Cae el árbol centenario del rey y los exploradores
Adiós a uno de los testigos más icónicos en la carrera europea por descubrir África en el siglo XIX. Adiós a un símbolo nacional de Uganda. Las lluvias torrenciales derribaron a finales de febrero un árbol centenario bajo cuyas ramas se produjeron algunos de los encuentros más importantes entre el rey de los Buganda de la época, Kabaka Mutesa I, y los mayores aventureros de la era dorada de las exploraciones.
La dirección de la Universidad de Kyambogo, propietaria de los terrenos donde se encuentra actualmente el árbol, situado a ocho kilómetros de la capital, Kampala, anunció la muerte del ejemplar de la especie Canarium, de, al menos, 150 años, aunque algunos expertos creen que supera los 200 años. “El árbol cayó a causa del aguacero del pasado lunes por la noche”, explicó en un comunicado el centro universitario.
Bajo el ‘Omuwafu’ el monarca Kabaka Mutesa I recibió en el siglo XIX a aventureros como Stanley, Speke y Grant.
El árbol, conocido en lengua local como Omuwafu formaba parte hace siglo y medio del palacio real del trigésimo reinado del reino de los Buganda y fue a la sombra de sus robustas ramas donde el monarca Kabaka recibió en el año 1875 al explorador británico Henry Morton Stanley, quien se encontraba al frente de la mítica expedición para resolver el último gran misterio de la exploración africana: el seguimiento del curso del río Congo hasta el mar.
Según los historiadores ugandeses, debajo del árbol ahora caído fue donde el rey escribió y entregó a Stanley una carta dirigida a la reina de Inglaterra en la que invitaba a misioneros y profesores a visitar sus tierras. En su comunicado, la Universidad de Kyambogo destacó este suceso y alabó las bondades de aquel pacto. “Los misioneros jugaron un rol significativo en construir un sistema educativo en Uganda al establecer escuelas y promover la alfabetización”.
Un símbolo para la comunidad
El árbol caído tenía un enorme valor histórico y cultural para el pueblo Buganda. Pero la visita del Bula Matari o “Rompedor de rocas”, como los indígenas apodaron a Stanley por su afición al uso de la dinamita para abrirse camino, no fue la única visita legendaria de la que fue testimonio el árbol Omuwafu. Unos años antes, en 1862, el rey acogió a otro de los grandes exploradores de la historia, el británico John Hanning Speke, el primer blanco en ver las fuentes del Nilo Blanco, que bautizó como lago Victoria.
Grabado de la visita de los exploradores Speke y Grant al rey de los Buganda en el año 1862© Kyambogo University
A aquel encuentro asistió también un enfermo James Augustus Grant, explorador escocés de renombre. El propio Grant dejó escrito en sus memorias el amable trato que el monarca Kabaka le había dispensado cuando estaba tan débil que ni siquiera podía levantarse de la cama. “El rey envió a un oficial y a cuarenta de sus hombres para llevarme a su reino de Buganda y que yo tanto deseaba ver… Al no poder caminar, me colocaron sobre una camilla de mimbre y me llevaron al trote sobre las cabezas de cuatro de ellos”.
Pese a que el lugar ya no alberga el palacio real, que se encuentra actualmente en el barrio de Mengo, en la capital, el Omuwafu tiene un enorme valor histórico y cultural para el pueblo Buganda. Incluso la dirección de la universidad rechazó hace años construir un complejo educativo junto al árbol ante las quejas de la comunidad local, que advirtieron que las obras podían poner en peligro el árbol.
Tras conocerse la caída del árbol centenario, el actual monarca de los Buganda, Ronaldo Muwenda Kimera Mutebi II, pidió a la Universidad que plantara un nuevo árbol para reemplazar el ejemplar caído.