sábado, 6 de febrero de 2016

FRANCESCO PETRARCA (Italia, 1304-1374)

Viendo a un árbol caer, cual si arrancado
por fuerte viento o por el hierro fuera,
y a su excelso despojo en tierra echado
y esparcido, y su débil raíz fuera,

vi otro, que por objeto me había dado
Amor -y por Euterpe y Caliope, era
yo el sujeto-, que a mi se había enroscado
como al muro o al tronco enredadera.

Aquel laurel en el que hacían nido
mis suspiros y ardientes pensamientos,
que no lograron agitar su fronda,

en el albergue fiel al que han subido
echa raíces y a él tristes acentos
llegan aún, y no hay quien les responda.

Traducción Ángel Crespo
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