miércoles, 6 de noviembre de 2019

Guardabosques rumano asesinado

¡Exigimos justicia!


A la Comisión Europea

Apelación

     Tras el asesinato de Liviu Pop, exigimos que se requiera a las autoridades rumanas cerciorarse de la independencia de los fiscales a cargo de la investigación del caso. Esta investigación penal debe ser trasladada a la oficina del fiscal en el Tribunal Superior de Casación y Justicia de Rumanía, en Bucarest.

Por qué es importante

     La semana pasada, Liviu Pop, un guardabosques que investigaba la tala ilegal en bosques de Rumania, fue hallado muerto por disparos de su propia arma, cerca de un lugar de tala.
     En este momento, la investigación sobre la muerte de Liviu Pop está en manos de los fiscales del condado de Maramures, donde tuvo lugar el incidente, quienes sostienen que el guardabosques se disparó a sí mismo por error. Los principales sospechosos fueron puestos en libertad sin cargos. Uno de ellos es el sobrino del fiscal jefe en una ciudad cercana. Es millonario y trabaja para una empresa involucrada en escándalos relacionados con la tala ilegal. Obviamente, esta situación genera sólidas sospechas sobre la imparcialidad de la investigación.
     Liviu Pop es uno más de los muchos guardabosques víctima de los grupos criminales que actúan en los bosques rumanos. En los últimos años, más de 600 guardabosques han sido atacados, y 6 de ellos han muerto.
     Estas cifras muestran la magnitud de un fenómeno que está fuera de control para las autoridades locales y nacionales de Rumanía. La vida de quienes protegen los bosques está expuesta a un peligro constante. Además, las investigaciones de estos actos violentos son superficiales y protegen a los criminales y a las mafias madereras.
     Liviu Pop era padre de tres hijos. No solo se encontró su cuerpo con disparos sino que se constantó que había sido arrojado por un barranco. La información facilitada por los fiscales a la prensa es simplemente ridícula. Los principales sospechosos fueron puestos en libertad, aún habiendo reconocido que habían estado involucrados en un altercado con Liviu Pop y que huyeron del lugar donde se produjeron los hechos, dejando al guardabosques agonizando en medio del bosque. A pesar de eso, los fiscales sostienen que es probable que Liviu Pop se disparase por error.
     No podemos evitar preguntarnos por qué los investigadores se inclinan de una forma tan clara hacia la versión de los hechos expuesta por los sospechosos. Varios artículos de prensa han señalado que uno de los tres hombres interrogados es un millonario local, sobrino del fiscal general de la cercana ciudad Târgu Lăpuș y primo de un conocido abogado de Baia Mare, otra ciudad de la zona. Sin duda, este es un conjunto de relaciones e intereses interrelacionados que deben estar afectando la imparcialidad de los investigadores locales.
     Es importante presionar ahora a las autoridades, antes de que la indignación creada por esta trágica muerte se desvanezca.
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