domingo, 26 de abril de 2015

KENZABURO OÉ (Japón, 1935-2023)
M/T y la Historia de las maravillas del bosque

(....) En la vieja casa donde me crié, había un reducido huerto en la parte de atrás. Allí crecía un gran árbol, cubriendo con su follaje todo el huerto, como si éste hubiera sido creado sólo para el árbol. Se consideraba "el árbol de las bolas de cera", cuyo origen estaba ligado a Oshikome. Al contrario de los viejos árboles robustos, su apariencia era enclenque: sólo su base estaba re cubierta de musgo y era retorcida, y daba la impresión de haber alcanzado una edad considerable, lo que lo convertía en un árbol maravilloso. Este árbol era para mi abuela una gran motivo de orgullo. Cuando guardaba cama en su cuarto, desde una ventana por la que jamás penetraba la luz miraba con compasión el delgado tronco del "árbol de las bolas de cera". Cuando hablaba de Oshikome y de las bolas de cera, con un gesto del todo teatral me ordenaba abrir la ventana que daba al huerto de atrás. Lo hacía para mostrarme que el árbol que entonces veía, frente a mí, tenía su origen directo en el comportamiento de Oshikome. Se dice que cuando hubieron pasado los días del extraño y gran estruendo, Oshikome se quitó de sus orejas blancas y regordetas las bolas de cera y que lanzó una hacia las alturas del bosque y la otra hacía el valle, exclamando: "¡Ah, cuanto tiempo he estado pensando esto!"
      La bola lanzada al valle se deslizó en la tierra húmeda y germinó, dando lugar al "árbol de las bolas de cera", y es precisamente el que creció en el huerto trasero de mi casa. El otro " árbol de las bolas de cera" crecía en el bosque y merecía la consideración de árbol gigantesco. Aparte de mi abuela, los otros ancianos pretendían que cuando la calma volvió a la hondonada, Oshikome fue a enterrar la bola de cera en el bosque, y que al germinar la bola dio este árbol gigante, e ignoraban así el árbol que había en mi huerto trasero...

Biografía

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