Aunque este tema ya lo he tratado anteriormente (aquí), este artículo da otra visión del Pinus longaeva...
El Pinus longaeva, o pino
longevo, es una especie arbórea de la familia de las Pináceas y que como
su nombre indica es una especie de larga vida. Se encuentra en las
altas montañas del suroeste de los Estados Unidos.
El
Patriarca, uno es de los longaevas más grandes, tiene 10,9 m. de
circunferencia y 14 de altura. Tan sólo tiene 1.500 años de edad.
Localizado en el Inyo National Forest.
El Pinus longaeva se distribuye
por tres zonas principales de los Estados Unidos: aparece en Utah,
Nevada y el este de California. En California, se encuentra sólo en la
cordillera de las White Mountains, los montes Inyo y la Sierra Panamint.
En Nevada, se encuentra en la mayor parte de las sierras más altas del
Basin and Range desde Spring Mountains cerca de Las Vegas hacia el norte
hasta las Ruby Mountains, y en Utah, al nordeste de South Tent en la
Cordillera Wasatch.
El tamaño medio del árbol es de a 5 a 15 m de altura, con un diámetro de tronco entre 2,5 a 3,6 m. La corteza es de color naranja brillante de color amarillo, fina y escamosa en la base del tronco. Este se caracteriza por ser extremadamente retorcido, resultado de las condiciones extremas en las que vive: las descarnadas y blanquecinas laderas lunares situadas a 3.000 metros de altitud.
Es en estas tierras donde se encuentra
el conjunto de pinos que el doctor Schulman bautizó con el nombre de "Itinerario de los Matusalenes", y en el que se halla Matusalem,
El Anciano, que con sus cerca de 4.600 años es el ser vivo más antiguo
del que se tiene constancia. Cuando el doctor Schulman aplicó sus
conocimientos de dendrocronología al estudio de los ejemplares de Pinus longaeva,
existía la creencia de que los árboles más grandes del mundo, las
secuoyas gigantes, eran también los más viejos. Fueron miles de
ejemplares de secuoyas gigantes las que talaron los leñadores y en la
mayoría de los casos todavía se puede contar los anillos de los tocones
con total claridad, lo que ha permitido datar a los más viejos de entre
ellos con unos 3.000 años de antigüedad. (Panorámica)
Schulman realizó su sorprendente
descubrimiento a mediados de los años cincuenta. Con ayuda tan sólo de
un perforador sueco de poco menos de un metro de longitud y el grosor de
un lápiz, tomó muestras del corazón de los troncos de diversos pinos
para más tarde, ya en el laboratorio, contar los anillos con un
microscopio. Del total de ejemplares analizados, diecisiete resultaron
tener cerca de 4.000 años de antigüedad, y lo cierto es que todavía
siguen con vida.
Por paradójico que pueda parecer,
Schulman, no encontró ninguna relación entre las dimensiones de los
árboles más viejos y su edad. Por el contrario, la longevidad de los
mismos parece estar directamente relacionada con estrés sufrido a lo
largo de sus vidas. (Ojalá se pudiera decir lo mismo a propósito de los
seres humanos. Los estudios de Shulman fueron publicados en 1958 en la
National Geographic, sin embargo, él nunca llegó a leer el reportaje. El
agotamiento y un ataque cardíaco acabó con su vida a los 49 años edad,
poco antes de que la revista saliese a la calle). Los ejemplares más
viejos de Pinus longaeva han elegido el clima más estresante
que uno pueda concebir, con tremendas tormentas de nieve y gélidos
vientos cortantes en invierno y un sol inmisericorde en primavera y
verano, sin más agua que la procedente del deshielo de la nieve
acumulada y con tan sólo unas pocas semanas al año en las que se dan las
circunstancias favorables para el desarrollo. Parece ser, pues, que el
estrés ralentiza el reloj vital de los árboles hasta el mínimo
imprescindible para que sigan con vida. En realidad, los ejemplares más
viejos de Pinus longaeva viven en los mismísimos límites entre
la vida y la muerte, hasta el punto de que el tronco principal muere
varios miles de años antes de lo que hace la última de las ramas, cuya
vida queda suspendida de una mera tira de corteza que la une con las
raíces.
En la actualidad la ubicación exacta del
anciano Matusalén se mantiene en secreto. Para proteger este árbol
venerable, del Servicio Forestal de los EE.UU. se niega a dar su
ubicación o identidad dentro de la ruta Methuselah Grove (Ruta del
bosque de Matusalenes), pues como veremos inmediatamente, de las
investigaciones llevadas a cabo por Schumlan se desprendía otra
consecuencia no menos desastrosa.
La ineptitud de la Ciencia o el sacrificio de Prometeo, el árbol más antiguo del mundo
El descubrimiento en 1957 por Schulman
de la longevidad de lo pinos longaeva en California atrajo la atención
de grupos conservacionistas sobre la misma especie que crecía en su
Estado, en la zona de Rueda, en Nevada. Un grupo local liderado por
Darwin Lambert pensaba que los pinos de la zona del Pico Wheeler (3.981
metros de altitud), situado en la frontera oriental de Nevada con Utah,
podían tener la misma edad, por lo que comenzaron a estudiarlos y
ponerles nombres de los miembros del grupo. Así que empezaron a
llamarlos Buda, Sócrates, Prometeo… La asociación no pudo obtener
financiación pública para su labor, por lo que sus investigaciones se
fueron olvidando. Hasta que en 1964, Lambert se enteró por la prensa de
una noticia increíble. Darwin Lambert, un estudiante de Geografía de la
Universidad de Carolina del Norte, se propuso investigar en torno a los
glaciares del Pico Wheeler. El estudio de los glaciares formaban parte
de su trabajo de investigación para su doctorado. Junto a un amigo llegó
a la zona de vegetación del Pinus longaeva y comenzaron a
tomar muestras del interior de varios árboles, descubriendo una muestra
de más de 4.000 años. Se pusieron tan emocionados que rompieron su
perforadora de extracción de muestras. Como se acercaba el final de la
temporada de campo, pidieron un permiso al Servicio Forestal de los
EE.UU. para cortar el árbol, que fue concedido (esto es lo
inconcebible). Se trataba de “Prometeo“.
Tocón de Prometeo, el mártir de los pinos longaeva |
El Servicio Forestal de los EE.UU tardó un par de años en difundir la muerte de “Prometeo”
en los EE.UU. Gracias a todas las protestas que tuvieron lugar,
finalmente se interesaron por la seguridad de los pinos longeava o
bristlecone. En 1986 se creó el Parque Nacional Great Basin y la
asociación que inició el proceso, muchos años antes, por fin vió
cumplido su objetivo.
Caracteristicas de la White Mountains y estrategias de supervivencia
Valle
de la Muerte, y en el borde occidental de la Gran Cuenca. Alcanzan la
respetable altura de 4.342 m. Sin embargo, Sierra Nevada, situada a 16
kilómetros al oeste a través del valle de Owens, bloquea la llegada de
las lluvias del Pacífico. Como las tormentas del Pacífico se mueven
hacia el este, la Sierra retiene la mayoría de la humedad, dejando a las
White Mountains fuertes vientos de aire seco. La precipitación anual es
inferior a 30 cm, la mayor parte de la misma llega en forma de nieve en
invierno.
Debido a la variada topografía, la precipitaciónes son muy diferentes y en áreas localizadas. Los vientos que soplan continuamente en las partes más altas deposian nieve en algunas zonas, dejan poco espacio para la vida vegetal salvo la de los pinos longaeva, que sobreviven hasta los 3400 m. Las tormentas de truenos y relámpagos son frecuentes en las zonas altas. Los vientos son fuertes en las cimas, tanto en verano como en invierno. El clima seco y la altura hacen de esta región un lugar especialmente inóspito para la vida. La calidad del suelo también es pobre. Este factor combinado con una corta estación de crecimiento producen una flora escasa y delicada.
Sin embargo, el Pinus longaeva ha
logrado vivir donde prácticamente nadie más puede, con lo que ha
evitado la competencia con otras especies por el agua y los nutrientes.
Los árboles más viejos crecen en afloramientos de dolomita, un sustrato
de piedra caliza con pocos nutrientes, pero con mayor contenido de
humedad que la piedra arenisca que le rodea. La dolomita puede reflejar
más luz solar que otras rocas, lo que contribuye a mantener las raíces
frescas y conservar la humedad.
La primavera llega en estas tierras a
principios de mayo con la fusión de la nieve y el aumento de las
temperaturas. Cada año, la circunferencia del árbol crece tan sólo 1/100
de pulgada (0,25 mm), y no siempre se forman nuevas ramas y piñas. En
esta zona subalpina sólo hay tres meses de verano (muchas veces
únicamente 6 semanas) para producir el crecimiento y las reservas para
poder hibernar. Todo esto debe llevarse a cabo con 25,4 cm de
precipitación. Durante los veranos frescos, los árboles sobreviven de la
energía producida ese verano y crecen con las reservas almacenadas del
año anterior. Para vivir tanto tiempo bajo estas condiciones, los pinos
longaeva han establecido varias estrategias.
- Las agujas del pino son de larga duración, pueden vivir veinte o treinta años, lo que implica que el nuevo follaje del árbol consume poca energía añade. Las agujas de larga duración proporcionan una capacidad fotosintética estable para mantener el árbol durante los años de fuerte estrés.
- Otra estrategia de supervivencia es la muerte progresiva y gradual de la corteza y el tejido que conduce el agua (xilema) cuando el árbol queda dañado por un incendio, rayo, la sequía o tormentas dañinas. Esta reducción de tejido evita suministrar nutrientes y compensa el efecto de cualquier daño sufrido. Por ejemplo, el “Pino Alfa” lllamado Matusalém que tiene más de 4000 años, abarca casi cuatro metros de diámetro, pero sólo tiene una tira de 25 cm de corteza viva donde apoyarse.
- La mayoría de las plagas de bacterias, hongos o insectos que se alimentan de plantas son desconocidos para el Pinus longaeva debido a su madera muy densa y resinosa. Además, el aire seco típico de la región subalpina puede ocasionar la muerte por desecación, pero también ayuda a conservar los árboles y evitar que se pudran.
- El Pinus longaeva puede permanecer en pie durante cientos de años después de su muerte. Caen porque las raíces de apoyo, finalmente, se ven socavadas por la erosión.
- Los pinos más antiguos viven en los lugares más expuestos, con una cantidad considerable de espacio entre cada árbol. La longevidad de las agujas y la incapacidad de otras plantas que crecen en el suelo para crecer en la dolomita hace que haya una baja cobertura. Esta distancia entre ellos, combinada con la falta de cobertura del suelo, puede soportar la caída de un rayo o un incendio, e impide la propagación del fuego a los árboles circundantes.
- Incluso los árboles más viejos tienen la capacidad de producir semillas viables.
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