20 febrero 2025

La historia de un superviviente

EL OLMO DE OKLAHOMA CITY

Edificio Alfred P. Murrah

Este olmo americano centenario podría haber sucumbido al brutal atentado de Oklahoma City, pero sobrevivió, siguió creciendo y, lo que es más importante, se convirtió en un icono para la gente de allí y de todo el mundo.
     El atentado en la ciudad de Oklahoma fue perpetrado con un camión bomba en el edificio federal "Alfred P. Murrah" en Oklahoma City, Oklahoma, Estados Unidos, el miércoles 19 de abril de 1995, a las 9:02 am. Murieron 168 personas y más de 680 resultaron heridas, destruyendo más de un tercio del edificio, que tuvo que ser demolido. Los autores fueron dos extremistas antigubernamentales con simpatías con los terroristas supremacistas blancos, Timothy McVeigh y Terry Nichols. El edificio albergaba un conjunto de servicios del gobierno federal de los Estados Unidos: la Social Security Administration, el Federal Bureau of Investigation (FBI), la Drug Enforcement Administration (DEA) y el Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives (ATF); también contenía oficinas de reclutamiento del ejército y el cuerpo de marines. En el complejo trabajaban alrededor de 550 empleados.

Cuatro días antes de ser demolido
     En el aparcamiento había un sólo árbol. A lo largo de las décadas, el árbol fue testigo del cambio del horizonte, del crecimiento de la ciudad y de la vida cotidiana de generaciones de personas. Fue ignorado en gran medida (simplemente otro árbol que salpica el centro de la ciudad) hasta ese fatídico día. Según apuntan algunos comentarios, en el momento del atentado, este olmo debía tener como 100 años. La foto más antigua que hemos podido ver data de 1947.
     Fue muy dañado por la bomba, pero sobrevivió incluso a la investigación inicial, cuando los trabajadores querían recuperar pruebas que colgaban de sus ramas e incrustadas en su corteza. La fuerza de la explosión arrancó la mayoría de sus ramas. En su tronco había cristales y plástico incrustados y el fuego de los coches aparcados ennegreció lo que quedaba. Se pensó que el árbol no podría sobrevivir y lo olvidaron. Casi un año después los supervivientes y los trabajadores de rescate se reunieron para una ceremonia conmemorativa junto al árbol que estaba comenzando a florecer nuevamente.
     Cuando comenzó la planificación preliminar para un monumento permanente, se determinó rápidamente que cualquier diseño debía incluir el árbol, una parte integral de la historia de lo que sucedió allí, así como la esperanza para el futuro. El árbol se convirtió en un símbolo firme de resiliencia y su protección fue ordenada como parte de la Declaración de Misión del Memorial. Este árbol superviviente se convirtió en un faro de esperanza y sus raíces calaron muy hondo en el tejido social de la ciudad. Survivor Tree ahora prospera y el diseño "Outdoor Memorial" incluye un mandato para preservar y proteger el árbol por los arboristas del Departamento de Agricultura, Alimentación y Silvicultura de Oklahoma.
      La inscripción del cartel junto al árbol dice: El espíritu de esta ciudad y esta nación no será derrotado; nuestra fe profundamente arraigada nos sostiene.
      Cientos de semillas y clones del Survivor Tree se plantan anualmente y los retoños resultantes se distribuyen cada año en el aniversario del atentado. Miles de árboles hijos de Survivor Tree están creciendo en lugares públicos y privados en todo Estados Unidos.

El presidente Clinton hablando al público junto al árbol - 1996
Después de la bomba

 

Información:
https://es.wikibrief.org/wiki/Oklahoma_City_bombing
https://es.wikibrief.org/wiki/Survivor_Tree
https://memorialmuseum.com/experience/the-survivor-tree/the-survivor-tree-today/
https://memorialmuseum.com/experience/the-survivor-tree/the-survivor-tree-then/
https://www.amazon.com/Survivor-Tree-Oklahomas-Symbol-Hope-Strength/dp/1937054497





1947 El árbol visible entre otros en el patio trasero de una casa.
Era un árbol olvidado en un aparcamiento, sólo él había sobrevivido a la tala
El árbol entre los escombros y la destrucción poco después del atentado
Parte del árbol
 
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17 febrero 2025

El Ginkgo del templo Zoshigaya Kishimojin, Tokio

EL GINKGO QUE DA HIJOS
Historia del templo Zoshigaya Kishimojindo 
 

Kishimojindo es un templo dentro del recinto de Ikosan Homyoji, un templo budista Nichiren (una rama budista). El templo fue fundado originalmente en 810 como Ikoji, un templo de la secta Shingon, pero en 1312, se dice que Nichigen Shonin, uno de los discípulos de Nichiren Shonin, se convirtió a la secta Nichiren y lo rebautizó como Ikoji. El templo Kishimojindo se fundó cuando un hombre llamado Yamamura Tan’emon desenterró una estatua del Kishimojin en el área alrededor de la actual Mejiro-dai y la dedicó al templo llamado Toyobo, que luego se fusionó con Homyoji. La remodelación del templo actual es de 1664, en el período Edo (1603-1868). Fue designado Bien Cultural Tangible por el Gobierno Metropolitano de Tokio durante el período Showa, cuando fue desmantelado y restaurado (periodo del emperador Hirohito 1926-1989) y es Bien Cultural Importante Nacional en el período Heisei (1989-actual).

Kishimojin

     Kishimojin, también llamada Kariteimo, es una deidad india, una madre que busca proteger a todos los niños del mundo de cualquier daño. Como Demonio -Yaksha-, se dice que dio a luz a mil niños. Sin embargo, la gente la temía y la odiaba porque tomaba niños de las áreas vecinas y se los comía. Buda decidió salvar a Kishimojin de su error y escondió al hijo más pequeño de ésta. La historia dice que al hacerle sentir el dolor de perder a un hijo, hizo que se diera cuenta de su error y se arrepintiera. Kishimojin juró convertirse en la diosa del parto seguro y tranquilo, y desde entonces es profundamente venerada. La estatua de Kishimojin en el templo Homyoji no tiene la forma de un demonio, sino de un hermoso bodhisattva (un ser destinado a Despertar, a ser un futuro Buddha) que lleva un hagoromo (túnica celestial) y un yoraku (collar budista dorado), sosteniendo un bebé. El nombre de Kishimojin contiene la letra 鬼 que significa demonio. Pero oficialmente, cuando se escribe en el nombre de Kishimojin, la letra 鬼 se escribe sin el "cuerno" en la parte superior.
     En Daikokudo, en el distrito de Kishimojindo, los domingos y los días festivos (8, 18 y 28 de cada mes) puedes comprar los dango osen (bolas de masa de arroz dulces). El nombre de esta golosina significa mil, en honor a los mil hijos de Kishimojin, con la esperanza de que las personas que coman estos dulces sean bendecidas con muchos hijos.


El gran Ginkgo

     El gran árbol de ginkgo que se encuentra en el recinto del templo es el árbol sagrado del salón Kishimojindo. Se dice que tiene unos 700 años y está sano y fuerte. El árbol mide 32,5 metros de altura, la circunferencia del tronco es de 6,63 metros y sus ramas se extienden unos 10 metros en todas direcciones. Fue nombrado Monumento Natural por el Gobierno Metropolitano de Tokio. Desde el período Edo, la gente ha creído que abrazar a este ginkgo te bendecirá con hijos y aportará fertilidad a los fieles. Por eso es ampliamente conocido y querido como el "Ginkgo que da hijos".

Takeyoshi Inarido

     En el recinto del templo también se encuentra el Takeyoshi Inarido, con su llamativa hilera de puertas torii rojas. La deidad principal de este recinto es Uka-no-mitama, que se dice que es el dios de la comida, la agricultura, la industria y el comercio. Antes de que se construyera el salón Kishimojindo, la tierra que rodea esta zona se llamaba "Bosque de Inari". Desde entonces, este dios ha protegido la zona y es adorado por la gente de los alrededores. Frente al santuario, hay estatuas de zorros sentadas a ambos lados, y el zorro de la izquierda tiene un pergamino en la boca. Junto con la hilera de puertas torii, es un lugar popular para tomar fotografías.

Hokushin Myoken Daibosatsu

     La parte trasera del salón principal se encuentra consagrado el Hokushin Myoken Daibosatsu, conocido popularmente como "Myoken-san". Se dice que protege la tierra, aleja diversos problemas y desastres, mantiene alejados a los enemigos y prolonga la vida.

Información:
https://japon-secreto.com/tag/dango/
https://foundjapan.jp/en/2206_kishimojindo_temple/#


Nº 154

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14 febrero 2025

JESS THOMSON, en Newsweek, Julio/2023
El segundo árbol más grande del mundo, un ciprés, es descubierto en Asia 

Investigadores posan junto al ciprés de 102 metros de altura en la Reserva Natural Nacional del Gran Cañón Yarlung Zangbo, en la Región Autónoma de Xizang, en el suroeste de China. (pku.edu.cn)https://newsweekespanol.com/2023/07/03/arbol-grande-cipres-asia/
Un enorme árbol ciprés se descubrió en el cañón más profundo del mundo. Se cree que es el árbol más alto de Asia, así como el segundo más alto del planeta Tierra.
     El ciprés fue descubierto en la reserva natural del Gran Cañón Yarlung Zangbo, en el condado de Bome, ciudad de Nyingchi, en la Región Autónoma del Tíbet de China, por un equipo de investigación de la Universidad de Pekín.
     Se encontró que el árbol mide 102 metros de alto, según un comunicado de la Universidad de Pekín, apenas más alto que la Estatua de la Libertad, en Nueva York, de 92 metros. El Gran Cañón Yarlung Zangbo se considera el cañón terrestre más profundo en el mundo, pues alcanza una profundidad promedio de alrededor de 4,876 metros y una profundidad máxima de 6,008 metros.
     Según el comunicado, el árbol es un ciprés del Himalaya (Cupressus torulosa). Mientras, otros informes en los medios estatales chinos mencionan que el árbol es un ciprés tibetano (Cupressus gigantea).
     El árbol ciprés se descubrió usando un dron que llevaba un sensor lidar (Light detection and ranging, por sus siglas en inglés), explicó otro comunicado de la Universidad de Pekín. El lidar es similar al sonar y a la ecolocalización, ya que utiliza luz láser en lugar de sonido para trazar un mapa del entorno. 

El árbol ciprés más alto de Asia

     Utilizando los datos recopilados por el lidar, los investigadores de la Universidad de Pekín, el Centro de Conservación Xizang y el Centro de Conservación Shan Shui crearon un modelo 3D del enorme árbol, que se confirmó como el más grande de Asia después de un estudio de campo.
     Este árbol rompió récords anteriores establecidos por el mismo equipo para el árbol más alto de China: en abril del año pasado, descubrieron un árbol de 76 metros en el condado de Medog. Y tan solo un mes después encontraron un abeto de 82 metros de altura en el suroeste de China.
     También hay una gran cantidad de árboles masivos en esta área, con 25 que miden más de 90 metros, descubiertos cerca del árbol récord. Los cipreses del Himalaya y del Tíbet son raros en la naturaleza, y solo unos pocos viven en la Reserva Natural Nacional del Gran Cañón Yarlung Zangbo. Son una especie de planta protegida de primera clase en China.

Cipreses en la Reserva Natural Nacional del Gran Cañón Yarlung Zangbo, en la Región Autónoma de Xizang, suroeste de China. Ahí se descubrió un ciprés de 102 metros, lo cual lo convierte en el árbol más alto de Asia y en el segundo árbol más alto del mundo. (Universidad de Pekín)

Otros árboles gigantes

     El árbol más alto del mundo se puede encontrar en el Parque Nacional Redwood, en California, Estados Unidos. Mide la asombrosa cifra de 116 metros. Se cree que esta secuoya costera (Sequoia sempervirens), encontrada por primera vez en 2006, tiene entre 600 y 800 años y recibe el sobrenombre de “Hyperion”.
     Con el árbol ciprés recién descubierto en China, ahora en el segundo lugar en altura, el tercer árbol más alto es un fresno de montaña de 100.5 metros en Australia. El cuarto es un abeto tipo Coast Douglas de 99.6 metros en Oregón y, el quinto, es “Menara”, un Meranti amarillo encontrado en Malasia de 98.5 metros.
     Los investigadores esperan monitorear los cipreses de la zona a largo plazo, estudiar su densidad de distribución, población y edad. También esperan explorar más en el Gran Cañón de Yarlung Zangbo para investigar la biodiversidad y los árboles que aún no se han estudiado. 

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)

11 febrero 2025

 ALFREDO MALUENDA, en "El Heraldo", oct-2019
Desmontando el mito: La Armada Invencible no causó la deforestación de Los Monegros


Ni la composición de la tierra ni las lluvias sostienen la tesis de que la comarca albergara alguna vez una gran arboleda. 

Panorámica de la Sierra de Alcubierre, en el corazón de Los Monegros.Heraldo

     Veinte galeones, 44 navíos mercantes armados, cuatro galeazas y otras tantas galeras, 23 urcas, 22 carabelas, quince pinazas y 22 pataches. Mucha madera para un solo bosque… especialmente para uno que jamás existió. Los Monegros aguanta estoico el "sambenito" de una leyenda que no es más que eso, un mito: el de que un día dio cobijo a una frondosa e inabarcable masa arbórea, desvestida con el único propósito de dar forma a la malograda Armada Invencible. El mito pasa de generación en generación y en el área de Turismo de la comarca no se cansan de salir al quite. “Se trata de un hecho histórico mitificado, legendario y falso y que se achaca a un castigo de Felipe II tras el suceso con el Justicia de Aragón”, razona Gemma Grau, técnico del organismo comarcal. Lo primero sería acotar qué se entiende por bosque en Los Monegros: un paisaje salpicado por pino negro y sabina conocido desde la antigüedad, que ya en época árabe era denominado ‘monte negro’, no por la frondosidad, sino por el tono oscuro de sus copas. El segundo punto más alto de la sierra de Alcubierre se llama, precisamente, Monte Oscuro. Su bosque siempre ha sido de tipo mediterráneo, cuyo mejor exponente son las carrascas en el norte y las sabinas en el sur, un paisaje al que se sumó la tradición agrícola romana: cereal, vid y olivo. De hecho, la geología nos cuenta que Los Monegros habría tenido un paisaje similar desde la última glaciación, acusando la escasa pluviosidad”.
     Un punto en el que hace especial hincapié Ramiro Muñoz, biólogo en la Laguna de Sariñena: “Para hablar de un bosque en esos términos la lluvia tendría que promediar, como poco, los 600 litros por metro cuadrado, y apenas se alcanzan los 400. Sólo hay que ver cómo a partir del municipio de Huerto, donde las precipitaciones son mayores, arranca una línea de contraste y por encima la vegetación cambia de forma notable”. A ello se añade la composición del suelo: "la salinidad de determinadas zonas impediría un bosque de las características de las que se suele hablar".
     Muñoz indica que la flota naval que partió hacia la costa inglesa sí contó con la aportación de “algunas sabinas de gran porte, del estilo de la insigne sabina carrascosa que luce en Monegrillo, pero la madera de los barcos se extrajo de distintos puntos del país y no de uno solo”. En cualquier caso, en la pérdida de los mejores ejemplares “jugaron un papel más determinante las quemas que se realizaron de cara a favorecer la ganadería que cualquier otro factor”.
     La técnico comarcal Gemma Grau suma otro elemento a la ecuación: “Lo que en realidad deforestó este territorio fue el aumento demográfico del siglo XVI, que obligó a roturar nuevas tierras y obtener mayor cantidad de leña, añadido a incendios y guerras posteriores, como las carlistas. Y esto, por cierto, tuvo una consecuencia inesperada, la reciente formación del Delta del Ebro”.
     Otro detalle capital y por el que se suele pasar de puntillas es la distancia entre el enclave aragonés y el punto de partida de la flota. Grau recuerda que los barcos zarparon desde el Cantábrico, cuando Castilla tenía mar: “Es evidente la dificultad de remontar los troncos desde Aragón río Ebro arriba y a contracorriente, con un cauce menguante cuanto más próximo al origen. Los árboles talados en Aragón descendían desde el Pirineo por el Cinca y, desde ahí, por el Ebro hasta Tortosa”.

La leyenda y sus versiones
     Una curiosidad del mito del gran bosque y de la deforestación a manos de Felipe II es que, a diferencia de muchos otras leyendas regionales, ésta se repite en otros puntos del país, siempre adaptado a las panorámicas locales. Se emplea para justificar paisajes desarbolados en provincias tan dispares como Jaén, Cuenca, Soria o Cantabria.

Lo hemos leído aquí: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2019/10/25/desmontando-mito-los-monegros-no-tuvo-frondoso-bosque-ni-deforesto-para-construir-armada-invencible-1340349.html

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08 febrero 2025

Takahashi en Hyōgo, el cronista de Japón (112)

TAKAHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El Gran Katsura de Itoi (prefectura de Hyōgo)

Especie: Katsura (Cercidiphyllum japonicum), familia Cercidiphyllaceae, género Cercidiphyllum
Dirección: Takenouchi, Wadayama-chō, Asago-shi, Hyōgo-ken 669-5237
Perímetro del tronco: 19,55 m.      Altura: 36 m.        Edad: 2.000 años
Designado Monumento Natural Nacional
Tamaño ★★★★★     Vigor ★★★★★     Porte ★★★★
Calidad del ramaje ★★★★★     Majestuosidad  ★★★★

Este gran árbol de cepa macho es, probablemente, el katsura (Cercidiphyllum japonicum) con mayor perímetro de tronco que tenemos en Japón. Desde el sitio del antiguo castillo de Takeda, envuelto siempre en un mar de nubes, podemos llegar en una hora y media por carretera al valle de Itoi, que ocupa el extremo norte del término municipal de Asago. En lo más recóndito de ese valle se encuentra la aldea de Takenouchi, desde donde comenzamos una caminata a lo largo del curso superior del río Itoi que nos conducirá a un lugar situado unos cuatro kilómetros más arriba. Es ahí donde encontraremos nuestro árbol.
     Los katsura de gran tamaño son árboles huraños, que solo suelen encontrarse en el corazón de las zonas montañosas y, considerando esto, estamos ante un caso verdaderamente raro, pues hasta este paraje podemos llegar sin demasiado trabajo. El árbol se alza en el arranque del camino que conduce a la cima del monte Higashitokonoo, situada un kilómetro hacia el norte, y esta ubicación explica que los alrededores sean periódicamente limpiados de hierbas y que se haya instalado un banco y hasta unos retretes.
     Alrededor del viejo tronco, que se pudrió y desapareció, han crecido con fuerza multitud de hikobae (brotes que nacen en torno a un árbol o tocón) que forman algo así como una gran gavilla, dando cuerpo a un nuevo tronco. Se dice que su número llega a los 80. Muchos son de grosor similar, crecen a intervalos regulares y además se han desarrollado muy rectos, consiguiendo en conjunto una forma de tronco notable por su perfección. Sentimos una magia muy especial cuando, mirando desde abajo, contemplamos el hueco todavía perceptible en la parte central del conjunto, donde un día estuviera el viejo tronco. Es de suponer que este árbol ha sobrevivido a más de una crecida del vecino río Itoi, que le ha ido robando la tierra de los alrededores y dejado parte de sus raíces al descubierto. Algunas de ellas parecen avanzar como serpientes en la dirección de la corriente del río, a lo largo de más de 10 metros. La leyenda dice que, cierto año en que la sequía se cebaba en la región, un monje de gran virtud colocó sus hábitos sobre el árbol y elevó allí sus plegarias, que fueron oídas. Ha llegado hasta nuestros días el nombre de koromogi (árbol de la vestidura), en referencia a este ejemplar del que, según se dice, sigue siendo objeto de veneración.
     Su edad ha llegado a estimarse en 2.000 años. Fue precisamente un katsura el árbol sobre el cual, según la tradición, se posó la garza blanca que portaba a Kanayako, dios de las ferrerías. En estos talleres era preceptivo rendir culto al dios, como también lo era plantar un katsura en sus inmediaciones. Dada la cercanía de los montes Tokoo y Kanatoko, zonas de extracción del mineral desde antiguo, no podemos descartar que, hace quizás veinte siglos, el Gran Katsura de Itoi hubiera sido plantado también a ese efecto.


Nº 112

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