen un gran estruendo al caer y no oponen demasiada resistencia. Por eso son tan pocos los que sobreviven de aquella época en que los árboles unían a los pueblos; además, no están censados y suelen encontrarse en aldeas recónditas de Francia e Italia. En Calabria, por ejemplo, encontramos alguno que escapó a la Restauración borbónica e incluso al urbanismo salvaje. En cualquier caso, están desapareciendo y pronto no quedará ninguno. Convendría protegerlos y contar su historia, antes de que el único árbol de la libertad que podamos contemplar sea el que aparece en las monedas francesas de dos euros. (...)

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25 mayo 2023

Árboles de la LIbertad (1), Don Elías nos lo narraba así...

JOSÉ ELÍAS BONELLS
El árbol de la libertad y su simbolismo




Castaño.-Marronnier.-st Christophe a Berry Francia Platano.-St.Guilhem Le Désert.-Place de la Liberté.-Francia

     En una gran cantidad de pueblos de Francia, en la época de la Revolución, se plantaron árboles para recordar, así como monumentos conmemorativos, el advenimiento de nuevas libertades. Esto se llama en el lenguaje de la época , los árboles de la libertad.
     El árbol de la libertad ha sido un símbolo de libertad desde el período de la Revolución Francesa. También simboliza como un árbol de vida, continuidad, crecimiento, fuerza y poder.

Moneda de 1999 en las monedas francesas de 2 euros
     El primero que, en Francia, plantó un árbol de la libertad varios años antes de la Revolución, fue el Conde Camille d’Albon en 1782 en los jardines de su casa en Franconville, en homenaje a William Tell.
     La plantación de los árboles de la libertad se hizo con grandes honores, siempre acompañada de ceremonias y alegrías populares a las que participaron, en el mismo entusiasmo patriótico, todas las autoridades, magistrados, administradores e incluso el clero, los sacerdotes. , obispos constitucionales e incluso generales ,no faltándole solemnidad.
Los árboles de la libertad fueron considerados monumentos públicos. Mantenido por los habitantes con cuidado religioso, la más mínima mutilación habría sido considerada una profanación. Las inscripciones en verso y prosa, versos, estrofas patrióticas dan testimonio de la veneración de la gente local por estos emblemas revolucionarios.


     El regreso de la República en 1870 fue una oportunidad para plantar nuevos árboles. Sin embargo, el contexto (la guerra franco-prusiana de 1870, luego la comuna de París y, finalmente, la república conservadora) no se prestaba a ello. Las plantaciones son más frecuentes en 1889 (centenario de la toma de la Bastilla), luego en 1892 (centenario de la Primera República Francesa). Otros árboles fueron plantados en 1919-1920, para celebrar la victoria de la ley y la liberación de Alsacia y el Mosela, y otros en 1944-1945, con motivo de la Liberación. Otros aniversarios (1939, 1948, 1989) son otras ocasiones. También sucede que replantamos un árbol nuevo cuando restauramos el viejo muerto.

     El roble, árbol de la libertad por excelencia, simboliza en la cultura europea la durabilidad, la virilidad, el poder, la estabilidad y la unidad.

Víctor Hugo: Discurso durante la plantación de un árbol de la libertad en la Place des Vosges, 2 de marzo de 1848
"¡Es un símbolo hermoso y verdadero de libertad un árbol! La libertad tiene sus raíces en el corazón de la gente, como el árbol en el corazón de la tierra; como el árbol, levanta y extiende sus ramas en el cielo; como el árbol, crece sin cesar y cubre a las generaciones con su sombra. El primer árbol de la libertad fue plantado hace mil ochocientos años por Dios mismo en el Gólgota. El primer árbol de la libertad es la cruz en la que Jesucristo se ofreció como sacrificio por la libertad, la igualdad y la fraternidad de la raza humana."
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22 mayo 2023

ARMAND PAZ RICO, facebook marzo-2023
La maderada de Cofrentes
 

La “Maderada” era la conducción de troncos desde la zona de tala por el agua de los ríos a los lugares donde se requería la madera. En Cofrentes está documentada desde el siglo XII. Se mantuvo hasta la primera mitad del siglo XX. Desapareció, por el abaratamiento del trasporte por carretera y la construcción de los embalses.
     Este oficio, el de ganchero, como se llama aquí, fue la principal actividad de la localidad. Junto con los de Chelva, en el Túria, y Antella aguas abajo, en el Júcar, eran los más valorados, llamados para trabajar también en ríos de Aragón o Navarra.
     Los ríos Júcar, Cabriel, Tajo o el Turia, son suficientemente caudalosos para permitir la flotación, pero no la navegación libre, de manera que, a diferencia del Ebro, no se conducían las maderas en rais, navatas o almadías, sino los troncos sueltos se dirigían, saltando peligrosamente sobre ellos, organizados en cuadrilla. El «maestro de río», reunía esa cuadrilla que subía a pie hasta las cabeceras para aprovechar el deshielo de marzo. Después de varias semanas, casi dos meses, cuando llegaban a Cofrentes, las familias bajaban al río, en un día festivo y de descanso. Después seguían ellos y la madera su camino hasta Cullera donde se embarcaba hacia València, que era el mayor consumidor en España de madera por su numeroso y potente gremio de carpinteros. Las Fallas p.e. eran su fiesta, y san José su patrón (no lo es de la Ciudad).
     Por el Túria bajaba directamente la madera desde Albarracín y Ademuz (las rampas de subida aún existen en el jardín del Turia) pero el insuficiente caudal se completaba con la que se bajaba de Cuenca por el río Cabriel, todo él mucho más forestado que el Júcar con el que confluye en Cofrentes (cofluentes’)
     Desde hace más de 15 años se celebra en su recuerdo una fiesta el primer fin de semana de mayo. En diciembre de 2022, la UNESCO reconoció al transporte fluvial de la madera como Bien Inmaterial de la Humanidad. La candidatura fue conjunta de varios países europeos, en la de España, Cofrentes junto con Antella, formó parte de la misma.
Fotos de "Levante"
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19 mayo 2023

Takahashi en Fukushima, el cronista de Japón (101)

TAKAHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El Cerezo-Cascada de Miharu-machi (prefectura de Fukushima)

El 80 % de los cerezos sakura que engalanan Japón pertenecen a la especie someiyoshino, que fue creada mediante cruces en épocas históricas recientes. Pero una búsqueda más detenida por el país nos deparará la sorpresa de encontrar enormes cerezos de gran fama que han estado ahí a lo largo de siglos y siglos. La belleza que alcanzan estos ejemplares cuando sus copas se cubren de flores escapa a cualquier posible descripción. 

Los japoneses y los cerezos sakura
     Antiguamente, los japoneses se valían de la floración de las plantas y de la llegada de las aves migratorias para juzgar en qué momento del ciclo estacional se encontraban y establecer un plan para las labores agrícolas. A estos fines, el cerezo sakura funcionaba como un calendario natural muy eficaz, pues les informaba con gran precisión sobre las pequeñas variaciones de temperatura que se daban cada año. El momento de la floración del sakura, cuyas flores preceden a las hojas, era el criterio más adecuado para juzgar cuándo plantar el arroz.
     Esto explica que a lo largo y ancho del país encontremos ejemplares de sakura que son llamados cariñosamente por los lugareños “el cerezo del sembrado” o “el cerezo del trasplante (de los plantones de arroz del vivero al campo)”. Incluso ahora, cuando su función como especie indicadora está llegando a su fin, el sakura sigue siendo objeto de un trato esmerado y respetuoso, lo cual tampoco es de extrañar si pensamos que desde tiempos antiguos esta especie se ha considerado morada de dioses. La costumbre de comer y beber a la sombra de los cerezos en flor tiene su origen en las ofrendas de alimentos y sake que se hacían a los dioses cuando, según se creía, estos descendían de las montañas a las zonas habitadas por los humanos, un rito cuya finalidad era rogar por una buena cosecha.
     El sakura, además, ha estado tradicionalmente vinculado a los muertos. Esos sakura que florecen exuberantes en los cementerios de cualquier región del país fueron plantados, en su día, para marcar la existencia de una tumba. Los sakura de mayores proporciones, muchos de ellos centenarios, tienen en muchos casos numerosas tumbas a su alrededor. Por lo visto, en todas las épocas históricas ha habido personas que deseaban dormir el sueño eterno a la sombra de uno de estos árboles.
     Esta vez vamos a dejarnos guiar por los sakura gigantes en plena floración para asomarnos a ese misterioso mundo de insondable profundidad.

Especie: Shidarezakura (Cerasus spachiana f. Spachiana), familia de las rosáceas, género Cerasus
Dirección: Aza-Sakurakubo 296, Ōaza-Taki, Miharu-machi, Tamura-gun, Fukushima-ken 963-7714 Perímetro del tronco: 7,9 m.
Altura: 19 m.      Edad: 1.000 años      Designado Monumento Natural Nacional 
Tamaño ★★★★★   Vigor ★★★★    Porte ★★★★★    Calidad del ramaje ★★★★
Majestuosidad ★★★★★

     El municipio de Miharu-machi, en la zona central de la prefectura de Fukushima, es un vergel donde florecen al unísono ciruelos, melocotoneros y cerezos sakura. El significado de la palabra miharu es “tres primaveras” y, efectivamente, es como si tres primaveras ocurrieran simultáneamente. Y el mejor representante de esa belleza floral es el cerezo conocido como el Takizakura o Cerezo-Cascada. Este ejemplar se considera uno de los integrantes de la trinidad de grandes cerezos sakura de Japón, junto al Usuzumizakura de Gifu y al Jindaizakura de Yamanashi. Y entre los shidarezakura (Prunus pendula) del país, se jacta de ser el de mayor tamaño.
     Las ramas de esta especie de sakura describen una suave curva descendente en todas las direcciones, y sobre esa pendiente parecen deslizarse sus rosadas flores como si de una cascada se tratase. Su nombre está, pues, perfectamente justificado. Durante su periodo de floración, a mediados de abril, visitantes llegados de todo Japón se congregan a su alrededor, en número que algunos años supera los 200.000. Cuando la floración es plena, el árbol permanece iluminado por las noches, adquiriendo un aspecto fantástico que no puede verse durante el día.
     Sakurakubo, nombre de la zona donde se encuentra el árbol, significa “hondonada del cerezo”, reflejando muy bien la topografía del lugar, que tiene forma de un suave cono vuelto del revés. Esta ubicación le reporta protección frente a los fuertes vientos y un buen drenaje de agua. Y nada impide que el árbol reciba también una buena insolación. Tampoco hay que olvidar que su ubicación es la ideal debido a que, estando más bajo que el resto, le llegan fácilmente los nutrientes aportados por los campos de labranza de las cercanías. El Cerezo-Cascada está rodeado por un camino que lo circunda y permite disfrutar de su belleza desde todos los ángulos. Cuando uno penetra bajo sus ramas péndulas, aproximándose desde el acceso frontal, tiene la sensación de estar entrando realmente bajo una cascada.
     Si en 2002 un tifón causó daños en su ramaje, en 2005 fueron las copiosas nevadas las que se cebaron en él aunque, por suerte, no afectaron demasiado a su porte. Hoy en día sigue teniendo una figura de gran belleza y elegancia.
     En Miharu-machi hay muchos otros cerezos sakura, en total cerca de 10.000. Unos 2.000 son shidarezakura y de ellos se dice que son “descendientes” del Cerezo-Cascada. En 1990 el conjunto de los shidarezakura de Miharu-machi fue incluido en la selección de los 100 paisajes con cerezos sakura más bellos de Japón. Y siendo el conjunto de este municipio lo que fue objeto de tal reconocimiento, es una verdadera pena que muchos grupos de visitantes dejen Miharu-machi habiendo visto solo el Cerezo-Cascada.


Nº 101

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16 mayo 2023

TAMARÁN - Pasión por Gran Canaria
Palmera del Paquesito de la Villa de Ingenio

En el parque municipal Néstor Álamo, en el sector conocido popularmente como “Culo Pesao”, encontramos esta palmera singular, símbolo de Ingenio. 
     Aunque se le llegó a reconocer como la palmera más alta de Canarias con sus 33 metros, una algo más alta la destronaría, la palmita de Tenoya con 36 metros. Eso no le resta alcurnia a la Palmera de Paquesito, que se yergue orgullosa desafiando a la gravedad. 
     Los terrenos y la palma pertenecieron a Doña Mariquita Díaz del Pino quien ha dado testimonio sobre la tradición oral que afecta a la palmera. Hay quienes relacionan a dicha palmera con las brujas, de quienes dicen raptaban a los recién nacidos y los abandonaban en lo alto de su copa. 
     El nombre que toma la palmera, Paquesito, hace referencia a un jornalero del siglo XX que vivía en una chocita muy cerca de su base. D. Paquesito iba con su burro y unas pocas herramientas por el pueblo haciendo arreglos para ganarse la vida. El hijo de D. Paquesito, D. Andrés Afonso, que nació en Ingenio en 1913 cerca de esta palmera, recordaba que cuando era un niño existían dos palmeras gemelas, la actual y otra que se llevó el barranco cuando se produjo un temporal. Quien se encargaba de podar la palmera era D. Rafael Hernández quien la trepó muchas veces. Una vez arriba tenía por costumbre de sentarse en su cogolla y encender un cigarro.

DATOS GENERALES
Nombre local: Palmera de Paquesito
Nombre científico: Phoenix canariensis
Localización: Ingenio
Espacio protegido: No
Propiedad: Público
Visitable: SÍ
Características morfológicas: Diámetro base: 0,7 m - Diámetro 1,30: 0,7 m - Perímetro 1,30: 2,2 m
Altura: 33 m - Diámetro copa: 7 m
Edad estimada: > 250 años

PALMERA CANARIA
Phoenix canariensis es la única palmera, de las más de dos mil trescientas especies que existen, endémica de las Islas Canarias, donde se le considera símbolo vegetal. Es una especie protegida muy longeva, tanto que los ejemplares más altos llegan a superar los dos y quizás tres siglos de edad, de gran tamaño, algunas pasan los 30 metros de altura, y no presenta retoños. Su tronco es muy grueso.
     Es una de las especies propias de la zona de bosque termófilo. La palmera canaria, o palma, se distribuye ampliamente gracias a que es capaz de adaptarse a condiciones ambientales muy diferentes. Se encuentra en todas las islas, en poblaciones aisladas con mayor o menor número de ejemplares según la zona. Es más frecuente en La Gomera y Gran Canaria y escasa en El Hierro. En el resto del mundo se utiliza como árbol decorativo y también se encuentra de forma natural en varias zonas del Mediterráneo, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Argentina, Chile o Venezuela.

 
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