29 marzo 2024

Técnicas aliadas de la reforestación

GARA SANTANA, en Canariasahora, marzo2024
Recolectar la niebla: una alternativa a la sequía y para reparar los daños de los incendios

Estas innovaciones tienen potencial para instalarse en otras localizaciones de España y Portugal, sobre todo en zonas de la meseta central catalana, la cordillera litoral y el Prepirineo, un aliado con el que quizá no contaban creado con tecnología netamente canaria

Niebla en El Pinillo, Valleseco (Gran Canaria).

Desde tiempos remotos el ser humano ha observado el modo en que la naturaleza es capaz de proveerse de agua y de aprovechar cada gota. Las nubes que rebosan en las calderas y picos traídas por vientos del norte están cargadas de agua atrapada esperando a evaporarse. Con esta observación, la ingeniería humana se ha puesto al servicio de la naturaleza y es el motivo por el que un grupo de investigadores, con la colaboración de varias instituciones como el Cabildo de Gran Canaria, han conseguido sacar partido a ese agua, que de otro modo se perdería, a través del proyecto Life Nieblas.
     En concreto, se han desarrollado tres sistemas diferentes con variedad de materiales y tecnologías capaces de captar más de 500 litros de agua por metro cuadrado en 10 meses, según las pruebas realizadas en las instalaciones.
     Uno de los objetivos fundamentales del proyecto es reforestar y combatir la desertificación para evitar la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo. En este sentido, en la isla de Gran Canaria el proyecto se ha centrado en curar las heridas que dejó en la tierra el incendio que sufrió la isla en 2019 y en comprobar la captación que se obtiene con respecto a los métodos tradicionales de recolección de agua.
Colectores de niebla en la zona afectada por el incendio de 2019 en Gran Canaria.

     Desde este periódico nos hemos puesto en contacto con el biólogo José Francisco González Artiles, técnico del Cabildo de Gran Canaria y uno de los responsables de esta experiencia pionera.
¡Cómo construirlos? Aquí
     Por un lado, encontramos el sistema autónomo de descarga, desarrollado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC). “Se trata de un depósito que cuando llega al sexto nivel de agua que la persona que lo maneja determina, produce una descarga parecida a la de las cisternas y alimenta un sistema de riego por goteo situado en la ladera inferior”, explica.
Actividades de plantación. Proyecto Life Nieblas.
     Por otra parte, se desarrolla el método de captación Cocoon. Los “Cocoon” son depósitos biodegradables que proporcionan riego constante por capilaridad, “es como el molde de un queque”, explica González, “ese molde funciona como un depósito de agua y como es poroso va soltando el agua a la planta de un modo muy lento, con lo cual la humedad en el suelo se mantiene más tiempo”. 
     También se lleva a cabo el sistema captadores individuales de niebla, “un vallado alrededor de cada planta y sobre esa malla ponemos la misma red que tienen los captadores de niebla como si fuera un captador de niebla individual para cada planta”.

Los árboles prefieren agua de niebla

     Comparando los datos de supervivencia de las plantaciones de los métodos innovadores con respecto al método tradicional, los resultados nos hacen pensar que las plantas prefieren agua de niebla. “Con el método tradicional”, nos cuenta el biólogo “llegábamos al 83%, con el Cocoon llegamos al 87% de supervivencia y con los captadores individuales llegamos al 89%”.
     El grupo de investigación ha medido la eficacia de cada método en función a la menor cantidad de agua que necesiten. Si para plantar un árbol y mantenerlo vivo necesitamos 133 litros de agua, “con el sistema de descarga individual se necesitan unos 100 litros, con el Cocoon, 57 litros, y con los captadores individuales de niebla, 35.
Trabajadores del proyecto 'Life Nieblas' en tareas de reforestación
     Para González, las funcionalidades de estos métodos pueden tener un impacto positivo en la vida de las personas ante un panorama de sequía o incendios de sexta generación, “podría llevarse a cabo en zonas donde se produzca neblina, zonas aisladas a las que no llegue el suministro de agua de forma convencional: pequeñas explotaciones agrarias, agrícolas o ganaderas; pequeñas comunidades de vecinos; o viviendas aisladas. Un suministro de agua que, si bien, no sea la solución al problema global de la sequía, ayudará a mitigarla”.
     Estas innovaciones tienen potencial para instalarse en otras localizaciones de España y Portugal, sobre todo en zonas de la meseta central catalana, la cordillera litoral y el Prepirineo, un aliado con el que quizá no contaban creado con tecnología netamente canaria.

Lo hemos leído aquí

Técnicas similares se han llevado a cabo en otros continentes: Sudamérica, África, ... o las diversas experiencias como: Warka Water 

Cuando vivía en Las Palmas en los 80 conocí a un campesino que plantaba sus árboles frutales poniéndoles un saco de papas vacío en invertido, sostenido con dos palos para que se sujetara a modo de vela. Me comentaba que ese agua recogida de la niebla era suficiente para que el arbolito prosperara. 

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26 marzo 2024

El adiós en Washington a Stumpy, el emblemático cerezo

La historia del cerezo Stumpy: adiós a un símbolo de la amistad entre Japón y EEUU
Este cerezo y otros cientos de ejemplares se talarán dentro de un proyecto para sustituir al viejo dique del río Potomac, que cada año se desborda por el calentamiento global .
La icónica imagen de Stumpy, muy cerca del National Mall
Este cerezo y otros cientos de ejemplares se talarán dentro de un proyecto para sustituir al viejo dique del río Potomac, que cada año se desborda por el calentamiento global .
     Vecinos y turistas se despiden estos días del cerezo Stumpy, un árbol tan fotografiado que se le considera un icono de la ciudad de Washington. Pronto lo talarán y se convertirá en compost, como parte de un proyecto de rehabilitación del dique derecho del río Potomac, rodeado por algunos de los principales monumentos del concurrido National Mall. Stumpy, que podría traducirse como fortachón, es un ejemplar muy querido. Es el más famoso entre los 1.400 árboles que embellecen la zona con sus ramas llenas de flores rosadas. Pese a su apariencia frágil y con una estética poco convencional, se cree que es el más viejo. En las redes, llevan años circulando relatos que vinculan su apariencia de "patito feo" con historias de amor y superación. Es el último florecimiento para éste y cientos más, situados en la orilla sur. Se destruirán unos 300 árboles, de los que la mitad son cerezos, plantados a lo largo de casi dos kilómetros adyacentes al río.
     Los diques llevan décadas fallando y, a medida que sube el nivel del mar en el contexto de la crisis climática, la marea alta inunda las raíces y la parte baja del tronco. Esto les hace enfermar y algunos han muerto.
     Mike Litterst, guarda forestal, portavoz del parque y trabajador del National Mall, defiende que la tala no será el final: "Todos se convertirán en compost. Volverán al National Mall y se esparcirán sobre las raíces de los supervivientes y les aportarán nutrientes. En el caso del Stumpy, se cogerán esquejes, se harán clones con el mismo material genético y los plantaremos. Los árboles de la zona norte no se tocarán. En la parte sur, en tres años, se podrán replantar nuevos ejemplares". Según Litterst los fans de Stumpy "podrán demostrar su lealtad volviendo a venir."

La despedida de las autoridades japonesas

La embajada de Japón en Washington homenajeó al Stumpy y se refirió a él como "uno de nuestros símbolos más queridos de la amistad entre Japón y Estados Unidos".
     Las mismas fuentes diplomáticas apuntaron a que la relevancia de la celebración recae en el simbolismo y los valores que representa, más que en los árboles en sí. En Japón la floración de los cerezos, Hanami, es un evento ancestral de primer orden, con tradiciones y fiestas asociadas. La fiesta del Hanami en la capital estadounidense comenzó en 1912, cuando el entonces alcalde de Tokio, Yukio Ozaki, regaló a la ciudad 3.000 cerezos como señal de la buena relación que en ese momento existía entre ambos países. Sin embargo, no es probable que Stumpy y el resto de ejemplares sean de esta primera plantación, mientras los responsables del parque nacional reconocen que la ubicación de los árboles originales no está bien documentada. Mike Litterst ha asegurado:
     "La vida media de un cerezo es de unos 50 años, o sea que sería extraordinario que Stumpy o algún otro hubiera sobrevivido 112 años. "Un representante de la embajada nipona, Yuki Sugiyama, ha explicado que "la gente empezó a apreciar sus flores y ahora Washington recibe a unos 1,5 millones de turistas sólo por la temporada de floración".
Con la etiqueta #Stumpy, las redes se han ido llenando de mensajes de agradecimiento y despedida hacia el simbólico árbol. Emmy Vickers, una fotógrafa aficionada, ha explicado a la agencia Reuters: "El año pasado se inundó mucho y los guardas del parque nacional rodearon al Stumpy para protegerlo. He venido a tomarle una foto antes que se lo lleven."

Festival de los cerezos floridos

     El adiós ha coincidido con el arranque, este fin de semana, 21 de marzo, de la celebración de primavera con el Festival Nacional de los cerezos floridos. Durante la edición de este año, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, realizará una visita oficial a la ciudad y cenará con Joe Biden el 10 de abril.
     El festival es un evento popular que se alarga hasta el 14 de abril e incluye exposiciones, gastronomía, desfiles, espectáculos y mercados. Hacía años que quedaba marcado por las inundaciones, cada vez más intensas a consecuencia del calentamiento global.
     La presidenta de la asociación que organiza el festival, Diana Mayhew, asegura que las obras son una buena noticia: "Últimamente, las inundaciones han derribado árboles y han estropeado otros. "El pico de la floración de los cerezos se considera que se produce cuando el 70% de las flores se han abierto y, en Washington, se espera que sea el 21 de marzo. Con la crisis climática, las fechas llegan cada vez más temprano. Últimamente, incluso el festival ha notado que ya no está sincronizado con la eclosión de las flores.

Lo hemos leído aquí
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¿Cómo llegaron los Sakura, los cerezos, a la capital de EE.UU? Aquí 
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23 marzo 2024

RAÍCES...

La Universidad de Wageningue (Países Bajos) ha publicado una colección de 1002 dibujos, resultado de 40 años de excavaciones y dibujos del sistema radicular de plantas, realizadas, principalmente, en Austria. Los dibujos, análisis y descripciones fueron realizados por tres investigadores del Instituto Pflanzensoziologisches, Klagenfur. Su estudio y publicación es la contrapartida de los trabajos de John E. Weaver en Nebraska, EE. UU. Los escáneres de los dibujos originales, realizados por Univ.- Prof. M. E. Lichtenegger abarcan una gran variedad de especies que van desde los cultivos agrícolas hasta la vegetación natural, o desde las orquídeas hasta los árboles alpinos. Los dibujos son los sistemas de arraigo de especies individuales cuidadosamente aislados de su entorno que se dibujaron detalladamente.

Ejemplo: Abies alba

 Colección de imágenes
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21 marzo 2024

¿Somos los humanos los causantes del cambio climático?

EL SECRETO DE LOS ÁRBOLES
Universidad de Zaragoza, 2013


     El audiovisual recoge los estudios del grupo de investigación “Clima, Agua, Cambio Global y Sistemas Naturales” de la Universidad de Zaragoza sobre la evolución del clima en Aragón a partir de diferentes especies de árboles situadas en el Parque Natural del Moncayo.
     El corto ha sido elaborado por Ernesto Tejedor Vargas, del grupo de investigación “Clima, Agua, Cambio Global y Sistemas Naturales”, Miguel Ángel Esteban, profesor titular de Ciencias de la Documentación y Nabil Halaihel Kassab, del Departamento de Patología Animal, dentro del IV Taller de Guión y Producción del Documental Científico, organizado por la UCC+i y financiado por FECYT.
     El crecimiento de los árboles está relacionado con la evolución de las temperaturas y las precipitaciones. Esto los convierte en auténticos testigos del devenir del clima de un lugar determinado. Su longevidad, que en algunos casos puede superar los 3.000 años, hace que puedan ser utilizados en el estudio de los climas pasados y ayudar a inferir posibles comportamientos futuros.
     Una de las técnicas que mejores resultados ofrece en la reconstrucción de los climas de época preinstrumental es la dendroclimatología, referida a las reconstrucciones climáticas que se obtienen a partir del crecimiento anual que experimentan las especies leñosas en latitudes templadas. Esta metodología proporciona información de carácter cuantitativo de la temperatura y precipitación de las últimas centurias (en grados centígrados y milímetros respectivamente).
2013/Productora: Universidad de Zaragoza
Cofinanciado por Fecyt (Mineco)
Leer más: https://ucc.unizar.es/taller-de-guion...
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19 marzo 2024

La vuelta del pistacho a la península

JAVIER JIMÉNEZ,  en Xataka, oct23
El cultivo del pistacho

Durante más de mil años España fue una potencia mundial en la producción de pistacho. Luego desapareció completamente.
Castilla-La Mancha y otras comunidades están volviendo a cultivar pistachos
Lejos de un exotismo, el árbol cuenta con una larga tradición olvidada en la península


En 1986, José Francisco Couceiro llegó al Centro de Investigación Agroambiental "El Chaparrillo" con un encargo sui géneris: buscar alternativas a los cultivos tradicionales de Castilla-La Mancha. En un año, se convenció de que la clave era el pistacho; en diez, consiguió dominar su cultivo; en 35, es una leyenda. Hoy, el pistacho de Couceiro ha conquistado España: "Las hectáreas se han multiplicado casi por 16 en la última década" y ahora "uno de cada 700 kilómetros cuadrados ya está cubierto por pistacheros".
      Pero lo que mucha gente no sabe es que no es la primera vez que el pistacho conquista el país. Indagar por qué desapareció completamente de los suelos peninsulares puede ser clave para el futuro de uno de los cultivos más prometedores del momento.
     Según cuenta la tradición (y las crónicas más antiguas), el pistacho fue incorporado a la gastronomía del Imperio Romanoe en época de Tiberio, cuando Lucio Vitelio (padre del futuro emperador Aulo Vitelio) empezó a extenderlo desde Siria. Poco después, el cultivo del pistachero se introdujo en Italia; especialmente en Sicilia y algunas partes del sur, donde, con el tiempo, se han desarrollado sus propias variedades: napolitana, bronte o trabunella.
      En aquella época imperial, los árboles del pistacho se empezaron a plantar también en España. Y el cultivo prosperó, podemos leer sobre ello en los textos de San Isidoro de Sevilla. En ellos, sin ir más, se puede encontrar una discusión sobre una falsa etimología del término latino "pistacium", relacionada con el olor de su corteza. Algo que invita a pensar que tenía a mano esas cortezas. Sin embargo, no parece ser hasta el 711 cuando la industria española del pistacho se convirtió realmente en algo importante.
     Esa importancia es la que explica, por ejemplo, que las lenguas peninsulares tengan palabras propias para hablar de los pistachos. Tanto el "festuc" catalán como el término "alfóncigo" que se usaba en castellano antiguo (y que aún persiste en el diccionario) provienen de la palabra árabe para denominar a los pistachos. No es de extrañar, por eso mismo, que los últimos reductos pistacheros de los que tenemos consciencia fueran los recetarios nazaríes y las huertas del Generalife, en las lomas de la Sabika, el cerro donde se alza la Alhambra.


Auge y ocaso del pistacho

     Luego, sencillamente, desapareció. Desapareció literalmente. A lo largo de la edad moderna y contemporánea, los restos que pudieran quedar del pistacho español fueron triturados y desechados sin más. Lo que ha tenido intrigados a los especialistas durante décadas es el porqué. ¿Cómo pasamos de ser una potencia mundial del pistacho a considerarlo una especie exótica, ajena y desconocida?
     Lo cierto es que hay muchas teorías. Desde una supuesta prohibición de la Iglesia Católica (que los habría rechazado por su parecido con el sexo femenino) hasta su pérdida de importancia paulatina frente a otros cultivos de secano con un rendimiento mayor (como los olivos o almendros). Lo primero es difícil de aceptar: no solo no hay ninguna prohibición escrita, sino que en otras partes del mundo católico, como Italia, el pistacho siguió siendo cultivado sin problema.
     La segunda, en cambio, sí podría ser más razonable. Sin embargo, si examinamos los cultivos que han llegado a las postrimerías del siglo XX, parece raro esta súbita desaparición de un cultivo tan favorable. La opción más razonable, parece otra.
     Como explicaba hace unos años María Isabel Morales Cebrían, responsable técnica de las huertas del Generalife, lo más probable es que, tras la reconquista y la expulsión de los moriscos (con la debacle demográfica, industrial y agraria que supuso), los cristianos del norte que repoblaron los terrenos de secano del sur "no tuvieran en cuenta que al ser dioica [el árbol del pistacho] necesita una planta hembra, la que da los frutos, y otra macho para reproducirse".
      Es decir, no se dieron cuenta de que "no podían eliminar las plantas que no daban frutos" y "al hacerlo dejaron a las hembras sin posibilidad de reproducirse provocando que la especie desapareciera por completo". No es una explicación que me convenza del todo, he de decirlo: al fin y al cabo, tanto las moreras como las palmeras datileras son dioicas y su cultivo superó (con muchas dificultades, pero superó) la expulsión de los moriscos.
      Probablemente, la causa real fuera una mezcla de todo esto: la falta de conocimiento de los repobladores, los prejuicios religiosos hacia un producto que consumían preferentemente los moriscos, la mejora de la productividad de otros tipos de cultivo... Sea como sea, la vuelta de los pistacheros al campo español demuestra que, a menudo, hay que salir fuera para encontrar cosas que, durante más de mil años, formaron parte del ADN de esta Tierra.

Lo hemos leído aquí

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