One two tree
Un corto producido en el ambito de la residencia joven y pública Folimage, traído de la mano de "Krapo arboricole"
"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti. A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
Un corto producido en el ambito de la residencia joven y pública Folimage, traído de la mano de "Krapo arboricole"
Hemos recopilado en este catálogo 288 especies de palmeras cultivadas en España pertenecientes a 93 géneros. De casi todas ellas existen ejemplares bien desarrollados y establecidos, habiéndose ilustrado 219 mediante una fotografía de su aspecto general. Toda esta información habría servido de base, una vez desarrollada y trabajada, para la confección de la familia Arecaceae del tomo IX de la Flora Ornamental Española. Sabemos de la existencia de muchas más especies en cultivo, pero no tenemos información suficiente sobre la existencia de ejemplares consolidados, por lo que no han sido incluidas de momento en el catálogo. Agradecemos información sobre especies bien establecidas en España y que no hayan sido incluidas.
Pueden ver el catálogo PDF en... http://www.arbolesornamentales.es/Las%20palmeras%20cultivadas%20en%20Espana.pdf
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Adansonia madagascariensis |
Distribución de esta especie |
Esta vez los senderos nos llevan muy lejos, a la isla mítica de los baobabs, Madagascar. Partimos de Diego Suárez (Antsiranana), la capital del norte, en "taxi-brousse" hacia la popular playa de Ramena, en la península de Oronjia. Le decimos al chófer que nos pare en el camino que conduce a las playas Sakalava, el paraíso de kitesurf. Parte de esta península está protegida, pero de aquí se extrae la arena que la capital utiliza para la construcción, (curioso modo de protección). En un principio un dédalo de caminos inducen a la confusión, pero no hay problema, la zona está habitada y, si tienes dudas, los lugareños te indicarán la dirección correcta. También haremos caso de los letreros de kitesurfing que conducen hasta las playas del viento. Son apenas 4 km hasta el gran baobab pero tardamos una hora porque lo tomamos con calma y el piso es de arena.
Es un Adansonia madagascariensis, que parece estar fuera de su ubicación natural ya que es el único que vemos en la zona. De todas formas, a lo largo del viaje, estamos viendo que los baobabs crecen muy dispersos, como evitando la competencia. Adansonia es el nombre científico con el que Linneo honró al sabio francés que describió por primera al baobab visto en Cabo Verde, Michel Adanson (1737-1806).
Esta especie de baobab también tiene otro nombre, Adansonia bernieri Baill. en honor de Alphonse C. J. Bernier (1802-1858) que visitó el extremo norte de Madagascar y recolectó gran número de plantas, incluido este especimen de baobab. Pero fue Henri E. Baillon quien lo catalogó en 1874. Tiene la corteza gris y puede llegar a los 20 m de altura. Es el único baobab cuyas flores tienen los pétalos de color rojo oscuro. Florece de febrero a abril. Se distribuye por el tercio superior de la costa oeste de la gran isla (mapa superior). El mapa de la distribución de la especie se ha sacado de: especies en peligro de extinción.
De las ocho especies de baobabs existentes en el mundo, siete están presentes en Madagascar y seis de ellas son endémicas. En Australia se encuentra la octava especie.
En nuestro caso son las 10 de la mañana cuando visitamos al baobab. Comienza a hacer calor pero tenemos víveres para afrontar la vuelta completa a la península. Desde el baobab se puede continuar por el camino que se indica en el mapa, pero también se puede ir por las playas hasta la "Baie des Pigeons", donde hay que continuar por el interior hacia Ramena. Los lugareños estarán encantados de que aceptemos comida y bebida en alguno de sus puestos. Después de un refrigerio en la playa de Pigeons continuamos para alcanzar las playas de Ramena. Es una pequeña vuelta a esta encantadora península de playas vírgenes. Llegamos a Ramena a las 14 horas, una hora excelente para encargar la comida y tomar un baño.
Por desgracia desconozco la botánica de la zona constituida por lo que llaman bosque seco espinoso. Estamos en noviembre, en puertas de la llegada de la lluvia. El impenetrable bosque parece triste pero encierra el espíritu del sueño de la lluvia. Sí distinguimos los omnipresentes y espectaculares Pachypodium lamerei, los rastros flamboyán (Delonix regia) expulsando las semillas, aún sin su espectacular floración... Madagascar es el sueño de cualquiera al que le interese la botánica. Aunque seas un profano aquí verás formas de vida absolutamente diferente al resto que hayas visto en tu lugar de origen.
En la playa des Pigeons he descubierto, a través de la documentación que me traje del viaje, un baobab del tipo Adansonia za (punto naranja)
Pachypodium lamerei |
TAKAHASHI HIROSHI (Japón, 1960)
El Jijisugi del monte Haguro (prefectura de Yamagata)
Contemplando las siluetas de estos gigantes que, en medio de un paisaje nevado, esperan silenciosamente la llegada de la primavera, puede sentirse la portentosa vitalidad que, agazapada hoy bajo una resistente corteza, con el tiempo acabará desbordándose.
A medida que se avanza hacia el Norte, los árboles caducifolios tienden a disminuir su proporción y las coníferas pasan a ser las especies dominantes. Se cree que esto ocurre porque estas especies están mejor dotadas para protegerse del frío del invierno y de la nieve. Y no son pocos los ejemplares que, no pudiendo resistir el peso de la nieve acumulada, pierden alguna de sus grandes ramas. Entre ellos los hay también que pierden su tronco principal, lo cual puede ocasionarles la muerte. Y es como si estos seres que luchan denodadamente por sobrevivir en tan duras condiciones nos transmitieran su ansia por disfrutar cuanto antes de la llegada de la primavera.
Las costas del mar del Japón correspondientes a las regiones de Tōhoku y Hokuriku están entre las que reciben mayores precipitaciones de nieve del mundo. Los árboles gigantes que crecen en las zonas más nevosas, aunque puedan encontrarse cerca de las áreas pobladas, no son nada fáciles de visitar durante el invierno, pues quedan aislados por la nieve. Y la satisfacción que produce poder rendirles una visita en estas condiciones es, por ello, mucho mayor. Resulta incluso conmovedor verlos ahí, resistiendo heroicamente hasta que la primavera acabe por derretir la nieve.
Especie: Sugi (Cryptomeria japonica, familia de las cuprasáceas, subfamilia Taxodiaceae, género Cryptomeria).
Dirección: Recinto del santuario de Dewasanzan, Aza Tōge 7, Tōge, Haguro-machi, Tsuruoka-shi, Yamagata-ken 997-0211
Perímetro del tronco: 8,3 m. Altura: 48,3 m. Edad: 1.000 años.
Designado monumento natural nacional
Tamaño ★★★ Vigor ★★★★ Porte ★★★★ Calidad del ramaje ★★★
Majestuosidad ★★★★★
La avenida del monte Haguro que conduce al santuario sintoísta de Dewa tiene una longitud, contándola desde la puerta de Zuishinmon, de dos kilómetros. A ambos lados de los 2.446 escalones de piedra que salvan el desnivel hay hileras de cedros japoneses a los que se atribuye una antigüedad de entre 300 y 600 años. Son más de 400 cedros que crean un ambiente misterioso, manteniendo las inmediaciones en la penumbra incluso a mediodía. Esta avenida fue declarada Patrimonio Natural Nacional Especial y constituye uno de los conjuntos naturales más bellos de Japón. Ayudado por el boom de lo espiritual que se ha visto en Japón en los últimos años, este espacio sagrado atrae cada vez más miradas.
A unos 10 minutos caminando desde la base de esta avenida arbolada, cuando el visitante ha cogido ritmo de marcha y está en condiciones de disfrutar del paisaje, puede atisbarse, escondida entre los cedros, una pagoda de cinco alturas declarada Tesoro Nacional, cuya construcción se atribuye tradicionalmente al guerrero del siglo X Taira no Masakado. Y como si de un heraldo de esta egregia pagoda se tratase, hunde sus raíces en el paraje un imponente cedro llamado el Jijisugi (tío cedro) del monte Haguro. De proporciones incomparablemente mayores que las de los árboles que lo rodean, impresiona al caminante por su aspecto macizo y su altura, que parece rasgar las nubes.
Se dice que en otros tiempos se alzó junto a este cedro otro todavía más grande, verdadero protector del recinto sagrado. Al parecer, durante el periodo Edo se usaban los apelativos de “abuelo cedro” y “abuela cedro” para referirse a estos dos ejemplares, y la pareja debió de llamarse los “Esposos Cedros”. Pero en 1902 un fuerte tifón tumbó a uno de ellos. Cuentan las leyendas locales que la pérdida de su cónyuge sumió en el llanto al superviviente tres días con sus tres noches. Posteriormente, este fue declarado Patrimonio Natural Nacional, recibiendo entonces su actual nombre. Algunos afirman que fue el abuelo el caído y la abuela la superviviente, pero ya no hay forma de saberlo.
Es esta una arboleda que ofrece una gran diversidad de matices a lo largo de las estaciones del año y una de las opciones es tratar de visitar este gigante cuando, rodeado de quietud, afronta con gallardía lo más crudo del invierno.
Revelaré, para finalizar, un atractivo más que ameniza el ascenso al monte Haguro: las 33 figuras en relieve que adornan sus escalones. Se trata de botes y vasos para servir sake, flores de loto, etc. Quien los descubra todos verá, según se cree, satisfechos sus deseos.
Nº 081
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MIGUEL ALONSO en "NATURALENDA", ene-2018
Nombres inspirados en el bosque
MÓNICA SERRANO Y SCOTT ELDER
Los primeros bosques, en Nat. Geographic, (May-2022)
Investigadores en China han descubierto fósiles del bosque más antiguo jamás encontrado en Asia, un terreno de 250.000 m2 que data de hace 365 millones de años. El género recién descubierto, llamado Guangdedendron, vivió cuando los árboles comenzaban a echar raíces en todo el mundo. El auge de los bosques alteró permanentemente la atmósfera y el clima de la Tierra.
Cambiando el clima
Durante el período Devónico, las plantas musgosas primitivas se convirtieron en árboles, que gradualmente se hicieron más grandes y abundantes. En conjunto eliminaron cantidades cada vez mayores de dióxido de carbono del aire, lo que provocó un efecto "antiinvernadero" que enfrió el planeta y expandió los casquetes polares.
Illustration: Raúl Martín. Sources: “The Most Extensive Devonian Fossil
Forest with Small Lycopsid Trees Bearing the Earliest Stigmarian Roots,”
Current Biology; Chris Berry, Cardiff
University; Patricia Gensel, University of North Carolina at Chapel
Hill; Gavin Foster, University of Southampton; Brigitte Meyer-Berthaud,
CNRS; Ernest M. Gifford and Adriance S. Foster, Morphology and Evolution of Vascular Plants; You-an Zhu, Chinese Academy of Sciences; NOAA
Lo hemos leído aquí
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El texto dice: “Este cambio de color en "Red Leaf Bella" a veces aparece tarde en la temporada” |