viernes, 29 de julio de 2022

Madera para barcos, la memoria del bosque

EUGENIO MONESMA MOLINER (Huesca, 1952)
La madera y su uso histórico en la construcción de barcos y navíos

Entre los siglos XVI y XIX, la madera se convirtió en un material estratégico de indudable valor para la construcción naval. Robles, coníferas y otras especies arbóreas se utilizaban como componentes fundamentales de la estructura del casco y arboladura de galeras, naos, galeones y navíos de línea. En el verano del año 2021, el Contralmirante y Subdirector de Ingeniería de la Armada, Don Antonio González García, realizó una visita a la localidad de Quintanar de la Sierra, para conocer el patrimonio relacionado con la Real Armada que se había conservado hasta la fecha.

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martes, 26 de julio de 2022

El día de los manglares, el 26 de julio

MANGLARES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

El manglar es un área biótica o bioma formada por árboles muy tolerantes a las sales existentes en la zona intermareal cercana a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras. Se extienden por América, África, Asia y Oceanía, en latitudes intertropicales.
      Los manglares son de vital importancia para el medio ambiente. De ahí que desde 1965 se consideren áreas de preservación permanente. La destrucción de estos bosques tropicales costeros produce cerca del 10% de las emisiones de dióxido de carbono generadas por la deforestación, la segunda mayor fuente de CO2 después de la combustión de combustibles fósiles, asegura un estudio publicado en la revista Nature GeoScience.
      Existen diferentes tipos de manglares y nacen del contacto entre dos ambientes muy distintos –el terrestre y el marino–, constituyendo así uno de los hábitats más valiosos del planeta. Los manglares tienen una cobertura geográfica bastante limitada porque son sistemas que solo ocupan terrenos inundables por el mar.
     El agua salobre es aquella que tiene más sales disueltas que el agua dulce, pero menos que el agua de mar. Técnicamente, se considera agua salobre la que posee entre 0,5 y 30 gramos de sal por litro, expresados más frecuentemente como de 0,5 a 30 partes por mil.

Su importancia:

  • Los manglares son clave para la conservación de diferentes tipos de especies y vegetales que necesitan de estos hábitats para poder crecer y desarrollarse. 
  • Contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático al ser capaces de absorber y almacenar CO2. Estos árboles almacenan tanto CO2 como los bosques tropicales en tierra. Pero por debajo de la línea de agua, los manglares son aún más eficaces, ya que acumulan cinco veces más carbono que en la misma superficie.
  • Ayudan a frenar el desgaste y la erosión de los suelos, evitando así que se acumulen sedimentos en las playas.
  • Producen una gran cantidad de materia orgánica como hojarasca y frutos, que en los estuarios y costas adyacentes se transforman en alimento para una red muy compleja de organismos, muchos de los cuales tienen importancia comercial y sustentan importantes pesquerías locales y regionales.
  • Además de retener los sedimentos, pueden filtrar las aguas que abastecen a los mantos freáticos, reteniendo desechos y sustancias tóxicas para que no lleguen al mar.
  • Desalinizan las aguas que ingresan en tierra firme y forman así reservorios en las zonas interiores.
  • Protegen las zonas costeras de la erosión por el agua y el viento y retienen la arena sobre las playas.
  • Ayudan a estabilizar los climas locales.
  • Quizá menos conocido es que los manglares funcionan como "bombas" que exportan carbón mar afuera hacia aguas profundas, donde es atrapado durante miles de años.
    Foto de Ayuda en Acción, limpieza de manglares en Ecuador

¿Qué características tienen los manglares?

El árbol del mangle es la especie arbórea que mas predomina en los manglares. Crecen en agua salada y cuenta con unas peculiares raíces que se extienden por encima y por debajo en suelos espesos y fangosos.
     Los manglares poseen una biodiversidad de especies enorme, algunas especies exclusivas de este entorno. La fauna que predomina está adaptada a las mareas y a las particularidades de este ecosistema. Entre las especies de animales más comunes nos encontramos crustáceos, peces, moluscos, aves, reptiles, anfibios y mamíferos. En los manglares conviven, por tanto, especies terrestres y marinas, lo cual los convierte en entornos naturales únicos.
     Dentro de la flora de los manglares, destacan principalmente los árboles mangles, si bien a su alrededor florecen otras especies. Existen alrededor de 70 especies de árboles mangles, siendo estos cuatro los más comunes:

Se pueden agrupar en cuatro tipos según su ubicación dentro de la zona y características:

  • Ribereño. Crecen en las orillas de los ríos y en las zonas donde hay cierta influencia de las mareas y del agua salada.
  • Borde. Crecen en las orillas de las costas, en bahías o lagunas arrecifales o rodeando islas. Este tipo de manglares son aquellos que soportan el continuo golpe de las olas.
  • Cuenca. Se desarrollan detrás de los ribereños y de los de borde. Se localizan donde hay suelos estables. En este tipo de hábitats la renovación del agua es lenta, hay poco oxígeno y alta salinidad.
  • Especiales. El manglar que es de poco desarrollo forman los llamados manglares especiales. Se llaman así debido a que crecen en condiciones de alta salinidad, baja disponibilidad de nutrientes y temperaturas extremas.

Peligros para el manglar

     La deforestación, la actividad industrial y la descarga de residuos en estas zonas están poniendo en peligro la existencia de estos valiosos ecosistemas. Proteger los manglares se ha convertido en uno de los retos medioambientales más importantes de los últimos años.
    
En América Latina la camaronicultura industrial ha sido una de las actividades que más impacto ha generado en la pérdida de los manglares. Es una actividad intensiva que contamina y agota los suelos, según el Secretario Ejecutivo de Red Manglar Internacional.
    
En los últimos 50 años, los manglares del mundo se han reducido a la mitad.

Información: 
www.fundacionaquae.org/los-manglares-que-son-tipos-importancia/
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/04/110415_verde_manglares_contra_cambio_climatico_lh
Fotos de la red
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domingo, 24 de julio de 2022

Oficios del bosque en la primera vuelta al mundo

AARÓN RODRÍGUEZ GLEZ.
En "Micro Historias De Tenerife"

Últimos días del mes de septiembre de 1519.
     En los altos del antiguo reino de Abona, un particular sonido se ha convertido en habitual: el de las hachas al impactar con los poderosos y corpulentos pinos canarios. Tras un rítmico "tac-tac" se escucha el crujido de los voluminosos troncos al quebrarse, y entonces sucede lo impensable: siglos de crecimiento paciente se desmoronan en unos instantes.
     Dentro, y tras pasar el día y la noche abrasándose al calor de las llamas, el corazón de tea es reducido a la resina o alquitrán, casi incandescente, que los pegueros llaman "pez". Al enfriarse, la mezclan con aceites y esto da lugar a la brea, una de las fuentes de riqueza más importantes para Canarias. ¿Por qué razón? Porque, en un mundo que se expande gracias al avance de naves de madera sobre las aguas, la brea es la mejor sustancia para impermeabilizarlas y evitar que entre agua en su interior.
     La brea de nuestro pino de hoy tiene como destino la flota que se encuentra anclada en la rada de Montaña Roja, en la costa. Muchos navíos se abastecen de brea en el sur de Tenerife, en su camino hacia hacia el Nuevo Mundo. Pero pocos pueden presumir, a la larga, de haber jugado un papel estelar en la Historia de la Humanidad.
     La expedición que hoy descansa en la bahía partió de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre, la ha financiado la Corona Española y su misión es encontrar un paso hacia el Océano Pacífico por el extremo sur de América. La componen 5 navíos y la dirige un marino portugués llamado Fernando Magallanes. Sólo 16 hombres regresarán con vida de la Primera Vuelta al Mundo....
PD: El diario de Pigafetta, principal fuente sobre la expedición Magallanes-Elcano, recoge, literalmente, que la razón de la estadía de la expedición en la costa del actual municipio de Granadilla fue para abastecerse de "poix", (pez), que es "algo necesario para nuestros navíos"...
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jueves, 21 de julio de 2022

El árbol "oficina de correos" en 1501, en la actual Sudáfrica

SUDÁFRICA
"Post Office Tree"

El árbol "oficina de correos" (en africáner: Poskantoorboom) es un famoso árbol, Sideroxylon inerme, en Mosselbaai, Sudáfrica, que fue utilizado por los primeros exploradores portugueses como oficina de correos. Está ubicado en los terrenos del Complejo del Museo Bartholomeu Dias, en Market Street.
     El Sideroxylon inerme (aMasethole o white milkwood, afrikaans: wit-melkhout, xhosa: ximafana, zulú: umakhwelafingqane) es un árbol costero del sur de África, con bayas negras (foto1)
, denso follaje (foto2) y pequeñas, fétidas y verdosas flores (foto3). El nombre genérico del árbol significa, en griego, "madera de hierro" en referencia a la dureza de su madera. Es uno de los "árboles protegidos" de Sudáfrica. El milkwood tiene un valor considerable en la medicina tradicional y atrae pájaros, monos y otros animales a sus flores y frutos. También es un eficaz cortafuegos y se cultiva con ese fin.

Historia

     En 1501, el navegante portugués Pêro de Ataíde buscó refugio en Mossel Bay después de perder gran parte de su flota en una tormenta. Dejó un relato del desastre escondido en un zapato viejo que colgó de un árbol de leche (Sideroxylon inerme) cerca del manantial del que el explorador Bartolomeu Dias se había aprovisionado de agua.

    Siete años más tarde el informe fue encontrado por el explorador a quien estaba dirigido, João da Nova, y, desde entonces, el árbol sirvió como una especie de oficina de correos de facto durante décadas. João da Nova erigió un pequeño santuario cerca del Árbol de la Oficina de Correos, y aunque no quedan rastros de él, se considera el primer lugar de culto cristiano en Sudáfrica. Esto ha asegurado que el árbol siga siendo una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad.
     Se cree que el árbol de la oficina de correos en Mosselbaai tiene 600 años. Se encuentra a unos 300 m. de la playa de Santos y se considera la primera oficina de correos (no oficial) en Sudáfrica. 

     Fue declarado patrimonio provincial en 1938 y está marcado con una placa que dice:

 Este árbol de la oficina de correos se encuentra cerca de las fuentes donde los navegantes portugueses sacaban agua regularmente en Aguada de São Bras (ahora Mosselbaai) desde 1488. En mayo de 1500, Pêro de Ataíde, capitán de un barco de regreso a casa de la flota de Pedro Cabral, dejó aquí un mensaje que fue encontrado el 7 de julio de 1507 por los barcos de regreso de João da Nova. Según la tradición el mensaje se colocaba en un zapato viejo y se amarraba a un árbol”. 

     La carta describía la pérdida en el mar de cuatro barcos de la expedición de Bartolomeu Dias y advertía de las hostilidades encontradas en la costa india. En 1962, el SAPO, el servicio postal de Sudáfrica, erigió un buzón de correos al lado del árbol, con forma de zapato y los artículos enviados desde allí se franquean con un sello conmemorativo.

El "Árbol del Tratado" en Woodstock, Ciudad del Cabo
Otros árboles emblemáticos

El Árbol del Tratado en Woodstock, Ciudad del Cabo, estaba junto a la casa donde en 1806 la República de Batavia (los Países Bajos modernos) entregó Ciudad del Cabo a los británicos.

Fingo Milkwood en el Cabo Oriental fue el lugar donde en 1835 el pueblo Fengu firmó un tratado de alianza con la Colonia del Cabo .

Foto1

Foto2 

Foto3

Sideroxylon inerme tiene tres subespecies:

  • Sideroxylon inerme cryptophlebium (Baker) JHHemsl., que crece en la isla de Aldabra (Seychelles)
  • Sideroxylon inerme diospyroides (Baker) JHHemsl., se extiende por Somalia, Kenia, Tanzania, Zimbabue y Mozambique
  • Sideroxylon inerme inerme, en Mozambique y Sudáfrica
Lista de árboles autóctonos y lianas leñosas del sur de África
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lunes, 18 de julio de 2022

Los bosques de Dmitri Shostakóvich

DMITRI SHOSTAKÓVICH (Rusia, 1906-1975)
La canción de los bosques

La canción de los bosques (en ruso, Песнь о лесах), Op. 81, es un oratorio de Dmitri Shostakóvich compuesto en el verano de 1949. Fue escrito para celebrar la reforestación de la estepa rusa tras el fin de la II Guerra Mundial. Estrenada por la Filarmónica de Leningrado bajo Yevgueni Mravinski el 15 de diciembre de 1949, la obra fue bien recibida por el gobierno, ganando el compositor el Premio Stalin al año siguiente. El oratorio es notorio por contar con líneas alabando a Iósif Stalin como el "gran jardinero".

La cantata tiene 7 secciones en 40 minutos.​

  1. Когда окончилась война – Cuando la Guerra Terminó
  2. Оденем Родину в леса – Vamos a vestir a la Patria con los bosques
  3. Воспоминание о прошлом – Recuerdos del pasado
  4. Пионеры сажают леса – Los Pioneros plantan los Bosques
  5. Комсомольцы выходят вперед – Los Jóvenes Comunistas marchan hacia adelante
  6. Будущая прогулка – Un paseo hacia el futuro
  7. Слава – Gloria

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viernes, 15 de julio de 2022

Un gigante con los pies de barro en Suecia, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La picea "Old Tjikko"

En 2008 se dio a conocer una noticia sensacionalista según la cual Leif Kullman, profesor de geografía física en la Universidad de Umeå (una pequeña ciudad al norte de Suecia) y una de sus estudiantes, la Dra. Lisa Öberg, afirmaron haber descubierto el árbol más viejo del mundo, con una antigüedad fechada en 9.550 años en la región sueca de Dalarna. 
     El árbol, que fue denominado como “Old Tjikko”, está situado en el Parque Nacional de Fulufjället, en la provincia de Dalarna, a unos 400 Km al noroeste de Estocolmo, una meseta relativamente estéril,  situada entre los 850 y 1.040 m por encima del nivel del mar, con muy pocos árboles. Las principales especies arbóreas son el abedul y el sauce, que en la mayoría de los casos crecen como arbustos, aunque también hay algunas piceas que se entremezclan. 
     Old Tjikko está ubicado en el borde mismo de la meseta a unos 950 m de altura. Es una pícea de Noruega (Picea abies L.) que parece ser un árbol individual, resistente, curtido por el clima, con un tallo de aproximadamente 4,75 m de altura y con un diámetro de 0,15 m a la altura del pecho y numerosas piñas en la copa. Debajo hay una mata arbustiva, de menos de medio metro de altura, que también parece formar parte del árbol. 
     La noticia corrió como la pólvora en la prensa escrita y las redes sociales, puesto que hasta entonces, en general, se aceptaba que los pinos Bristlecone de la Gran Cuenca (Pinus longaeva D.K. Bailey) en el oeste de los Estados Unidos, con edades que alcanzaban unos 5.000 años, eran los más antiguos. Pero entre los científicos hubo dudas, y no todos estuvieron de acuerdo. Algunos señalaron que pudiera ser una colonia clonal, por lo que, aunque el genoma pudiese tener 9.550 años, no había un árbol vivo (es decir, un individuo que pertenezca a un clon conocido) de esa edad.
     En la actualidad, la presencia de flores, polen y piñas elimina la posibilidad de la reproducción clonal y en la zona se ha encontrado polen fósil de hasta 8.000 años, por lo que se descarta la existencia de la reproducción clonal también en el pasado. Supuestamente el árbol ha sobrevivido tanto tiempo debido a un proceso de esqueje, dado que la parte visible del árbol es relativamente joven, pero sus raíces datan de miles de años. El tronco del árbol podría así morir y volver a crecer muchas veces, pero el sistema de raíces permanecería intacto y siempre aparecería un tallo nuevo. El tronco de Old Tjikko no vivirá más de 600 años (en realidad según sus descubridores, debe tener menos de 80 años ahora), pero cuando el tronco muera, supuestamente crecerá otro en su lugar.
     Es necesario aclarar aquí que la picea noruega más antigua documentada se llamaba Želnavský Smrk y creció en la región de Šumava, en lo que hoy es la República Checa. Tenía 585 años cuando se derribó para mostrarse en la Exposición Internacional de 1867 en París. Según Kullman y Öberg, bajo el árbol hallaron restos de madera de pícea que, una vez datados por medio de carbono 14, dieron edades extraordinarias. Durante los años siguientes ambos descubridores, tanto de forma conjunta como por separado, publicaron una serie de artículos en los que explicaron su hallazgo.
     El resumen de todo esto es que, bajo un árbol creciendo en terreno inhóspito, encontraron restos de madera muy vieja y se montaron un sin fin de conjeturas. Hablaron de “evidencias circunstanciales”, “detalles”, y juegos de palabras varios para sugerir que los restos de madera en descomposición y el árbol vivo actual son genéticamente iguales y pertenecen a distintas etapas de un mismo ser vivo con miles de años de edad. Sin embargo, no se dieron informaciones para probar esta afirmación, ni siquiera se informó si tales restos de madera estaban unidos a las raíces del árbol. 
     Los textos originales, en ocasiones medio ocultan y en otras señalan claramente, un hecho esencial: en ninguna parte se hace referencia al análisis genético. Los documentos proporcionan descripciones de la metodología utilizada, pero no se mencionan los análisis genéticos, salvo una referencia sobre la existencia de dichos métodos. Dicho de otro modo: existe la posibilidad de comprobar si la madera encontrada y el árbol son distintas fases del mismo ser vivo, pero esto no se hizo y sin embargo afirman que es así y que debemos creer que dicen la verdad, aunque no lo demuestren. ¿A qué suena esto?
     En 2015, la Revista de la Sociedad Botánica de Gran Bretaña e Irlanda, publicó un artículo con una revisión crítica de los trabajos sobre “Old Tjikko”, en la que tira por tierra prácticamente todas las afirmaciones hechas al respecto. Antes de ser publicado se le ofreció a Kullman la posibilidad de que aportase sus propios comentarios al mismo, pero no quiso hacerlo. En la actualidad, numerosas publicaciones siguen defendiendo como cierta la afirmación de “el árbol más viejo del mundo”. Internet es especialmente rápido para propagar rumores, pero muy lento para desmentirlos y la misma Wikipedia, escrita por los internautas sigue sosteniendo esta afirmación como cierta.
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martes, 12 de julio de 2022

JACQUES PRÉVERT (Francia, 1900-1977)
Le micocoulier 


A Antibes rue de l’hôpital
Où l’herbe à chat
Surgit
Encore indemne entre les pavés
Il y a un grand micocoulier
Il est dans la cour de l’asile des vieillards
Eh oui c’est un micocoulier
Dit un vieillard de l’asile
Assis sur un banc de pierre
Et sa voix
Est doucement bercée par le soleil

Micocoulier
Et ce nom d’arbre
Roucoule
Dans la voix usée

Et il est millénaire
Ajoute le vieil homme
En toute simplicité
Beaucoup plus vieux que moi
Mais tellement plus jeune encore.

Millénaire et toujours vert
Et dans la voix
De l’apprenti centenaire
Il y a un peu d’envie
Beaucoup d’admiration
Une grande détresse
Et une immense fraicheur.

Arbres (1976)

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sábado, 9 de julio de 2022

Faya de las vacas, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA (Ing. téc. forestal)
La Faya de las Vacas, “¡cristiano, fuerte árbol, qué hermosura!

Suele ocurrir con frecuencia que los nombres o topónimos que existen en los montes transcriben o encierran la propia historia de los mismos. Así, a mayor número de términos relacionados con la flora y fauna local –barranco del Cuervo, llano de los Poleos– mejor habrá sido el grado de conservación; mientras que si lo que predominan son los nombres propios o referencias directas a los aprovechamientos –El Cargadero, Pozo de la Brea, hoya de Félix, Los Timoneros– mayor habrá sido la intensidad de uso en el actual medio natural.


     Y pesar de ello existe hoy un abundante y cerrado bosque donde hace apenas un siglo la vista podía alcanzar desde el mar hasta la cumbre, allí no escapaba ningún animal del arma del cazador y “apañar unos palitos y unos puños” constituía la más cotidiana de las tareas. El hombre debe al bosque mucho más de lo que pudiéramos pensar, prácticamente en igual proporción con la que gran parte de la sociedad actual no valora su importancia.
     De entre los topónimos que proceden de aquella época de subsistencia y hambrunas, todavía persisten muchos en los montes de La Palma, los mismos que unen la costa con los bordes cumbreros de la Caldera de Taburiente por el este insular. A media altura de estas empinadas faldas del relieve palmero se nos repiten tres hitos con un mismo denominador: el lomo, el llano y la Faya de las Vacas. Aunque parezca difícil de imaginar, hubo un tiempo en el que estas laderas fueron pastadero de estos enormes rumiantes, cual estampa típica de muchos montes altos de la España peninsular. La raza vaca palmera se encuentra hoy reconocida como descendiente de las primeras rubias gallegas que llegaron tras la Conquista.
     Ya sin vacas, el nombre persiste. Todavía hay un lomo, un llano y también un gran ejemplar de Morella faya. La faya es uno de los árboles más abundantes de los montes canarios. En asociación con el brezo (Erica arborea) ocupa los lugares menos aptos para el desarrollo de la laurisilva, colándose también en las mezclas de los pinares húmedos. Normalmente, las fayas son árboles de escaso tamaño y altura, pero la protagonista de este artículo se sale de la norma.

Buena sombra y cualidad forrajera
      Se desconoce cuál sería la razón por la que la Faya de las Vacas evitó la roturación histórica. Debió ser una mezcla entre demasiado trabajo para la tala, la buena sombra, la estupenda cualidad forrajera, las condiciones de refugio para una chocita y un corral y, además, un “¡cristiano, fuerte árbol, qué hermosura!”
     En realidad, la Faya de las Vacas es un pedacito respetado del bosque primigenio que reinó en La Palma sobre la coordenada 28º 43´ 40″ N y 17º 47´ 40″ W. La faya en sí es un gran ejemplar constituido por cuatro potentes troncos principales, pero al este de la misma nacen otras dos, también multicaules (varios tallos). Todo el conjunto entrelaza una misma carpa verde de unos 20 metros de diámetro por 15 metros de altura.
     El bosquete se encuentra circundado por dos pistas forestales que se vuelven a interconectar, por pastizales en proceso colonizante por los helechos y el cortejo del pinar húmedo, así como con contadas parcelas de cultivo en las que algún resto de papas todavía se observa. Tal y como nos cuenta Fano Hernández, pariente cercano a la propiedad de los terrenos y ex trabajador de Medio Ambiente, es muy difícil sacar cosechas, porque a esta altitud (1.300 m) los arruís (Ammotragus lervia) suelen bajar de las cumbres y escarbarlo todo.
     También nos cuenta que cuando se aprovechaba todo el monte para pasto, madera y carbón, hubo un viejito que hizo un corral de cabras bajo la Faya de las Vacas, protegiendo la base de la misma con otro corral interior para que los animales no mordiesen la corteza. Fano nos dice que antiguamente la faya era hasta más esplendorosa y altiva, seguramente por el efecto de los estercolados gratuitos que recibía.
     Por otra parte, la falta de abrigo de la selva original que rodeó a este bosquecillo ha dejado notar su vulnerabilidad ante fenómenos adversos como fuertes vientos. Es por ello que aunque se trate de un árbol situado en propiedad privada, han sido varias las veces en las que la Administración ha realizado labores culturales de mantenimiento, recortando y retirando las ramas altas y desgajadas.

El más longevo
     Actualmente presenta un estado saludable, aunque resulta patente el paso de los años. Ya que esta frondosa se renueva por cepa, es difícil calcular su edad, pero no tememos equivocarnos al afirmar que se trata del ejemplar de Morella faya más longevo, desarrollado y grueso que exista en su especie.
     Con el tiempo, el trajín de los aprovechamientos forestales ha ido cesando, ya no existe carboneo y el pastoreo y la agricultura tienen un carácter testimonial. Poco a poco el espacio se va transformando hacia una naturaleza cercana al estado original. Un tipo de monte con mayor riesgo de incendio y a su vez hacia una preocupante naturaleza de carácter insostenible. La idea nostálgica de que el monte se recupere no debe confundirnos con la necesidad de la gestión forestal que requiere el territorio, incluyendo, cómo no, la preservación de nuestros árboles más admirables e insignes.

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miércoles, 6 de julio de 2022

BERNARDO FERRANDO (Uruguay)
El Cedrón


Hubo una época en el mundo, en que los seres humanos vivían en paz y armonía. Los conflictos se solucionaban pacíficamente y se disfrutaba del invierno así como del verano. El otoño era una época de recambio y la primavera, de renacer.
     Se olía el aire puro, los arroyos y los ríos eran transparentes y estaban llenos de peces que alimentaban a los indígenas que vivían en sus márgenes. En los montes había árboles grandes y hermosos, los pájaros cantaban los designios divinos. Los duendes y los seres elementales hablaban, jugaban, sonreían y compartían sus enseñanzas con los seres humanos.
     Los habitantes de estas tierras cosechaban los frutos de los árboles, cazaban para comer y usaban sus canoas para transitar por los arroyos y los grandes ríos como el Uruguay y el Paraná. Se curaban con hierbas y con flores. Disfrutaban al ver las estrellas y reverenciaban a la luna con ofrendas y ceremonias sagradas.
     Este relato sucede en esa época de la humanidad.
     Iba terminando el otoño, venía el invierno con sus lluvias y crecientes. Un día, dos niños Caboá y Tupí, fueron río arriba buscando frutos de los árboles. Hacía calor pero se avecinaba una tormenta. Ésta los sorprendió y los niños se refugiaron debajo de unos árboles para esperar que pasara. Las aguas del río pasaron de un caudal tranquilo a una corriente que arrollaba todo a su paso. El río se desbordó en plena noche.
     Caboá y Tupí se subieron a un Timbó para protegerse. Lloraban angustiados por la situación, veían cómo el agua arrastraba árboles y animales. Todo se transformaba en un inmenso mar. El árbol en el cual se cobijaban cedió a la correntada. Sus ramas sobresalían del agua varios metros y su tronco inmenso servía para que los niños permanecieran sentados. Sobre esa improvisada nave los dos niños emprendieron un largo viaje durante el cual la naturaleza los sometería a duras pruebas.
      Entre las hojas del inmenso árbol vieron nidos de pájaros y escondido, mirando fijamente, un yaguareté. La angustia de los niños se acercaba al límite.
     El duende del Cedrón llamado Oloxali también viajaba en ese árbol. Era una experiencia que los niños debían pasar para aprender y crecer.
     Le dijo Oloxali al yaguareté:
     -Has de ayudar a estos niños para que aprendan de tu valor.
     -Y tú les darás de comer y les enseñarás a vivir esta experiencia con serenidad y tranquilidad, le contestó el yaguareté.
     El yaguareté se acercó a los niños que lo miraban asustados y se refregó sobre ellos suavemente para que se dieran cuenta que los iba a cuidar y ayudar. El duende del Cedrón los miraba desde una rama y le ordenaba al animal cómo socorrerlos. El animal lamía con ternura los pies a los niños. Al ver esto se fueron tranquilizando. Poco a poco fueron entendiendo el lenguaje del animal, por lo que el miedo se les pasó y durmieron abrazados el resto de la noche.
     Paró la lluvia pero el enorme árbol de Timbó fue siguiendo el cauce del río. Al descender las aguas el Timbó tocó el fondo del río y Caboá, Tupí, el yaguareté y Oloxalí buscaron refugio. Se metieron dentro de una cueva. Las criaturas aprendieron muchas cosas del yaguareté y del duende del Cedrón: el valor, la astucia, la serenidad y la paz para enfrentar las situaciones de la vida. El animal les enseñó a cazar y a procurarse alimento, el duende les enseñó a comunicarse con las plantas y las flores para curar sus enfermedades.
     Llegó el día en que terminó el invierno, el yaguareté debía seguir su camino solitario, Oloxalí les había enseñado el secreto de las plantas, por lo que ya estaban prontos para enfrentar la vida y sobrellevar las situaciones con valor y serenidad.
     Era así como debían volver a sus tierras con su gente. Habían hecho un pacto con el yaguareté y el duende para aplicar sus enseñanzas. El duende los abrazó, el animal les lamió los pies, marchándose despacio entre los árboles del monte. Los niños se quedaron mirándolos, tristes y a la vez contentos.
     Luego emprendieron el regreso, pero ya no eran niños, habían crecido. Caminaron mucho hasta encontrar a los suyos que los esperaban ansiosos. Habían vivido una experiencia que serviría de ejemplo a quienes los rodeaban.

---Fin---

domingo, 3 de julio de 2022

La Olivera 'de les Quatre Soques', Premio AEMO 2022


P. SELLÉS, en "Las Provincias"
Una olivera pone a Benimassot, Alicante, en el mapa medioambiental de España
Este árbol milenario de 15 metros de perímetro ha sido premiado en un certamen por su monumentalidad

    El mantenimiento es otros de los factores a tener en cuenta. El agricultor benimassoter procura no podar en exceso su árbol, y es que como él mismo reconoce, «si lo cortas mucho acaba empobreciéndose y envejeciendo más rápidamente». Lo más adecuado, según él, es podar las ramas justas para que circule más aire entre ellas y así se prevenga la aparición de hongos.
      También alude al elevado coste que supone la poda de estos ancestrales árboles. «Si contratara a alguien para que lo hiciera, debería invertir como mínimo 2.000 euros anuales para los 46 olivos que tengo en el terreno». La Olivera 'de les Quatre Soques', localizada en Benimassot, Alicante, ha sido reconocida como la más monumental de todo el país en 2022. Así lo ha decidido la Asociación Española de Municipios del Olivo, que desde hace 15 años reconoce el valor de estos árboles mediante un concurso. Se trata del segundo olivo de la provincia de Alicante en recibir el reconocimiento. Anteriormente (en 2010) ya lo consiguió uno de Gorga, localizado también en la comarca de El Comtat.
      El olivo que ha sido premiado este año es una pieza milenaria que pertenece al benimassoter Samuel Piera. Su propiedad ha pasado por la familia Piera de generación en generación hasta llegar a él, que lo mantiene junto a otros 45 olivos en dos hectáreas de terreno.
      El origen del nombre (de los cuatro troncos, en castellano) se remonta a principios de siglo XIX, en tiempos del tatarabuelo de Samuel. Por lo visto, fue este antepasado el que cortó uno de los cuatro troncos que formaban el olivo, dejando la base en los actuales tres. A pesar de aquella merma, el árbol ha seguido manteniendo su nombre con el paso de las décadas.
      Si bien Samuel no se aventura a determinar la edad de su olivo, todo apunta a que tiene carácter milenario. A esa notable cifra se suman otras dos que denotan su monumentalidad: Una altura de siete metros, y un perímetro aproximado de quince.
      El árbol ya era célebre antes incluso de recibir el reconocimiento, puesto que servía de imagen para el sello 'Castell de la Costurera', una empresa familiar del vecino municipio de Balones que se dedica a la producción de aceite de oliva.
      De hecho, fue un miembro de esta empresa el que presentó el árbol a concurso. Lo hizo bajo el nombre 'L'olivera de Sam' (en referencia a su propietario), en vez de con el apelativo original. El galardón ha sido entregado en el marco de la 21ª edición de la Feria del Olivo de Montoro.


Producción y mantenimiento

     Piera cuenta que su árbol tiene tres variedades de aceituna, entre ellas la Grossal y la Villalonga (en referencia al pueblo del que es originaria). Esta última es la que más predomina en 'la olivera de les quatre soques', y se encuentra en sus ramas superiores. Esta diversidad de especies en un mismo árbol responde a los procesos de injerto ('empelt' en valenciano) a los que ha sido sometido a lo largo de los años.
      Además, el árbol puede llegar a producir 120 kilos de aceitunas en un mismo año; «pero eso si hablamos de un año de carga máxima» reconoce Piera, ya que a mayor longevidad del árbol, la producción merma progresivamente. Esto hace que el volumen de aceitunas que se puedan recoger de él sea muy variable, alternando años de carga máxima, con otros de carga media, y en ocasiones con una producción ínfima.
      A su vez, la longevidad y fragilidad del árbol conllevan que se deban aplicar procesos manuales para la recogida de la aceituna, más costosos y lentos que los mecánicos.


   
Fotos de Venerables Árboles - junio 2022
Más información:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/olivera-de-les-quatre-soques-de-benimassot-alicante-108803608
https://www.aemo.es/page/historial-de-premios-olivos
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