martes, 4 de marzo de 2025

La sabina de Chirivel, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Una sabina solitaria

Esta es la sabina albar (Juniperus thurifera) que crece en el paraje del Pozo Franco (Ayuntamiento de Chirivel), en el extremo oriental de la Cordillera Bética y dentro ya del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, en Almería. 
     Se trata de un ejemplar, declarado Monumento Natural de Andalucía el 1 de octubre de 2003, posiblemente milenario, que crece en un altiplano a más de 1600 msnm, en una región de duro clima continental, con grandes variaciones térmicas y períodos de sequía estivales. Esta especie constituye una reliquia de los bosques esteparios del Terciario. Se caracteriza por su lento crecimiento y sus hojas en forma de escama para evitar la pérdida de agua. Su madera es dura y de buena calidad, rica en resinas y muy apreciada en ebanistería, lo que provocó su tala masiva en el pasado. 
     Su altura total es de ocho metros, con un tronco de dos metros de altura y un perímetro -medido a 1,30 del suelo- de 3 metros. Su fisonomía es consecuencia de las duras condiciones meteorológicas en las que vive, especialmente de la nieve, de forma que para disminuir su exposición presenta un aspecto achaparrado y piramidal. 
     Antiguamente en la zona se cultivó cereal (más de subsistencia que otra cosa) y en la actualidad presenta escasos matorrales y un elevado porcentaje de roca caliza descubierta.


Otra entrada para esta sabina
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sábado, 1 de marzo de 2025

FERNÁN SILVA VALDÉS (Uruguay, 1887-1975)
Bajo un árbol


Yo quisiera acostarme bajo un árbol,
bien envuelto en mi poncho,
sobre los yuyos verdes y fragantes;
y con los ojos a medio cerrar
ver nacer y agrandarse los astros
de una noche americana.

Yo quisiera acostarme holgadamente
y dormir, y dormir,
con el sueño tranquilo que antes tuve,
mareado por el aire puro y agrio del campo,
y arrullado como un niño
por la voz afónica del silencio.

Yo quisiera dormirme bajo un árbol
con un sueño de niño,
y luego despertarme fresco y ágil
entre los pliegues de mi poncho,
a la hora en que el alba en el oriente
está como un relámpago que se ha quedado inmóvil. 

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