19 noviembre 2013

GIORGOS SEFERIS (Grecia, 1900-1971)
La hoja del álamo

Temblaba tanto que se la llevó el viento
temblaba tanto cómo no se la había de llevar el viento
allá lejos
un mar
allá lejos
una isla al sol
y las manos aferradas a los remos
muriendo a la vista del puerto
y los ojos cerrados en anémonas marinas.

Temblaba tanto y tanto
la he buscado tanto y tanto
en la acequia de los eucaliptos
en primavera y en otoño
en todos los bosques desnudos
cuánto la he buscado, Dios mío.

De "Poesía completa", Alianza Ed., Madrid 1986
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15 noviembre 2013

TASSILI  N'AJJER - Argelia
Cipreses del Sáhara (Cupressus dupreziana)
Coordenadas: N 25º 30' 0" - E 9º 0' 0"


     Esta región del sureste de Argelia es una joya para el mundo, famosa entre paleontólogos -mas de 15.000 muestras de arte rupestre- y botánicos -cipreses, mirtos endémicos...-. Fue incrita como Patrimonio de la Humanidad en 1982
     Es una meseta montañosa de arenisca cuyo punto más alto es Adrar Afao con 2.150 msnm. La capacidad de la arenisca para retener el agua, la altitud que reduce la evaporación y lo intrincado del lugar, nos dan la explicación de la existencia de estas reliquias botánicas.

La información de la Revista Foresta de José Luis Lisbona Gil  es excelente.
Las fotos y los vídeos de JJbenitez son muy ilustrativos
Ciprés del Botánico de Madrid, 2 m (oct. 2013)
      Este ciprés -tarout- endémico del Sahara fue descubierto para los científicos en 1884.
      Muchos de estos árboles tienen mas de 2.000 años. Se han contabilizado 233 en diversas agrupaciones y su conservación es crítica. Por esta causa se han plantado en diversas partes del mundo. El Botánico de Madrid cuenta con un ejemplar, está situado entre los ágaves, y la Universidad de Murcia tiene en bosquete con unos cuantos ejemplares, en su apartado de la flora del norte de África.

 
Descripción de Wikipedia
     Esta especie se diferencia respecto de la emparentada Cupressus sempervirens (ciprés del Mediterráneo) en su follaje más azulado, con una pequeña mancha de resina blanca en cada hoja; la más pequeña siempre aparece alisada en un único plano. Posee también pequeños conos, de entre 1.5-2.5 cm. El ciprés de Marruecos (Cupressus atlantica) es muy similar, siendo considerado por varios especialistas como una variedad de Cupressus dupreziana.
      Probablemente, como resultado de su aislamiento y su baja población, el ciprés del Sáhara ha desarrollado un sistema reproductivo único de apomixis masculina, mediante el cual las semillas adquieren completamente el contenido genético del polen, que es capaz de producir por él mismo un embrión, utilizando las semillas de otra especie como medio de difusión. No existe aporte genético de las plantas hembra, que sólo suministran el sustento nutricional (Pichot et alii, 2000). Los retoños son por tanto réplicas exactas del árbol progenitor. El ciprés de Marruecos no comparte esta peculiar característica.

     El ciprés del Sáhara es ocasionalmente cultivado en el sur y el oeste de Europa, en parte con fines de conservación de la especie ex situ, y también como árbol ornamental.



Foto: JJbenitez






Foto: Jose Luis Lisbona Gil

     Las pinturas fueron descubiertas para occidente en 1934 por el teniente francés Brenans. Las descubrió mientras inspeccionaba los oasis del lugar. Sorprendentemente ante él aparecieron aquel fantástico conjunto de cientos de figuras humanas y representaciones de hipopótamos, elefantes, cocodrilos... 
     Su hallazgo se lo comunicaron al antropólogo Henri Lothe quien les dedicó dos décadas de trabajo. Una larga aventura para este científico francés, que viajó al lugar en diferente ocasiones clasificando una a una, con esmero y detalle, todas aquellas pinturas y gravados.
Henri Lhote
Información: Fotos de Google, de Jose Luis Lisbona Gil y JJbenitez


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11 noviembre 2013

JULES RENARD (Francia, 1864-1910)
Una familia de árboles

     Los encuentro después de haber atravesado una llanura chamuscada por el sol.
     No habitan al borde de la ruta, por el ruido. Habitan en los incultos campos, junto a una fuente conocida por las aves.
     De lejos parecen impenetrables. Apenas me acerco aflojan sus troncos. Me acogen con prudencia. Puedo reposar, refrescarme, pero adivino que me observan y desconfían.
     Viven en familia, los mayores en medio y los pequeños, aquellos cuyas hojas son recién nacidas, por todos lados sin apartarse nunca.
     Tardan en morir, y conservan sus muertos en pie, hasta que caen el polvareda.
     Se acarician con sus largas ramas para asegurarse de que están todos allí, como los ciegos. Gesticulan de cólera si el viento se sofoca por desarraigarlos. Pero ninguna disputa entre ellos. Sólo de acuerdo murmuran.
    Siento que deben ser una familia verdadera. Olvidaré pronto a la otra. Estos árboles me adoptarán poco a poco, y para merecerlo aprendo lo que es preciso saber:
     Sé mirar las nubes que pasan.
     Sé quedarme en el mismo sitio.
     Y sé casi callarme.


"Sábado", revista semanal, Medellín, 18 de junio de 1921

Une famille d'arbres 

C’est après avoir traversé une plaine brûlée de soleil que je les rencontre.
Ils ne demeurent pas au bord de la route, à cause du bruit. Ils habitent les champs incultes, sur une source connue des oiseaux seuls.
      De loin, ils semblent impénétrables. Dès que j’approche, leurs troncs se desserrent. Ils m’accueillent avec prudence. Je peux me reposer, me rafraîchir, mais je devine qu’ils m’observent et se défient.
       Ils vivent en famille, les plus âgés au milieu et les petits, ceux dont les premières feuilles viennent de naître, un peu partout, sans jamais s’écarter.
Ils mettent longtemps à mourir, et ils gardent les morts debout jusqu’à la chute en poussière.
Ils se flattent de leurs longues branches, pour s’assurer qu’ils sont tous là, comme les aveugles. Ils gesticulent de colère si le vent s’essouffle à les déraciner. Mais entre eux aucune dispute. Ils ne murmurent que d’accord.
       Je sens qu’ils doivent être ma vraie famille. J’oublierai vite l’autre. Ces arbres m’adopteront peu à peu, et pour le mériter j’apprends ce qu’il faut savoir :
      Je sais déjà regarder les nuages qui passent.
      Et je sais presque me taire.
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