21 marzo 2022

Día de la Poesía y los Bosques

JORGE TEILLIER (Chile, 1935-1996)
Olvido


¿Has olvidado que el bosque es tu hogar?
¿Que el bosque grande, profundo y sereno
te espera como un amigo?
Vuelve al bosque

Allí aprenderás a ser de nuevo un niño.

¿Por qué te olvidaste que el bosque es tu amigo?

Los caminos de las hormigas bajo el cielo,
el estero que te daba palabras luminosas,
el atardecer con el que juegas con la lluvia.

¿Por qué lo has olvidado?

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18 marzo 2022

GAUMET FLORIDO, noticia de C7, en sept 2021
El Drago de Luis Verde recibe cuidados del Cabildo

     El Cabildo aplicará estos meses un tratamiento fitosanitario para alargar la esperanza de vida del drago (Dracaena draco) de Luis Verde, en Valsequillo, que está propuesto para formar parte del Catálogo de Árboles Singulares de Gran Canaria y también para el de Canarias y que, desde 1993, figura en el escudo del municipio. Está afectado por la plaga de un insecto, una lapilla, la Aonidiella tinerfensis, que aunque siempre está presente en este tipo de árboles, puede resultar letal si el drago sufre una depresión vegetativa, como es el caso.
     Agustín Suárez, técnico insular de Medio Ambiente, aclaró este miércoles que aunque no ha estado en riesgo de muerte, sí era evidente que necesitaba atención. «Es un abuelete de 230 años, con un perfil perfecto que precisaba cuidados y se los estamos dando». Está en una finca particular, la llamada Finca Jiménez, a un lado de la GC-41.
     El primer tratamiento se le dio el 5 de julio pasado, con la aplicación de un insecticida de baja intensidad. Y el siguiente se le iba a dar ayer, pero se tuvo que suspender por la lluvia y por el viento. La lapilla chupa la savia de las hojas y desnutre al árbol, de ahí el daño.
     Estos cuidados incluyeron la sustitución del alcorque cuadrado y de cemento que rodeaba su base por un murete de roca volcánica que le deja más espacio al árbol y que tiene un lado libre para que sus raíces puedan expandirse.
    Explicó Suárez que este drago, entre los 10 propuestos para el catálogo insular de árboles singulares, tiene al menos 230 años, con 14 o 15 ramificaciones, por lo que puede ser el quinto más viejo de la isla, 11 metros de altura, 4,20 de perímetro en la base y 8 de copa. Se halla en una finca particular, la finca Jiménez, en Valsequillo, cuyos propietarios han colaborado con el Cabildo y con el Ayuntamiento para permitir esta actuación. Ya está dando sus frutos. El árbol está fructificando.
     El presidente de la corporación grancanaria, Antonio Morales, que visitó este miércoles esta explotación de 30 fanegadas junto a la consejera insular de Medio Ambiente, Inés Jiménez, y el alcalde, Francisco Atta, explicó que este proyecto de recuperar y poner en valor los árboles singulares surgió en 2019 y que se ha materializado en un convenio con la empresa pública regional Gesplan. Fruto de ese acuerdo se creó la Unidad Fénix, detalló Suárez, formada por 4 operarios y un capataz, especializada tanto en el tratamiento preventivo de palmerales silvestres de la isla como en árboles singulares.
     En línea con esta actuación, el Ayuntamiento, que ha colaborado regando el drago, informó de los trabajos para habilitar un mirador en la GC-41 que contribuya a darle visibilidad, según anunció Atta, que subrayó la predisposición de los dueños para facilitar el cuidado del árbol. Una de sus propietarias, María del Carmen Guerra de Aguilar Massieu, confesó que su familia no supo de la importancia histórica de este drago. Llegó a ellos de la mano de dos tías-abuelas que a su vez la heredaron de un tío de ellas. Al lado del drago hay otros dos pinos mediterráneos centenarios y varias casas típicas de la arquitectura tradicional.

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14 marzo 2022

El drago de Luis Verde, Vasequillo, del cronista de Canarias

JUAN GUZMAN OJEDA, Ing.Téc. Forestal
El Drago de Luis Verde, predictor de la humedad de los inviernos

Si preguntáramos a los jóvenes locales y a algún que otro adulto por el árbol que luce en su enseña el municipio de Valsequillo, raro sería que señalaran al Drago (Dracaena draco), y todavía más extraño si supieran que así fue declarado, en 1993, en honor y referencia directa al conocido como Drago de Luis Verde, un árbol que ya había sido propuesto en 1972 para formar parte de la heráldica local. En aquella fecha competía con las armas del Arcángel San Miguel –aquellas que mataran al Perro Maldito– y con el Cuartel del Colmenar, donde naciera el padre del ilustre Benito Pérez Galdós.
     Antes de llegar al casco urbano de este pueblo se encuentran los extensos llanos del Conde, parte de los cuales fueron cedidos a mediados del s. XV a favor de Luis Verde Coronado, quizás un navegante portugués. Aunque los actuales propietarios no guarden relación de parentesco, el nombre ha perdurado hasta nuestros días para señalar tanto al actual barrio como a la antigua finca. Entrar en ella equivale a hacer un giro hacia el pasado. El drago emana solemnidad, a la vez que se erige en epicentro de un entorno rural particular, conformado por antiguas casas solariegas y restos de era, lagar y bodega. Llama la atención el trocito de era que se deja ver en el camino; el resto se encuentra sepultado bajo las latadas de columnas de hormigón. A juzgar por el arco que describe este segmento, se intuye una inmensa era que debió reunir a muchos usuarios. Podemos imaginar al drago como testigo mudo y de excepción, presidiendo aquellas fatigosas trillas estivales.

Larguirucho
      El Drago de Luis Verde, con una ligera inclinación general hacia el sureste, se ubica (27º 59´ 37¨ N y 15º 29´ 06¨ W) sobre un parterre alzado, cuyos muros ya han cedido en varios puntos, en parte por su antigüedad y, muy probablemente, por la presión ejercida por el sistema radicular. En su biometría arroja un perímetro de base de 4,40 m, mientras que su diámetro normal (medido a 1,30 m) resulta ser de 3,30 m. Este tronco principal se erige durante unos cuatro metros, para después dividirse en cinco potentes ramas, gruesas, largas y columnares, que confieren al drago una ramificación muy verticalizada. Luego, este larguirucho se subdivide y multiplica hasta en 15 períodos florales, alcanzando una altura cercana a los 12 m.
      En su cara sur se nota cómo dos de sus ramas fueron arrancadas tras un temporal, ocurrido a mediados del siglo pasado; en su cara norte también aparece una rama partida por este motivo. En la base de varias ramas aparecen grupitos de raíces fúlcreas, cuya meta es llegar un día hasta el suelo o fundirse con el mismo tronco. La cara norte del drago, la más expuesta a los rigores climáticos, presenta varias heridas y cicatrices. Su edad, siguiendo la regla de los períodos florales, lo sitúa cercano al cuarto de siglo
     Para conocer más de cerca la historia del Drago de Luis Verde hemos tenido la suerte de contar con el testimonio de José Jiménez, quien, además de criarse en esta finca al haber sido su familia la medianera, llegó a dirigir la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria. Nos cuenta, con amabilidad y añoranza, cómo de pequeño trepaba con sus hermanos hasta la encrucijada donde se ramifica, y cómo jugaban a ver quién era el primero en alcanzar las puntas del drago con una caña.

     Entre las historias que recuerda y las que su abuelo le contaba, destacamos dos. En primer lugar, y teniendo en cuenta que los dragos longevos acostumbran a florecer parcialmente, José recuerda que, según el sector por el que floreciera el árbol, se podía predecir si el invierno iba a ser húmedo o seco. Así, si el radar meteorológico se encendía de flores crema por el norte, era el preámbulo de un invierno copioso; si se encendía por la cara sur, las cosechas sufrirían sequía.

Ortodoncia con “sangre de drago”
      El otro es el curioso uso que los lugareños hacían con la savia del drago. Tras practicar incisiones en la corteza, provocando el sangrado de su rojiza savia, esperaban hasta lograr la consistencia adecuada para introducir esta pasta en la boca y, moldeándola hábilmente, llegar a sustituir las piezas dentales ausentes.
     Nuestro informante coincide con Marcos, el actual medianero de la finca, en percibir que el drago presenta hoy un aspecto menos esplendoroso que años atrás. Pero aunque su estado de salud no es preocupante, sí es cierto que a la actual depresión que presenta debe contribuir tanto el atrapamiento del sistema radicular, como el abandono del entorno tradicional. No puede uno dejar de pensar que tanto este gigante como sus alrededores merecen una restauración especial, una restauración que dé vida y dignifique el verdadero valor que este conjunto histórico posee.

 

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11 marzo 2022

El carbonero, la memoria del bosque

EUGENIO MONESMA MOLINER (Huesca, 1952)
Transformación de leña de carrasca en carbón vegetal

Hilario Artigas, vecino de Agüero (Huesca), fue un gran sabio rural, conocedor de muchas de las técnicas necesarias para aprovechar los recursos del monte. Uno de los muchos oficios que pudimos recuperar con él en nuestros documentales fue el de carbonero. En el año 1999 estuvimos con él para ver cómo era este oficio de transformar la leña de carrasca en carbón vegetal.

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08 marzo 2022

Elba y su pino, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El pino abuelo


La isla de Elba es una pequeña porción de tierra de 225 Km2 (29 x 18 Km) situada en el Mediterráneo, entre Córcega e Italia, que es conocida por ser el primer lugar de destierro de Napoleón. Naturalmente tiene mucha historia anterior y posterior y su posesión siempre fue muy disputada. Durante los siglos XVII Y XVIII fue posesión española y desde 1860 es terreno italiano.  
     Como isla de origen volcánico su relieve es muy irregular. La costa tiene arrecifes muy apreciados por los buceadores y pequeñas playas que contrastan con el interior agreste y montañoso, cuya cota máxima alcanza los 1000 metros. Uno de sus puertos deportivos, y ciudad turística, es Porto Azurro (Puerto Azul Claro, sería la traducción literal), que hasta 1947 se llamaba Porto Longone (Puerto Largo), y cuyo nombre se cambió a petición de los moradores locales. Fue fundado en 1603 por orden del Rey de España Felipe III y posee dos fuertes del siglo XVII: el Fuerte Focardo y el Fuerte San Giacomo, y un pequeño santuario: el santuario de la Madonna di Monserrato, que acabó dando nombre al lugar que lo acoge, el Valle del Monserrato. Los pinares siempre verdes y la forma de las montañas y el agua, recordaron a los españoles de guardia en el Fuerte San Giacomo, a otro valle, el de Montserrat, en Barcelona, donde hay un monumental santuario dedicado al culto de María. Este es el lugar de culto más evocador de la isla que fue construido en 1606 por orden del primer gobernador español en Porto Longone (Porto Azzurro), Don José Pons y León. Está situado en medio del valle, rodeado de montañas escarpadas y rocosas que infunden a los visitantes una sensación de éxtasis y asombro. Es un lugar de peregrinaje y cada 8 de septiembre se celebra un festival dedicado a su Virgen Negra (¿otra moreneta?) que allí se guarda. 

     Próximo al santuario se encuentra un hermoso árbol. Se trata de un pino piñonero que el Organismo Nacional Forestal de Italia ha clasificado como árbol monumental. Las dimensiones del pino lo convierten en uno de los más grandes de la Toscana, con una altura de 20 metros, un perímetro de tronco de más de 5 metros y una copa de 30 metros. Sabemos que en 1982 el diámetro era de 4,72 metros y diferentes opiniones le dan  entre 200 y 500 años, así que quédense con la que les parezca mejor…  
   
Durante mucho tiempo fue punto de descanso de los peregrinos que acudían al santuario y se dice que el propio Napoleón y su séquito amarraron sus caballos a él. A finales de los años setenta una inundación erosionó el suelo bajo las raíces e hizo que se inclinara levemente. Por iniciativa de la policía del pueblo, se llevaron camiones de tierra para evitar daños mayores. El pino era conocido por los locales como el “Pinón”. El 2 de octubre de 2010 los niños de primaria del Instituto Comprensivo G. Carducci de Porto Azzurro, con motivo de la fiesta de los abuelos, le dieron el nombre de “Nonno Pino” (Abuelo Pino), apodo con el que ahora se le conoce. Y como les sucede a todos los abuelos, el tiempo no perdona y el Abuelo Pino, el 6 de agosto de 2016, vio como una de sus ramas cedía ante el fuerte viento que sopló esa noche. Desde aquí nuestro deseo de que siga durante mucho tiempo en el valle de Monserrato.


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