sábado, 3 de octubre de 2015

¿POR QUÉ LAS HOJAS EN OTOÑO CAMBIAN DE COLOR?
de Únete al planeta

Cada otoño, los árboles se tiñen de tonalidades rojas, amarillas y marrones. ¿Por qué sucede esto?
En otoño, la reducción de luz solar provoca cambios en la producción de tres de los pigmentos más importantes de las hojas: clorofila, carotenoides y antocianinas. Los científicos han estudiado las razones que causan la caída de las hojas en otoño, todo un derroche de color no del todo bien analizado. Las hojas dejan de producir la clorofila verde en respuesta a las frías temperaturas y las pocas horas de luz, y es por ello por lo que pueden capturar la luz del sol y transformarla en energía. Porque la clorofila es sensible al frío y a ciertas condiciones meteorológicas como las heladas tempranas se anula su producción. Así también, los pigmentos naranjas y amarillo, llamados carotenoides, también encontrados en las zanahorias, refulgen en las hojas.

Paul Schaberg, fisiólogo de plantas del U.S. Forest Service lo explica así:El color amarillo ha estado ahí todo el verano pero no lo vemos hasta que el color verde empieza a decolorarse. En árboles como álamos y hayas ese es el cambio dominante de color.

Los científicos por su parte saben menos sobre los matices rojo radiantes que llenan los bosques de arces y fresnos en otoño. Este color rojo procede de las antocianinas que, a diferencia de los carotenoides, solo se produce en otoño. Ellos también dan el color a las fresas, manzanas rojas y ciruelos.

En un árbol esos pigmentos rojos actúan beneficiosamente como un filtro solar, pero bloqueando la radiación más perjudicial y protegiendo a las hojas del exceso de luz. También sirven como anticongelante, protegiendo las células de la congelación y son beneficiosos como antioxidantes.
¿Por qué un árbol pone toda su energía en fabricar una nueva antocianina rubicunda justo cuando la hoja está a punto de caer? La gente ha especulado que tal vez es algo que ayuda a las hojas a tratar su estrés. Si fabricar éstas antocianinas ayuda a la hoja a permanecer en el árbol un poco más, esto podría ayudar al árbol a absorber algunas elementos naturales beneficiosos antes de la caída. Así, el árbol podrá usar esos recursos para su crecimiento en la siguiente estación.

CLOROFILA...
Se encuentra en las hojas de las plantas, es el compuesto encargado de realizar la fotosíntesis (convertir el CO2 en oxígeno y carbohidratos) y es quien absorbe los rayos rojos y azules de la luz del sol (y refleja las ondas verdes, de ahí el color).
La clorofila es el motor de las plantas, por eso en periodos de crecimiento como la primavera y verano es el pigmento más abundante. Sin embargo, es un compuesto no muy estable. Cuando los días se acortan y las temperaturas bajan, la clorofila se descompone y los pigmentos verdes se comienzan a deslavar.

Arce
CAROTENOIDES...
Los carotenoides también absorben los rayos de sol y ayudan a la fotosíntesis, sólo que lo hacen a menor escala, absorbiendo una diferente gama de rayos de luz (absorben los azules y verdes, así que reflejan los amarillos). Cuando la clorofila comienza a descomponerse, queda el amarillo de los carotenoides. Cuando éstos también comienzan a desaparecer, queda el color marrón, por ejemplo el de los robles.


ANTOCIANINAS...
Finalmente, las antocianinas absorben rayos azules y verdes y reflejan una gama de colores como escarlatas, o incluso púrpuras, por eso árboles como los maples o los zumaques, se ven de color rojo.
Por supuesto hay muchos otros factores que contribuyen al cambio de color de las hojas de los árboles, como la temperatura, humedad, pH y las condiciones del suelo. Pero es la luz (y su ausencia) la que juega el papel más importante en el cambio de colores que adorna cada otoño.
(Live Science)
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