jueves, 30 de noviembre de 2017

Chiune Sugihara - El bosque de cedros plantados en su honor en Israel

CHIUNE SUGIHARA (Japón, 1900-1986)
Bosque de cedros 
Fuente: Tigrero

En 1939 el diplomático japonés Chiune Sugihara (1900-1986) viceconsul de Japón en Lituania, salvó a miles de judíos polacos al concederles visa de salida japonesa, contraviniendo órdenes superiores, lo que le costó el puesto, la seguridad de su familia y, casi, su propia vida. Pero su arrojo fue tal que, todavía cuando estaba embarcado en el tren de salida de Lituania para presentarse al gobierno imperial, firmaba y sellaba frenéticamente los pasaportes y visados arrojándoselos a una desesperada multitud de perseguidos por el nacismo que se agolpaban alrededor de su vagón y que completaban los documentos con sus datos personales.





      Años más tarde, el gobierno israelí quiso honrar la memoria de este héroe plantando un bosque en su honor, para ello habían elegido los cerezos, por ser el árbol emblemático del Japón. Pero en una decisión inusual la orden fue revocada pues, comparados con el valor que Sugihara había demostrado, los cerezos eran un símbolo insuficiente y se inclinaron por un bosque de cedros, árbol de mayor majestuosidad símbolo del Líbano, reino que suministró la madera para la construcción del primer Templo, lo que también le añadía una connotación devocional.
      Tiempo después de que los árboles hubiesen sido plantados fue cuando las autoridades israelíes descubrieron que “Sugihara” en japonés significa: “Bosque de Sugis”. Los ingleses dieron al sugi -Cryptomeria japonica- el nombe de cedro japonés, aunque después se demostrara que el sugi es de una especie diferente al cedro.
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El 12 de Octubre de 2021 se inauguró en Jerusalén una plaza en honor a Chiune Sugihara 
Más información: https://www.amia.org.ar/2021/10/13/jerusalen-dedica-una-plaza-a-un-diplomatico-japones-que-salvo-a-miles-de-judios-durante-la-shoa/
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martes, 28 de noviembre de 2017

STEFANO MANCUSO (Italia, 1965)
El futuro es vegetal

     "Las plantas son seres inteligentes. Según mi opinión, la inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Si consideramos la inteligencia de esta forma, podemos decir que las plantas son seres muy inteligentes. En los últimos quince años, la información científica ha aumentado mucho pero no la percepción el público de las plantas que seguía siendo la misma. Por ello me decidí escribir un libro divulgativo para poder cambiar esa percepción. Hombres, animales y plantas, son seres inteligentes. El problema es que la similitud entre unos y las plantas no se percibe ni se entiende y eso hace que veamos antes las diferencias. Pero hay que recordar que toda la energía, hasta la energía química, proviene de las plantas. Las plantas son la base de la cadena alimentaria. Otra cosa además es que las plantas son la base de la vida del hombre porque son la conexión entre el sol y la tierra. La energía solar que nos llega es atrapada por las plantas y consiguen transformarla en energía química, en azúcar que es lo que nosotros necesitamos para vivir. Son el punto de conexión entre la energía solar y la energía química. Sin las plantas nosotros no tendríamos energía por lo que no podríamos vivir."
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domingo, 26 de noviembre de 2017

RAMÓN OTERO PEDRAYO (Orense, 1888-1976)
Mi hermano
     Yo tenía un hermano. Murió hace tres años. Era tan alto, fuerte y recio que sólo un gran viento lo podía derrumbar.
     Y un gran viento lo derrumbó un día de febrero. Cuando cayó destrozó un pazo fuerte y viejo de siglos y rompió dos gruesas traviesas de piedra de la hermosa terraza. Tembló la tierra en dos parroquias. Lloró el jardín de bojes y rosales, la bella fuente, los pájaros y las sierras madres, grises por la bondad del poniente. Y lloré yo y aún lloro cuando pienso en él.
     Los más doloridos fueron los pájaros, el mirlo como el tordo, el ruiseñor como el jilguero. Pues él los amparaba a todos. Los que en él anidaban como los que sólo se posaban como cansados viajeros. En él dormían con seguridad, guardados de gatos, culebras y niños de malas manos pues los niños buenos aman a los pájaros, amantísimos hijos de Dios y de la luz de los amaneceres.
     Nacido al mismo tiempo que yo, por la voluntad de mi padre, creció mucho más que yo. Tenía brazos valientes y recogía los vientos forzándolos a cantar las bellezas del mundo. Yo abrazándome a él sentía latir su corazón como el corazón gigante de mi tierra. De lejos se veía singular, como un hito, por encima de las formas menguantes del suelo, de los caminos y de las blancas iglesias. Y las sierras abuelas -el Sueiro, la Magdalena, la de Avión siempre a galopar horizontes- gustaban de verlo desde lejos y hablando entre ellas: "Hermoso y bailarín, señala la buena parroquia de Trasalba, buen terreno de fuentes y canciones".
     Pues mi hermano era un árbol que llegó a ser de los más elogiados de Galicia a la par del roble de las cien ramas de Reboredo, del de la Minteira o de aquel pino que creció en el alto de Maside.
     Lo plantó mi padre, en el jardín de la casa, el día que yo nací, quizás pensando que yo podía ser débil y enfermizo y me daría amparo contra los vientos, los soles y las gentes. Era verde y fuerte y elegante, en figura y forma del pino, aunque ser era una especie americana, llamada araucaria, de fina e inspirada belleza arquitectural. Era poeta, pazo de los pájaros, verbo de lo dulces vientos, sensible a todas las variaciones del paisaje. Un harpa. Cuando gemía con el viento de noviembre hacía llorar. Cuando cantaba con los aires de abril espantaba las más gruesas nubes de tristeza.
Pazo de Trasalba

     Yo la adornaba con coronas de rosas bien tejidas en el tronco grueso y dulce al tacto como la mejilla de una niña o se las colgaba de las ramas al mismo tiempo pesadas y livianas. Le confesaba, en voz baja, mis alegrías y mis penas. Cuando le abrí el pecho con gran dolor, lloró lágrimas de una resina de fino olor, gruesas como gotas de lluvia de tormenta. Pues hay un alma neblinosa y amorosa extendida por toda la naturaleza gallega y a veces Dios la quiere animando un viejo roble patriarcal o una céltica roca. Y mi hermano, el árbol de la recia y fina hoja cantarina que me oyó1 frutos suficientes de belleza, de paz y amor.
Cuando tuvo lugar su muerte hubo un asombro y silencio en el jardín, donde ya acabaron los dulces sonidos regalados, y las canciones fugaces de largos adioses esperanzados. Y solo el señor ciprés murmura un "requien" catarroso.
Y yo sigo triste. Me paseo perdido por los caminos del mundo y a veces las primeras tinieblas de la noche me hacen imaginar su gran copa, verde y llena de hojas, para dormir bajo ella confiado en el amparo de aquel forzudo y cantarín hermano que me dejó mi padre.
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Texto traducido por TOMÁS CASAL PITA
1.- En el original al que he tenido acceso figura oiu (oyó), pero está mecanografiado, posiblemente a partir de un manuscrito de Otero Pedrayo. Conociendo la complicada escritura de este autor, creo que muy posiblemente pusiese "diu" (dió), que coincide más con la línea de la frase. 

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Esta entrada está relacionada con la del día 24-11-2017
Pazo de Trasalba
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viernes, 24 de noviembre de 2017

El pinsapo de don Ramón, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA nos propone este relato...

Un hombre, un árbol, ...una historia

Artículo publicado originalmente en la revista de la “XI Feria de la Plantación” (San Sadurniño, A Coruña, 2006) y de nuevo en 2011


     Ramón Otero Pedrayo (1888-1976), está considerado, junto con Rosalía de Castro, el patriarca de las letras gallegas. Miembro de la llamada generación “Nós”, profesionalmente fue catedrático de geografía en un instituto de Ourense y, años después, de la Universidad de Santiago. Su obra escrita abarca non sólo obras acerca da su especialidad si no también cuento, ensayo, poesía, teatro, novela y artículos de prensa. Fue miembro de la Real Academia de la Historia e de las Reales Academias Española y Gallega. Durante la segunda república fue también diputado en cortes, pese a no ser un político vocacional.
     Aunque vivió durante muchos años en Ourense capital, su lugar preferido fue siempre su casa del Pazo de Trasalba, a unos treinta Km de esta ciudad. Esta casa, heredada de su padre y a la que añadió una galería diseñada por Castelao, fue su refugio permanente. A su muerte, viudo y sin hijos, fue donada al pueblo gallego a través de la Editorial Galaxia de la que él fuera presidente. Allí, como le gustaba siempre contar a los amigos y a las numerosas visitas, en el llamado jardín de la Solaina, vivía su “Irmanciño” (Hermanito).
     El Irmanciño era un árbol que según contaba D. Ramón fuera plantado por su padre cuando él nació, siguiendo una costumbre familiar (cuando naciera su padre, su abuelo había plantado un naranjo, que puede ser uno que aún vive en el jardín). Como nunca tuvo hermanos siempre se refirió al árbol como su hermano, el "Irmanciño". Y a él se refirió en numerosas ocasiones en estos términos y otros parecidos: “Era una araucaria preciosa, yo la saludaba y hasta le daba abrazos, un día le puse un collar de flores”. Incluso le dedicó un cuento, ”Meu irmao”, escrito cuando ya el árbol cayera, y que se publicó en el periódico del Instituto Virgen de Covadonga de Ourense en 1976. En este cuento, Otero también hablaba de la muerte del árbol: “Cuando le abrí el pecho, con gran dolor, lloró lágrimas de una resina, de fino olor, gruesas como gotas de lluvia de tormenta”
     Tan allegado estaba al Irmanciño que, cuando cayó, tuvo un hondo pesar, y la premonición de que con la caída de uno de los hermanos no tardaría en seguir la del otro. Fue el día 5 de febrero del año 1972 cuando un violento temporal, que alcanzó máximas de hasta 150 km/h, tumbó al Irmanciño sobre el Pazo de Trasalba causando serios daños. Otero Pedrayo estaba en Ourense, donde recibió la noticia con pesar, desplazándose al Pazo para dar las oportunas instrucciones para retirar el árbol y arreglar los daños de la casa. Aún así, debido a su tamaño y a la falta de maquinaria adecuada, no se consiguió sacarlo hasta el verano.
     Mientras tanto, en un homenaje a Otero, sus amigos organizan la fiesta del árbol en Trasalba, al mes siguiente de la caída. De los viveros del Centro Forestal de Lourizán, se llevaron tres araucarias de especies distintas, porque nadie sabía realmente cual era la que cayera (y ninguna se le parecía). De ellas, una murió porque no era adecuada al clima de la zona, otra la tiró años después el ciclón Hortensia, de mal recuerdo en toda Galicia, y la tercera sobrevive en la actualidad a tres metros de donde crecía el Irmanciño.
     Otero le vende el tronco a un maderista, pero sus amigos, siempre sin su conocimiento, hablan con el tratante y lo convencen de deshacer el trato. Ellos mismos, a través de otro maderista que hizo de intermediario, mejoran substancialmente la oferta (Otero necesitaba efectivo de inmediato para arreglar el Pazo) y se quedan con el tronco del Irmanciño que, cortado en trozos, va al aserradero para ser transformado en tableros.
     Los tableros del Irmanciño quedan guardados y sin uso durante un tiempo, porque realmente no saben en qué usarlos. Dos años después a la esposa de Otero, Doña Fita, se le descubre un cáncer irreversible y los amigos de Otero, viendo lo que iba a suceder, deciden encargar un féretro con la madera del Irmanciño. El féretro quedó terminado a tiempo, pero el problema llegó a la hora de barnizarlo, la madera aún estaba verde, rezumaba resina, y no cogía el barniz. Encargaron otro igual, hecho en la misma fábrica y del mismo modelo, pero con otra madera, y aquel quedó esperando en la funeraria por quien, después de toda la vida juntos, habría de ser su usuario final: el hermano humano.
     Cuando en abril de 1976, murió D. Ramón el féretro estaba listo y, aunque él nunca llegó a saberlo, compartió su última morada con su Irmanciño. En la oración fúnebre pronunciada en la Catedral de Ourense, se dijo, entre otras cosas: “Dentro del ataúd también se guardó tierra de Trasalba, con un manojo de camelias blancas, de su jardín, que besaban los pies de D. Ramón. Y, en el sepulcro se le juntó tierra de Padrón, un ramo de laurel de la huerta de Rosalía y también una palma perfumada por los aires de las masías catalanas y por la brisa del mar de la cultura occidental: griega y latina.”
     Esta historia, con muchos más pormenores que los aquí comentados, era conocida al detalle sólo por los que fueron sus protagonistas: los amigos íntimos de D. Ramón. Para los demás era desconocida o sólo sabían una parte y, a veces, parecía que había una especie de leyenda alrededor de la figura del insigne erudito.
     Treinta años después de caer el árbol, otro erudito, en este caso el doctor en botánica D. Carlos Rodríguez Dacal, investigador de la flora de los pazos de Galicia, dirigió su atención a la historia del Irmanciño. Quedó intrigado por ella cuando, en una de sus visitas al Pazo de Trasalba, alguien que recordaba el árbol aún en pié, le enseñó otro árbol del jardín de la Solaina que, al parecer, era igual al que cayó. La sorpresa fue que el otro árbol no era una araucaria, sino un tipo de abeto poco frecuente en Galicia, llamado pinsapo.
     A partir de este momento Rodríguez Dacal, dirige todo su esfuerzo investigador a conocer la realidad del Irmanciño. Puesto a buscar, localiza fotografías en viejos archivos, recortes de prensa, personas que fueron protagonistas de la época de la que hablamos, gente que trabajó en el Pazo y conocían el árbol, el aserradero donde se hicieron los tableros, la fábrica donde se hizo el féretro, etc...y hasta localizó dónde quedaron guardados ¡los tableros no usados del Irmanciño!.
     Con todos los datos y la madera, no sólo recompuso toda la historia, también pudo comprobar que la datación cronológica de la madera correspondía con el nacimiento de D. Ramón, con una pequeña variación de 3 ó 4 años que tendría ya el árbol cuando fue plantado en el jardín. La sorpresa inicial del botánico, de que el Irmanciño no era una araucaria si no un pinsapo, también se ve confirmada por la documentación fotográfica, los testigos vivos y el análisis de la madera. El pazo de Trasalba fue durante décadas un punto de encuentro de la elite cultural de Galicia, pero nadie sacó a Otero Pedrayo de su error. Puede que no pasase por allí ningún conocedor de los árboles, o tal vez que no quisieran contrariar al ilustre geógrafo, eso nunca lo sabremos.
     Después de tener realizada toda la investigación, el profesor Rodríguez Dacal, escribió con todos los datos recogidos un hermoso libro “O IRMANCIÑO DE OTERO PEDRAYO, Pinsapo memorable de Galicia (*)” editado por la Diputación Provincial de Ourense.
     Una tarde de sábado, a finales de la primavera, visité junto a un grupo de estudio de los jardines, el Pazo de Trasalba. Allí, al calor de la tarde, sentados en el jardín de la Solaina, tuvimos la honra de escuchar el cuento “Meu irmao”, leído nada menos que por el hombre que, después de D. Ramón, mejor llegó a conocer al Irmanciño: el profesor Rodríguez Dacal. Mientras el leía, y nosotros escuchábamos en silencio, vi lágrimas en algunos, tristeza en otros y emoción en todos. Yo sentí que aquellos momentos eran mágicos, que a nuestro alrededor parecía haber mucho más de lo que veíamos, espíritus del pasado, del más remoto y del más reciente, de toda Galicia, y la propia tierra gallega, juntándose con nosotros en homenaje a dos de sus hijos: Ramón Otero Pedrayo y el Irmanciño.
(*) -Fotos tomadas del libro con el permiso del autor, D. Carlos Rodríguez Dacal

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Segundo pinsapo caído en el pazo de D. Ramón

Notas de Internet: 

O temporal tumba o pinsapo de Trasalba, árbore coa que se identificaba Otero Pedrayo (25-1-2009)

Esta entrada está relacionada con la del 26/11/17

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miércoles, 22 de noviembre de 2017

La generosidad del Pino de Pilancones

FAUSTINO GARCÍA MÁRQUEZ
La lección del Pino de Pilancones
 
Arquitecto urbanista, exdirector de la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático
En defensa del territorio en Canarias ante tanta depredación del ser humano, a propósito de la desaparición en un incendio forestal...
 
     El Pino de Pilancones era mucho más que un símbolo: era un ser vivo, un resistente, un superviviente. Emociona ver ahora la tremenda amplitud del espacio vacío de su ausencia, y lo levantamos de nuevo, inmortal, en nuestro recuerdo. Pero a él, a su colosal tamaño, a sus 400 años, no le bastan nuestra pequeña emoción ni nuestra efímera memoria. Caído en pedazos, sigue destilando vida en las gotas de resina que caen lentamente hasta el suelo, en el millar de piñas cargadas de semillas que era aún capaz de generar. Para perpetuarse en otros, no sólo en nosotros. El Pino de Pilancones no murió porque le dejaran de poner unas muletas imposibles y humillantes, ni porque no le hicieran alrededor un cortafuegos que nos hubiera privado de su grandeza, de su carácter de parte singular de un todo. Murió porque era un ser vivo gigantesco, viejo y generoso que dio de comer su propia sangre, su resina, en tiempos de hambre y de miseria pavorosas, aunque le costara una negra y enorme herida que terminaría acabando con él.

Los responsables

      Y sólo nosotros, todos nosotros, somos los responsables. Somos responsables de nuestra propia historia y de nuestro propio futuro. Somos responsables de ser los felices herederos de una sociedad que no le dejaba a muchos otra salida que vaciar los bosques y sangrar a los gigantes. Somos responsables de pertenecer a una sociedad que reclama de los poderes públicos el cuidado de la naturaleza, pero no a costa de las autovías que nos permitan llegar, a 80 kilómetros por hora, al último rincón de la isla. No a costa de nuestra comodidad, de nuestra propiedad, de nuestro consumo desaforado de bienes, de recursos naturales, de combustible, de energía, de agua, de territorio.

     Hace 114 años, alguien dijo que esta tierra no es nuestra, que nosotros sólo somos sus administradores, encargados de gestionarla cuidadosamente para entregarla, mejorada, a sus legítimos y únicos propietarios, las generaciones futuras. Administrar bien ese préstamo, esa herencia del futuro, no nos obliga a resucitar al Pino de Pilancones, pero nos exige crear las condiciones necesarias para que sigan viviendo sus nietos y los nietos de sus nietos, junto a los nuestros.
      Y para eso, tenemos que cambiar muchas cosas, empezando por nosotros mismos. Tenemos que hacer un uso más cuidadoso de unos recursos limitados y tenemos que compartirlos con millones de personas que están muriendo por falta de ellos, a nuestras mismas puertas, ante nuestros brillantes escaparates. Limitado es el planeta que estamos calentando y deshelando con el humo de nuestros coches, con la luz escandalosa de nuestras bombillas, con el confort artificial de nuestras casas, con el agua que dejamos perder, con la basura que producimos. Limitado es el territorio que ocupamos, que acosamos, que  compartimentamos, que destruimos. Limitada es la isla que decimos querer, el pinar que queremos asfaltar, la finca que vamos a urbanizar.

     Podemos ahorrar futuro, pero tenemos que
reprimirnos, limitarnos, sacrificarnos. Aprender a compartir espacio, a preservar el suelo, a reducir gastos, a habitar en pisos. Aprender de nuevo a movernos, a caminar, a compartir con otros el transporte. Aprender a indignarnos ante el derroche, la destrucción y la injusticia. Aprender a vivir mejor, a vivir con menos, a transformar una sociedad del despilfarro en una sociedad atenta, austera, alegre, feliz, viva.

Última lección
     Aprendamos la última lección del Pino de Pilancones. Aprendamos a respetar y a transmitir la vida hasta después de que haya terminado la nuestra, para que podamos vivir en otros, para que, dentro de 400 años, pueda acostarse un niño soñando que a la mañana siguiente va a hacer su primera gran caminata, a ver su pino de Pilancones, ése que está germinando, justo ahora, al pie del coloso caído.

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Datos del Pino de Pilancones en las redes...
Edad: 550 años
Circunferencia: 5,65 m
Altura: 45 m
Muerte: 30 Enero 2008
Paraje: Barranco  de Ayagaures
Municipio: San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria
Altitud: 1000 m
 
Sección del pino a cuatro metros de altura


Más información
Fotos de "Plantas de mi tierra" 
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lunes, 20 de noviembre de 2017

El extinto Pino de Pilancones, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. técn. forestal
Los 550 años del Pino de Pilancones, el “abuelo forestal” 
Ilustración de Mary Anne Kunkel
Aunque el pino canario es uno de los treinta árboles propios de este archipiélago y a su vez el más abundante, pocos son los ejemplares que cuentan con el honor de haber sido bautizados con un nombre propio. El Pino de Pilancones estaba localizado en el parque natural del mismo nombre. Con el vocablo de pilancón, nuestros ancestros denominaban los charcos naturales que quedaban tras la escorrentía del agua por los cauces. Y cierto es, muy cerca de la latitud 27º 53’ 40” N y longitud 15º 36’ 13” W donde habitó nuestro protagonista, pueden observarse pilancones con agua y vida aún en pleno verano.
     ¿Qué podemos contar de tan singular espécimen de Pinus canariensis, posiblemente el árbol más conocido de Gran Canaria aunque no el más visitado? ¿Que su lejanía alimentó el mito de su tamaño? ¿Que mientras Cristóbal Colón desembarcaba en las Américas o mientras el guerrero canario Doramas luchaba por salvar su tierra de los invasores, este individuo crecía poderosamente bajo el pinar de Tirajana? S. Domínguez en su obra Leyendas vivas (2005), ya señalaba a este árbol como uno de los más singulares de Canarias y de España.
     El Pinus canariensis es un portento de resistencia, adaptación y evolución, desarrollando diversas estrategias para durar muchos años y prácticamente resucitar tras los incendios. La habilidad adaptativa para evitar las pudriciones internas y en consecuencia prolongar la longevidad se basa, esencialmente, en impregnar su duramen con resina, formando la incorruptible y aromática tea.

Datación dendrocronológica
     
En 2009 la dendrocronóloga M. Génova (junto a C. Santana y B. Martínez) –en un estudio practicado sobre una troza enviada a la Universidad Politécnica de Madrid–, precisó que la datación más fiable obtenida para las secuencias de crecimiento promedio fue de 542 años, la más larga conocida hasta ahora del pino canario. A este dato habría que sumarle el tiempo en alcanzar la altura de la muestra, espacio que se calculó en 8 años. Con ello la época en que germinó Pilancones tuvo que andar muy cerca del invierno de 1457-1458, coincidiendo ya con los años más tardíos del Medievo.
     Muchos fuimos los expertos o entendedores que tras el mayor incendio registrado en Canarias, el de 2007, quisimos albergar la esperanza de que el árbol pudiera recuperarse. Su función fotosintética no se vio demasiado afectada, presentando la mayor parte de su copa verde sobre un paisaje vegetal color sepia. Pero lo cierto es que este singular árbol había comenzado a morir hacía mucho tiempo, aproximadamente unos 185 años antes, según se desprende del estudio dendrocronológico.

“Manojitos” de tea, casa por casa
     La herida que a la larga causó la muerte del árbol se inició hacia el año 1823, coincidiendo con una época de incremento poblacional y de reducción del suelo destinado al uso agropecuario. Fueron tiempos difíciles, con un aumento importante de la tensión social entre el campesinado y las autoridades, situación que explotó con la denominada “Sublevación de Doramas”, que implicó a más de 4.000 personas (más de un 10% de la población de la isla de Gran Canaria en esa época) al dejar al pueblo sin acceso a las leñas comunes. En este ambiente de lucha por la supervivencia, no fue extraño que se intensificara la deforestación y pese a que Pilancones ya era un árbol respetado, defendido de la tala en varias ocasiones, no pudo impedirse la costumbre de que fuera “catado”. Con la cata se buscaba averiguar la cantidad de tea que tenía. De esta herida se aprovechaban pequeñas astillas, que eran vendidas como “manojitos”, casa por casa, por los alrededores de Tunte con el fin de prender la lumbre.
     Pilancones poseía un gran corazón de tea debido a que sus crecimientos iniciales fueron excepcionales, pero la herida antes mencionada empezó a provocar un cambio importante en dicho crecimiento, rompiendo su simetría. Aunque resulta más difícil de correlacionar, es posible que también el crecimiento asimétrico fuera el causante de la inclinación de 5 grados que presentaba (desplazando su guía terminal unos tres metros sobre la horizontal de la base).
     Fueron, ciertamente, los incendios intermitentes los que aumentaron el tamaño de la hornacina, consumiendo la inflamable tea que una y otra vez exudaba gotitas de resina para tratar de cicatrizar. Tras el incendio de 2007, el hueco de la cara sur era ya de casi 4 metros cúbicos; la tea se había consumido prácticamente en los primeros 5 metros del ejemplar. Sobre un arco de madera de apenas 20 centímetros de espesor, aún se erguían los 42 metros de esta joya botánica con sus aproximadamente 35.000 kilogramos de peso. Se necesitaban 5 personas para abrazarlo por completo.

Sigue vivo en dos injertos
     
En estas pésimas condiciones se mantuvo aún otros seis meses en pie, hasta la noche del 30 de enero de 2008 cuando las leyes de la física acabaron imponiéndose. No hizo falta ningún viento para tumbar al cinco veces centenario, incluso algunos testigos dijeron haber oído sus fibras retorcerse en las vísperas de su abatimiento.
     Para los amantes de los árboles y para la Asociación de Vecinos de Ayagaures, custodios del libro que se encontraba en su base desde el año 1960, fue como la pérdida de un viejo y querido amigo. Sin duda la visión de este gigante de la naturaleza imponía, yo mismo recordaré para siempre la primera vez que lo vi, siendo un chiquillo de unos trece años. Pero Pilancones sigue vivo. No solo en nuestras mentes y fantasías, sino también en dos injertos que, gracias a la labor del Cabildo de Gran Canaria, lograron conservar su ADN en dos ejemplares que, a día de ho, prosperan en el monte.
     Pilancones se encontraba ya en su etapa senil, pero podría haber durado 200 ó 300 años más. Sin duda fueron sus daños irreparables los que acortaron su longevidad natural. El incendio de 2007 también se cobró muchos otros ejemplares adultos y monumentales que presentaban el mismo problema en su base. Algunas metodologías de bajo coste e impacto, practicadas desde la Administración Pública, han demostrado su eficacia para que estos huecos no sigan creciendo con los incendios. Debe considerarse como absolutamente necesario y prioritario que éstas prácticas y otros cuidados particulares se lleven a cabo, incluso con apoyo legislativo. Debe permitirse que el universo forestal canario progrese y no pierda más biodiversidad patrimonial y singular.

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La lección del pino de Pilancones 

sábado, 18 de noviembre de 2017

FRANCIS HALLÉ, (Francia, 1938)
Un árbol con cuatro sistemas de raíces

     Las opiniones de los forestales, de los arboricultores y del público en general convergen en un punto: los árboles, están bien, pero crecen muy lentamente. La agronomía clásica es capaz de paliar algo este "defecto" asegurando a los jóvenes árboles un ambiente favorable, agua, luz, un suelo adecuado, defensa contra los competidores y depredadores; la genética puede suministrar variedades de crecimento "rápido" pero a pesar de todo, los árboles persisten en un crecimiento exageradamente lento. ¿Una agronomía no clásica será capaz de acelerar verdaderamente este crecimiento?
     En diversos países de Asia, como Indonesia o Tailandia, una práctica de extraordinaria originalidad permite a los agricultores acelerar el crecimiento de sus árboles y obtener así una cosecha temprana, ya sea de madera, de látex, de forraje o de fruta. Me pareció mucho más útil llevar esta práctica al conocimiento de los lectores, que debe poder aplicarse a nuestros árboles de Europa.
      En lugar de sembrar una semilla para conseguir un árbol, estos arboricultores asiáticos siembran cuatro, formando entre ellas un cuadrado de unos 30 cm de lado (a veces siembran tres o cinco, pero la idea sigue siendo la misma).
      Estas semillas germinan simultáneamente y, cuando las plantas jóvenes tienen una altura aproximadamente de un metro, se les ata sólidamente con rafia. Bajo el efecto de la presión, los jóvenes tallos se sueldan y, después de unas semanas, se puede retirar el vínculo, manteniéndose las plantas unidas.
     Entonces, conservando el vástago más vigoroso, se cortan el resto justo por encima de la unión, creando un elemento biológico fuera de los normal: un árbol con cuatro sistemas de raíces.

    
      Esto asegura al árbol cuatro veces más de agua y minerales, lo que le confiere un crecimiento extraordinariamente rápido; por otra parte es muy vigoroso, más fuerte contra parásitos y patógenos, que como se sabe atacan a los ejemplares más débiles. En Asia estos "árboles unidos" son frecuentes; se les puede ver en los mercados de Bangkog y el los pueblos del sur de Thailandia. En Indonesia se les puede comptemplar en las explotaciones agropecuarias y hasta en los bordes de las carreteras como árboles de sombra. Los "árboles unidos" son fácilmente reconocibles por la forma de su base pues guardan toda su vida el sello de su origen.

     Esta práctica merece ser estudiada; convendría medir la aceleración de su crecimiento y completar una lista de especies a las que se les puede aplicar. 
    Por el momento nos preocupan ciertos árboles frutales y maderables, como el durian y el tamarindo, pero ¿porqué no aplicarlo a no importa qué árbol capaz de ser aprovechable por el grosor de su tronco? Si probáis esta experiencia con nogales, cerezos o albaricoques, os agredecería tenerme al tanto del resultado. 

Traducción de Andrés Kioko
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jueves, 16 de noviembre de 2017

EL CEDRO DEL LÍBANO, 
testigo milenario de la desertificación de la Tierra, de FORESTTA

     Plagas, incendios, las cualidades de su preciada madera, sus propiedades curativas, ser la morada de los dioses, el cambio climático...  todos estos y otros motivos han llevado a que seamos testigos de la supervivencia de los últimos ejemplares de los bosques que cubrían las laderas del monte Líbano, los llamados Cedros de Dios. Elegidos para permanecer en la tierra durante milenios ahora vemos cómo su supervivencia es verdaderamente dramática, desaparecen y no hacemos nada.

Cedros de Dios
     Las referencias a los cedros del Líbano se remontan a los comienzos de la escritura. La epopeya de Gilgamesh, que narra una visita de Gilgamesh y Enkidu a la montaña del Líbano para cortar árboles, puede remontarse al tercer mileno a.
C.:

«Contemplaron la montaña de cedros, morada de dios,
Trono de Irnini.
Desde la faz de la montaña
Los cedros elevan a lo alto su frondosidad.
Buena es su sombra, llena de delicia.»

Epopeya de Gilgamesh
Cedars of God
Cedars of God
     Su madera fue explotada por los asirios, los babilónicos y los persas así como los fenicios. El templo de Salomón se construyó con ella. Su incorruptibilidad llevó a los egipcios a construir ataúdes, bajeles, estatuas, amuletos…
Lebanon Cedar Forest
Lebanon Cedar Forest

     Hubo un tiempo en que los árboles, y por encima de todos los cedros, hacían del Líbano uno de los principales pulmones de Oriente Próximo. La vegetación cubría las montañas de Monte Líbano, haciéndolo un lugar tan abrupto que las minorías buscaban refugio en su intrincada topografía cuando se sentían perseguidas.
     La palabra inglesa cedar procede del hebreo “qatar”, que significa purgar, indicando que la madera de cedro se usaba para los rituales de purificación y limpieza. En los Himalayas, el cedro es llamado “deodar” de la palabra sánscrita “devdar”, que significa la madera de los dioses.
     El cedro es el símbolo nacional del Líbano, que aparece en su bandera sobre un fondo blanco y flanqueado por dos franjas rojas. Incluso el propio nombre del país parece provenir de la palabra Luban, que significaría “montaña de perfumes”, siendo una de sus más apreciadas características el intenso aroma que desprende la corteza del árbol.
     Usos medicinales del Cedrus Libani – Formas galénicas – posología:
  • Emplasto se aplica sobre las heridas para desinfectar.
  • Cápsulas (25 a 50 mg/caps), 2 o 3 al día.
  • Supositorios (10- 40 mg/sup), 1 a 3 al día.
  • Aceite esencial 1 a 3 gotas, 2 o 3 veces al día.
  • Bálsamo.
Cedar of Lebanon
Cedar of Lebanon

     Por desgracia los frondosos bosques de cedros que aparecen en las descripciones del país de los historiadores de la antigüedad han ido desapareciendo a lo largo de los siglos. La desertificación ha avanzado mucho desde aquellos viejos tiempos. Los cedros que se mantienen hoy en pie son objeto de especial protección por parte de las autoridades, tanto por su valor natural como por su carga cultural. Buena parte de estos últimos supervivientes se concentra en las laderas del Monte Líbano, altura que domina Beirut, la capital del país. Es el famoso bosque de cedros de Bechare.
     A mediados del siglo XIX (…) los bosques estaban esquilmados y hubo gran preocupación por la pérdida de esta importante especie. Desde entonces, los gobiernos sucesivos, las comunidades locales y la comunidad internacional se han esforzado por proteger y restaurar los bosques de cedros del Líbano.
     La falta de equipamiento para combatir los incendios, que este año ya han devorado 1.400 hectáreas de terreno en un país de 10.400 kilómetros cuadrados, sumada a la falta de prevención y el calentamiento global hacen de la situación algo dramático. “En los años 70 teníamos un 30% de superficie verde; hoy sólo queda el 13%”, explica Mitri. “Sólo el año pasado perdimos un 2,5% de nuestros bosques. Si no hacemos nada para evitarlo, en 10 años no quedará ni un solo árbol“.

Tannourine-Hadath El-Jebbeh
Tannourine-Hadath El-Jebbeh
     El significado cultural del Cedrus libani ayuda a explicar por qué el Gobierno del Líbano recientemente, consideró prioritario, defender los árboles contra una plaga grave anteriormente desconocida, Cephalcia tannourinensis.
     La situación era particularmente crítica en el bosque de Tannourine-Hadath El-Jebbeh, al norte del Líbano (…). Hasta el 80 por ciento de los cedros de este bosque estaban infectados. El insecto se había extendido también al «Bosque de los Cedros de los Dioses» en Bcharreh, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Cedar Forest
Al-Shouf Cedar Nature Reserve
    Para combatir la amenaza, se formó un equipo compuesto de científicos de la Universidad Americana de Beirut, el Ministerio libanés de Agricultura y expertos franceses. La FAO aportó fondos y medios especializados mediante su Programa de cooperación técnica. Tras casi cinco años de esfuerzos, la plaga está ahora reducida a un nivel económico, pero es todavía necesaria una vigilancia constante de la situación.
     Los incendios son otro gran problema. La reforestación es insuficiente y jamás podrá compensar el bosque quemado, como explica el ciéntifico de la ACDB. “En 2007, en sólo tres días se quemó el equivalente a todo lo replantado en los últimos 17 años”. De ahí que todas las campañas civiles se centren en mentalizar a los libaneses de que el monte es responsabilidad de todos. “No hay ninguna conciencia social. Nuestro símbolo, la herencia de nuestros antepasados es precisamente un árbol. Si queremos estar orgullosos de él, debemos preocuparnos”, concluye Hani. En caso contrario, habrá que eliminar el cedro de la bandera libanesa.
Cedros del Libano
Cedros del Libano

¡Qué hermoso eres, amado mío
qué delicioso!
Todo verdor nuestro lecho.
Vigas de nuestra casa son los cedros,
cipreses los artesonados.
(Cant 1,16-17)
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Contenidos extraidos de:
El cedro, árbol nacional del Líbano. ACTUALIDAD VIAJES.
Los Cedros: Símbolo de Immortalidad. Cristales y Gemas.
El país de los cedros se desertifica. Crónicas desde Oriente Próximo. El Mundo.
El cedro del Líbano, Cedrus libani –un emblema cultural–, y los trabajos para su salvación. Depósito de Documentos de la FAO.
El Cedro del Líbano: Emblema de Eternidad. AMBIENTE ECOLÓGICO WWW
Cedrus libani. WIKIPEDIA.
Lebanon’s most beautiful Cedars trees. Hadath Cedars Forest.
Cedars of Lebanon. Bcherri Grove.
Cedars of God. Wikipedia.
Cedar. LookLex Encyclopaedia
El cedro del Líbano, Cedrus libani –un emblema cultural–, y los trabajos para su salvación
Tannourine Cedars Forest Reserve
Tannourine Cedars Forest Reserve
Imagen destacada del artículo:
By Jerzy Strzelecki – Own work, CC BY-SA
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martes, 14 de noviembre de 2017

El cedro en la Biblia

EL CEDRO EN LA BIBLIA

Los cedros constituyen un género de coníferas pináceas. Son árboles de gran tamaño, de madera olorosa y copa cónica o vertical, muy utilizados para ornamentación de parques. Hay tres tiposque crecen en el Norte de África, Oriente Medio y el Himalaya.
La palabra «cedro» procede del latín cedrus, que a su vez viene del griego (kedros), expresión con la que se denominaba también al enebro.
En el lenguje bíblico el cedro simbolizaba la fuerza, la grandeza espiritual, la dignidad, la aristocracia y el coraje. Se utilizó para construir edificios de importancia y pensando que serían "perdurables", como el templo del rey Salomón y los palacios de David y del rey Salomón.
En la Biblia se nombra en numerosos versículos... he aquí unos cuantos.

1 Reyes 4:33
Disertó sobre los árboles, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que crece en la pared; también habló de ganados, aves, reptiles y peces.

Jueces 9:15
Y la zarza dijo a los árboles: ``Si en verdad me ungís por rey sobre vosotros, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y consuma los cedros del Líbano."

2 Reyes 14:9
Y Jeoás, rey de Israel, envió {mensaje} a Amasías, rey de Judá, diciendo: El cardo que estaba en el Líbano envió a decir al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: ``Da tu hija por mujer a mi hijo." Pero pasó una fiera que estaba en el Líbano, y pisoteó el cardo.

 2 Crónicas 25:18  
Y Joás, rey de Israel, envió {mensaje} a Amasías, rey de Judá, diciendo: El cardo que estaba en el Líbano, envió a decir al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: ``Da tu hija por mujer a mi hijo." Pero pasó una fiera que estaba en el Líbano, y pisoteó el cardo.
 
2 Reyes 19:23
``Por mano de tus mensajeros has injuriado al Señor, y has dicho: `Con mis numerosos carros subí a las cumbres de los montes, a las partes más remotas del Líbano; corté sus altos cedros {y} sus mejores cipreses, y entré en su morada más lejana, en su más frondoso bosque.
 
Isaías 37:24
`Por mano de tus siervos has injuriado al Señor, y has dicho: ``Con mis numerosos carros yo subí a las cumbres de los montes, a las partes más remotas del Líbano, y corté sus altos cedros {y} sus mejores cipreses; iré a su más alta cima, a su más frondoso bosque.
 
Salmos 29:5 
La voz del SEÑOR rompe los cedros; sí, el SEÑOR hace pedazos los cedros del Líbano;
 
Salmos 92:12
El justo florecerá como la palma, crecerá {como} cedro en el Líbano.
 
Salmos 104:16
Los árboles del SEÑOR se sacian, los cedros del Líbano que El plantó.
 
Isaías 14:8
Aun los cipreses {y} los cedros del Líbano se alegran a causa de ti, {diciendo:} ``Desde que fuiste derribado, no ha subido talador contra nosotros."
 
Jeremías 22:23
Tú que moras en el Líbano, anidada en los cedros, ¿cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolor como de mujer de parto!
 
Ezequiel 27:5
`De los cipreses de Senir te han hecho todas tus tablas; del Líbano han tomado un cedro para hacerte un mástil.
 
Oseas 14:5-6
Seré como rocío para Israel; florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como {los cedros del} Líbano. Brotarán sus renuevos, y será su esplendor como el del olivo, y su fragancia como {la de los cedros del} Líbano.
 
Zacarías 11:1-2
Abre tus puertas, Líbano, y consuma el fuego tus cedros. Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque los {árboles} majestuosos han sido derribados; gemid, encinas de Basán, porque ha caído el bosque impenetrable.
 
Ezequiel 31:3
He aquí, Asiria {era} un cedro en el Líbano de hermosas ramas y frondoso, de sombra abundante y de elevada estatura, y su copa estaba entre las nubes.
 
Job 40:17    
Mueve su cola como un cedro; entretejidos están los tendones de sus muslos.
 
Salmos 80:10    
Los montes fueron cubiertos con su sombra, y los cedros de Dios con sus ramas.
 
Isaías 2:12-13
Porque el día del SEÑOR de los ejércitos {vendrá} contra todo el que es soberbio y altivo, contra todo el que se ha ensalzado, y será abatido. Y {esto será} contra todos los cedros del Líbano altos y erguidos, contra todas las encinas de Basán,
 
Ezequiel 17:22-23
Así dice el Señor DIOS: Yo también tomaré {un renuevo} de lo más alto de la copa del cedro y {lo} plantaré; arrancaré de la punta de sus renuevos uno tierno y {lo} plantaré en un monte alto y eminente. En el alto monte de Israel lo plantaré; extenderá ramas y dará fruto, y llegará a ser un cedro majestuoso. Debajo de él anidarán toda clase de aves, a la sombra de sus ramas anidarán.
 
Ezequiel 31:7-8
``Era, pues, hermoso en su grandeza, por la extensión de sus ramas; porque sus raíces estaban junto a muchas aguas. ``Los cedros no lo igualaban en el huerto de Dios; los cipreses no se podían comparar con su ramaje, y los plátanos no igualaban sus ramas. Ningún árbol en el huerto de Dios podía compararse a él en su hermosura.
 
Amós 2:9
Yo destruí al amorreo delante de ellos, cuya altura {era} como la altura de los cedros, y {era} fuerte como las encinas; yo destruí su fruto por arriba y su raíz por abajo.
 
Números 24:5-6
¿Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel! Como valles que se extienden, como jardines junto al río, como áloes plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas.
 
Salmos 92:12-15
El justo florecerá como la palma, crecerá {como} cedro en el Líbano. Plantados en la casa del SEÑOR, florecerán en los atrios de nuestro Dios. Aun en la vejez darán fruto; estarán vigorosos y muy verdes, para anunciar cuán recto es el SEÑOR, mi roca, y que no hay injusticia en El.
 
Isaías 41:17-20 
  Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay, su lengua está reseca de sed. Yo, el SEÑOR, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Abriré ríos en las alturas desoladas, y manantiales en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales. Pondré en los desiertos el cedro, la acacia, el mirto y el olivo; pondré en el yermo el ciprés, junto con el olmo y el boj, para que vean y entiendan, consideren y comprendan a una que la mano del SEÑOR ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.
 
Ezequiel 17:1-4
Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel. Y dirás: ``Así dice el Señor DIOS: `Una gran águila de grandes alas, largos piñones y espeso plumaje de muchos colores, vino al Líbano y se llevó la cima del cedro; arrancó el más alto de sus renuevos, lo llevó a una tierra de mercaderes y lo puso en una ciudad de comerciantes.

1 Reyes 10:27
El rey hizo la plata {tan común} en Jerusalén como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes como los sicómoros que {están} en el llano.
 
2 Crónicas 1:15
El rey hizo la plata y el oro {tan común} en Jerusalén como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes como los sicómoros en el llano.

Isaías 9:8-10   
El Señor envía mensaje contra Jacob, y cae sobre Israel. Y todo el pueblo {lo} sabe, {es decir,} Efraín y los habitantes de Samaria, los que con arrogancia y altivez de corazón afirman: Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con cedros {los} reemplazaremos.
 
Levítico 14:48-53    
Pero si el sacerdote entra y {la} examina, y la marca no se ha extendido en la casa después de que la casa fue recubierta, el sacerdote declarará la casa limpia, porque la marca no ha vuelto a aparecer. Entonces, para purificar la casa, tomará dos avecillas, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo, y degollará una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente. Después tomará la madera de cedro, el hisopo y el cordón escarlata, {junto} con la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en el agua corriente, y rociará la casa siete veces. Así purificará la casa con la sangre de la avecilla y con el agua corriente, junto con la avecilla viva, con la madera de cedro, con el hisopo y con el cordón escarlata. Sin embargo, a la avecilla viva la dejará ir en libertad, fuera de la ciudad, hacia el campo abierto. Así hará expiación por la casa, y quedará purificada.
 
Levítico 14:1-7
El Señor habló a Moisés, diciendo: Esta será la ley del leproso en los días de su purificación. Será llevado al sacerdote, y el sacerdote saldrá fuera del campamento. El sacerdote lo examinará, y si la infección ha sido sanada en el leproso, el sacerdote mandará tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo para el que ha de ser purificado. Después el sacerdote mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente. {En cuanto a} la avecilla viva, la tomará junto con la madera de cedro, el cordón escarlata y el hisopo, y los mojará {junto} con la avecilla viva en la sangre del ave muerta sobre el agua corriente. Después rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará al ave viva en campo abierto.
 
Números 19:1-6 
Después el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: Este es el estatuto de la ley que el SEÑOR ha ordenado, diciendo: ``Di a los hijos de Israel que te traigan una novilla alazana sin defecto, que no tenga manchas {y} sobre la cual nunca se haya puesto yugo. ``Y la daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento, y será degollada en su presencia. ``Entonces el sacerdote Eleazar tomará con su dedo de la sangre, y rociará un poco de sangre hacia el frente de la tienda de reunión, siete veces. ``Luego la novilla será quemada en su presencia; {todo} se quemará, su cuero, su carne, su sangre y su estiércol. ``Y el sacerdote tomará madera de cedro, e hisopo y escarlata, y los echará en medio del fuego en que arde la novilla.
 
Esdras 3:7 
Entonces dieron dinero a los canteros y a los carpinteros, y alimento, bebida y aceite a los sidonios y a los tirios para que trajeran madera de cedro desde el Líbano por mar hasta Jope, conforme al permiso que tenían de Ciro, rey de Persia.
 
2 Samuel 5:11 
Y envió Hiram, rey de Tiro, mensajeros a David con madera de cedros, carpinteros y canteros, y construyeron una casa para David.
 
1 Reyes 5:1-11
Hiram, rey de Tiro, envió sus siervos a Salomón, cuando oyó que lo habían ungido rey en lugar de su padre, pues Hiram siempre había sido amigo de David. Entonces Salomón envió {palabra} a Hiram, diciendo: Tú sabes que mi padre David no pudo edificar una casa al nombre del SEÑOR su Dios a causa de las guerras en que se vio envuelto, hasta que el SEÑOR puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies. Mas ahora el SEÑOR mi Dios me ha dado paz por todas partes; no hay adversario ni calamidad. Y he aquí, pienso edificar una casa al nombre del SEÑOR mi Dios, como el SEÑOR habló a mi padre David, diciendo: ``Tu hijo, a quien pondré sobre el trono en tu lugar, él edificará la casa a mi nombre." Ahora pues, ordena que me corten cedros del Líbano, y mis siervos estarán con tus siervos; y te daré salarios para tus siervos conforme a todo lo que tú digas, pues sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios. Y sucedió que cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró mucho y dijo: Bendito sea hoy el SEÑOR, que ha dado a David un hijo sabio sobre este pueblo tan numeroso. Y envió Hiram {respuesta} a Salomón, diciendo: He oído {el mensaje} que me enviaste; haré lo que tú quieras en cuanto a las maderas de cedro y de ciprés. Mis siervos {las} bajarán desde el Líbano hasta el mar; y haré de ellas balsas {para ir} por mar hasta el lugar adonde me indiques, y allí haré que las desaten y tú te {las} llevarás. Entonces cumplirás mi deseo dando alimento a mi casa. Dio, pues, Hiram a Salomón todo lo que deseaba de las maderas de cedro y de ciprés. Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo como alimento para su casa, y veinte coros de aceite batido; esto daba Salomón a Hiram año tras año.
 
2 Crónicas 2:3-16
Entonces Salomón envió {un} mensaje a Hiram, rey de Tiro, diciendo: Haz conmigo como hiciste con mi padre David, enviándole cedros para edificarle una casa donde habitar. He aquí, voy a edificar una casa al nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de El, {para colocar} continuamente el pan de la proposición y para ofrecer holocaustos por la mañana y por la tarde, en los días de reposo, en las lunas nuevas y en las fiestas señaladas del SEÑOR nuestro Dios; esto {será ordenanza} perpetua en Israel. Y la casa que voy a edificar {será} grande; porque nuestro Dios es grande, más que todos los dioses.
Pero ¿quién será capaz de edificarle una casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? ¿Quién soy yo para que le edifique una casa, aunque sólo sea para quemar {incienso} delante de El? Ahora pues, envíame un hombre diestro para trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, y en {material de} púrpura, carmesí y violeta, y que sepa hacer grabados, para {trabajar} con los expertos que tengo en Judá y en Jerusalén, los cuales mi padre David proveyó. Envíame también del Líbano madera de cedro, ciprés y sándalo, porque yo sé que tus siervos saben cortar la madera del Líbano; y he aquí, mis siervos {trabajarán} con tus siervos, para que me preparen madera en abundancia, porque la casa que voy a edificar {será} grande y maravillosa. Y he aquí, daré a tus siervos, los trabajadores que cortan la madera, veinte mil coros de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite. Entonces Hiram, rey de Tiro, respondió en una carta que envió a Salomón: Por cuanto el SEÑOR ama a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos. Y añadió Hiram: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que ha hecho los cielos y la tierra, que ha dado al rey David un hijo sabio, dotado de prudencia y entendimiento, que edificará una casa para el SEÑOR y un palacio real para sí. Y ahora envío a Hiram-abí, hombre hábil, dotado de entendimiento, hijo de una mujer de las hijas de Dan y cuyo padre es de Tiro, el cual sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera {y} en {material de} púrpura, violeta, lino y carmesí, y {sabe} hacer toda clase de grabados y cualquier diseño que se le asigne, {para trabajar} con tus expertos y con los expertos de mi señor David, tu padre. Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino, de los cuales ha hablado. Y nosotros cortaremos toda la madera que necesites del Líbano, te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope y tú la harás llevar a Jerusalén.
 
1 Reyes 9:11 
  (Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón maderas de cedro y de ciprés y oro conforme a todo su deseo), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.
 
1 Crónicas 22:4
y madera de cedro incalculable, porque los sidonios y los tirios trajeron grandes cantidades de madera de cedro a David.
 
1 Reyes 7:2-3
Edificó la casa del bosque del Líbano, de cien codos de largo, cincuenta codos de ancho y treinta codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las columnas. Estaba cubierta de cedro sobre las cámaras laterales que estaban sobre las cuarenta y cinco columnas, quince en cada hilera.
 
2 Samuel 7:2
el rey dijo al profeta Natán: Mira, yo habito en una casa de cedro, pero el arca de Dios mora en medio de cortinas.
 
1 Reyes 7:7    
También hizo el pórtico del trono donde había de juzgar, el pórtico del juicio, y fue cubierto de cedro desde el suelo hasta el techo.
 
Jeremías 22:11-15  
Porque así dice el SEÑOR acerca de Salum, hijo de Josías, rey de Judá, que reinó en lugar de su padre Josías, {y} que salió de este lugar: Nunca más volverá aquí; sino que en el lugar adonde lo llevaron cautivo, allí morirá, y no verá más esta tierra. Ay del que edifica su casa sin justicia y sus aposentos altos sin derecho, que a su prójimo hace trabajar de balde y no le da su salario. El que dice: ``Me edificaré una casa espaciosa con amplios aposentos altos"; y le abre ventanas, {la} recubre de cedro y {la} pinta de rojo. ¿Acaso te harás rey porque compites en cedro? ¿No comió y bebió tu padre y practicó el derecho y la justicia? Por eso le fue bien.
 
1 Reyes 6:18
Y por dentro la casa {estaba revestida} de cedro tallado {en forma} de calabazas y flores abiertas; todo era cedro, no se veía la piedra.
 
2 Samuel 7:7 
``Dondequiera que he ido con todos los hijos de Israel, hablé palabra a alguna de las tribus de Israel, a la cual haya ordenado que pastoreara a mi pueblo Israel, diciendo: `` ¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?"
 
1 Reyes 6:9-10
Edificó, pues, la casa y la terminó; y cubrió la casa con vigas y tablas de cedro. También edificó pisos junto a toda la casa, cada uno de cinco codos de alto, y estaban asegurados a la casa con vigas de cedro.
 
1 Reyes 7:12
El gran atrio {tenía} en derredor tres hileras de piedras talladas y una hilera de vigas de cedro, igual que el atrio interior de la casa del SEÑOR y el pórtico de la casa.
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Información 
https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/El-Cedro

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