08 octubre 2020

Almeces en la ciudad

JOSÉ MARÍA RIBA
¿Qué les está pasando a los almeces de las ciudades?           (Artículos del autor)

Introducción

     El almez mediterráneo, Celtis australis, es una especie muy utilizada en jardinería, como árbol ornamental de alineación (en viario y generalmente en alcorque) o en parques y jardines. En los últimos años, muchas ciudades están apostando para rebajar el porcentaje muy elevado que había llegado a tener el plátano de sombra (Platanus x acerifolia, un híbrido de jardinería surgido en el siglo XVII) dentro del arbolado municipal, en favor de otras especies, donde destaca de manera muy importante el almez. Así, por ejemplo, el patrimonio arbóreo municipal de Barcelona en el 2017 era de unos 240.000 árboles, donde el 9% correspondían al plátano de sombra y el 6% al almez; en el 2011 y para los árboles de alineación, estas proporciones eran del 30% en el caso del plátano y del 12% en el almez; o más escandalosas fueron las cifras en el 1992, cuando el plátano había llegado al 53%. 
     La substitución del plátano de sombra por otras especies (con el almez, ciprés de Lambert, troana, sófora y tipuana, entre la más utilizadas) se hace atendiendo a razones diversas, destacando: a) aumentar la diversidad de especies arbóreas, b) buscar árboles con menos fenómenos de alergias o molestias, c) menos delicados, menos sensibles (o más tolerantes, según se mire) a plagas, enfermedades y/o fisiopatías, d) que tengan menos requisitos de poda, e) que sean de dimensiones más pequeñas, entre otras.
El género Celtis cuenta con unas 70 especies de árboles de hoja caduca, de regiones templadas a nivel mundial, tanto del hemisferio Norte, como del Sur. La especie ornamental más utilizada en el litoral mediterráneo corresponde a Celtis australis, pero también se utilizan C.occidentalis (almez norteamericano) y C.sinensis (almez chino).
      C.australis es originario del sur de Europa, oeste de Asia y norte de África; crece habitualmente entre los 50 y los 1.300 m de altitud, y prefiere exposiciones soleadas en bosques caducifolios mixtos termófilos (templados), bien adaptado a suelos pobres, secos y pedregosos que carecen de humus; no forma nunca bosques, apareciendo aislado en barrancos, laderas y terrenos alejados de riberas; en condiciones óptimas, puede superar los 600 años de edad.
      Además de los factores indicados anteriormente, en las últimas décadas se ha favorecido la plantación del almez como árbol municipal y de alineación, por el hecho de ser tolerante a la contaminación urbana, por presentar muy pocas plagas/enfermedades agresivas y por ser bastante tolerante a la sequía.
Los daños más frecuentes, aunque de poca importancia y agresividad, que presentan los almeces se encuentran asociados generalmente a ataques de insectos minadores (Agromyza, Caloptilia, Phyllonorycter), ácaros eriófidos (Aceria, Reckella), pulgones (Aphididae), cochinillas (Diaspididae) y de hongos foliares (Erysiphe, Taphrina).
      Pero esta situación de “normalidad” parece estar cambiando. En Europa, los primeros casos de “decaimiento anormal” aparecieron en la década de los 70s; es a partir de la década de los 90s cuando estos daños se hacen más evidentes y frecuentes, hasta llegar a la situación preocupante de los últimos años (2016-2019). Cada vez es más fácil encontrar ejemplares de almeces ornamentales que muestran un decaimiento anormal y muy generalizado en la copa, con síntomas y daños más evidentes en años de sequía e inviernos fríos. Una de las causas a las que se atribuyen estos daños parece ser la presencia, cada vez más diagnosticada por los laboratorios, de fitoplasmas (pertenecientes a los grupos “Apple Proliferation”, “Aster Yellow” y “Elm Yellows”).

Daños que se observan
      En los almeces más afectados, destacan los daños que se hacen muy evidentes en la copa, especialmente en la más apical; generalmente son ramas aisladas, mientras que el resto de la copa, así como las ramas inferiores, muestran un aspecto completamente normal. En las zonas de copa afectadas, y a golpe de vista, se puede apreciar una densidad foliar más pobre del normal, e incluso procesos de seca de brotes y de ramillos; ya en más detalle, y en el ramaje afectado, es fácil observar hojas más pequeñas de lo normal (microfilias), con deformaciones foliares (de todo el limbo, en lugar de tener la hoja típica de planifolio) y/o con un patrón de coloraciones verde-amarillo alternado, con mosaicos amarillos muy definidos, o con un amarilleo difuso (clorosis); pueden darse fenómenos de esterilidad de flores y una menor fructificación; en algunas ocasiones, pueden observarse también brotes y ramillos con entrenudos más cortos (enanismos).
      Estos daños se observan tanto en árboles jóvenes (plantados hace 10-15 años), como en árboles maduros-viejos (con más de 100-150 años), tanto en zonas urbanas (arbolado viario o en parques), como en zonas rurales (en jardines). Este debilitamiento y decaimiento generales son daños progresivos, pero muy lentos en el tiempo; con los años (y para los ejemplares en seguimiento), estos daños pueden evolucionar y agravarse durante 20-30 años, hasta la muerte del ramaje principal o de la copa; finalmente, podría conllevar la muerte del árbol. Destacan los daños observados en Mallorca (Palma [I.Gascón comunicación personal], Calvià), Barcelona (Badalona, Barcelona, Manresa, Prat del Llobregat, Rajadell, Sabadell, Sant Cugat, Vallirana), Girona (Mont-ras, Viladesens), Tarragona (Reus).

¿Qué son los fitoplasmas?
      Los fitoplasmas (a diferencia de los eucariotas, que forman los 4 Reinos [animales, plantas, hongos y protistas]) son organismos procariotas sin pared celular, polimorfos (pero “no espiral”), “gram positivo” y con un tamaño medio de 200-800 nm, muy relacionados con las bacterias, dentro de la Clase de los Mollicutes; descubiertos por primera vez en 1967. Provocan enfermedades en cientos de especies vegetales de regiones tropicales y templadas, actuando como parásitos obligados del hábitat intracelular de las plantas huésped, localizándose en el tejido del floema (principalmente en las células cribosas que conducen la sabia). En las plantas leñosas de hoja caduca, la distribución espacial de los fitoplasmas no es regular y parece estar influenciada por factores externos.
      Los fitoplasmas necesitan de organismos vectores para la transmisión de la enfermedad, generalmente durante la fase de alimentación de insectos del tipo picador-chupador, del grupo de los Hemiptera-Homoptera. (...)
      Hay muy poca información y estudios sobre estos daños por fitoplasmas y observados en el almez, pero las analíticas de laboratorio realizadas sobre muestras de plantas afectadas (en España, Francia e Italia) han dado positivo a estos fitoplasmas.

Medidas correctoras y actuaciones de control
      En agricultura, el control de los fitoplasmas se basa en la prevención, destacando: a) usar material vegetal sano, b) plantar especies/variedades resistentes a estos fitoplasmas, c) evitar plantar en áreas donde existe el fitoplasma y sus vectores potenciales y d) controlar las poblaciones de insectos vectores (mediante aplicaciones periódicas con insecticidas). En los últimos años han aparecido nuevas alternativas, como son e) aplicaciones de antibióticos (oxitetraciclina) mediante la técnica de la inyección a tronco por endoterapia, f) utilizar híbridos de variedades resistentes o bien clonar material vegetal sano (modificado, obtenido por técnicas in-vitro) y g) utilizar ejemplares obtenidos de plantas madre infectadas con cepas hipo-virulentas de estos mismos fitoplasmas.
      Pero estas actuaciones indicadas anteriormente no tienen aplicación posible en el arbolado ornamental y mucho menos con el almez. Hay muy poca información sobre esta enfermedad de los almeces (cómo se introduce, desarrolla y evoluciona) y tampoco se conocen a los insectos vectores. También es sabido que las podas sanitarias (con la eliminación del ramaje afectado) no son la solución: se reduce o elimina el daño visible en la copa, pero no se elimina el fitoplasma, ya que éste se mueve por el interior del sistema vascular de la planta y puede encontrarse en reservorios radiculares y en el tronco, por lo que al formarse los nuevos brotes, se moverán nuevamente los fitoplasmas.
      Pero debido a que el progreso de los daños asociados a estos fitoplasmas en el almez tiene un ritmo muy lento (superior a 20 años), ciertas actuaciones dirigidas a la reducción de situaciones de estrés pueden favorecer al árbol. Destacan por ejemplo: a) riegos puntuales y de soporte en períodos de estrés hídrico, b) aplicaciones con abonos del tipo radicular/foliar específicos, c) mejoras en la calidad del suelo.

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05 octubre 2020

Chanson pour un arbre

DOMINIQUE DIMEY (Francia, 1957)
Chanson pour un arbre


Il a plus de deux cents ans
C’est l’ancêtre, dit le vent
Dit le vent
Les hommes ont bien essayé
Maintes fois de le couper
Le couper
Mais il a levé les bras
En criant : non pas le droit !
Pas le droit !
Je suis vivant comme vous
Je ne peux vivre à genoux
À genoux !

Racines aux pieds
Les pieds dans la terre
Un arbre debout
Face à l’univers
Racines aux pieds
Entre ciel et terre
Un arbre de vie
Attend et espère!

Il respire et il murmure
Il se couvre de verdure
De verdure
Il s’étire et il grandit
Donne des fleurs et des fruits
Et des fruits
Il est l’ombre en plein soleil
La fraîcheur dans le désert
Le désert
Il a un collier d’écorce
Nourri de sève et de force
Et de force

Les enfants lui font la cour
Font la ronde tout autour
Tout autour
Les oiseaux cachent leurs nids
Pour protéger leurs petits
Leurs petits
La pluie sème quelques grains
Les caresses du matin
Du matin
Et la nuit bleue s’y repose
Avec la lune toute rose
Toute rose!

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02 octubre 2020

El origen de las espinas de las plantas

HÉCTOR RODRÍGUEZ
El origen de las espinas de las plantas

¿Por qué las plantas tienen espinas? La respuesta es fácil: para protegerse de los animales hambrientos a los que les gusta masticarlas. Pero, ¿de dónde vienen las espinas? La respuesta es un poco más complicada.
     Antes un pequeño apunte botánico: en las plantas, pese a cumplir la misma función, no todos esos apéndices puntiagudos, que en más de una ocasión nos han hecho pasar un mal rato, tienen la misma naturaleza. Por ejemplo, "las espinas de las rosas, que también podemos encontrarlas en arbustos como las zarzamoras o las frambuesas, son como los pelos de nuestros brazos, es decir, crecen a partir de la epidermis del vegetal", explica Vivian Irish, bióloga evolutiva de la Universidad de Yale y autora un artículo que se publica esta semana en la revista Current Biology.
      Otras plantas, entre las que se incluyen los cactus, tienen pinchos, otro tipo de armamento afilado y puntiagudo pero que en esta ocasión se forman en lugar de las hojas. O mejor dicho, los pinchos de los cactus son hojas que se han especializado en la función defensiva de la planta. Por último, los espinos de plantas como las buganvillas y otras especies entre las que se incluyen los cítricos surgen de los brotes, es decir, en el lugar donde debería surgir una nueva rama.
      Irish explica que desde hacia mucho tiempo se hallaba fascinada por las espinas de las acacias negras -Gleditsia triacanthos- que son habituales en algunas áreas urbanas de Estados Unidos. Si bien la mayoría de estos árboles habían sido seleccionados para no tener espinas, la doctora, apasionada por las plantas, se había percatado de que algunos especímenes más viejos aún hacían gala de peligrosas espinas que en ocasiones podían alcanzar los 30 centímetros. Irish estaba intrigada por cómo surgieron estas estructuras pero, según cuenta, han tenido que pasar 4 décadas para dar con la respuesta, y que precisamente han llegado desde la disciplina en que la científica es experta, la biología molecular; y concretamente de su campo de estudio: las células madre.

Gleditsia triacanthos

      La investigación de Irish y su equipo se centró en los cítricos, demostrando por primera vez que en estos, en un fenómeno nunca observado hasta ahora, las espinas surgen de las poblaciones de células madre de sus brotes . Al contrario que sucede con las células madre típicas de animales o plantas, que continúan dividiéndose hasta especializarse en otro tipo de célula, las células madre de las espinas sufren un paro programado. Así, los científicos descubrieron que dos reguladores de la producción de células madre denominados TI1 y TI2 son los responsables de este parón. Dichos reguladores cortan gradualmente la actividad de las células madre en la espina en desarrollo, de modo que esta se reduce gradualmente hasta que no queda más que un extremo puntiagudo.
      Cuando los investigadores eliminaron genéticamente los dos reguladores, la actividad de las células madre continuó, y en lugar de espinas, las plantas de cítricos produjeron nuevas ramas. La información podría conducir a huertos de naranjos u otros frutales con más ramas y por tanto más frutas.
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29 septiembre 2020

Los "urbanos" y las podas

MANUEL SOUSA
La poda de árboles urbanos

Uno de los grandes acertijos de Portugal es por qué se podan los árboles en el espacio urbano.
      Ya Francisco Caldera Cabral y Gonzalo Ribeiro Tellez en su libro "el árbol", editado en la década de 60 del siglo pasado, escribía que "todos los años al final del invierno salen al campo, de las más diversas procedencias, brigadas de hombres armados de sierras y tijeras de podar, de las calles de las ciudades y pueblos y últimamente hasta las carreteras nacionales."
     También escribía que "se tiene la impresión de que no podar los árboles es señal de negligencia y pereza. Hace mucho tiempo que las protestas contra estas prácticas aparecen aisladas en los periódicos ".
     Más adelante en su libro sigue refiriéndome a esta temática de las podas, señalando que "la poda, suprimiendo ramos o lástima y por lo tanto las reservas contenidas en ellos es siempre una operación depauperante de la planta a diferencia de lo que piensa la mayoría de las personas por ver más vigor en el follaje del árbol cortado."
     Si la poda hace daño a los árboles, ¿por qué se poda?
     Si la poda acorta significativamente la vida de los árboles, ¿por qué se poda?
     Si reducir el volumen aéreo del árbol disminuye los servicios de ecosistema, ¿por qué se poda?
     Si la poda descaracteriza los árboles, ¿por qué se poda?
     Si la poda tiene grandes costes para los municipios, ¿por qué se derrocha el dinero público con prácticas nefastas para el medio ambiente y el paisaje urbano?
     Si la poda reduce la sombra y el efecto invernadero de los coches, ¿por qué se poda?
     No puedo responder a estas preguntas que no sea la ignorancia de quien es responsable de las políticas públicas de los entes locales.

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Territorio inquieto - Anillos que no anulares

TERITORIO INQUIETO
Anillos que no anulares


Troncos rectos con anillos excéntricos: izquierda, robinia que crecía junto a un muro, la parte lobulada son los contrafuertes del tocón. 
Centro, álamo temblón la parte mas ancha crecía en dirección a un acequia.
Derecha, ciprés de Arizona, la excentricidad de este tronco proviene de crecer junto a otro tronco
      Si bien los anillos de crecimiento de los árboles según su situación y su grosor nos pueden dar información de cómo creció el árbol en un momento determinado, su forma también nos va a dar información.
      Imagino que hasta hora cuando pensamos en un anillo de crecimiento de un árbol, nos los imaginamos de forma anular, es decir circular, concéntrico, etc…, bueno pero esto no es así siempre. Hay especies en las que su crecimiento secundario (en anchura) es irregular, creando un perímetro lobulado que varia rápidamente según nos desplazamos por el tronco, siendo esta un características de sabinas y enebros; en este caso los anillos nos servirán para tener una idea de su edad pero poca más información podremos sacar.
Madera de reacción de troncos inclinados, en los dos caso consideramos que la fuerza proviene de la parte superior de la imagen. Izquierda en un abeto (conifera), la marea de compresión se forma en el lado opuesto a la fuerza aplicada. Derecha en un quejigo (frondosa) la madera de tensión se forma en el mismo lado donde se aplica la fuerza, (la parte oscura es el duramen)
     En el resto de la especies con un característico tronco de sección circular, cualquier cambio en esta forma nos servirá para obtener información, siempre que tengamos el cuidado de no considerar la zona del tocón donde los contrafuertes creados por el árbol para aumentar su resistencia nos van a dar un cambio en la forma esperada.
     El cambio en la forma del perímetro de circular a ovalado, y en los anillos de concéntricos a excéntricos puede deberse a varias causas, y cada una la deberemos explicar con las condiciones del lugar donde viven.
Si el suelo no es homogéneo en cuanto a estructura o humedad, las raíces y con ellas el tronco, se desarrollará más hacia el lado más favorable, es el caso de un árbol que crece junto a una pared junto a otro tronco, o junto a un curso de agua. Si el suelo es homogéneo pero la luz llega de una forma sesgada y domina más en una zona concreta ocurrirá algo parecido, el árbol desarrollara más ramaje hacia la luz y eso quedara reflejado en el tronco.
      En caso de árboles solitarios expuestos a vientos fuertes de dirección constante, el árbol desarrolla más madera, llamada de reacción, en la zona donde se concentran las tensiones, en el caso de la coníferas en el lado del tronco opuesto a la dirección viento y cerca del suelo que es donde mas sufre el tronco.

Madera de compresión en dos pinos, en ambos casos la dirección de la fuerza proveen de la parte superior de la imagen.
Izquierda, pino piñonero, la causa es el viento, no inclino el tronco pero si le hizo desarrollar un contrafuerte.
Derecha, pino negro en este caso el tronco lo inclino un alud.
      Hasta ahora hemos considerado troncos verticales, pero si el tronco se inclina las tensiones ya no están repartidas deforma homogénea, y hay una que domina de forma constante, el propio peso del árbol. Entonces el árbol desarrolla en las zonas de mayor esfuerzo madera de reacción; en el caso de la coníferas esta actúa como contrafuerte en el lado opuesto, y es denominada madera de compresión y es rica en lignina, más o menos como ocurría con el viento. En las frondosas ocurre al revés la madera de reacción trabaja como un tirante por tensión en el mismo lado donde se produce el esfuerzo depositando más celulosa. De todas formas unos y otros, coníferas y frondosas, forman la madera donde la necesitan y no donde nosotros creemos que debería estar, pues en algunos ejemplares de abeto con el tronco curvado se observa en un corte longitudinal como cambia la excentricidad y la madera de reacción pasa de compresión a tensión.
      Nosotros con los anillos de crecimiento podemos poner fecha al momento en que los anillos cambian de forma, y esa es al fecha en que el árbol se inclino.
      La causas pueden ser varias y las tenemos que buscar con las condiciones del lugar. En un rivera fluvial troncos inclinados a favor de la corriente pueden ser debidos a una riada. En una ladera con alta innivación e inclinados a favor de la pendiente puede ser un alud de nieve (más info. ver entradas de este bolg septiembre 2015). En una ladera inestable puede ser por un deslizamiento de tierra. Incluso el viento puede inclinar los troncos y hacer que estos crezcan postrados (más info. ver entradas de este blog diciembre 2019). De todas formas para interpretarlos correctamente tenemos que tener varios árboles con características parecidas para poder extrapolar la información, si solo encontramos un tronco inclinado puede que sea que sea por un hecho aislado y que no afecte al resto de los árboles; os contare un caso, en Benasque, Huesca, tuve la oportunidad de curiosear a gusto entre los pinos negros afectados por un alud, no solo había árboles tumbados sino arrancados por el impacto de la nieve, y alguno habían cortado posteriormente por lo que se podían ver bien los anillos y el momento en el que se inclino, la información era clara pero,… había un árbol inclinado en dirección contraria dentro de la zona de efecto del alud y además estaba junto al camino, cada vez que pasaba no podía evitar el intentar comprender su posición, hasta que un día se lo comente a un vecino que me acompañaba a lo que me dijo: “ese no te preocupes, fue el de la maquina quitanieves, al recular no lo vio y lo dejo así”

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