jueves, 6 de octubre de 2022

De Fénix Canarias
El pino canario

Una de las características de los territorios insulares son las fuertes pendientes como las del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, en La Palma.
     Hoy te mostramos un caso curioso sobre geodinámica y su afección a una de las defensas del pino canario ante el fuego.
     En Canarias son habituales los desprendimientos de piedras que se deslizan ladera abajo, ya sea por tras fuertes lluvias, vibraciones, tormentas eléctricas o incluso el viento. La acción constante de estos eventos ha dado forma al paisaje que contemplamos hoy en día.
     En los bordes de caminos que transcurren por zonas con altas pendientes y que hayan ardido en las   últimas décadas puede verse pinos con un hueco en el lado de la pendiente de color negro en su base.
Estos huecos comienzan tras la pérdida de corteza por impacto de rocas. Aprovechamos para mencionar    la función protectora del pinar reduciendo la energía y el efecto erosivo de las rocas, aportando seguridad y protegiendo las infraestructuras.
     La corteza del pino canario tiene un espesor de entre 3 y 5 cm (hasta 18 cm en ejemplares monumentales), siendo de las más gruesas del género. Está formada por varias capas prensadas sin espacio para el oxígeno que favorecería la combustión, creando una pared aislante.
A la madera expuesta se le suma la pinocha. El fuego aprovecha esta debilidad para introducirse y formar los huecos. Cuando el fuego llega hasta el duramen (tea), que es mucho más combustible, puede intensificarse.
     La resistencia dependerá también del tamaño del árbol. A veces dejan grandes huecos donde puede caber una persona, pero siguen en pie mientras su estructura aguante. Si empiezan a retorcerse y a sonar frente a vientos moderados es una clara señal de que pronto caerán.
     Como ya hemos comentado en múltiples ocasiones, el pino canario no sólo se sobrepone a un incendio o un volcán por su capacidad de rebrotar. Pasado un tiempo sin incendios, y si la herida no es muy grande, puede cerrarse con nueva corteza.
     Hay casos curiosos, como la de los pinos que logran parar las rocas y siguen creciendo y adaptándose a su nuevo entorno.
     Aunque menos habitual, se han encontrado este tipo de heridas pero con una forma mucho más alargada y estrecha. En este caso provocado por rayos. Aunque el caso de tormentas eléctricas e incendios por causas naturales bien merece otro post
Orografía de la Caldera de Taburiente, La Palma
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