1/15/2010

JOAN MARIA GUASCH (Barcelona, 1878-1961)
Cirerer florit

(Un lector anónimo completa esta poesía de Joan Maria Guasch del día 3 de nov de 2009, gracias)
 www.canpam.wordpress.com/



Cirerer petit,
 Cirerer florit que fas arracades
Diga’m: 
Quina mà te les ve a cercar quan les tens granades?

Diga’m sense por qui et cull la dolçor d’aquesta florida?
 El què ara és tant blanc
després serà sang que allarga la vida.

Potser els escolans
 se n’omplen les mans
botant d’alegria.
 O algún pinçà vell

se’n guarda per ell 
un gra cada dia.

Cirerer petit,
 cirerer florit
que fas arracades
 Diga’m: quina mà

te les ve a cercar 
quan les tens granades?
 (Resposta del cirerer de claustre)

Sóc dins d’una presó
 però m’agrada tanta reixa

Visc del cant del brollador
 i escoltant-lo em sento crèixer.

Quan arriba el mes d’abril 
ni les oques són tant blanques

Sóc un cirerer tranquil 
sense frissament de branques

Floreixo en la soletat
 d’aquest jardí plé de molsa
Mai ningú m’ha trontollat
 per collir ma fruita dolça.

Ella em cau sense dolor, 
com qui perd les arracades
Però al bon temps torna l’amor 
i em diu: “té, les he trobades”

Cirerer petit, 
Cirerer florit

que fas arracades
 Diga’m:

Quina mà te les ve a cercar quan les tens granades?

-----

1/11/2010

LAURA BOBROW
Very tall trees

One day I stood under a very tall tree.
The leaves were so high I could hardly see them, and I'm certain the
leaves couldn't see me.
"Well," I thought, "I'd like to be higher."
So I went and got the wheelbarrow, a rickety old box,
and a rubber tire.
It took a lot if thinking to get them arranged just right,
And they almost reached to the very first branch ... but not quite.
So then I got a telephone book, the watering can and a chair.
And when they were all together, I said to myself, "There."
I said to myself, with one foot in the barrow,
"I'll just climb up this tree and go visit a sparrow."
There's no trick to balancing on a rickety old box
If you know how to rick when the rickety box rocks.
If Mother could see me, I thought, on this tire,
"Why, where in the world are you going?" she'd inquire.
And I practiced my very most I-Don't-Care look
As I stood on one hand on the telephone book.
But then, when I got to the watering can,
It wasn't as easy as when I began.
I had one foot on the handle, and one on the spout,
And I wasn't afraid. I was looking about.
I waved to the birds. I breathed some air,
And I could have made it up on to the chair,
When along came the breeze,
Which tickled my knees,
And I started to sneeze,
And kerplunk! I fell down as nice as you please.

Which is what is the matter with very tall trees.

-----

1/07/2010

RICARDO CODORNÍU Y STÁRICO (Cartagena, 1846-1923) "el apóstol del árbol" 
El árbol en la playa

A Rosario H-N. y C.
Tamarix en Roquetas de Mar, Almería

     Un poeta paseaba cerca de la orilla del mar, mirando cómo rompía en la arena el oleaje, y formaba elegantes curvas con el más refinado arte; en ello buscaba inspiración para cantar la ausencia de su amada en lastimera oda. Todo aparecía negro y triste a su vista: le daban lástima las olas, siempre obligadas a ir y a volver, y cuando llegan a la playa buscando descanso, reciben tan fuerte golpe que gimen de dolor, coronándose por la blanca espuma que forman sus suspiros, y derraman esas lágrimas que, en ocasiones, salpicaban la faz del vate plañidero.
     Continuando su paseo vio un algarrobo, que crecía no lejos de la orilla y cuyo vivir creyó lastimoso. Supuso que, aterrorizado el árbol por los rugidos del mar, se esforzaba por huir del agua salada, ansiando hallarse tierra adentro.
     En efecto, el tronco estaba muy inclinado y las ramas que recibían directamente el empuje de los vientos marinos eran cortas, retorcidas y estaban casi sin hojas, mientras las opuestas se extendían rectas, cual brazos de acobardada mujer que, huyendo de un cruel perseguidor, pide auxilio. Además mostraba el principio del sistema radical, que parecía sujetarlo a pesar suyo, al lugar donde germinó. Recordaba su aspecto aquellos árboles de la selva humana, dibujada por el genio de Doré al ilustrar con mágico buril la Divina Comedia, o bien uno de esos horribles crímenes, que frecuentemente muestra el cinematógrafo, para desvelar luego a niños y niñeras.
     Entonces el poeta, hallando lo que buscaba empezó a cantar, en larguísimos versos acentuados a la francesa, los tormentos del desgraciado árbol, aunque ciertamente menores que los suyos, por no disponer de un veloz aeroplano para lanzarse en seguimiento de la musa que le inspiraba. Sin embargo parece que no agradó al árbol la poesía modernista y con objeto de hacer callar al hijo espúreo de Apolo dijo al poeta lo siguiente, que le hizo el mismo efecto que si hubiera recibido una ducha de agua fría:

     -Amigo, la cosa no es tan tremenda como te hace suponer tu decadente imaginación. Ni el océano me odia, ni sopla el viento para amargarme la vida, ni los árboles tememos al mar, ni quiero apartarme del lugar donde nací, por tener bien sabido que cuando se transplanta alguno de mi especie tan crecido como yo, queda expuesto a gravísimos riesgos que comprometen la vida, aparte de que los árboles no sentimos propensión al turismo.
     Contra tu creencia, no me son dañosos los vientos marinos; al contrario, pues como siempre soplan bastante húmedos, me sirven a modo de rocío. Pero lo malo es que cuando vienen demasiado deprisa, arrastran esas llamadas por ti lágrimas de las olas, y son gotitas de agua pulverizada, que, por desgracia, traen disueltas partículas de sal. Por ello, al depositarse sobre mis hojas, queman las microscópicas boquitas que en ellas hay y que me sirven para respirar.
     Cuando el aire pasa a la otra parte de mi copa llega ya filtrado a través de las ramas torcidas y hojas tostadas, y no me perjudica. El impulso del viento es la única causa de que mi tronco crezca inclinado, de que se retuerza la mitad que mira al mar de mi ramaje y de que sea recta y horizontal la otra mitad.

-----
     Los árboles nos dan ejemplo de resignación y constancia para luchar contra las circunstancias adversas que les rodean y utilizar las favorables. Casi siempre el hombre procede al contrario.
---Fin---

1/03/2010

GENEVIÈNE LAPORTE - Le chêne

GEVENIÈVE LAPORTE (París, 1926-2012) 
Le chêne

Mon chêne je te retrouve sous le soleil torride
Mon chêne lacéré par les crocs des chenilles
Qui me rend mon pays échappant sous le masque
Insulte maculée des fleurs à sa ligne aride
Subtil désert de volupté brûlante
Malgré le fouet bruissant des mouches acharnées
En brassées piétinant le silence de buse
Hier le vent du nord me poussait hors les cimes
Perdue étais-je dans le rire d'une terre
A sa vérité âpre
Ingrate à l'étranger
Mon chêne se souvient d'une joie détruite
Mon chêne baise mes mains de ses feuilles meurtries

Avec lui fidèle je retourne à moi-même

-----