MAPLAL LOBOCH (Guinea Ecuatorial, 1912-1976)
El baobab (Pángola)
Árbol quizá el mayor
de cuantos se adornan
los campos de mi patria chica
¿qué mal hiciste que
doquier te hallas
opá do-fía te llaman?
Dicen mis viejos
allá en sus tiempos
y aún más allá de ellos,
a pesar de su frondosidad,
pájaro ninguno de los pocos
que tenemos por vecinos
vino a hacer su nido
en este árbol, que muere de tristeza
al borde del camino.
Enmudecidas quedan las lenguas
de grandes y chicos todos
de madres y mozas en particular,
y sólo sisean y cuchichean
bajo tu sombra al pasar
por no hallar otro ser al pasar
por no hallar otro sendero
que abreviar el camino
cuando el ocaso contrapuesto,
porque el sol se ha puesto
a la hora del regreso
o invertidas también las sombras
se dirigen hacia el mismo camino.
Niños todos de este pueblo,
desde edad muy temprana,
en sus pechos son depositadas
las sospechas que te atribuyen;
morada de demonios, espíritus malos
brujos, duendes y fantasmas
sólo hacen su nido es este árbol.
¿Qué mal hiciste que
doquier que te hallas
así te motejan?
Mis viejos sospecharon de ti
todas esas atribuciones, y más,
forasteros vendidos acá, que
conociendo lo superticiosos que son
o para intimidarles o acreditarse
de hechiceros capaces de aliviarles penas
o su simpatía ganar, a todos,
grandes y chicos, opá do-fía.
De "Antología de la literatura guineana" de Donato Ndong-Bidyogo
(Biblioteca de Sangüesa)
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