lunes, 19 de septiembre de 2016

SEBASTIãO SALGADO Y LÉILA WANICK SALGADO
Renacimiento de la hacienda Bulcão

No voy a traer aquí la magnífica obra de este genio de la fotografía. Vamos a fijarnos en el hecho de la recuparación de esta finca de la familia Salgado, refugio y bálsamo para el alma rota del fotógrafo. Con la recuperación de la finca volvió a reconstruir su alma.
Este ejemplo de recuperación de tierras se ha propagado por las regiones limítrofes bajo el patrocinio del Instituto Terra.

Año 2000. La granja de Aimorés, donde creció el fotógrafo, presentaba este aspecto de secarral al principio del milenio, como retrató el propio Salgado.


  De Germán Aranda en "El Mundo"
"A medida que reverdece el campo que le vio crecer en el interior de Minas Gerais, lo hace también el alma magullada de Sebastião Salgado. Las heridas que cristalizaron en sus entrañas a través del objetivo de su cámara, en el desierto del Sahel o en Ruanda o en tantas distopías reales retratadas, tal vez nunca llegarán a sanar. Pero plantando dos millones de árboles en la finca de su padre, maltratada por la sequía y el ganado, encontró una mota de luz para creer en su especie gracias a la idea de la reforestación de su mujer...
...Los brotes verdes de Salgado y Lélia no sólo se reflejan en los árboles, el agua y los animales, sino también en el impacto humano. "Cuando vuelvo a la finca, me siento muy orgulloso de haber participado en plantar aquella palmera que hoy está enorme", cuenta Pedro, que formó parte de una plantilla de 130 trabajadores de la región a los que daba empleo el Instituto Terra..."
 
 De Óscar Colorado Nates en "oscarenfotos.com"

“Enfrentado a una humanidad de violencia feroz, decidió regresar a la tierra. Por un lado comenzó a trabajar, impulsado por Lélia, a reconstruir la propiedad de su padre en el Vale do Rio Doce que había sido erosionada y brutalmente deforestada. El objetivo de plantar un millón de árboles de unas 300 especies diferentes fue titánico y con múltiples reveses, pero aquellos páramos desolados eran un reflejo del corazón de Salgado. Contra toda esperanza, el bosque renació y, también, el alma del fotógrafo...
...Algunos productores se resisten, "porque creen que van a perder aquel espacio", cuenta Pedro, "pero no es que lo pierdan, lo están ganando". Los resultados saltan a la vista cuando visitamos la pequeña finca de Mario, que bebe agua del grifo gracias a la recuperación de la naciente que el Instituto Terra ha proyectado en su terreno. El agua que ha ido creciendo gracias al trabajo de recuperación abastece al río, abastece su casa y aún sobran charcas donde sus vacas beben, por lo que en este caso el beneficio económico y el cuidado del medio ambiente van de la mano..."


Tras su repoblación, la hacienda Bulcão es un paraíso natural con más de 297 especies de árboles, felinos como el 'jaguatirica' y el papagayo xauá.



-----

No hay comentarios: