viernes, 3 de enero de 2025

Palo de Brasil, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El árbol que le dio nombre a un país


El Palo de Brasil (Caesalpinia echinata), es un árbol de la familia de las leguminosas que puede llegar hasta de 10 a 15 metros de altura, de crecimiento lento y corteza espinosa, cuya madera no flota en el agua. Este árbol, al que también se llama “Pernambuco” por su zona de origen, fue uno de los principales atractivos para los primeros europeos, que llegaron al territorio desde principios del siglo XVI.
     Entre los siglos XV y XVI, un árbol parecido al Palo de Brasil (pero de origen asiático, muy escaso y difícil de conseguir), proveía a la industria textil europea de un tinte rojo que se usaba para la producción de textiles, en especial de terciopelo, de alto valor y muy demandado durante el Renacimiento. Cuando hacia 1500 los portugueses llegaron a Brasil y descubrieron la enorme abundancia del Pau Brasil a lo largo de sus costas, se interesaron rápidamente en su explotación, más que en formar asentamientos humanos y afincarse en un territorio al que llamaron “costa del pau brasil”, por lo que muchos historiadores afirman que fue éste árbol el que dio origen al nombre del país. 

     La palabra “brasil” se supone derivada de brasa, y se llamaba así al palo por el color rojizo tanto de su madera, como de la resina que de ella se obtiene, la cual contiene una tintura roja llamada brasilina y que oxida a brazileína. Desde que lo localizaron, los portugueses iniciaron una explotación intensiva del pau-brasil, porque el tinte obtenido de la especie americana era de mejor calidad y mayor duración que el que se obtenía de la asiática y a su vez, la madera de especial dureza y resistencia del árbol se empezó a usar para la fabricación de muebles de alto valor e incluso para arcos de violín.

Fruto
     La resina rojiza del árbol se convirtió en el “oro rojo” que dio a las telas europeas un mayor valor, naciendo un comercio muy lucrativo para la corona portuguesa, que llevó a la tala indiscriminada de árboles que enviaban por barco a Portugal en cantidades cada vez mayores. Desde el Tratado de Tordesillas entre España y Portugal, países como Francia y Holanda habían quedado fuera del reparto del Nuevo Mundo, así que llegaron como corsarios, piratas y contrabandistas. Incluso un francés llegó a instalar en Río de Janeiro una colonia, llamada “Francia Antártica”, para buscar la explotación del árbol para su país, lo que hartó a los portugueses, que a partir de entonces decidieron entonces establecerse y reconquistar la población.
     La creciente demanda y la corta masiva en tan sólo un siglo, produjo una enorme deforestación y llevó al palo de Brasil al borde de la extinción y no fue hasta el siglo XIX, bajo el gobierno del Emperador Pedro II (su hija Isabel abolió la esclavitud y convirtió las camelias en las flores de la libertad en Brasil) cuando empezó un largo proceso de recuperación. Poco a poco, los brasileños se concienciaron de lo conveniente de preservar sus especies autóctonas, y en 1978 el palo de Brasil fue designado como el árbol nacional. El 22 de noviembre de 2020, se ha localizado un enorme ejemplar, en el sur del estado de Bahía, cuya localización de momento se mantiene en secreto y al que se le calculan unos 600 años. Una joya brasileña recogida en esta foto.

                                                         -----