04 noviembre 2024

Thuja plicata, del narrador de historias

Tomás Casal Pita
Thuja plicata

El árbol que nosotros conocemos como Tuya (Thuja plicata) es comúnmente llamado en EEUU cedro rojo occidental, cedro rojo del Pacífico, cedro gigante, tejas, y a saber cuántas cosas más. Se trata de una conífera siempre verde, pariente de los cipreses y nativa del oeste de América del Norte, pero no tiene nada que ver con los auténticos Cedros (y hace unos días decía yo por aquí, que los nombres comerciales de la madera se las traen). En nuestro país su uso es decorativo y como cierre en verde para setos. Según la Wikipedia, el más alto de estos árboles en la actualidad mide 59 metros, así que la foto de 1906 (si lo que pone era verdad) debía ser un espectáculo. Traducido y pasado a metros dice: 
"Cedro gigante, 87 metros de altura y 4, 46 metros de diámetro, se le supone unos mil años de edad”.

     Por último ese recorte de prensa, publicado en The Mason County Journal, (Shelton, W.T.) el día 14/09/1894 en la página 3, dice más o menos lo siguiente: G. A. Dyer de Tacoma tiene en exhibición el árbol más grande jamás mostrado en el estado. Es un cedro cortado cerca de Ocosta, Washington. Ocho hombres tardaron veinticuatro días en cortarlo y cargar los carros. La parte expuesta consta de unos 4,2 m de la base, junto con secciones de las raíces. La característica  base hinchada. Después de talarlo, se dividió en secciones que podían manipularse y se quitó el centro. Ahora está configurado de modo que desde el exterior parece en su estado original, pero por dentro es hueco, y se entra a través de una puerta. El señor Dyer dice que el árbol tenía 124 m de altura y que mide 21,33 m de circunferencia (esto son 6,8 metros de diámetro). Esto incluye los "entresijos" de la base, mientras que a una altura de 10 m su diámetro era de 4,25 m. Había 18,25 metros hasta la primera rama, que se dice que tenía 2,1 m de diámetro. Los primeros 91,5 m tenían 4,5 m de diámetro, disminuyendo desde ahí hasta los 30 cm. en la parte superior. Este árbol se llevará al este para su exhibición cuando cierre la feria.- West Coast Lumberman.
     Naturalmente después de estos datos, y suponiendo que los americanos de la época no nos hayan tomado el pelo, queda claro que los grandes tuyas ya se extinguieron por obra del hombre y de la sierra y nunca se volverá a ver otra tuya en todo su esplendor y magnificencia.

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01 noviembre 2024

 FERNÁN SILVA VALDÉS (Uruguay, 1887-1975)
Árbol dorado

En mi tierra hay un árbol de oro y espinas,
-oro y espinas, todo un símbolo de América-;
oro de buen olor, yo me enriquezco de él
como un moderno conquistador.


Dando mezquina sombra vive años y años,
sin leyendas que lo hagan ni mejor ni peor;
el invierno lo deja desnudo
y el buen tiempo lo viste con borlitas de sol.

Bien florecido alumbra; yo me encandilo en él;
parece un candelabro de mil luces doradas
que se ilumina solo, como de adentro afuera,
para la velada de la primavera.

Es tan maravilloso que al verlo amanecer
así encendido, pienso que la noche anterior
los bichitos de luz han estado de fiesta,
durmiéndose olvidados de apagar su farol

Raro destino el suyo, ser bello y luego útil;
muerto para el paisaje, nacer para el fogón,
y arder en brasas toda una faz de la luna...
¡envidiable destino, ser cada vez mejor!

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29 octubre 2024

El eucalipto "Arco iris"

El Eucalyptus deglupta

El eucalipto arcoíris -Eucalyptus deglupta- es un árbol de gran altura que tiene la particularidad de ser el único eucalipto que crece en la selva tropical y una de cuatro especies que no se encuentra en Australia, donde se calcula que hay 700 especies. 
      Este árbol crece en Filipinas, Indonesia y Papúa Nueva Guinea, donde puede alcanzar una altura de hasta 76 metros. Y aunque su tamaño es impresionante, lo que lo convierte en un árbol verdaderamente excepcional es su corteza multicolor.
      Cada cierto tiempo, y como sucede a toda la especie, tiras de corteza del eucalipto se desprenden, dejando ver una corteza interior de color verde brillante. Con el paso del tiempo, la corteza expuesta madura, se oxida y adquiere diferentes colores —azul, púrpura, naranja y granate
. Diferentes tiras de capa se caen lentamente con el tiempo, mientras que otras áreas expuestas ya han comenzado a madurar; este proceso produce una coloración espectacular creando un árbol de mil colores. 
      A pesar de que su hábitat natural está en la selva, el Eucalyptus deglupta ha demostrado ser increíblemente adaptable a otros ecosistemas. Por ello, jardines botánicos en todo el mundo han logrado que la especie crezca en santuarios especializados, utilizándose como planta ornamental en parques públicos alrededor del mundo.  
      Además de la impresionante gama de colores que el árbol presenta en la corteza, tiene un gran valor comercial ya que es una excelente fuente de pulpa para producir papel blanco.
 
Fotos de Matthias Haker...... (sospecho que se han retocado las imágenes)

 Imágenes de la Revista National Geographic....

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26 octubre 2024

Takihashi en Yamagata, el cronista de Japón (122)

TAKIHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El Gran Katsura de Gongenyama (prefectura de Yamagata)


Especie: Katsura (Cercidiphyllum japonicum), familia Cercidiphyllaceae, género Cercidiphyllum
Dirección: Hōden, Mogami-machi, Mogami-gun, Yamagata-ken 999-6213
Perímetro del tronco: 18,4 m.
Altura: 38 m.
Edad: 1.000 años
Tamaño ★★★★★         Vigor ★★★           Porte ★★★★
Calidad del ramaje ★★★           Majestuosidad ★★★★★

     Este katsura se alza solitario en la parte alta de la ladera suroriental del monte Gongenyama, situado en la zona norte del término municipal de Mogamimachi. El camino forestal se hace muy empinado ya desde su arranque. Hay que ascender durante unos 45 minutos siguiendo el lecho seco de un arroyo hasta llegar a un punto donde el paisaje se ensancha, dejándonos contemplar el gigantesco árbol.
     El tamaño es para dejar pasmado a cualquiera. El paso de los años ha dejado la superficie de su tronco cubierta de profundas grietas y, según el ángulo desde el que lo miremos, hay en él algo que recuerda vivamente al milenario cedro (sugi) de Yakushima conocido como Jōmonsugi. Por lo que a tamaño se refiere, este supera con creces al famoso cedro. El perímetro de su tronco rondará los 20 metros y su porte es realmente imponente. El que otrora fuera tronco principal está ya totalmente descompuesto y ha dejado en el centro un hueco por el que puede pasar una persona adulta. Es muy posible que sea un ejemplar todavía joven, pues apenas presenta la división en varios troncos de una misma cepa ni los hikobae (brotes que nacen alrededor de un árbol o tocón) que caracterizan a su especie. No habrá problema en otorgarle el segundo puesto entre los katsura más grandes de Japón, a la zaga solo del Gran Katsura de Itoi, en la prefectura de Hyōgo.
     El árbol está situado en un paraje montañoso al que no llega el ruido de los pueblos y donde no se advierten indicios de presencia humana. Mi visita, además, se vio amenizada por una fina lluvia y una densa niebla. Pero estas condiciones atmosféricas se aliaron para escenificar un espectáculo fantástico que perdura en mi mente como un recuerdo imborrable.
     Al parecer, este árbol ha sido conocido por los cazadores del área desde tiempos muy antiguos, pero su fama se extendió sobre todo a raíz de su inclusión en una base de datos del Ministerio de Medio Ambiente. Acceder al lugar es ahora más fácil que antes, pues un grupo local de aficionados a la naturaleza ha abierto una senda hasta allí, pero aun así los 45 minutos de ascensión directa resultan muy duros.
     Desde luego, lo ideal es llevar un guía. Podría ser muy divertido contratar uno y hacer un recorrido por los numerosos katsura gigantes de perímetro troncal superior a los 10 metros que se encuentran en el área de Mogami (prefectura de Yamagata).

Número 122

 

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23 octubre 2024

JOAQUÍN ELCACHO, en La Vanguardia, Sept 2023
Descubren ejemplares de un pequeño árbol cuya especie ha sido considerada extinguida 185 años

El ilex de Pernanbuco fue descubierto en 1838 en Brasil pero desde entonces no se conocía ningún ejemplar

Detalle de uno de los árboles encontrados y bosque en el que fue localizado ..

Una expedición científica liderada por el biólogo brasileño Gustavo Martinelli y patrocinada por la organización internacional Re:wild (que cuenta con la colaboración y financiación del actor y mecenas ambiental Leonardo DiCaprio) ha descubierto en un bosque de Igarassu, en la región metropolitana de Recife (Brasil), cuatro ejemplares del árbol conocido como ilex o acebo de Pernambuco (Ilex sapiiformis), una especie de la que no se tenía información de su supervivencia desde 1838, año en que fueron descubiertos los primeros y hasta ahora únicos ejemplares conocidos.
     El redescubrimiento de esta especie ha sido posible tras una larga investigación que forma parte del proyecto Search for Lost Species (Búsqueda de Especies Perdidas) impulsado por Global Wildlife Conservation y Re-wild. El acebo de Pernanbuco forma parte, en este sentido, de la lista de 25 especies supuestamente extinguidas que, desde 2017, pretende localizar y recuperar este proyecto, de las que ya han sido encontradas 9 (incluyendo ahora el ilex de Pernanbuco).

Restos de un antiguo gran bosque

     El lugar donde el equipo encontró el árbol de Pernanbuco era antiguamente un denso bosque tropical atlántico, pero ahora son restos de arboledas aisladas rodeadas de plantaciones de caña de azúcar, edificaciones e infraestructuras.
     El equipo responsable del redescubrimiento trabajó durante meses en el seguimiento de documentación y muestras en diversos museos. La expedición que completó el trabajo, liderada por Gustavo Martinelli, ecólogo de la empresa especializada Navia Bioviva, profesor de universidad y cordinador del Centro Nacional de Conservação da Flora, pasó seis días buscando en diferentes áreas del área de Recife y el 22 de marzo encontró los cuatro de los árboles ahora presentados.
     Pese al redescubrimiento, "el acebo de Pernambuco se encuentra ahora en una situación de emergencia", destaca Martinelli en una nota difundida por Re:wild. “Podría estar al borde de la extinción porque, hasta donde sabemos, solo existen cuatro individuos de la especie. Y estos individuos se encuentran en una zona de bosque ribereño degradado, a pesar de estar protegidos por ley”, advierte el líder de la expedición.
Detalle de uno de los ejemplares descubiertos, cerca de Recife, (Brasil)

     El acebo de Pernambuco fue recolectado por primera vez para la ciencia occidental por el naturalista George Gardner en 1838 en una expedición. La especie fue descrita oficialmente por Siegfried Reissek en 1861. Hasta el reciente redescubrimiento, la colección de muestras tomadas por George Gardner era el único avistamiento confirmado conocido.
     "Durante varios meses, antes de salir al campo en busca del acebo de Pernambuco, Martinelli trabajó con un pequeño equipo de investigadores para rastrear meticulosamente las colecciones de herbarios, jardines botánicos, museos e instituciones académicas en busca de muestras del árbol", detalla ahora Re:wild. Con la ayuda de Juliana Alencar, investigadora local y asistente del proyecto de la expedición, y Milton Groppo, investigador de la Universidad de São Paulo, Martinelli buscó en bases de datos virtuales, revisando 12.000 muestras de todo el mundo, pero no pudo encontrar un partido.
     Después de buscar colecciones virtuales sin resultados, visitaron colecciones de herbarios en Brasil que no habían sido digitalizadas. Ese esfuerzo produjo más éxito. Encontraron dos ejemplares no identificados de acebo de Pernambuco: uno que fue recolectado en 1962 y otro en 2007. El ejemplar de 2007 tenía información mucho más precisa y útil sobre dónde fue recolectado, lo que ayudó en la búsqueda de campo.  

Rastreo minucioso

     El equipo de expedición finalmente identificó cuatro áreas en la región metropolitana de Recife para buscar el acebo de Pernambuco. Hay muchas especies diferentes dentro del grupo de acebos al que pertenece el acebo de Pernambuco e identificarlas es sumamente difícil. Cada planta de acebo de Pernambuco es masculina o femenina, lo que significa que tiene estambres (partes reproductivas masculinas) o pistilos (partes productivas femeninas). Los especialistas del equipo lograron identificar el acebo de Pernambuco por sus diminutas flores verdes. Encontraron cuatro de los árboles (dos machos y dos hembras) en una zona boscosa a orillas de un pequeño río.
     "En el momento en que encontramos Ilex sapiiformis, pareció que el mundo había dejado de girar", dijo Alencar. "La naturaleza nos sorprende. Encontrar una especie de la que no se ha oído hablar desde hace casi dos siglos no ocurre todos los días. Fue un momento increíble y la emoción se sintió en todo el equipo. Cuando miré al profesor Milton Groppo, vi que tenía lágrimas en los ojos". 

Seguimiento de los supervivientes

     Un equipo del Jardim Botânico de Recife está monitoreando los cuatro acebos de Pernambuco que encontró el equipo de expedición y regresa al sitio semanalmente para ver si los árboles están dando frutos. El equipo espera recolectar semillas del árbol y germinarlas.
     "Todos estábamos ansiosos por encontrar la planta", dijo Groppo. "Y fue emocionante cuando encontramos el primer individuo de Ilex sapiiformis, gracias a los ojos atentos del Sr. Lenilson, quien pudo encontrar algunas flores blancas en un árbol junto al camino de tierra. Fue como encontrar un pariente perdido y esperado que sólo se conoce por retratos antiguos. Ahora, podremos estudiar mejor la especie y pensar en acciones para protegerla y propagarla dado que ahora sabemos que no está extinto en la naturaleza”.

Muestra en el Museo Botánico Kew, Reino Unido
     La búsqueda de más acebos de Pernambuco aún no ha terminado. Martinelli espera organizar búsquedas adicionales con el Jardim Botânico de Recife y otros socios locales en Recife para encontrar más individuos de la especie. También espera trabajar con socios para proteger mejor el bosque en Recife donde se encontró el acebo de Pernambuco y establecer un programa de cría en cautiverio para el árbol.
     "Es increíble que el acebo de Pernambuco haya sido redescubierto en un área metropolitana que alberga a casi seis millones de personas", dijo Christina Biggs, responsable del programa de especies perdidas de Re:wild. “No solemos pensar que las plantas están perdidas para la ciencia, porque no se mueven como animales, pero son igualmente parte integral de los ecosistemas de los que son nativas. Incluso si una planta no ha tenido un avistamiento confirmado en 186 años, todavía podría estar en algún lugar como los últimos vestigios de la naturaleza, y este árbol es un ejemplo perfecto de por qué es importante seguir buscando”.
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