viernes, 15 de julio de 2022

Un gigante con los pies de barro en Suecia, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La picea "Old Tjikko"

En 2008 se dio a conocer una noticia sensacionalista según la cual Leif Kullman, profesor de geografía física en la Universidad de Umeå (una pequeña ciudad al norte de Suecia) y una de sus estudiantes, la Dra. Lisa Öberg, afirmaron haber descubierto el árbol más viejo del mundo, con una antigüedad fechada en 9.550 años en la región sueca de Dalarna. 
     El árbol, que fue denominado como “Old Tjikko”, está situado en el Parque Nacional de Fulufjället, en la provincia de Dalarna, a unos 400 Km al noroeste de Estocolmo, una meseta relativamente estéril,  situada entre los 850 y 1.040 m por encima del nivel del mar, con muy pocos árboles. Las principales especies arbóreas son el abedul y el sauce, que en la mayoría de los casos crecen como arbustos, aunque también hay algunas piceas que se entremezclan. 
     Old Tjikko está ubicado en el borde mismo de la meseta a unos 950 m de altura. Es una pícea de Noruega (Picea abies L.) que parece ser un árbol individual, resistente, curtido por el clima, con un tallo de aproximadamente 4,75 m de altura y con un diámetro de 0,15 m a la altura del pecho y numerosas piñas en la copa. Debajo hay una mata arbustiva, de menos de medio metro de altura, que también parece formar parte del árbol. 
     La noticia corrió como la pólvora en la prensa escrita y las redes sociales, puesto que hasta entonces, en general, se aceptaba que los pinos Bristlecone de la Gran Cuenca (Pinus longaeva D.K. Bailey) en el oeste de los Estados Unidos, con edades que alcanzaban unos 5.000 años, eran los más antiguos. Pero entre los científicos hubo dudas, y no todos estuvieron de acuerdo. Algunos señalaron que pudiera ser una colonia clonal, por lo que, aunque el genoma pudiese tener 9.550 años, no había un árbol vivo (es decir, un individuo que pertenezca a un clon conocido) de esa edad.
     En la actualidad, la presencia de flores, polen y piñas elimina la posibilidad de la reproducción clonal y en la zona se ha encontrado polen fósil de hasta 8.000 años, por lo que se descarta la existencia de la reproducción clonal también en el pasado. Supuestamente el árbol ha sobrevivido tanto tiempo debido a un proceso de esqueje, dado que la parte visible del árbol es relativamente joven, pero sus raíces datan de miles de años. El tronco del árbol podría así morir y volver a crecer muchas veces, pero el sistema de raíces permanecería intacto y siempre aparecería un tallo nuevo. El tronco de Old Tjikko no vivirá más de 600 años (en realidad según sus descubridores, debe tener menos de 80 años ahora), pero cuando el tronco muera, supuestamente crecerá otro en su lugar.
     Es necesario aclarar aquí que la picea noruega más antigua documentada se llamaba Želnavský Smrk y creció en la región de Šumava, en lo que hoy es la República Checa. Tenía 585 años cuando se derribó para mostrarse en la Exposición Internacional de 1867 en París. Según Kullman y Öberg, bajo el árbol hallaron restos de madera de pícea que, una vez datados por medio de carbono 14, dieron edades extraordinarias. Durante los años siguientes ambos descubridores, tanto de forma conjunta como por separado, publicaron una serie de artículos en los que explicaron su hallazgo.
     El resumen de todo esto es que, bajo un árbol creciendo en terreno inhóspito, encontraron restos de madera muy vieja y se montaron un sin fin de conjeturas. Hablaron de “evidencias circunstanciales”, “detalles”, y juegos de palabras varios para sugerir que los restos de madera en descomposición y el árbol vivo actual son genéticamente iguales y pertenecen a distintas etapas de un mismo ser vivo con miles de años de edad. Sin embargo, no se dieron informaciones para probar esta afirmación, ni siquiera se informó si tales restos de madera estaban unidos a las raíces del árbol. 
     Los textos originales, en ocasiones medio ocultan y en otras señalan claramente, un hecho esencial: en ninguna parte se hace referencia al análisis genético. Los documentos proporcionan descripciones de la metodología utilizada, pero no se mencionan los análisis genéticos, salvo una referencia sobre la existencia de dichos métodos. Dicho de otro modo: existe la posibilidad de comprobar si la madera encontrada y el árbol son distintas fases del mismo ser vivo, pero esto no se hizo y sin embargo afirman que es así y que debemos creer que dicen la verdad, aunque no lo demuestren. ¿A qué suena esto?
     En 2015, la Revista de la Sociedad Botánica de Gran Bretaña e Irlanda, publicó un artículo con una revisión crítica de los trabajos sobre “Old Tjikko”, en la que tira por tierra prácticamente todas las afirmaciones hechas al respecto. Antes de ser publicado se le ofreció a Kullman la posibilidad de que aportase sus propios comentarios al mismo, pero no quiso hacerlo. En la actualidad, numerosas publicaciones siguen defendiendo como cierta la afirmación de “el árbol más viejo del mundo”. Internet es especialmente rápido para propagar rumores, pero muy lento para desmentirlos y la misma Wikipedia, escrita por los internautas sigue sosteniendo esta afirmación como cierta.
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