martes, 16 de julio de 2019

ANTONIO CERRILLO, en La Vanguadia
El expolio del lentisco
Cuadrillas de trabajadores clandestinos entran sin permiso en las fincas y extraen masivamente la planta para ser comercializada



El expolio del lentisco

¿Es el último saqueo a la Naturaleza? Los bosques catalanes (y de otras zonas del Mediterráneo) están sufriendo una extracción masiva de lentisco, una planta mediterránea que está siendo objeto de un comercio clandestino y sin control. Propietarios forestales, excursionistas y otros sectores ciudadanos apuntan que el lentisco sufre un verdadero expolio, y denuncian tanto los daños como la conflictividad que se ocasiona.
La falta de protección específica de esta planta y la insuficiente de vigilancia son dos circunstancias que se producen en un contexto de falta de respuestas de la Administración autonómica, mientras se está incrementando de manera exponencial este aprovechamiento de recursos forestales.
El resultado es un lucrativo mercado que empieza a tener impactos ambientales. Por eso, diversos sectores reclaman al Departament d’Agricultura una actitud más activa para prevenir los daños y los conflictos que se están ya ocasionando.
“Los veo cada mañana; son cuadrillas de trabajadores que se adentran en el bosque, y actúan con impunidad; convencidos de que nadie les va a decir nada”, explica Sabina M. R., de Fontrubí (Alt Penedès), que suele toparse con ellos en su paseos con su perros.
La extracción irregular del lentisco está registrando un aumento exponencial en los últimos años.
El Departament d’Agricultura admite que el corte indiscriminado de esta planta “es una práctica que se ha visto incrementada en diferentes lugares de Catalunya, especialmente en zonas periurbanas”.

Organización
Un trabajador transporta un fardo de lentiscoEstos trabajadores (o los responsables de estos operativos) deberían pedir permiso, al menos, para legitimar su actividad; pero no lo hacen.
Y además, se repiten los conflictos con los dueños de bosques, que no pueden parar estas incursiones.
Las operaciones se hacen con un despliegue de recogedores muy bien organizado.
Los conductores de decenas de furgonetas reparten los trabajadores irregulares por diversas zonas a primeras horas de la mañana para hacer acopio de estas plantas.
Las cuadrillas podan el lentisco, hacen ramos y luego agrupan los fardos que son recogidos por los vehículos.
El material es transportado al mercado de la flor de Vilassar para venderlo a diferentes almacenes que comercializan la planta (entre ellos a Holanda), que tienen diversos usos ornamentales, incluidas las ceremonias funerarias.

Planta apreciada
La planta es muy resistente. No se arranca, sino que se poda y luego viaja en camiones frigoríficos, lo que permite una buena conservación.
La recolección cubre amplios territorios: en primavera y otoño, Garraf, Alt Penedès, Baix Penedés, Baix Llobregat o Tarragonès, mientras que en verano se actúa en comarcas interiores, más húmedas.

Denuncias
Los denunciantes se quejan de que los agentes rurales no están actuando con la contundencia necesaria. Los dueños de fincas dicen sentirse indefensos y lamentan que sus quejas caigan en saco roto. Los agentes rurales sólo actúan si reciben una denuncia formal del propietario; pero los expedientes no prosperan, aducen. “Nadie de la Administración se ha preocupado de hacer una evaluación de la situación que se están ocasionando”, afirman. Furgoneta de transporte
Al ser preguntado por estas quejas, el Departament d’Agricultura señala que, “a fecha de hoy, no hay ninguna normativa administrativa específica sectorial”, por lo que “únicamente se puede exigir la autorización del titular de los terrenos”.
En un escrito de respuesta, la Direcció General d’Ecosistemes Forestals i Gestió del Medi comenta que se “está trabajando en la elaboración de una orden que regule determinados aprovechamientos forestales silvestres no madereros y su comercialización”. Y que en esta normativa, se ha incluido, entre otros, el lentisco.

El subdirector general de Boscos, Enric Vadell, juzgó, no obstante, que hay “quejas puntuales”, pero afirmó que la inclusión del lentisco en la posible nueva regulación “no es una demanda prioritaria del sector”.
Vadell recalcó que, aunque no hay una normativa específica para proteger la planta, tanto el Código Civil como la Ley Forestal catalana garantizan que “no se puede hacer cualquier aprovechamiento”.
El Departament d’Agricultura informó que en el 2018 los agentes forestales se presentaron 14 denuncias y en lo que va de año ya han formulado 12.
Otras fuentes insisten en la posibilidad -y la conveniencia- de que se eche mano a la ley estatal de Montes para reforzar la contundencia, pues ésta tipifica como sanción administrativa “la corta, quema, arranque o inutilización de ejemplares arbóreos o arbustivos de especies forestales, salvo casos excepcionales autorizados…”

Los vecinos consultados por este diario se quejan de la falta de respuestas reales al problema. “Si estos recolectores no tienen autorización no deberían poder actuar. Y, sin embargo, vemos que entran en los bosques como Pedro por su casa. Los agentes rurales no pueden hacer la vista gorda y dejarlos que salgan con el lentisco”, señala Sabina R. M.

“Avisamos a los agentes rurales y nos dicen que el lentisco no está protegido. ¡Pero el bosque sí está protegido! No se pueden dejar basura ni restos de poda por todas partes. No se puede matar de esta manera a los arbustos. Se están saltando la normativa”, añade un propietario de Garrraf. “Antes venían cuatro individuos; ahora son 40; a las siete y media de la mañana ya están trabajando. Van a saco; cogen el lentisco sin ningún miramiento; si respetar la floración ni los ciclos de la naturaleza. Y si les dice algo, se encaran contigo”, señala este propietario.

En noviembre del 2011, el Parlament aprobó una resolución (ICV y CiU) en la que se pidió que se tomaran medidas contra la “destrucción” del lentisco, que “pone en peligro de desaparición a este especie” (Pistacia lentiscus)



Impactos de todo tipo, irregularidades
Ramos desaprovechados



Ramos desaprovechados

La extracción del lentisco comporta no solo impactos ambientales. Los restos desaprovechados de las plantas no aptas para el comercio se abandonan en el medio natural, lo mismo que otros residuos generados por los trabajadores en su actividad diaria (gomas usadas para hacer los fajos, papel aluminio, botellas, bolsas).
Es habitual también que estos trabajadores hagan fuego en el suelo para calentar su comida, sin que adopten las mínimas condiciones de prevención de incendios. Además, estas personas no tienen ningún tipo de contrato y cobran en metálico.
También se está infringiendo la normativa de seguridad viaria, pues frecuentemente las furgonetas llevan 10 trabajadores con permiso para dos. “Yo pago mis impuestos y espero que sirva para algo. Aquí el descontrol es total”, dice un propietario con desánimo.
El exalcade de Argençola (Anoia), el psicólogo Toni Lloret Grau, ya pidió hace años al Departament d’Agricultura que se elaborara urgentemente un reglamento para facilitar la intervención en los distintos niveles de la cadena de recolección y venta de lentisco.
Lloret expuso que ‘las personas que hacen estas recolecciones, a menudo grupos que quedan repartidas por los bosques desde mañana hasta la tarde, no piden permisos ni a los propietarios de los bosques, ni a los ayuntamientos, ni a la asociación de propietarios forestales de Argençola”. Dadas las grandes cantidades de productos que cosechan, es evidente que se trata de una actividad económica, expuso. También denunció “el hecho de que estas personas hagan fuego incontroladamente en el bosque, sin pedir el preceptivo permiso, algo que los habitantes de la zona sí que tienen que pedir...”.

Una especie mediterránea, refugio de aves
El lentisco es una especie muy típica del área mediterránea que crece en comunidades con mirto, coscoja, palmito, aladierno, zarzaparrilla y sirve de protección y alimento a pájaros y otra fauna exclusivos de este ecosistema.
Crece en forma de mata y a medida que envejece, desarrolla troncos gruesos y gran cantidad de ramas gruesas y largas, de forma que puede convertirse en un árbol de hasta 7 metros. De flores pequeñas, el fruto es una drupa, roja y luego negra, no comestible para el hombre pero sí para las aves.
En la época clásica y en la Grecia actual el lentisco se emplea como chicle; de su látex se elabora una goma aromática llamada almáciga o mástique, usada en medicina odontológica y para hacer barnices. También se utiliza para aromatizar licores.
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