jueves, 27 de octubre de 2022

¿El pueblo español odia los árboles?

RAFAEL JIMÉNEZ ÁLVAREZ
Árboles centenarios perdidos en Córdoba

En septiembre de 1943, Enrique Romero de Torres como presidente apoderado del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional se une a la protesta de la Comisión Nacional de Monumentos por la tala de un ciprés bicentenario que crecía junto a la fachada barroca de la Iglesia de San Pablo, y la eleva al Director General de Bellas Artes.
 
A continuación transcribimos aquella protesta:
 
"Ilmo. Sr.: Reunida la Comisión Provincial de Monumentos para conocer el hecho de haber sido privada esta ciudad de uno de sus motivos públicos ornamentales más visibles; el ciprés, dos veces centenario que embellecía, daba aspecto pintoresco y decoraba la portada principal barroca del Real Convento de San Pablo que se alza en el centro topográfico de esta capital; y estimando que le incumbe, según las leyes vigentes, velar por el patrimonio que el pasado de Córdoba ha legado al presente, y que este tesoro abarca desde lo histórico, arqueológico y artístico, hasta lo simplemente pintoresco; y habida cuenta también de que no es éste el primer caso de lamentable desaparición, en la mayor parte de los casos injustificada, de tales aditamentos incorporados a la arquitectura urbana para embellecer su conjunto pues que, recientemente, fueron cortados ejemplares de esta clase de árboles simbólicos, que entraban por mucho en la singularidad del aspecto del jardín del Seminario Conciliar de San Pelagio, bello panorama que se ofrece al viajero a su entrada por el Puente Romano desde el Campo de la Verdad, y otros que respetaban en patios-jardines cordobeses, y eran vistos por ocupar el más alto nivel de la ciudad desde todas las torres y desde muchos lugares de ella, acordó por unanimidad:
1º.- Ver con disgusto que se atente contra el aspecto pintoresco de Córdoba, privándola de estos elementos decorativos, con menosprecio de la estética urbana, de los edificios en que hace años y siglos, crecían y se desarrollaban estos árboles y aún de la Comisión que tiene a su cargo la defensa de tales intereses de toda la provincia.
2º.- Que se solicite de la Com[u]nidad Religiosa que hoy tiene cedida por el Obispado de Córdoba, la iglesia de San Pablo, así como del Sr. Rector del nombrado Seminario la reposición -llegada que sea la época conveniente para el transplante de árboles- de los ejemplares talados, emprendiendo el cultivo de otros nuevos de altura, ahora no inferior a tres metros, los mejores que hubiere en el mercado de arboricultura, para que al paso de los años, y cuidados con esmero, pueda ser devuelto a los respectivos lugares donde la tala impremeditada que [se] efectuó, su aspecto artístico; y
3º.- Que se prevenga a los dueños o poseedores de edificios, como el Convento de Santa Isabel de los Ángeles, el Eremitorio de Belén en la Sierra, y otros, la obligación en que están de respetar estos elementos decorativos que embellecen, dan carácter y hasta hablan de ideas nobles y elevadas en su simbolismo tradicional en los sitios donde un día fueron plantados.
Esta Junta del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional hace suyos la protesta y acuerdos de la Comisión Provincial de Monumentos y al tener el honor de ponerlos en conocimiento de V.S., se permite con todo respeto someter a su alto criterio, si creyera conveniente dictar una orden o declaración, para evitar en lo sucesivo, que se repitan hechos semejantes en menoscabo de los intereses artísticos de Córdoba.
Dios guarde a V.S. muchos años. Córdoba 20 de septiembre de 1943. El Presidente Apoderado [Enrique Romero de Torres].
 
[Dirigido al] Ilmo. Sr. Director General de Bellas Artes."
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