miércoles, 4 de junio de 2014

CIPRESES CONTRA EL FUEGO

Los últimos días de junio de 2012 ardieron en Andilla, en el interior de la provincia de Valencia, casi 20.000 hectáreas de arbolado y otras 30.000 se quemaron esos días en Cortes de Pallás. Fueron dos de los incendios más graves en la historia de la Comunidad Valenciana.
      En el interior del territorio quemado hay una parcela experimental conformada por diversos tipos de cipreses plantados en 1992. Estos cipreses apenas sufrieron bajas. Los técnicos de la empresa pública Imelsa -Diputación de Valencia-, fueron a visitar las parcelas de cipreses: el experimento había funcionado favorablemente.

       Los análisis llevados a cabo en la zona del incendio de Andilla demostraron que el 90% de los ejemplares de ciprés plantados en la zona había sobrevivido. Se quemaron los pinos, los carrascos, las encinas, los quejigos, las coscojas, los enebros, las sabinas y las aliagas, pero la barrera formada por 946 cipreses de distintas especies y una altura de unos 9 metros se salvó rodeada por el fuego. Una superficie de 8.892 metros cuadrados ignífuga. Incluso en el interior de la pardela había un pino rodeno antiguo que sucumbió a las llamas pero no así los cipreses.
       Los expertos aseguran que el ciprés mediterráneo tiene unas características morfológicas y ecológicas que le hacen "especialmente interesante" en la lucha contra los incendios: "menor inflamabilidad y combustibilidad que otras especies, baja emisión de partículas incendiarias, disminución de la biomasa presente en la superficie y su acción como cortavientos, lo que dificulta el avance del fuego de copa, de suelo y los incendios explosivos".
Pero todo esto lo podréis leer en un interesante libro que ha editado IMELSA y que está disponible en la red.





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Aunque no todo el mundo esté de acuerdo, somos como somos.
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