03 octubre 2012


LUIS VIDALES (Colombia 1900-1990)
La palma de cera del Quindío




A la palma del Quindío
le conté mi sueño un día.
Era la palma, era,
era la palma de cera,
Estracción de la cera
la palmera,
la palma del sueño mío.
Cohete que sube al cielo
y estalla en el estrellío.
Y cuando pasan los vientos
la palma se vuelvo río...
Oíd el río del aire,
el río..., la palma del niño mío.
Aquí la palpo guardada,
Aquí en el pecho,
al lado izquierdo del alma
en donde llevo al Quindío.



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28 septiembre 2012

PEDRO Y SU ROBLE
Colección Molinillo de Papel


Un roble lleno de hojas,
de savia, de frescor,
y un niño, Pedro
que trepa por él,
que se esconde entre
su follaje,
que juega y duerme en sus ramas.
Pero llega el otoño y
las hojas del roble se secan y caen.
Pedro trata de salvar a su árbol
de esta pérdida, que a él le parece
una enfermedad incurable.

Con aire de fábula y poesía,
el relato de Claude Levert y
las imágenes de Came Solé se han
fundido en una original forma
de presentar al niño
el paso de las estaciones,
los cambios de la naturaleza,
en una palabra,
el misterio de la vida.
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22 septiembre 2012


CARLOS FDEZ. SHAW (Cádiz 1865-1911)
Fuego en los pinos

La noche ha comenzado con fuego en los pinares
De un monte muy frondoso. Densísima humareda
Se escapa por la herida de la roja arboleda.
¡La van acribillando las chispas a millares!

Crujen los pinos, crujen las resecas retamas.
El fuego está en la cima, junto al cielo encendido.
El monte es un gigante de piedra, que ha querido
Ponerse una corona magnífica de llamas.

¡Como un Rey aparece! ¡Rey fantástico, loco!
Ya atajan el incendio… Ya mengua poco a poco,
Lamiendo los peñascos de un hosco precipicio…

…Al cabo, en el reposo de la noche, muy clara,
Sin luz y bajo el cielo, el monte es como un ara
Que ofrenda el humo vano de un vano sacrificio.
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17 septiembre 2012


CONSUELO JIMÉNEZ DE CISNEROS (Alicante 1956)
Un árbol (A lo largo del camino)

Un árbol solo, pequeño,
en la infinitud del páramo,
una garra vegetal
rompiendo el paisaje en cuatro,
una clave para abrir
la soledad de los labios:

-Porque aún se podrá hablar
si, siquiera, escucha un árbol-

Porque no será desierto
absolutamente, cuando
persista ante el huracán
una sombra, un punto, un algo,
un retorcido latir
de hormigas, madera, brazos
nostálgicos de la flor,
y de la hoja nostálgicos.

Un árbol solo, pequeño,
en la infinitud del páramo.
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