01 junio 2025

DYLAN THOMAS (Gales, 1914-1953)
Being but men

Being but men, we walked into the trees
Afraid, letting our syllables be soft
For fear of waking the rooks,
For fear of coming
Noiselessly into a world of wings and cries.
If we were children we might climb,
Catch the rooks sleeping, and break no twig,
And, after the soft ascent,
Thrust out our heads above the branches
To wonder at the unfailing stars.
Out of confusion, as the way is,
And the wonder, that man knows,
Out of the chaos would come bliss.
That, then, is loveliness, we said,
Children in wonder watching the stars,
Is the aim and the end.
Being but men, we walked into the trees.

* * * 
 
Siendo tan solo hombres

Siendo tan solo hombres, entramos en los árboles
temerosos, dejando a nuestras sílabas ser suaves
por miedo a despertar a los grajos,
por miedo a venir
silenciosos a un mundo de alas y llantos.
Si fuéramos niños podríamos escalar,
encontrar a los grajos mientras duermen y no romper una sola rama,
y, después del suave ascenso,
impulsar nuestras cabezas por encima de sus copas
para maravillarnos ante las estrellas constantes.
y el asombro, que el hombre conoce,
fuera del caos vendría a la bendición.
Eso, entonces, es la belleza, dijimos,
niños que miran las estrellas maravillados,
eso es la meta y el final.
Siendo tan solo hombres, entramos en los árboles.

Traducción: María González de León

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29 mayo 2025

Un expléndido trabajo en busca de la conexión entre nuestros nombres y la naturaleza. Id al original en el enlace...

MIGUEL ALONSO, en su blog NATURALEZA, de 2018
Nombres inspirados en el bosque
 

La tarea de hoy es encontrar nombres de persona relacionados con los bosques. Nombres bonitos, quizás para futuros bebes, que conecten a las personas que los llevan con una parte tan importante para la vida como son los árboles y los ecosistemas que conforman.
nombres inspirados en el bosque

      Hay un montón de nombres de persona relacionados con la naturaleza en general, pero concretamente relacionados con los bosques y los árboles hay también muchos nombres. Saber quién se llama por alguno de estos nombres puede ser consultado en el instituto nacional de estadística en este enlace: Nombres INE.
     Las personas, como seres humanos que somos, partimos de una base en la que todos éramos arborícolas: animales que vivíamos en los árboles y en sintonía con la naturaleza. Tener un nombre relacionado con los árboles nos devuelve el mutualismo con nuestros orígenes.
    La lista de nombres es extensa, por lo que los voy a clasificar en varias ramas, como si se tratara de un gran árbol de los nombres. O más bien, un extenso bosque de la diversidad, en donde cabría, como en una gran reserva forestal de montaña, diversas zonas. Una sería relativa a la propia esencia del significado, unido en cierto modo con el carácter mitológico que da buena cuenta de muchas de las palabras que usamos hoy en día.  Y por otra parte, una alusión a todas aquellas referencias directas de quien se llama como aquellos a quien desde bien antiguo se veneraba. Esos entes que con sus raíces creaban lazos de unión fundiendo en un mismo ecotopo a animales, plantas y hongos. Todos dependientes directamente o indirectamente de los gigantes de las plantas.
 

Nombres relativos al conjunto de los bosques y las selvas

Nombres que significan o aluden al árbol: Árbol / Ilán / Aoki

      Si Árbol fuera un nombre de persona establecido como común no nos resultaría tan exótico, ya que existen muchos nombres con referencia directa, como: Estrella, Luna, Nieves o Paloma; por ejemplo. Pero existen nombres como Ilán y Aoki que significan árbol. Ilán es hebreo y Aoki es un nombre japones que significa árbol verde. Del hebreo también tenemos Teva, que significa naturaleza. En euskera Zuhaitz significa árbol, y Sukil significa "el tronco de navidad". Sukil es un nombre poco común que guarda en esencia antiguas costumbres paganas del culto al sol a través de la madera de los árboles.
      Del árbol salen las ramas y en Euskera hay dos nombres que tienen que ver con las ramas y las ramitas: Abar para chico y Abarne para chica. Se asemejan a Ramos en castellano. Estos dos nombres están sacados del diccionario de la real academia de la lengua vasca euskaltzaindia. Una colección de nombres basados en el "Deun-ixendegi Euzkotarra", santoral publicado por Sabino Arana y Koldo Elizalde.
      Del inglés sale Timber, aludiendo a la madera, de donde se asocia Timberly, semejante a Kimberly.

Nombres que significan o aluden al bosque: Bosque / Aaron / Oihan....

      De por sí solo, Bosque sería un nombre muy bonito para llamar a nuestros retoños, incluso podría ser un nombre sin género. De bosque derivan muchos nombres en diversas lenguas. Bosco, se puede usar como nombre, pero viene de un apellido italiano que tiene referencia al bosque, y es popular por San Juan Bosco. Aaron significa bosque en hebreo, Shajara (شجرة) es bosque en árabe, Nahele es el nombre hawaiano para bosque. Del euskera hay nombre tanto masculino como femenino para referirse al basoa (bosque): Oihan y Oihane. Como se puede leer en el euskaltzaindia, que es la palabra en euskera que designa al bosque. Oihan también puede ser tomado como selva. De nombres griegos nos podemos encontrar con Xylon y Xylona, que significan provenientes del bosque. Y existe el nombre Forrest, popular por la película Forrest Gump.
      Incluyo en la lista de nombres relacionados con el bosque el nombre de dos parques naturales de Galicia: Aloia y Eume. Aloia fue el primer parque natural de Galicia y ahora empieza a ser un nombre utilizado para niña; las Fragas do Eume es uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa, y también es el nombre de un río. Eume como nombre es corto y muy poco común. En euskera hay un nombre similar a Aloia que es Alaia, que significa alegría. Tampoco hemos de olvidarnos de otro bosque espectacular de la península ibérica: la selva de Irati, uno de los mejor conservados bosques de hayedos y abetos de Europa. Irati existe como nombre, y ya de por sí, tiene relación con los helechos. Y hay otros dos hayedos con nombres interesantes en Asturias, el de Pome y el de Hermo.

Nombres con referencia mitológica 

     Silvano, en la mitología romana es el dios protector de los bosques. En principio era un dios etrusco llamado Selvans. Sus nombres se asocian fácilmente con los bosques densos y llenos de vida, la selva. Selva es un bonito nombre también para niña, con mucha fuerza, que tiene el derivado Silvia. Silvia significa que es natural de los bosques. De Silvano se deriva Silvana, Silvio, Silverio, Silván, Silva, Silas... Algunos tienen también su variante en euskera, Silvia puede ser Silbia ó Silbe, Silván es Silbán y Silvana es Silbane. Para Silvia hay también una variante griega que es Xylia.
    De la mitología romana también tenemos el nombre Diana, diosa romana de los bosques, que tiene similitud con la diosa Artemis griega. De tener dos hijas y querer darle un bello significado, si la mayor se llamara Diana y la menor Silvia, significaría que la hermana mayor siempre estaría protegiendo a su hermana pequeña. Otro nombre relacionado con los árboles es Hespérides, de la mitología griega, que proviene de las ninfas de los árboles frutales, también conocidas como mélides, de donde podría derivar el nombre Melinda.
     Si el dios latino de los bosques es Silvano, Sucellos es su homólogo en la mitología celta. Sucellos es dios no solo de los bosques, sino de la agricultura, la medicina celta y las bebidas alcohólicas.
     En la mitología eslava también tienen dioses relacionados con la naturaleza y los bosques. Leshy es el espíritu del bosque, que protege la naturaleza. Es equivalente al Basajaun y Barsandere del País Vasco. Leshy viene a significar el anciano del bosque. También está Boruta, que significa pino. Boruta viene de Borevit que era también un dios de los bosques y la caza. Los dioses eslavos también se asocian con Fauno y con Pan por su carácter burlón. 
     La mitología nórdica, a pesar parecer tan bélica, también tiene dioses protectores de la naturaleza y los bosques, como Jord (Jörð), diosa madre de la Naturaleza, que vive en un santuario del bosque desde donde protege a la vida vegetal en general. Jord equivale a Nerthus en la mitología germana. Y recibe también nombres como Hlodin (Hlôdyn), HerthaFjorgen (Fjörgyn) y Eartha. De este último viene la palabra inglesa Earth (La Tierra). De Hlodin tiene relación el nombre griego Elodie, que también tiene referencia a la fertilidad. y de Fjorgen podría ser Fiorella o Fiorgina. Fiorella viene del italiano pequeña flor y Fiorgina no se si existe realmente como nombre en castellano. De Nerthus también se deriva Nerta, como diosa de la naturaleza.
      Y no hay que olvidarse de los kodamas (木霊) japoneses, que son espíritus del bosque que protegen a todos sus habitantes. Son espíritus pacíficos y tranquilos, pero que se disgustan si alguien no tiene respeto por el medio ambiente.

Nombres relacionados directamente con los árboles

      Nombres relacionados con los árboles pueden existir tantos como los tipos de árboles diferentes que pueblan La Tierra, y se estima que hay más de 60.000 especies diferentes de árboles. Árboles que pueden también tener tantos nombres como culturas los conozcan. La lista aún se está haciendo en Global tree search o buscador de árboles. Por ello voy a enumerar algunos ejemplos de nombres y su relación. De conocer algún nombre más que no salga estaría muy agradecido si lo dejaras en los comentarios.

Con el abedul
     Abedul como nombre es muy raro, pero podría ser un bonito nombre, ya que el abedul es un árbol medio mágico que antiguamente era considerado como el árbol de la sabiduría. Se conoce en latín como "betula pendula" y aún no usándose en castellano por el nombre común, si tiene más acepciones que son utilizadas. En euskera el nombre Urko deriva de urki, abedul. Según el instituto nacional de estadística, en España existen 2794 personas con este nombre. En Asturias se conoce como Abidur o Bidur. En Galicia como Bidueiro, Bido Bídalo. Del catalán tendríamos Bedoll, Bedot, Bedut. Todas, menos en euskera tienen relación con la palabra Betu, de origen celta, de donde se originó la palabra latina betulla. Así sucede también con la palabra inglesa Birch, que guarda relación. Del escocés antiguo tenemos BirkBerk es abedul en neerlandés, Birke en frisio y en alemán. Todas variantes de Betu.
Los abedules son árboles de climas fríos, y según vamos subiendo por el mapa encontramos que la verdadera magia de los abedules está en el norte de Europa, donde hay bosques y bosques de diferentes tipos de Betulas. Abedul en finés se dice Koivu, y en sueco encontramos un nombre muy conocido musicalmente, Björk, que en noruego es Bjørk. Aunque la cantante Björk es de Islandia, donde abedul también se dice Birki.

Con la acacia
      Acacia es espinoso en griego. En castellano existe Arancha, de origen euskera (Arantxa o Arantza), que tiene que ver con los espinos, también está la variante Aránzazu. Los espinos son las plantas que tienen espinas, el nombre se refiere a cualquier lugar con plantas espinosas, como los bosques secos. Ya que como espino nos podemos referir al Crataegus monogyna, conocido como Majuelo, espino común, espino albar... la acacia farnesiana o espinillo blanco, o los espinos negros, de la especie rhamnus... Un nombre ideal para poner si nos encantan este tipo de ecosistemas. De chico también tendríamos Acacio. Acacio, que resulta ser un nombre más popular según el INE que Acacia.

Con los alisos
      Los alisos están emparentados con los abedules. Ambos árboles pertenecen a la familia de las betuláceas. Aliso es un árbol que se utiliza para hacer guitarras. Dentro del género hay un Alnus. Haltz en euskera.

Con la amelia
      El árbol de Amelia (Melia azedarach), se conoce también como cinamomo, Melia o árbol santo. Aunque nada tiene que ver este árbol con el cardamomo.

Con el avellano
      Avelino o Avelina tienen relación con el avellano (Corylus avellana), el origen de Avelino está en el norte de la península ibérica y significa que procede de las avellanas. Y es un nombre que se puede convertir en otros dos: Abel y Lino. Es un nombre en desuso, ya que se suele usar comúnmente Abel tal cual, pero Avelino tiene santoral el 10 de Noviembre. Abel tiene un origen completamente distinto del de Avelino y nada relacionado con los árboles. También existen las variantes en euskera de Avelino y Avelina como Abelin y Abeliñe, ó Hurritz, que es avellano en euskera.
      Más nombres de nombres de árboles que empiezan por A podrían ser: Acebo (Gorosti en euskera), AilantoÁlamo, (Makal en euskera), AlerceAlmez, AraliaArce (Artigar en euskera), ArecaArgán, Aromo, Azuceno...

Con el castaño
      Las castañas eran antiguamente un alimento fundamental en regiones como Galicia, y por ello los castaños (Castanea sativa) eran muy apreciados. Castaño ó Castanea son nombres con fuerza. En euskera se conoce como Gaztainondo. De castaño se derivan BrunoBrunaBrunella, aunque tienen que ver más con el color castaño. Del hindú, más vinculado también al color castaño que al árbol, existe el nombre Arún. Del propio árbol del castaño se pueden usar los nombes griegos originales como Kastana y Kastanon.

Con el ciprés
      Ciprés, nombre asociado con Chipre. En euskera Nekosta. En México hay uno de los árboles más antiguos del mundo. Se llama el árbol del Tule, que significa el árbol de la iluminación. Tule es por ello, otro nombre corto pero con mucho significado. Se basa en las leyendas zapotecas, poco conocidas, pero muy interesantes. La leyenda zapoteca para el árbol de Tule indica que fue plantado hace más de 1000 años por Pechocha, un sacerdote del dios del viento.

Con el drago
      El drago (Dracaena Draco) es un árbol muy llamativo de las islas canarias, símbolo natural de la isla de Tenerife, aunque también se encuentra en más islas y en Marruecos. Es un árbol considerado mágico, ya que su savia, al contacto con el oxígeno del aire se oxida y se vuelve roja. Y esta denominada sangre de Drago era utilizada por los antiguos aborígenes guanches como medicina.
      El drago está asociado con el dragón, en su nombre latino lo indica: Dracaena draco, que significa Dracaena Dragón. Por ello los nombres que tienen relación con este árbol también lo pueden tener con los dragones, como la constelación de Draco. Y entonces nos acordamos del nombre Draco, que nos recuerda a Harry Potter y su personaje Draco Malfoy, o al conde Draco de barrio Sesamo (en España), ya que en Latinoamérica se le conoce como conde Contar. Aunque también se podría utilizar como nombre Drago, o Dracón, aunque Dracón está asociado a las leyes draconianas, ya que fue el primer codificador de leyes de Atenas.

Con el fresno
      El fresno (Fraxinus) es el árbol de la buena suerte, que según creencias antiguas atraía fortuna y alejaba las desgracias. Fresno puede ser un nombre original, ya que apenas se escucha, y seguro que atrae buen karma. Fresno también es el nombre de una ciudad de Estados Unidos.
Como los demás nombres, Fresno tiene más acepciones: En euskera se dice LizarOrnella viene de Orno, tiene origen en el fraxinus ornus, o fresno de flor, es más frecuente su uso en Italia. En catalán se dice Freixe.
     En noruego freso es Ash, como el protagonista de pokemon. También como el nombre de uno de los primeros humanos según la mitología nórdica. En sueco es Aska. E incluso en esperanto, como Cendre. Pero los nombres más populares relacionados con el fresno vienen del inglés: Asthon y Ashley.

Con el laurel
      Nombres que tienen que ver con el laurel (Laurus nobilis) hay muchos. Desde propiamente Laurel, muy utilizado en el mundo anglosajón, hasta Lauro, Llauro, LaureanoLaura, Lorenzo, Lawrence, Loreto y Dafne. Y otros nombres tienen también relación, como Aurelio y Apolo. Ya que el laurel también se conoce como el árbol de Apolo. En el mundo romano era normal coronar a los triunfadores con una corona de laurel, por ello, el nombre va asociado a triunfo. Y aludiendo a la corona de laurel existe el nombre hebreo Kelila, que ha revertido en Kayla. Y existe un nombre similar en lengua mapuche: Lahual, que también tiene relación con un árbol, aunque no con el laurel curiosamente, sino con el Alerce, del genero Larix.

Con el olivo
      Del olivo (Olea europaea) salen varios nombres, como Olivio, Olivia, Óliver, Olivier, Oliveiro. El olivo es el árbol símbolo de la paz, la bandera de naciones unidas lleva una rama de olivo. Si en Roma los triunfadores llevaban coronas de laurel, los novios a punto de casarse llevaban coronas de olivo, está así consagrado a la diosa Minerva.

Con el olmo
      El olmo (Ulmus) es un árbol noble, que simboliza alcanzar nuevas metas, por ello está asociado con Hermes, que según la mitología griega es el dios mensajero. Olmo, así mismo, es el árbol del encuentro, árbol perdurable, el árbol de la palabra, que como dijo Machado: Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. Olmo es un bonito nombre que empieza a ser más utilizado, se dice Zumar en euskera. Hay un nombre parecido: Elma, que podría ser Olma, pero viene del griego amable. Y también existe Elmo, como el personaje de barrio sésamo. De la mitología nórdica tenemos un nombre que viene de Almar (Olmo): Embla, supuestamente uno de los dos primeros humanos, junto con Ask (Fresno). Son una representación nórdica de Adán y Eva. Embla sería Eva, nacida a partir de un tronco de Olmo. En inglés se dice Elm.

Con el pistacho
      Llamar a nuestro hijo Pistacho, como el árbol "Pistacia vera" puede resultar muy llamativo, es parecido a Nacho. El Pistacho también es conocido por el nombre de Alfónsigo, una variante de Alfóncigo. Según la RAE: Árbol que pertenece a familia de las anacardiáceas, de unos tres metros de altura, hojas compuestas de color verde oscuro, flores en forma de bulbo cerrado y fruto drupáceo, con una pequeña almendra de color verdoso comestible de tipo oleaginosa dulce, llamado pistacho. El nombre Alfónsigo, aunque se parece a Alfonso, no tiene mucha relación. Y por último el alusivo latino de la planta: Vera, un nombre que es sinónimo de verdadero. Como que es el pistacho de verdad.

Con el roble
      Roble es un árbol sinónimo de fuerza, de majestuosidad, de robusto, aunque robusto viene más bien de roble que roble de robusto, su nombre latino es quercus robur. Poner de nombre Roble a nuestro hijo es sinónimo también de justicia.
      Adair proviene del gaélico, es una especie de variante de Edgar, que tiene la derivación en la siguiente frase: "from the oak tree ford", que quiere decir: "Del del roble", tiene variantes como Dare, Ada, Addie Addy. Relacionado con las hadas un poco en consonancia con el nombre Ada, está Driade, es un nombre referido a las ninfas de los robles, proviene de la mitología griega.
      Bajo la copa de los robles se impartía justicia y se juraban antiguamente las leyes en algunas culturas de Europa, como en el caso del árbol de Guernica, un roble que hoy simboliza las libertades tradicionales de los vascos. Haritz es la palabra en euskera que designa roble. Y para coronar con el roble, un nombre que luce de antiguo: Robustiano, que significa robusto como un roble.

Sabina / Sabino
      La sabina es un árbol sagrado de los íberos, un junípero exclusivo de la península ibérica, silueta hermosa en el horizonte, que destaca en su entorno, ya que las sabinas son árboles de bosques abiertos. La corteza es peculiar como deshilachada, que no se pudre nunca. Es una madera preciosa muy dura, y que al quemarla desprende un fuerte olor. Otro dato curioso es que para que una sabina nazca es necesario que su falsa semilla haya sido comida por un animal. Es un árbol de lento crecimiento. Con la Sabina se nos pueden venir varios nombres a la cabeza, como Sabrina. Que si bien suena muy parecido, Sabrina tiene que ver con la mitología celta y la diosa de un río llamado Severn. Tienen en particular que tanto las sabinas como el río Severn están asociados con la lentitud de su curso, es decir, la calma.
      Otro nombre que está asociado con este árbol es Sabino, forma masculina de sabina. Nombre que han llevado personajes tan ilustres como Sabino Arana, a quien cité anteriormente por su santoral de nombres de la lengua vasca.
     Y es curioso todos los nombres que este árbol recibe en lengua castellana: agallaras, agallujas, agayuga, albarra, cagurrias, cedro de España, enebra, enebro de incienso, enebro de la bardera, gallaritas, gayuba, trabina.... Y de entre tantos nombres hay uno que suena muy bonito para persona, el de la sabina mora, conocida como Araar.

Con el tejo
      El tejo (Taxus baccata) es un árbol milenario, el árbol de la vida y la muerte, venerado por los antiguos celtas y que ha estado en la cultura popular como árbol sagrado hasta hace bien poco. Ha sido un árbol de remedios medicinales, de venenos, de apreciada madera, e incluso como árbol asambleario, ya que al ser un árbol mucho más longevo que cualquier humano formaba parte de las raíces colectivas de nuestras aldeas y pueblos. Aunque hoy todo ese simbolismo se ha perdido casi al completo. Por ello Tejo es un nombre emblemático, que junta naturaleza con nuestras raíces, con la vida y la muerte. Pero no solo existe Tejo como nombre en relación con este increíble árbol. Hay varios nombres fácilmente reconocibles asociados. 
     Otros posibles nombres relacionados con el tejo son: Ivo, Ivon, Ivonne derivados de Ives, del latín Ivonis. De Ives se deriva también YvesYvette, Yvonne en Francia. Ivette en alemán, que guarda relación con arquera, ya que la madera del tejo es de las mejores maderas para hacer arcos. En inglés, para decir tejo la palabra es similar: Yew. Aunque existe un nombre más conocido que guarda relación: Owen, que está relacionado en castellano con Eugenio, el bien nacido. Pero parece ser que su origen más tiene que ver con el irlandés antiguo, siendo una variante de Eogan, que significa "nacido del tejo", que guardaría relación en cierto modo con el significado de Eugenio también. También hay cierta similitud con Iván, que significa Juan.

Con el tilo
      Los tilos son los árboles longevos, conocidos como los árboles de la resurrección, de donde se saca la flor de tila. Pertenecen a la familia de las malváceas, osea que de estos árboles se podrían sacar los nombres Tilo y Malva. Tilo, Etki en euskera. Existen también los nombre: Lynae, Lynn o Linea, que significan "árbol de tila", de origen escandinavo. El famoso botánico, naturalista y zoólogo sueco Carlos Linneo, podría tener alguna relación en su apellido con este árbol. En inglés Linden también alude al tilo, de donde se puede derivar Lindsay (isla de tilos) y Lindsey (tilos cerca del agua). Y en alemán Lindberg es la montaña de tilos, que se podría españolizar como Limber, aunque Limber es un nombre proveniente de África que expresa felicidad.

Más nombres relacionados con árboles pueden ser:
     Babaco, Boldo, Bumelia, Bracho, Cabirma, Callistemo, Camelio, Carpe, Castaño, Casia, Casuarina, Catalpa, Cebil, Cedro, Ceiba, Ceibo, Cidro, Cina, Copey... Ébano, Encina (Arte en euskera), Clementina, Enebro, Glicina, Haya, Magnolia, Nogal, Teca, Pino, Tamara es Palmera en hebreo, Sauce (Willow en inglés y Sahats en euskera), Serbal (Rowan en inglés) Yukari es árbol de pera hermosa en japonés. Otros como Junípero podrían parecer muy raros, pero son nombres de santos, como San Junípero Sierra. Junipero (John Doe) es también uno de los personajes de la novela de Douglas Coupland JPod.

      Hacer un listado de nombres inspirados en el bosque no es tarea fácil. Ya que, como indiqué al principio, existen tantos tipos de árboles diferentes y les damos tantos nombres en nuestras diversas lenguas humanas, que seguro que aún habrá muchos otros nombres que no haya puesto, o incluso que existan posibles erratas en algunos, ya que también las lenguas se han ido entremezclando a lo largo de los siglos y muchos de los significados antiguos han ido variando con el tiempo. Pero si conoces algún nombre más, o tienes alguna sugerencia sobre alguno de los existente me encantaría, a mí, y a otra gente interesada en el artículo, que lo escribieras en comentarios.
 
Información:
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26 mayo 2025

MARÍA ANDRADE, LIFE Wood for Future, Abril 2025
Las choperas depuran las aguas contaminadas por fertilizantes agrícolas en la Vega-Granada
La investigación del IFAPA prueba la capacidad de este cultivo de aprovechar los nitratos en su crecimiento y evitar que contaminen las aguas subterráneas.
Wood for Future, estudio hecho en la finca del IFAPA

Una investigación realizada en el marco del proyecto europeo LIFE Wood for Future/Madera para el Futuro, liderado por la Universidad de Granada (UGR), ha puesto de manifiesto la capacidad de las choperas de depurar las aguas con nitratos procedentes de fertilizantes agrícolas y evitar que esas sustancias se filtren a las aguas subterráneas.
     El estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de la Junta de Andalucía demuestra que este cultivo tradicional de la Vega de Granada aprovecha esos nutrientes en su crecimiento e impide que contaminen el acuífero de Granada, la masa de agua subterránea más importante de la provincia, que abarca 39 municipios, incluida la capital, y sobrepasa ampliamente los límites máximos de concentración de nitratos legalmente establecidos, de 37,5 mg/l en aguas subterráneas.
     En el ensayo realizado en la finca del IFAPA en el Camino de Purchil entre los años 2020 y 2022 se recogieron muestras de suelo a diferentes profundidades en tres ensayos de choperas con diferentes regímenes de riego entre abril y septiembre: sin limitaciones hídricas (riego por inundación cada dos semanas); con limitaciones hídricas moderadas (cada tres semanas); y con limitaciones hídricas severas (cada cuatro semanas), así como en zonas colindantes.

      “Los análisis revelaron que la cantidad de nitratos presentes en el suelo es mucho mayor en las parcelas sin cultivo y sin riego, y cómo su presencia disminuye en las parcelas con plantaciones de chopo, especialmente aquellas con riegos más frecuentes, ya que para que las plantas puedan absorberlos, los nitratos deben estar disueltos en agua”, explica la técnico especialista del IFAPA María Ángeles Ripoll. Así, la presencia de nitratos es mayor en las capas más profundas y aumenta notoriamente cuando la plantación se expone a limitaciones hídricas severas en todas las profundidades.
     Además, en las zonas colindantes a cada uno de las choperas a las que no llega el agua de los riegos la concentración de nitratos aumenta considerablemente respecto a las zonas a las que sí llega el agua pero no hay chopos, “donde al no haber vegetación los nitratos son lixiviados hacía horizontes más profundos, pudiendo alcanzar el nivel freático y contaminar las aguas subterráneas”.

     Esta investigación confirma estudios anteriores que demostraban que las choperas filtran las aguas residuales urbanas empleadas para su riego, ha recordado el coordinador del proyecto LIFE Wood for Future, Antolino Gallego. “El resultado de esta investigación, acompañado por el uso de las aguas regeneradas impulsado por la Junta de Andalucía, juega muy a favor de la sostenibilidad del sector del chopo, la salud pública y la biodiversidad de nuestras riberas de ríos y arroyos, pues garantiza la recarga de los acuíferos y manantiales con aguas limpias”, ha subrayado el catedrático de la Universidad de Granada. “Falta también que la Junta entienda este gran servicio que ofrecen gratis las choperas a todos los ciudadanos y se lo compense a los agricultores con la inclusión de este cultivo en los esquemas de ayudas agrarias”, ha concluido Gallego.

Otros beneficios del chopo

     Debido a su rápido crecimiento -pueden alcanzar unos 20 metros de altura en diez años-, el chopo tiene una gran capacidad de secuestrar CO2 de la atmósfera, hasta 20 toneladas al año, es decir, 30 veces más que los cultivos herbáceos por los que ha sido sustituido en la Vega de Granada. Además, las choperas tienen un papel protector frente a los gases y partículas contaminantes, procedentes fundamentalmente del tráfico rodado y las calderas de calefacción, y son capaces de amortiguar los efectos negativos de las intrusiones de polvo sahariano. También actúan como vaporizadores naturales, ya que aumentan la humedad del aire y disminuyen la temperatura entre 3 y 6 grados en verano. Por último, estos cultivos contribuyen a evitar la erosión del suelo y atraen una gran biodiversidad.

     LIFE Wood for Future/Madera para el Futuro, que ha obtenido financiación del Programa LIFE de la Unión Europea [LIFE 20 CCA/ES/001656] para el medio ambiente y la acción por el clima, está integrado por la Universidad de Granada, la Diputación Provincial, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, la Universidad de Santiago de Compostela y la spin-off 3edata.
     El proyecto, además de fomentar la recuperación de las alamedas de Granada con la constitución de la agrupación Marjal, que reúne a un centenar de productores, impulsa la creación de una industria maderera transformadora y la investigación de nuevos materiales para la construcción sostenible industrializada a través de la spin-off IberoLam Timber&Technology

Fotos: LIFE Wood for Future
https://www.elindependientedegranada.es/tags/economia/life-wood-for-future
https://www.elindependientedegranada.es/economia/estudio-demuestra-que-choperas-depuran-aguas-contaminadas-fertilizantes-agricolas-vega
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23 mayo 2025

ANDREA HEILSKOB, 2018
Nuestra casa en el bosque
Libro comentado por CÉSAR-JAVIER PALACIOS

Manual práctico para vivir (o no) en lo más profundo del bosque

¿Y si en este nuevo año nos vamos a vivir a una cabaña en lo más profundo del bosque? Yo siempre soñé con vivir en una casa así. De niño hice varios intentos de construir viviendas en lo alto de los árboles con discretos resultados. ¿Quién no ha soñado alguna vez con algo parecido? El libro ‘Nuestra casa en el bosque’, editado por Volcano, aborda el asunto: tener una vida sencilla, vivir en plena naturaleza como si fuéramos colonos.

Andrea Hejlskov lo soñó y tuvo los arrestos necesarios para hacerlo. Ella, su marido y sus cuatro hijos, uno apenas un bebé. Lo vendieron todo para seguir ese sueño. Quemaron sus naves y con apenas lo puesto se internaron en un mundo forestal totalmente desconocido. Eran de Dinamarca y se fueron a los bosques de Suecia, eran oficinistas y quisieron ser autosuficientes, vivir de lo que da el campo, escapar del mundo consumista, luchar por reaprender tareas esenciales como cortar leña, encender fuego, lavar ropa en el río o construir su propia cabaña con troncos de los árboles. Una idea preciosa. Hermosa. Pero como era de esperar, más idílica que realista.

Nuestra casa en el bosque (Volcano Libros, 2018) narra la descabellada decisión de toda una familia por comenzar una nueva vida, más auténtica, más austera, en lo más profundo de un aislado, inmenso y desconocido bosque escandinavo. Una honesta narración en primera persona de la bloguera y activista medioambiental Hejlskov, quien en este libro autobiográfico confiesa todas sus insatisfacciones previas pero también reconoce sus posteriores errores y miedos en ese nuevo entorno tan hostil, además de sus logros, que no son pocos.

Temperaturas de hasta menos 30 grados centígrados. Mucha nieve, pero igualmente lluvias torrenciales durante semanas. Toda la dureza y ninguna comodidad. Cuando una ducha de agua caliente se convierte en un lujo inalcanzable pero el nacimiento de la primera lechuga de la huerta es un intensísimo rayo verde de esperanza. Andrea terminará por no reconocer sus antiguas manos de oficinista, ahora sucias y duras, de currante real. Pero logrará establecer una estrecha conexión con el campo y consigo misma inimaginable, gozosa.

Uno busca en este libro un relato épico, la perfección de vivir en plena naturaleza, una vida auténtica desconectada de la moderna sociedad de consumo donde todo transcurre plácidamente, recoges flores, comes deliciosas bayas del bosque, haces mermeladas y pasas las horas relajado frente al calor de la chimenea leyendo un libro. Pero las cosas no son como el lector se las imagina ni Hejlskov y su familia se las esperaban. Ni mucho menos. Más bien ocurre lo contrario. Los pobres se pasan el día currando, algo que era habitual en el mundo rural de antaño y que hogaño hemos olvidado.

Machismo rural

Lo más sorprendente, hasta la indignación, es comprobar cómo desde el minuto uno, en esa nueva vida y en ese nuevo ambiente feliz donde el mundo se reduce a una familia de seis miembros aparecen los roles de género más machistas del patriarcado tradicional. El marido corta troncos de sol a sol, construye una cabaña y se emborracha cuando llega reventado por la noche a casa. La mujer cocina, lava, limpia, cuida de los niños y se cabrea una y mil veces por esta situación tan injusta, pero no logra cambiarla, alguien lo tiene que hacer y le ha tocado a ella. El niño mayor ayuda al padre. La niña mayor a la madre.

Comen poco y mal, odian el lluvioso otoño, temen la llegada del terrible invierno, viven sucios sin agua corriente y ante todo son terriblemente paradójicos. Sus únicos ingresos económicos son las ayudas de 1.000 coronas por hijo que reciben mensualmente de ese gobierno danés del que tanto desconfían. Y con ese dinero que desprecian pueden pagarse la gasolina para ir a comprar comida al supermercado de la población más cercana, el combustible para el generador de luz de la casa, la conexión a Internet del ordenador, el ron y el tabaco que les da ánimos nocturnos. Nadie es perfecto, ni siquiera en el bosque.

Problemas con la basura

Hay muchas crisis en esta historia, pero yo me quedo con la más increíble de todas ellas. Después de llevar viviendo varios meses en el bosque se dan cuenta de algo en lo que no habían previsto: las basuras. Habían comenzado a acumularlas en cantidades inmensas, vidrios, latas, plásticos, restos de comidas. Ni reciclaje ni porras. En el bosque no hay contenedores. Pueden llevarla al vertedero, pero tienen dos problemas insalvables. El primero es ¿cómo transportarlas? No caben todas en el coche. El segundo puede sorprender a un español: en Suecia hay que pagar por usar el vertedero. Y no tienen dinero.

Sus escasas visitas a la ciudad tampoco le satisfacen. Se siente en ellas como una salvaje asombrada, inadaptada, asustada por tanta prisa, tanto estrés, tanta deshumanización. Es una mujer diferente.

Andrea no engaña a nadie y menos aún a ella misma. Escribe con valiente humildad, reconociendo sus muchas dudas y desvelando incluso los malos rollos con un marido que pasa demasiado de ella, empeñado en construir una cabaña mejor donde instalarse todos antes de la llegada del invierno. Y con unos hijos que también quieren decidir su futuro.

El lector se siente un cotilla mirando por el ojo de la cerradura de esta familia del bosque tan peculiar. Ella quiere ser feliz pero apenas lo logra. Cuando lo consigue, apenas unos instantes de hermosa felicidad siguiendo el vuelo de una libélula o el reflejo de un rayo de sol, los registra con pulcritud de notario. Son breves atisbos de eternidad ciertamente emocionantes.

Como reconoce en el libro, “quería contar una historia verdadera, así que escribí sobre los problemas y dejé aparte la belleza, ¡pero estaba ahí presente, y era sobrecogedora!”.

Todo. Lo cuenta todo. Son las pegas (o las virtudes) de ser bloguera, actividad relatora que Andrea mantiene desde 2011 y de la que este libro es un resumen extendido de su cuaderno de bitácora. De hecho, contra todo pronóstico, a día de hoy sigue viviendo en ese mismo bosque que tantos quebraderos de cabeza y alegrías le ocasionan, y sigue contando las peripecias vitales a través de su cuenta de Instagram y de su blog personal. Su anterior vida como directora de una agencia de coaching y consultora empresarial ha quedado definitivamente olvidada.

¿Cómo termina esta aventura? Lee el libro, aunque te doy dos pistas. Al final les salva el bosque. Y les salva la familia.

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Momentos de oro del libro

“Nos ceban con miedo, como a los gansos. Hasta que consiguen que nos rindamos. Que ya no nos indignemos por nada. Que nos volvamos indiferentes. ¿Quién puede seguir siendo sensible en este mundo sin volverse loco?”.

“El aire olía a bosque y a cielo estrellado”.

“El fuego es lo que nos hace humanos”.

“Cuando cae la nieve suena exactamente como un susurro”.

“La vida en el bosque es realmente extraña. En verano uno se pasa todo el tiempo preparándose para el invierno, y en invierno, todo el tiempo soñando con el verano”.

“El bosque empezó a oler distinto, más intenso. Olía a madera seca, a musgo húmedo, a roca caliente, a tierra blanda, a río que fluye, y a nosotros mismos. Empezamos tener otro olor; igual que les pasa a los animales, teníamos nuestras propias marcas olfativas”.

“Estuve allí tumbada durante un buen rato mirando las estrellas. Me imaginaba que caían lentamente sobre mi rostro, como copos de nieve”.

‘Nuestra casa en el bosque’, de Andrea Hejlskov. Traducción de Ilana Marx. Volcano’ Libros, 2018. 320 páginas, 21,50€.

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20 mayo 2025

Trasmochos

ÁRBOLES TRASMOCHOS
Río Seco a su paso por Ababuj (Teruel) Foto de Gobierno de Aragón
Según la RAE, un árbol trasmocho es un árbol descabezado o cortado repetidamente a cierta altura de su tronco para que produzca brotes. Pero la realidad es más compleja que una simple definición. El trasmocho ha sido una manifestación histórica y cultural que no solo ha sido importante en la península ibérica, sino que ha sido una confluencia cultural de muchas sociedades de distintos continentes.
      Es un monumento natural que ha llegado hasta nuestros días como consecuencia de un aprovechamiento tradicional que realizaban nuestros antepasados en algunas especies de árboles.

     Un trasmocho es un árbol al que se le cortan las ramas principales a cierta altura, normalmente dejando un tronco alto, del que luego brotan nuevos tallos o ramas que se dejan crecer partiendo de ciertos criterios. Es la forma de disponer de troncos sin necesidad de cortar el árbol. A su vez, una vez que se tienen nuevos brotes, se eligen y se dirigen para obtener diferentes formas con el fin de obtener en el futuro especiales piezas de madera. De esta manera se conseguía un bosque denso a dos o tres metros de altura y una amplia extensión pastable en los pies de estas centenarias joyas ambientales.
     Estos árboles trasmochos pueden tener diversos orígenes:

Entre las principales especies tradicionalmente trasmochadas se pueden destacar: robles, hayas, fresnos, castaños, chopos, sauces, e incluso laureles.
Excepcionalmente, hay otras especies que tradicionalmente se han aprovechado como monte bajo para la obtención de leñas como la encina, que también ha sido trasmochada, para el aprovechamiento también del ganado. Este tipo de corte de ramas, cambiando de continente, se hace sobre los baobabs en temporada de escasez de pastos.
     Es preciso indicar que la forma y el plazo de hacer el trasmocheo era diferente en función de las especies. En fresnos, chopos y sauces se realizaba el desmochado de todas las ramas cada 8-10 años, mientras que en robles, hayas y castaños las podas periódicas se hacían cada 15-20 años.
     Cuando recibimos una noticia de trasmocho en otras latitudes nos sorprendemos, pero en la península se pierde en la memoria de los tiempos el comienzo de esta técnica de aprovechar los recursos naturales.
Daisugi - Japón
     Un ejemplo lo tenemos en Japón cuya técnica se llama Daisugi, que, por lo que sabemos, se realiza sobre la Cryptomeria japonica o sugi,  especie de conífera confundida con el cedro.

¿Dónde se hace hoy día el trasmocho?

     Prácticamente en toda la península se realiza esta técnica sobre diferentes especies. 
     Bosques de robles (rebollos y quejigos) en Castilla y León, Madrid, Euskadi o Navarra.
     En Castaños se hace sobre todo en Galicia
     Encinas y alcornoques en dehesas de Extremadura, Andalucía y Castilla, aunque con una técnica algo distinta.
     En Aragón se realiza sobre los álamos, donde hay fiestas conmemorativas.
     En olmos, fresnos, sauces y álamos en zonas húmedas o de ribera.
     Zonas recomendadas para verlos y poder disfrutar de su presencia paisajística.
- Valle de Omaña en Castilla y León (León): Robles y fresnos monumentales.
- Parque Natural de Aralar en Navarra / Gipuzkoa: Hayedos trasmochos, muy antiguos.
- Valle de Karrantza en Bizkaia: Robles y fresnos con formas espectaculares.
- Sierra de Aracena en Andalucía: Castaños viejos, aún productivos.
- Hayedo de Montejo en Madrid: Trasmochos entre hayas centenarias.
 
¿Deben conservarse los trasmochos?

     Diríamos que deben conservarse pero cuando un oficio pierde su función perdemos directamente ese tipo de cultura. Quedarán algunos románticos durante algunas décadas pero... Vamos a perder una parte cultural, un determinado paisaje, a nivel ecológico perdemos estructuras con gran biodiversidad y se perderá una parte de la historia.
Sauce trasmocho en Allepuz,  Parque Cultural del del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, Chabier de Jaime
Información:
Apuntes sobre Trasmochos, editado por la Diputación Foral de Gipuzkoa en coordinación con la Fundación HAZI
www.trasmochos.net
https://www.ecologistasenaccion.org/35724/
https://asociaciontrasmochos.org/que-es-un-trasmocho/  
En Olalla, Teruel, Fotos del autor del blog
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