viernes, 30 de septiembre de 2016

PUBLIO OVIDIO NASÓN (Roma 43 a. C. - 17 d. C.) 
Metamorfosis de Mirra

Adaptación de Cristina Sánchez

     Mirra era una joven muy hermosa que había sido criada por sus padres con mucha ternura y cariño. Cuando llegó la hora de casarse fueron muchos los pretendientes que quisieron tomarla por esposa. Su padre le preguntó cuál de ellos le gustaba más como marido. Ante sus palabras, la niña primero se ruborizó y luego, bajando los ojos, se echó a llorar. El padre pensó que su hija era muy tímida y que estos asuntos la abrumaban. Se acercó a ella y con mucho amor secó sus lágrimas y cubrió de besos su frente y sus mejillas. Entonces Mirra levantó la vista hacia su padre y contestó: “Quisiera un marido que se pareciera a ti”. Y Cíniras, que no entendió sus palabras, le respondió: “No dejes nunca de querer a tu padre”. En cuanto oyó la palabra “padre”, Mirra, avergonzada de su deseo, agachó la cabeza.
     Al llegar la noche la joven no podía dormir. Daba vueltas y vueltas en la cama mientras un fuego le ardía por dentro y a su pensamiento volvía una y otra vez la imagen de su amado. Como sabía que era un amor criminal se avergonzaba; y aunque lo rechazaba, no podía dejar de pensar en él. Su indecente amor no tenía más reposo que la muerte, así que se levantó de la cama dispuesta a anudar su garganta con un lazo. Preparada ya para morir ahogada pronunció unas palabras de despedida: “adiós, querido Cíniras, espero que entiendas mi decisión”. Sus palabras, pese a haber sido pronunciadas muy quedas, fueron escuchadas milagrosamente por su nodriza. Abrió ésta las puertas del dormitorio de su niña y al ver la escena gritó y se abalanzó hacia la muchacha a fin de liberarla de sus ataduras. Cuando la hubo arrancado de la muerte la abrazó y comenzó a preguntarle: “¿Qué te ocurre, mi niña? ¿Qué te ha vuelto tan loca como para querer matarte? Eres aún muy joven para ir a la morada de Hades”.
     La anciana apremiaba con sus palabras a Mirra, pero ésta no contestaba. La nodriza continuó con su discurso: “Si alguien, mi niña, te ha hecho daño, dímelo. Yo sé de conjuros que pueden liberarte de cualquier mal. Te purificaré con un rito mágico. Viven tu madre y tu padre, ¿qué mal puede apremiarte?” Al oír la palabra “padre” Mirra suspiró y el suspiro hizo presentir a la nodriza que se trataba de una pena de amor. Sin sospechar quién era el objeto de su deseo rodeó a la niña con sus brazos y le dijo: “¡Estás enamorada!”. Mirra se soltó rápidamente y ocultando su rostro en la almohada le contestó: “No quieras saber más. Vete. Déjame. Lo que quieres saber es un crimen”. La nodriza se asustó y se dirigió nuevamente a ella. La amenazó con difamar su intento de suicidio si no le confesaba su nombre y a renglón seguido le ofreció ayuda para conseguir su propósito. Mirra se volvió hacia ella y, aunque intentó confesarle la verdad, las palabras no lograban salir de su boca. Tan sólo pudo decir: “¡Oh, madre, qué dichosa eres tú con tu esposo!”. No hizo falta más. La nodriza comprendió al momento que su amado era Cíniras, su propio padre. “Sea”, le dijo, “disfrutarás de tu…” pero no pudo pronunciar su nombre.
     La anciana esperó el momento propicio para ayudar a Mirra a conseguir su deseo. Cencreide, la madre de la joven, asistía a las fiestas de Ceres y pasaría fuera toda la noche. Cíniras estaba alegre por el vino y aceptó la invitación amorosa que la nodriza le hizo en nombre de una joven. Al preguntarle la edad, aquella contestó que era semejante a Mirra. Pactado el encuentro fue a buscar a la muchacha y le dio a conocer el engaño urdido. Al enterarse de la noticia, Mirra no sabía si alegrarse o entristecerse. No obstante, su deseo era tal, que al llegar la hora acordada, se encaminó a los aposentos de su padre. Aunque tropezó tres veces en el camino, aunque oyó tres veces el canto mortuorio del búho, llegó hasta la puerta de la alcoba paterna. Sólo después de abrirla y de acercarse al lecho comenzó a temer. Se arrepentía ya de su osadía y deseaba no haber ido allí cuando la nodriza, que la había acompañado todo el camino, la cogió de la mano y dirigiendo sus palabras en dirección al lecho dijo: “Aquí la tienes, Cíniras, es toda tuya”. En la oscuridad de la noche los dos cuerpos se unieron sin conocer uno el rostro del otro. Él, recordando las palabras de la nodriza y para tranquilizar a la joven, la llamó hija. Ella, oyéndole hablar, lo llamó padre. Una vez saciado su deseo la joven se marchó. Volvió la noche siguiente y algunas más.
     Después de tantas visitas nocturnas quería Cíniras saber quién era la muchacha que sustituía a su mujer en el lecho. Por ello, una noche, aprovechando que la joven estaba dormida, se levantó, cogió una lámpara y acercó la luz a su rostro. Al momento comprendió el crimen cometido. Quiso ponerle remedio con la espada, pero Mirra, que se había despertado y había visto a su padre armado salió corriendo de su lecho, de su cuarto, de su palacio y de su reino. Vagó durante nueve largos meses gestando durante ese tiempo un niño en su vientre. Finalmente paró en la tierra de Saba. Dudando si morir o vivir habló de esta manera: “Conozco mi crimen. No deseo ultrajar a los vivos viviendo con ellos, ni a los muertos poniendo fin a mi vida. Ay de mí, si alguna divinidad pudiera ayudarme…”. El propio Zeus escuchó sus palabras e hizo que la tierra cubriera sus piernas. Éstas se endurecieron y retorcieron, al tiempo que también se endurecía y retorcía su cuerpo. La sangre se transformó en savia, los brazos en ramas grandes y los dedos en pequeñas hojas. La piel se convirtió en corteza. Oprimía ésta el vientre de la joven quien, habiéndose completado ya los nueve meses de gestación, estaba a punto de dar a luz. Los dolores del momento hicieron que brotaran lágrimas de savia de la corteza, la preciada mirra. No tenía boca para invocar a Lucina, la diosa de los partos; sin embargo, la diosa apareció junto al árbol y dijo las palabras propias del parto. Se abrió una ranura en la corteza y por ella salió un niño al que las Náyades asistentes al nacimiento ungieron con las lágrimas de su madre. Así nació Adonis, hijo y nieto del mismo hombre.
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viernes, 23 de septiembre de 2016

PABLO NERUDA (Chile, 1904-23 de Sept. 1973)
Oda al Bosque de las Petras

Por la costa, entre los
eucaliptos azules
y las mansiones nuevas
de Algarrobo,
hay un bosque
solemne:
un antiguo
puñado de árboles
que olvidó la muerte.

Los siglos
retorcieron
sus troncos, cicatrices
cubrieron cada rama,
ceniza y luto
cayeron sobre sus antiguas copas,
se enmarañó el follaje
de uno y otro
como telas titánicas
de araña
y fueron los ramajes como dedos
de agonizantes verdes
anudados
unos con otros y petrificados.

El viejo bosque vive
aún, alguna nueva
hoja asoma en la altura,
un nido
palpitó
en la primavera,
una gota
de resina fragante
cae en el agua y muere.

Quieta, quieta es la sombra
y el silencio compacto
es
como
cristal negro
entre los viejos brazos
de los desfallecidos candelabros.
El suelo se levanta,
los pies nudosos se desenterraron
y son muertos de piedra,
estatuas rotas, huesos,
las raíces
que afloraron a la tierra.

De noche
allí el silencio
es un profundo lago
del que salen
sumergidas
presencias,
cabelleras
de musgos
y de lianas,
ojos
antiguos
con
luz
de turquesa,
cenicientos lagartos olvidados,
anchas mujeres locamente muertas,
guerreros
deslumbradores,
ritos
araucanos.

Se puebla el viejo bosque
de las Petras
como un salón
salvaje
y luego
sombra,
lluvia,
tiempo,
olvido
caen
apagándolo.

Los invisibles seres
se recogen
y el viejo bosque
vuelve
a su inmovilidad, a su solemne
virtud de piedra y sueño.

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Ode to the Bosque de las Petras    
(Traducción de Paul Scott Derrick)

Somewhere on the coast, between the
purple eucalyptus
and the newer mansions
of the carob tree,
a solemn forest
stands:
an ancient
handful of trees
that death forgot.

The centuries
have twisted
their trunks, scars
have covered every branch,
ash and mourning
have sifted through their ancient crowns,
all of the leaves
are tangled and twined
like gigantic spider
webs
and the limbs, like fingers
of agonizing green,
have slowly gnarled together
and knotted up, and petrified.

But the agéd forest is still
alive: a new leaf
sometimes struggles to the light,
a nest
shook its branch
in the spring,
a drop
of fragrant resin
falls into the water and dies.

Quiet, quiet is the shade
and the compact silence
is
like
black glass
on the aging arms
of forgotten candelabras.
The ground rises up,
the knotty feet have unearthed themselves –
the stony dead,
broken statues, bones,
the roots
that sifted the earth.

The silence there
at night
is a bottomless lake
where
presences
emerge,
flowing hair
of moss
and of vines,
ancient eyes
with
turquoise
light,
forgotten ashen lizards,
broad-beamed women madly dead,
dazzling
warriors,
Araucanian
rites.

The petrified
forest
fills up like
a monstrous
salon,
and later
darkness,
rain,
time
and oblivion
fall,
and the lights go out.

The invisible beings
take themselves home
and the forest
returns
to immobility, its solemn
virtue of stone and dream.
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lunes, 19 de septiembre de 2016

SEBASTIãO SALGADO Y LÉILA WANICK SALGADO
Renacimiento de la hacienda Bulcão

No voy a traer aquí la magnífica obra de este genio de la fotografía. Vamos a fijarnos en el hecho de la recuparación de esta finca de la familia Salgado, refugio y bálsamo para el alma rota del fotógrafo. Con la recuperación de la finca volvió a reconstruir su alma.
Este ejemplo de recuperación de tierras se ha propagado por las regiones limítrofes bajo el patrocinio del Instituto Terra.

Año 2000. La granja de Aimorés, donde creció el fotógrafo, presentaba este aspecto de secarral al principio del milenio, como retrató el propio Salgado.


  De Germán Aranda en "El Mundo"
"A medida que reverdece el campo que le vio crecer en el interior de Minas Gerais, lo hace también el alma magullada de Sebastião Salgado. Las heridas que cristalizaron en sus entrañas a través del objetivo de su cámara, en el desierto del Sahel o en Ruanda o en tantas distopías reales retratadas, tal vez nunca llegarán a sanar. Pero plantando dos millones de árboles en la finca de su padre, maltratada por la sequía y el ganado, encontró una mota de luz para creer en su especie gracias a la idea de la reforestación de su mujer...
...Los brotes verdes de Salgado y Lélia no sólo se reflejan en los árboles, el agua y los animales, sino también en el impacto humano. "Cuando vuelvo a la finca, me siento muy orgulloso de haber participado en plantar aquella palmera que hoy está enorme", cuenta Pedro, que formó parte de una plantilla de 130 trabajadores de la región a los que daba empleo el Instituto Terra..."
 
 De Óscar Colorado Nates en "oscarenfotos.com"

“Enfrentado a una humanidad de violencia feroz, decidió regresar a la tierra. Por un lado comenzó a trabajar, impulsado por Lélia, a reconstruir la propiedad de su padre en el Vale do Rio Doce que había sido erosionada y brutalmente deforestada. El objetivo de plantar un millón de árboles de unas 300 especies diferentes fue titánico y con múltiples reveses, pero aquellos páramos desolados eran un reflejo del corazón de Salgado. Contra toda esperanza, el bosque renació y, también, el alma del fotógrafo...
...Algunos productores se resisten, "porque creen que van a perder aquel espacio", cuenta Pedro, "pero no es que lo pierdan, lo están ganando". Los resultados saltan a la vista cuando visitamos la pequeña finca de Mario, que bebe agua del grifo gracias a la recuperación de la naciente que el Instituto Terra ha proyectado en su terreno. El agua que ha ido creciendo gracias al trabajo de recuperación abastece al río, abastece su casa y aún sobran charcas donde sus vacas beben, por lo que en este caso el beneficio económico y el cuidado del medio ambiente van de la mano..."


Tras su repoblación, la hacienda Bulcão es un paraíso natural con más de 297 especies de árboles, felinos como el 'jaguatirica' y el papagayo xauá.



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jueves, 15 de septiembre de 2016

¿Cómo afecta a la respiración del suelo la sustitución de pinares por encinares?

Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) han realizado un estudio sobre la respiración del suelo al sustituir pinos por encinas. Según los datos obtenidos, el suelo del bosque con pinos silvestres, Pinus sylvestris, repara en poco tiempo los daños, es decir, presenta una alta resiliencia en sus niveles de emisión de CO2. Sin embargo, cuando los pinos son sustituidos por encinas, Quercus ilex, los suelos emiten casi un 36% menos de CO2 al respirar.
     La resiliencia es la capacidad para volver al estado normal después de sufrir una perturbación, como un incendio o una sequía. El estudio, realizado en Tarragona y liderado por el CREAF, revela que el proceso de decaimiento de estos árboles ante la mortalidad provocada por el aumento de las sequias en la zona no repercute en los niveles de emisiones de CO2 por parte del suelo del bosque. “Parece que el suelo tiene la capacidad de autorrepararse rápidamente ante esos eventos”, explica el investigador del MNCN Jorge
    Contrariamente a lo que se esperaba, la cantidad de dióxido de carbono liberada por el suelo se recupera o se mantiene igual cuando se comparan pinos sanos, pinos en mal estado y pinos muertos. “Al ser un proceso lento, la dinámica gradual de cambio permite que los árboles de alrededor, en este caso las encinas, tengan un crecimiento mucho mayor. Así, los árboles cercanos al pino muerto desarrollan más sus raíces debido a que hay menor competencia por los recursos. Gracias a esto, los árboles supervivientes consiguen mitigar los efectos de la sequía sobre la respiración del suelo”, comenta Josep Barba, investigador del CREAF.
     Estos resultados coinciden con los estudios que también han hallado una gran resiliencia de los bosques ante la mortalidad provocada por plagas forestales. Según Josep Barba, investigador del CREAF, el hecho de que ante la sequía el bosque se muestre tan resiliente, “nos permite ser optimistas en cuanto al nivel de emisiones de CO2, con lo que parece que, por esta parte, el cambio climático no se agravaría”.

La especie sustituta es más determinante que la mortalidad del pino
     “Lo que hemos comprobado es que, a medio plazo, la sustitución del pino por la encina reduce las emisiones hasta en un 36% pero todavía no sabemos cuál es la evolución de las dinámicas del suelo si la especie sustituta es otra”, aclara Curiel Yuste.
     “Se trata de un efecto específico del bosque de Prades donde se ha realizado el estudio, por eso necesitamos estudiar las dinámicas biogeoquímicas del suelo de los ecosistemas mediterráneos que, comparados con los boreales o centro-europeos, se conocen muy poco”, continua.
     En un contexto más amplio, en el que se prevé que cada vez haya más episodios de mortalidad por sequía y calentamiento, saber cómo se comporta el suelo ante la sustitución de unas especies por otras más resistentes será crucial para entender la absorción y emisión de CO2 por parte de los bosques.
El suelo de los bosques alberga dos terceras partes de carbono de los ecosistemas forestales por eso es tan importante estudiarlos. “Más de la mitad de la historia de un árbol está bajo tierra, sin embargo hay un desequilibrio entre el conocimiento que se tiene de la parte aérea de un bosque y el que se tiene de su suelo”, termina Barba.

Fuente: SINC, Servicio de Información y Noticias Científicas,

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lunes, 12 de septiembre de 2016

DESMOCHAR ÁRBOLES ES PELIGROSO 
Academia de las Ciencias de las Plantas de Málaga

Ignacio Piedrafita a través del grupo de Botánica de Linkedin nos hace llegar esta ejemplarizante infografía, con una reflexión sobre el Doodle de Google "Equinoccio equivocado de Google":
"Hoy al abrir el explorador de internet y ver el Doodle de Google, conmemorando el inicio del equinoccio de Otoño, un sentimiento de indignación ha recorrido mi cuerpo.
La causa de tal sentimiento ha sido esta:
https://pbs.twimg.com/media/BjLYtxLCUAAA0bc.jpg:large
Las formas desnudas de los árboles del Doodle de Google, tienen la estructura típica de un descabezado, descopado o desmochado de un árbol, es decir una poda drástica que deja "muñones" y a partir de ese punto se forman escobas de brujas, que son el inicio del desarrollo de unas ramas con un anclaje de seguridad inestable, que pueden provocar caídas de las mismas, seguro que algo a los usuarios de este grupo les suena, ¿no?
      Gracias a esta cultura popular tan desarrollada en nuestro país y ejercicios de publicación tan erróneos y confusos como el Doodle de Google, los ciudadanos exigirán que se realicen esta serie de podas salvajes (las cuales son una creencia positiva para el árbol), que someten al propio árbol a perder su equilibrio vital, "dignidad", valor social, beneficio climático y a sus beneficiarios, nosotros: mayor inseguridad (se lo pregunten a los paisanos de Madrid), menor superficie de sombra, menor reducción de la temperatura ambiental, mayor capacidad de ingestión de gases contaminantes, etc...
      Desde la opinión de un ciudadano más, Google debería de ser un "ejemplo" por su capacidad de influencia mundial en generar contenidos multimedia que a la vez de incitar asombro por su belleza, tengan un fondo teórico y apropiado a su contenido para no "confundir" a la masa social que lo sigue hoy en las redes sociales.
      Con este contenido en concreto se hace apología de una PODA ERRÓNEA, (que cualquier profesional puede realizar) y que hace ver al ciudadano una estructura del árbol anómala, que desvirtúa su genética natural y que encima provoca mayor porcentaje de peligro al cabo de unos años a los paseantes que circulen bajo su copa.
      Espero que gracias a muchos profesionales de la arboricultura, se puedan cambiar estas tendencias equivocadas y se pueda iniciar una campaña informativa que explique al ciudadano los pros y contras de estas podas drásticas que sólo contribuyen a traumatizar al árbol y a nuestro entorno urbano.
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viernes, 9 de septiembre de 2016

 LA LEYENDA DEL CURUPIRA


El Curupira es el dios que protege las florestas. La tradición lo describe como un pequeño ser, de pelo rojo, con el cuerpo sin pelo, piernas sin articulaciones, dientes azules o verdes, orejas grandes, y pies girados hacia atrás. No tiene los orificios necesarios para las secreciones indispensables de la vida, y está dotado de una fuerza prodigiosa.
     Este personaje figura en una infinidad de leyendas del norte al sur de Brasil; en el Norte, por ejemplo, cuando navegan por los ríos y se oye algún ruido lejano en el medio del bosque, los remeros dicen que es el Curupira que está golpeando las sapopemas, para ver si los árboles están suficientemente fuertes para soportar alguna tempestad que está próxima.
     La función del Curupira es la de proteger las florestas, por lo tanto, a todo aquel que derriba o, de algún modo, estropea inútilmente los árboles, se le castiga con la pena de errar durante muchísimo tiempo por la selva, sin poder atinar con el camino de vuelta a casa o el medio de llegar adonde están los suyos.
     Cuentan que cuando un individuo se ve perdido en la maleza, embrujado por el Curupira, para poder romper el hechizo que le hace olvidar el camino, debe preparar tres pequeñas cruces de madera y ponerlas en el suelo triangularmente, o hacer otros tantos círculos de liana que también pondrá en el suelo. El Curupira se da el trabajo de deshacerlo, porque con este material fabrica pequeñas cruces de cauré que lanza por la espalda.
     El protector de las florestas es igualmente famoso por perseguir a cazadores a través de sus silbidos y su flecha mágica, que, esté donde esté el cazador, la flecha lo encuentra convirtiéndolo en cazado. El Curupira no permite que se maten “animales jóvenes” ni
aquellos que estén amamantando, mucho menos hembras, caza que siempre interrumpe. De hecho, si el cazador se arriesga en estas venturas, es mejor llevar un beiju, un dulce típico, para dejarlo entre la maleza, de lo contrario, el encontrará la infelicidad para siempre.
     Algunos cazadores valientes ya han intentado capturar al Curupira, pero él nace con los pies al contrario justamente para que quien tenga que seguir su rastro, deba andar al revés de lo que van mostrando las huellas, lo que produce tal confusión en la cabeza de los hombres que dicen que esta estrategia es “para que los cristianos no sepan sobre el viaje”
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Información:
http://www.mecd.gob.es/brasil/dms/consejerias-exteriores/brasil/publicaciones-y-materiales--didacticos/publicaciones/orellana/leyendasamazonas.pdf
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lunes, 5 de septiembre de 2016

MIGUEL DE UNAMUNO (Bilbao, 1864-1936)
"Es una antorcha al aire esta palmera,..."

Es una antorcha al aire esta palmera,
verde llama que busca al sol desnudo
para beberle sangre; en cada nudo
de su tronco cuajó una primavera.

Sin bretes y eslabones, altanera
y erguida, pisa el yermo seco y rudo;
para la miel del cielo es un embudo
la copa de sus venas, sin madera.

No se retuerce ni se quiebra al suelo;
no hay sombra en su follaje; es luz cuajada
que en ofrenda de amor se alarga al cielo;

La sangre de un volcán que enamorada
del padre sol se revistió de anhelo
y se ofrece, columna, a su morada.

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