El Mocán del Conservatorio y su enigmática presencia
Por lo que conocemos, más allá de los innumerables usos que puedan ofrecer o asociarse a un simple palo, pocos fueron los árboles que realmente llegaron a formar parte de la cultura forestal del pueblo aborigen. Además de la palmera canaria, el drago y el pino canario, embajadores populares donde los haya, también cabe nombrar al mocán (Visnea mocanera), endemismo canario-maderense que a buen seguro debió ser mucho más abundante en el pasado, sobre todo en referencia a las islas centrales del archipiélago canario.
La relación entre aquellos que pudieron disfrutar de una foresta primigenia y los mocanes se basó en el consumo de sus pequeños y dulces frutos, no sólo en fresco, sino también transformándolos por fermentación alcohólica hasta obtener el apreciado chacerquén. No es de extrañar, pues, el valor cultural, ritual y religioso que popularizó a esta especie, de propiedades tanto alimenticias como espirituosas.Un palacete modernista por amor
Quizás no es descabellado pensar que este individuo provenga de los patios de uno de las mayores instituciones religiosas que albergó la ciudad antigua: el convento de la Concepción Bernarda. En cualquier caso, su presencia resulta cuanto menos enigmática: su elección como especie del jardín de corriente innovadora es calificable de muy dudosa, ya que en esa época ya empezaba a imperar la introducción de flora exótica. Entonces cabe preguntarnos: ¿Cómo era esa zona de la ciudad antes del cambio al siglo XX? En respuesta a ello quizás no es descabellado pensar que este individuo provenga de los patios de uno de las mayores instituciones religiosas que albergó la ciudad antigua: el convento de la Concepción Bernarda. Éste se erigió al poco de la Conquista, en el año 1582, ocupando un amplio espacio hasta por lo menos el año 1700. En el plano de Pereira y Pacheco del año 1833 los límites del convento ya aparecen desdibujados, aunque parece intuirse que el jardín del antiguo conservatorio nunca fue edificado.
Aborigen reconvertido
La teoría para explicar la conexión de este mocán con los primeros
habitantes insulares, pudiera verse reforzada al recordar que lo que
terminarían siendo los jardines de los patios del convento primero
fueron huerta y botica, por lo que la presencia de frutales es de
suponer abundante. Eso sí, debió ser un aborigen reconvertido desde
Acorán al cristianismo quien transmitiera la tradición sobre este, ya
arcaico, aprovechamiento forestal.
Quién sabe si el mocán del antiguo conservatorio es hijo, o incluso
nieto, de aquellos que poblaron los exuberantes bosques que existieron
en la fértil vega del río Guiniguada. Pudiera considerarse, pues, como
una reminiscencia viva y cultural de otros tiempos en los que, nosotros,
los humanos, éramos perfectos conocedores de la madre naturaleza y de
sus dulces secretos.
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