12 junio 2023

Un castaño de la Armada

PEDRO LUIS CHINCHILLA
The Armada tree


El castaño centenario que crecía desde el siglo XVI en el cementerio de la iglesia de St. Patrick’s, brotó de la castaña que un náufrago de la Armada Invencible guardaba en su bolsillo.

Así, al menos, dice la tradición local que ha mantenido este suceso en su memoria colectiva desde siglos atrás.
     El 28 de octubre de 1588 La Girona, galeaza de la Gran Armada naufragó en Lacada Point (Irlanda del Norte) provocando la muerte a al menos 1.100 marinos, soldados y nobles.
     Debió de pertenecer a este naufragio el pobre desdichado cuyo cadáver fue a dar en la playa de Ballygaly y que sería enterrado en el cementerio de la pequeña iglesia de St. Patrick’s.
     Las castañas que llevaría en su bolsillo (muy posiblemente como remedio el escorbuto que amenazaba a las tripulaciones marítimas del siglo XVI) hicieron el resto y hoy un precioso castaño crece solitario entre las tumbas del cementerio.
     Este árbol, proclamado uno de los 6 árboles antiguos más significativos del Norte de Irlanda en 2017 por el North Ireland Woodland Trust, puede ser visitado hoy en día. El lugar donde podéis visitarlo ha sido introducido en nuestro mapa interactivo del legado de la Armada Invencible en Irlanda.
     Los estudios realizados al árbol datan su nacimiento en el siglo XVI lo que refuerza la credibilidad de la tradición local aunque, como todo este tipo de historias, puede no ser más que eso…leyenda.
     Lamentablemente, tenemos que actualizar este artículo ya que «The Armada Tree» se venció por su propio peso el 29 de junio de 2020. La madera del mismo fue recogida por el artesano Gerard Gray con el propósito de realizar una obra que recuerde la historia de este monumento natural.
El castaño caído por su propio peso.
La madera del «Árbol de la Armada» Previous Story
Pedro Luis Chinchilla, creador de armadainvencible.org es profesional del marketing, divulgador histórico e investigador independiente de la Armada de 1588. Es colaborador habitual de la Spanish Armada Ireland y La Girona Gold de Irlanda del Norte y ha realizado intervenciones, podcast, conferencias y artículos para numerosos medios hablados y escritos divulgando la historia de la Armada Invencible (Muy Historia, EsRadio, Cope, ABC, etc.) Fue nombrado en 2019 "Colaborador distinguido" de la Asociación de amigos del Museo de Anclas Philippe Cousteau y en 2023 ha publicado su ensayo «Los prisioneros de la Armada Invencible» editado por Ediciones B de Penguin Random House.
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09 junio 2023

En la Selva de Doramas, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. técn. forestal
El viñátigo de las Ánimas en la nueva Selva Doramas

Al margen de la isla fantasma de San Borondón, los paisajes marinos que nos permiten atisbar la dimensión del archipiélago suelen ser más bien reiterados. No obstante, existen días en los que la atmósfera y sus variables se conjuran de manera que, desde Gran Canaria, se puede apreciar nítidamente la isla de La Gomera. Es en ese instante cuando el tiempo se detiene y, casi sin querer, te da por comparar la salvaje y fantástica laurisilva del Garajonay con la imaginaria –por desaparecida– Selva de Doramas
     Se cree que Doramas, el William Wallace de los aborígenes de Gran Canaria, residió en las cuevas de Carretería, en el municipio de Moya, en un extremo de la que fuera la laurisilva de mayor continuidad en las islas. Tras la conquista, esta formación vegetal de carácter profuso y exuberante fue progresivamente menguando hasta rozar el abismo de su extinción. El son de la deforestación fue tal que algunas crónicas aseveran que se podía bailar al ritmo de los hachazos. Aún hoy, recorriendo los dominios de este antiguo bosque pueden adivinarse las cascadas y las grandes pozas en las que debieron zambullirse y disfrutar nuestros ancestros.
     De las trece especies arbóreas que entretejen el dosel del monteverde son el til (Ocotea foetens) y el viñátigo (Persea indica) las que suelen ocupar las situaciones de máxima sombra y humedad. Del resto de especies, es el laurel (Laurus novocanariensis) el que, por su estrategia, resulta casi siempre más frecuente.
     El barranquillo de las Ánimas es un cauce que parte desde la falda oeste de la montaña de Osorio. En esta vaguada, con sección de estrecha V, se distribuyen múltiples laureles, olmos (Ulmus minor) y algunos castaños (Castanea sativa), pero sobre la coordenada 25º 04´27´´ Norte y 15º 33´40´´ Oeste el reducto se enriquece gracias a un solitario viñátigo.

Exclusivo y atrayente cromatismo

      Para descubrir este superviviente de la Selva de Doramas no es necesario contemplar las copas, podemos advertir la presencia del viñátigo observando los colores de la hojarasca. Persea indica es un árbol que realiza su particular otoño en verano, desprendiéndose de un buen número de hojas pero con la salvedad de antes teñirlas con vivos colores anaranjados y rojizos. Este atrayente y exclusivo cromatismo suele alcanzar su máximo apogeo coincidiendo con la festividad de San Antonio de Padua (primer domingo de agosto).
     El viñátigo de las Ánimas no tiene unas dimensiones excepcionales, en especial si las comparamos con los Guardianes del Garajonay, su mérito radica sobre todo en su propia existencia. Este árbol se encuentra conformado por tres pies principales, dos de gran grosor y un tercero más delgado. Al pie del mismo encontramos gran cantidad de chupones con hojas mucho más grandes que las de las ramas superiores. Su diámetro máximo ronda los 75 cm, mientras que su altura resulta próxima a los 20 metros. Su corteza con mayor rugosidad y pequeñas verrugas lo diferencian claramente de los laureles circundantes.
     La copa de este luchador sobresale por encima del encajonado cauce, coincidiendo con una amplia meseta antaño utilizada para el cultivo agrícola. Durante muchos años la reproducción de este ermitaño, alejado de sus congéneres –los más cercanos, en el barranco de la Virgen–, ha sido prácticamente nula. Por otro lado, su escasa prole, en caso de prosperar, sería extirpada una y otra vez por el sacho o guataca del campesino. Hoy la situación se invierte poco a poco, la reforestación en el entorno cercano y el desuso agrícola han reactivado la potencia germinativa de este ejemplar. Pero además, gracias a la sombra estival concebida por una alameda (Populus alba) muy cercana, en tándem con la acción de las aves, nos sorprende encontrar una elevada proliferación natural de viñátigos. En efecto, las hordas de la naturaleza capitaneadas por los incansables mirlos (Turdus merula) están contribuyendo sobremanera a la dispersión y auto reconstrucción de la nueva Selva de Doramas.
     El viñátigo de las Ánimas ha logrado sobreponerse y ahora es uno de los máximos enriquecedores genéticos del bosque. Este centinela de la laurisilva registra en su savia los paisajes de la esplendorosa jungla, el carácter inmortal del alma o ánima del bosque de las nieblas perpetuas, del arbolado fascinante y primigenio con que un día fue tocada la isla de Gran Canaria.


Número 78 de Gran Canaria

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06 junio 2023

Monte Pelión, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
En el Monte Pelión

      El monte Pelión forma una península en la costa de Grecia donde, según la mitología griega, vivieron los centauros y de donde salió la madera para construir el “Argos”, el barco con el que los argonautas salieron a la búsqueda del vellocino de oro. En la falda de este monte, a 450 metros de altura, está el pueblo de Tsagarada. Su nombre significa "bonita vista" en eslavo, y efectivamente, tiene una vista excepcional sobre el mar Egeo. 
     En Tsagarada, en la plaza de Agia Paraskevi, crece este plátano oriental que mide 14 metros de perímetro y del que se dice que tiene mil años.


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03 junio 2023

IDEA VILARIÑO (Uruguay, 1920-2009)
Entonces soy los pinos


Entonces soy los pinos
soy la arena caliente
soy una brisa suave
un pájaro liviano delirando en el aire
o soy la mar golpeando de noche
soy la noche.
Entonces no soy nadie.
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31 mayo 2023

Los árboles de libertad (y3)

PASCUAL ROSSER LIMIÑANA, en "Alicante Plaza", feb. 2022
El árbol de la libertad
La plaza del Portal de Elche de Alicante a finales del siglo XIX

     Ya de por sí suena bien, incluso es simpático. Parece apropiado para reivindicarlo en la actualidad. En breve le digo cuándo, por quien y con qué intención se plantó este árbol en Alicante. Buscaron un lugar apropiado donde echara raíces. Eligieron una plaza donde antes se ahorcaba a los forajidos. Una que tiene actualmente en una esquina la casa del ascensor, llamada así por ser la primera vivienda en Alicante que lo tuvo; en la otra, justo enfrente, hay un noble edificio que construyó Juan Vidal y que actualmente es una sede bancaria. Y, en medio de los dos, había un edificio antiguo (la Aduaneta) que se desmontó piedra a piedra, numerándolas, con la promesa de volver a reconstruirlo después de unas obras, pero que en realidad no regresó nunca y edificaron en su lugar un feo edifico de pisos con un bajo comercial de altos ventanales. ¿Se va situando?
     Otro dato para completar el cuadro. Mire. Le desvelo el misterio. Fue Eleuterio Maisonnave quien plantó el árbol de la libertad en el Portal de Elche de Alicante. Ahora se lo cuento.
     A partir de septiembre de 1868 se produjo un movimiento revolucionario en España. Un pronunciamiento militar trajo lo que se llamó el sexenio democrático, movimiento social que acabó con la Monarquía de Isabel II y que terminaría en 1874 con otro pronunciamiento, esta vez de Pavía, cuya consecuencia fue la Restauración borbónica. Ya ve que en el siglo XIX no se aburrían, fue un siglo convulso en el que hubo de todo y para todos los gustos. Lo peor fue esa inestabilidad política que debilita a un país hasta extenuarlo, para exponerlo y hacerlo vulnerable - sin proponérselo - ante sus peores enemigos. A veces estos son sus propios ciudadanos que se destruyen entre sí. La historia de España, la antigua, incluso la actual, está repleta de casos como este. Basta leer los periódicos o escuchar recientemente los telediarios.
     El sexenio democrático trajo a Alicante la primera elección municipal por sufragio universal masculino (1869). Consecuencia de esas elecciones, el Ayuntamiento fue liderado por el joven Eleuterio Maisonnave, republicano moderado contrario a las políticas reaccionarias. Maisonnave fue un político de acción que prometía, tuvo varios cargos: regidor, diputado a Cortes, ministro y alcalde.
     Maisonave, como alcalde de Alicante, plantó un árbol de la libertad en el Portal de Elche en conmemoración de la Constitución de 1812 y de los valores democráticos que se podían celebrar con ella. Con esta iniciativa Maisonnave quiso también borrar la memoria ciudadana de reconocer a esta plaza como la de las horcas porque era - hasta principios del siglo XIX - donde se ahorcaba a los delincuentes que eran condenados a esa pena.
     En palabras del escritor Gregorio Muñoz, "Maisonnave hizo cosas buenas, especialmente para la ciudad y para los más pobres", añadiendo que "fue fundador de los periódicos más importantes de la época, El derecho y el deber (1869) y La República española (1870); y de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante; luchador por las libertades; masón; filántropo; y un hombre tremendamente comprometido con la ciudad. Maisonnave – sigue diciendo Muñoz - fue uno de los mejores políticos de la historia de Alicante". Admirado por propios y por extraños, por los suyos y por sus adversarios políticos, después de su temprano fallecimiento a los 49 años (1890), el ayuntamiento monárquico de Alicante decidió que una de sus principales calles tuviera su nombre. Así nació la Avenida Maisonnave, hoy muy concurrida, siendo el centro comercial de la ciudad.
Eleuterio Maisonnave
      No fueron imaginativos quienes copiaron la moda de otros lugares para plantar árboles con un contenido concreto. Los primeros árboles de la libertad se plantaron en diversas ciudades norteamericanas para conmemorar la victoria de su guerra de la independencia contra Gran Bretaña (1775-1781). Esta iniciativa la copiaron en Francia después de la Revolución Francesa (1789-1799). Y en España, se tomó esa idea como propia y se plantaron árboles de la libertad repartidos por la geografía española después de derrotar a los franceses en la guerra de la independencia española (1808-1814). Fíjese que en todos estos casos se reivindica la libertad después de un conflicto armado.
     En España se plantaron olmos como árbol de la libertad por ser un árbol fuerte, de altas ramas y largas raíces para asentarse bien allí donde eran plantados.
     Un árbol es un "símbolo hermoso y verdadero de libertad", escribió Víctor Hugo en su discurso durante la plantación de un árbol de la libertad en la place des Vosges en París el 2 de marzo de 1848. Siguió diciendo que "la libertad tiene sus raíces en el corazón de la gente, como el árbol en el corazón de la tierra; como el árbol, levanta y extiende sus ramas en el cielo; como el árbol, crece sin cesar y cubre a las generaciones con su sombra. El primer árbol de la libertad fue plantado hace mil ochocientos años por Dios mismo en el Gólgota. El primer árbol de la libertad es la cruz en la que Jesucristo se ofreció como sacrificio por la libertad, la igualdad, y la fraternidad de la raza humana"
La antigua Plaza de la Constitución, hoy Portal de Elche
     Permita otra curiosidad de lo aquí manifestado. Vea. ¿Sabe por qué se llamó plaza del Portal de Elche? Es sencillo. Desde allí se iniciaba un camino que llevaba a esta cercana localidad. Pero no siempre se llamó así. Esta emblemática plaza alicantina tuvo otros nombres. En recuerdo de las Cortes de Cádiz y del nuevo ordenamiento jurídico legislado en las mismas, se llamó plaza de la Constitución. El 14 de agosto de 1812 la inauguró así el alcalde de la ciudad Nicolás Scorcia, Conde de Soto Ameno. Pero volvió a cambiar de nombre. En 1814 se la llamó plaza de Fernando VII. Pero no terminaron aquí los cambios, unos y otros la habían tomado con esta plaza. Con el Trienio Liberal se volvió a llamar plaza de la Constitución. El 4 de abril de 1824, se le llamó de nuevo plaza de Fernando VII. De nuevo plaza de la Constitución en 1876. ¿Le suena?, cambia el color político y se deshace lo hecho por el anterior para hacerlo de nuevo de otra manera. Tiempo después pasó a llamarse plaza del General Franco, ya en democracia se la llamó plaza de la Estrella y finalmente Portal de Elche, como se llama en la actualidad. Y no hay olmos, pero sí enormes ficus que escalan el cielo para estar más cerca de Dios. Así lleva varios años la plaza y así parece que se queda, que ya está bien de cambiarle el nombre.

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