Rimas
Vosotros los más altos,
estremecidos árboles:
almezes, olmos, álamos...
choperas, cipresales.
Vosotros, los altísimos
señores del paisaje:
rectos, erguidos troncos,
apretado follaje.
Buceando en la tierra
raíces infernales
sois de la luz urdimbre,
de los cielos, raigambre.
Le dais su voz al viento;
a la niebla, hospedaje.
Cobijo es vuestra sombra
de oscuras soledades.
Al rumor de las aguas
dormido en el boscaje
interpretáis los sueños
de las nubes distantes.
Vuestras ramas, penachos
altivos, blandos, frágiles
dedos de verdes hojas,
acarician el aire;
pulsan en el silencio
melodioso, la sangre
que arrebuja en el nido
su latido entrañable;
y señalan al vuelo
perdido de las aves
los abiertos caminos
que nunca siguió nadie.