10 mayo 2025

ROBERT ARNAU ROSELLÓ
Rutas para conocer los árboles monumentales: Castellón. Tinença de Benifassà, Penyagolosa, Espadá

Este libro nace del acto de caminar, surge andando entre sendas pedregosas, riachuelos y espacios forestales abandonados, como pretexto para conocer los bosques y paisajes a través de sus más longevos pobladores, los árboles monumentales. Pero también de la necesidad de reivindicar la protección del patrimonio natural de nuestras tierras: un auténtico tesoro que permanece oculto ante nuestros ojos.

La guía recoge un total de 32 rutas por tres de los Parques Naturales de las montañas castellonenses (Tinença de Benifassà, Penyagolosa y Serra d’Espadà) y presenta más de 200 fichas completas de algunos de los árboles monumentales o singulares que las habitan. Los recorridos y desniveles de las rutas propuestas son aptos para cualquier senderista que se sienta atraído por su soberbia presencia. Respetadlos.

Editorial: Prames
Colección: Guías de la naturaleza
ISBN: 978-84-8321-562-3
Edición: 2023
Formato: 14 x 20,50 cm / rústica / 335 págs.

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08 mayo 2025

El largo viaje de una piña de Pino brutia desde Turquía a Australia


Galípoli, 1 de julio de 1915

EL PINO SOLITARIO DE GALÍPOLI - Turquía

Un pino solitario en lo alto de una meseta en la península de Galípoli, en Turquía, fue testigo y mártir de algunos de los combates más feroces de la Primera Guerra Mundial.

 "The Lone Pine" antes de que fuera destrozado por los proyectiles. (Crédito: Museo Australiano de la Guerra)

Joven pino descendiente del Lone Pine
     Las tropas australianas y neozelandesas intentaron hacerse con el control de las trincheras turcas bajo intenso fuego de ametralladoras y artillería para ganar la península de Galípoli y así controlar el estrecho de Dardanelos, abrir y facilitar la ruta de Rusia y debilitar al Imperio Otomano. Todo finalizó en un gran fracaso muy costoso para los aliados y los turcos, especialmente para las fuerzas británicas, australianas y neozelandesas. Si bien consiguieron consolidar posiciones en la costa, no lograron su propósito, abandonando las posiciones en la península de Galípoli al cabo de unos meses.
Piña recuerdo del Sargento Reginald Robinson, según el cartel del Museo
     Hubo mucho heroísmo y mucho dolor en ambos bandos. Para Australia el sacrificio de tantos jóvenes y el dolor de tantas familias indujo a considerarse una sola nación. Se dice que los soldados australianos fueron allí como representantes de seis estados separados y regresaron como miembros de una sola nación. Sobrecoge el relato de esa batalla que duró mas de ocho meses. (Australia mandó 60.000 jóvenes y tuvo 8.709 muertos y 19.441 heridos)

 Galípoli vista por los turcos: El ejército otomano dio una lección de estrategia a las fuerzas aliadas que asaltaron la península de Galípoli en 1915. La batalla contrapuso la ceguera de Winston Churchill al arrojo de Mustafá Kemal, el futuro padre de la Turquía moderna.

Simpson y su borrico

​     En la meseta había un pino solitario -Pinus brutia- (conocido como pino calabrés, pino del Mediterráneo Oriental y pino brutia, que se caracteriza por tener hojas agrupadas en parejas, más largas y gruesas que el pino halepensis, y que las piñas están sentadas). 
     El pino solitario fue destruido en los combates, pero un soldado -según se dice-, el sargento Keith McDowell del 24º batallón, guardó una piña y la llevó consigo como recuerdo hasta su vuelta a Australia.
     Mc Dowell le dio la piña a su tía Emma Gray que vivía en Gassmere, cerca de Warnambool en Victoria. Un tiempo más tarde sembró las semillas y cultivó cuatro árboles.
     El significado de estos cuatro árboles fue muy profundo. El 11 de junio de 1933, el teniente general Sir Stanley Savige plantó, con todos los honores militares, uno de esos árboles, en el Shrine of Remembrance (Santuario del Recuerdo) de Melbourne.
      Este árbol, que se murió con mas de 80 años (+/- en 2012), estaba cerca de otros recuerdos militares: la Llama Eterna, la pequeña estatua de Simpson y su borrico, el monumento a los Caballos Caídos y el joven pino solitario que se plantó en 2006, son un recuerdo del coraje y la valentía frente a las adversidades extremas.

Homenaje al soldado Simpson que salvó a muchos compañeros
      Hoy, frente a la estatua de Simpson y su borrico, como hemos dicho, está el joven pino solitario de dos metros de altura, descendiente del pino solitario.
      Se cultivan plántulas del "pino solitario" en Melbourne bajo la dirección del Comité de Conmemoración del Legado de Melbourne, responsable de la recolección, propagación y cuidado de los pinos cercanos a la Llama Eterna para presentar sus respetos a los héroes australianos en la guerra.

Península de Galípoli (Turquía)

 Lone Pine en Melbourne
 
Información:
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20190515/47310295165/ataturk-y-la-guerra-de-independencia-turca.
htmlhttps://historiasdelahistoria.com/2012/03/26/el-joven-john-simpson-y-su-burro-los-heroes-de-gallipoli
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Gal%C3%ADpoli
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20200219/473646610262/gallipoli-igm-turquia-ataturk-churchill.html
Libro: Australia's Remacable Trees de Richard Allen y Kimbal Baker, 2009

"Lone Pine"  Shrine of Remembrance, Melbourne, Victoria (2011)

Símbolo de amistad, Casuarina australiana y Piña turca
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05 mayo 2025

El tejo de Crowhurst, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El tejo de Crowhurst, Surrey, England
Existen en Inglaterra dos tejos llamados “el tejo de Crowhurst”. Ambos crecen en un pueblo llamado Crowhurst, ambos en un cementerio al pie de una iglesia que en ambos casos se llama St George's. La diferencia estriba en que uno está en Sussex (un condado de la costa sur, en el Canal de la Mancha) y el otro, más antiguo, en Surrey (un condado contiguo pero tierra adentro). Tal vez alguna de las personas que lean este texto recuerde otra publicación mía –La edad de los tejos-, donde decía: “ la única manera de conocer la edad de un tejo es saber su fecha de plantación” y este tejo es una prueba palpable de ello. No sabemos su fecha de plantación y, si los tejos fuesen árboles al estilo clásico, sus medidas podrían darnos una idea, pero eso no vale en los tejos. 
     Fue medido la primera vez en 1630, pero como no se sabe a qué altura, no se considera esta medida. La primera medida que podemos tener en cuenta es del año 1650, cuando fue medido a una altura de 5 pulgadas (127 cm) y dio una medida de 9,14 metros de perímetro -desde entonces se considera esa altura el punto para la referencia de medida comparativa para este árbol en concreto-. Me saltaré las diez mediciones hechas desde entonces, y me centraré en la undécima: en 1994 dicha medida era de 9,60. En 344 años ha aumentado tan sólo ¡46 cm! Es decir unos 13 cm por siglo. Esta referencia de crecimiento perimetral en un determinado período es muy orientativa para otros árboles; robles, hayas, pinos etc… pero no para un tejo. Si fuese constante en el tiempo, este árbol tendría ¡más de 7.000 años! (una medida posterior del año 2000, da una medida menor, pero se debe al desgarro producido por la caída de una gran rama). Claramente se sabe la edad del árbol y su medida no ayuda a nada. 
     Veamos algo de su historia: posiblemente después de varios siglos de pudriciones el árbol quedó hueco (normal en todos los tejos viejos) y los vecinos lo sanearon colocando una puerta de acceso y una mesa con banquillos en su interior, con capacidad para 12 personas -otras fuentes hablan de un espacio de 1,80 metros de diámetro- supuestamente para brindar refugio a los asistentes a la fiesta anual del Domingo de Ramos en el cementerio (noticias de años posteriores hablan de gente bebiendo y divirtiéndose allí, hasta que la llegada de un nuevo pastor que cortó el asunto). Durante la limpieza del interior se encontró una bala de cañón incrustada en el costado (medio cubierta por madera nueva de crecimiento y se decidió dejarla allí) que se suponía que databa de la época de la Guerra Civil (alrededor de 1652), puesto que una mansión próxima fue un bastión realista.
     En 1845 una violenta tormenta rompió numerosas ramas y parte de la copa, lo que llevó a que el improvisado refugio dentro del tejo perdiese su “techo”, aunque este suceso no aparece por escrito hasta 1850. Seguramente por esa época se le colocaron algunos parches de hierro o estaño, cuyos restos aún eran visibles en las primeras décadas del siglo XX. Durante la 2ª Guerra Mundial desapareció la bala de cañón, pero unos años más tarde, durante la evacuación de un campamento del ejército canadiense en las proximidades, la bola del cañón fue encontrada nuevamente y entregada a la iglesia. Evidentemente un soldado canadiense tenía la intención de llevársela a casa como recuerdo. En la actualidad el viejo tejo sigue en su sitio, con pudriciones internas pero en su sitio de siempre. Que sea por mucho tiempo.
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02 mayo 2025

Tomado de "Krapo Arboricole"

LUNG-YA KIU-TUN (Japón 835-923)
Rendez-vous pareils à l’arbre

« Voyez l’arbre devant votre porte,
Il laisse les oiseaux se brancher ou s’envoler.
Quand ils viennent à lui, il ne les a pas appelés,
Quand ils prennent leur vol, il ne les retient pas.
Rendez-vous pareils à l’arbre ;
Vous n’irez pas contre la Voie. »
 

Volvéos semejantes al árbol

«
Mira el árbol en tu puerta,
Él deja que los pájaros se posen o se vayan volando.
Cuando vienen a él, no los ha llamado,
Cuando retoman su vuelo, no los detiene.
Volvéos semejantes al árbol;
No iréis contra el Camino.»


     Lung-ya kiu-tun (835-923), discípulo de Tung-shan, fundador de la escuela Ts'ao-tung (Sôtô). Citado por Jacques Brosse en su libro "El espíritu del Zen", Capítulo III, Le tch'an et la poésie.

 

     El monje Myōe practicando zazen (meditación sentada) en el corazón de un pino venerable llamado Nawadoko, situado cerca del templo de Kōzan-ji donde el monje fue a retirarse en los últimos años de su vida. Esta pintura en rollo del siglo XIII -atribuida a un discípulo de Myöe, el monje Enichibō Jōnin- es un tesoro nacional japonés, conservado en el Temple Kōzan-ji.

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29 abril 2025

¿Un árbol inmune a los rayos?

Estudios de Ecosistemas, marzo 2025
New Phytologist, Science y Live Science
Los rayos no afectan a todos los árboles por igual
Un árbol de Dipteryx oleifera, justo tras recibir un rayo en 2019 (izq.) y dos años después (der.). Sobrevivió con daños mínimos y se liberó de lianas parásitas y vecinos que competían con él. Imagen: Evan Gora/Cary Institute of Ecosystem Studies
Cuando contemplamos los rayos, compartimos una percepción universal: esas descargas de millones de voltios que descienden desde el cielo representan el poder indomable y la furia de la naturaleza. Y no solo constituyen una amenaza para los humanos; en los bosques, los rayos actúan como agentes de destrucción, fulminando árboles centenarios y alterando el delicado equilibrio de los ecosistemas.
      Sin embargo, en un sorprendente giro evolutivo, una singular especie arbórea de los trópicos ha logrado desafiar esta concepción, no solo sobreviviendo a estos impactos eléctricos, sino aparentemente beneficiándose de ellos.

El Choibá: el árbol resistente a los rayos

     El protagonista de este fenómeno es el Choibá (Dipteryx oleifera), también conocido como almendro o haba tonka. Este majestuoso árbol de las selvas panameñas que también prospera en el bosque húmedo tropical desde Nicaragua hasta el norte de Colombia por debajo de los 1000 m de altitud, parece haber desarrollado, a través de la evolución, mecanismos para que los rayos no le perjudiquen.
     Lo más asombroso es que este imponente coloso, que puede alcanzar los 40 metros de altura, no solo resiste los impactos eléctricos con mínimos daños en su estructura, sino que ha convertido esta amenaza en una estrategia ecológica, ya que la energía de los rayos elimina a sus competidores y a organismos parásitos que amenazarían su supervivencia, como las lianas.
También conocido como eboe, choibá, haba tonka... , es originario de Honduras, Nicaragua,
 Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador.  Evan Gora/Cary Institute of Ecosystem Studies

Investigación y descubrimiento

     "Ver que hay árboles que han sido alcanzados por un rayo y están bien fue alucinante", explica Evan Gora, ecólogo forestal del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas y autor principal del estudio publicado en la revista New Phytologist.
     Lo que comenzó como una observación casual hace una década, según explican los investigadores, se ha convertido en un descubrimiento revolucionario sobre la adaptación de las especies.
     Los investigadores estudiaron 93 árboles alcanzados por rayos en el Monumento Natural de Barro Colorado, en Panamá, utilizando un sofisticado sistema de detección. Los resultados fueron contundentes: mientras que el 64 % de los árboles de otras especies murieron en los dos años posteriores al impacto, los nueve ejemplares de Dipteryx oleifera monitoreados sobrevivieron con daños mínimos.
     Pero la verdadera sorpresa fue descubrir cómo estos árboles transforman el peligro en beneficio. Cada vez que un Choibá es alcanzado por un rayo, éste elimina en promedio 9,2 árboles competidores cercanos y reduce en un 78 % las lianas o enredaderas parásitas que infestan su copa. Esta "limpieza eléctrica" les proporciona más acceso a la luz y los nutrientes.
     La ventaja es tan significativa que, según los cálculos de los científicos, ser alcanzado por un rayo multiplica por 14 la capacidad de estos árboles para producir descendencia. De hecho, el equipo descubrió que los árboles que viven cerca de un Choibá tienen un 48 % más de probabilidades de morir que otros árboles del bosque, presumiblemente debido a los rayos.

Adaptación y supervivencia: la estrategia del pararrayos natural

     Lo más fascinante es que estos árboles parecen estar especialmente adaptados para atraer los rayos. Su altura superior (unos cuatro metros más altos que sus vecinos) y sus copas inusualmente anchas los hacen hasta un 68 % más propensos a ser alcanzados por rayos que otros árboles similares. Considerando que pueden vivir durante siglos o incluso más de mil años, y que son alcanzados en promedio cada 56 años, un solo árbol puede beneficiarse de múltiples impactos durante su vida.

¿Cómo logran estos árboles sobrevivir a semejantes descargas eléctricas? 

     Gora especula que la clave podría estar en su estructura física. Según reportó Live Science, estudios previos sugieren que el árbol tiene una alta conductividad interna, lo que permite que la corriente del rayo fluya sin acumular calor perjudicial, como un cable bien aislado. Parte de esta escasa resistencia eléctrica también podría deberse a la humedad de su madera.
     Este hallazgo pone de relieve el papel poco apreciado que tienen los rayos en la dinámica de los bosques tropicales. A medida que el cambio climático altere los patrones de tormentas, la influencia de estos fenómenos podría crecer, favoreciendo a especies como Dipteryx oleifera. Para los científicos, entender la interacción entre rayos y árboles no solo ayuda a descifrar la estructura y diversidad de las selvas, sino que también orienta estrategias de conservación y reforestación, pues especies "pararrayos" como el almendro tienen un impacto notable en la composición y el equilibrio de estos ecosistemas.
     El equipo de investigación ahora planea expandir su estudio a otros bosques de África y el sudeste asiático para determinar si existen más especies con esta sorprendente adaptación.
     De momento, lo que está claro es que este estudio puede transformar nuestra comprensión del rayo, pasando de verlo como una simple fuerza destructiva a reconocerlo como un factor ecológico que ha moldeado la evolución de al menos una especie arbórea durante miles de años.
     Como señaló a Science Tommaso Jucker, ecólogo forestal de la Universidad de Bristol que no participó en la investigación, este es "un trabajo realmente creativo que cambia nuestra perspectiva sobre los rayos como agentes perturbadores".

Editado por Felipe Espinosa Wang con información del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas, New Phytologist, Science y Live Science.
  
El técnico César Gutiérrez escala una torre de detección de rayos en una selva tropical de Panamá. 
Tras localizar el impacto, el equipo lo monitorea con drones y trabajo de campo.  
 Evan Gora/Cary Institute of Ecosystem Studies


Información:
https://www.dw.com/es/cient%C3%ADficos-descubren-%C3%A1rbol-paname%C3%B1o-que-electrocuta-a-sus-vecinos-para-sobrevivir/a-72187580
https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/cient%C3%ADficos-descubren-%C3%A1rbol-paname%C3%B1o-que-electrocuta-a-sus-vecinos-para-sobrevivir/ar-AA1CC9eK
https://www.dw.com/es/cient%C3%ADficos-descubren-%C3%A1rbol-paname%C3%B1o-que-electrocuta-a-sus-vecinos-para-sobrevivir/a-72187580
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