13 marzo 2017

JOSÉ J. CABRERA-MALO CAMARGO (Venezuela, 1921-2016)
El bosque de Uverito, Venezuela

Este ingeniero agrónomo, nacido en Caracas el 14 de Septiembre de 1921, era uno de esos hombres que merecieron reconocimiento universal.
Estado de Monagas, Venezuela
      De joven conoció la mesa de Guanipa, en el oriente de Venezuela, al sur del estado Monagas. Entonces la fuerza del viento causaba un severo daño a la escasa capa vegetal, sólo quedaban suelos de arena de escasa profundidad sobre un lecho de arcilla altamente impermeable. Años después, cuando de nuevo exploró la meseta la encontró camino de convertirse en un gran desierto en medio de los llanos orientales.
     Terminada su carrera en Caracas, en los años cincuenta, Don José J. Cabrera formó parte de una comisión de Cordiplan que visitó la zona fronteriza entre Siria e Israel, encontrándose con la increíble visión de dos mundos muy diferentes, del lado israelí había un frondoso bosque y del lado sirio sólo había desolación. Su alma recibió ese poderoso mensaje y comenzó a soñar.
     Investigando llegó a la conclusión de que, en un ambiente desértico como el de Guanipa, sólo se podía plantar una conífera en particular, el pino caribe (Pinus caribaea) -pino natural de Centroamérica-. Esta conífera es muy rústica, no necesita extraer muchos nutrientes del suelo ya que en sus raíces, en simbiosis, vive un hongo que crea las sustancias necesarias para su desarrollo.
     A comienzos de los sesenta buscó apoyo y patrocinado y financiado por la CVG (Corporación Venezolana de Guayana) que dirigía otro prócer del desarrollo de Venezuela, el ingeniero y general Rafael Alfonzo Ravard, volvió su mirada a la meseta de Guanipa.
     Para iniciar el vivero se tomaron las tres variedades existentes de pino caribe procedentes de Cuba, Bahamas y Honduras, decantándose posteriormente por la hondureña.
     El 6 de junio de 1966 comenzó la plantación de los primeros plantones del vivero de Uverito. Al principio todo era manual y muy lento ya que solamente se puede plantar durante dos meses al año. El mismo Don José desarrolló una máquina para poder plantar hasta un millón de plantas durante esos dos meses benignos.
     Actualmente el “Bosque de Uverito” o también llamado “plantaciones Uverito”, es una plantación de 600.000 hectáreas, un "monobosque", el bosque más grande plantado por el hombre. Este bosque es el responsable del espectacular cambio climático de la zona. Como referencia... a mediados de los años cincuenta, cuando se construyó el acueducto que le suministra agua a la isla de Margarita, los registros pluviométricos de la zona daban de dos a tres días de lluvia al año, hoy son frecuentes los "chaparrones tropicales" durante la estación lluviosa. Y como consecuencia a esta zona ha acudido la fauna, desde aves a grandes y pequeños mamíferos e insectos. Se ha generado un ciclo vital completo.


     El Bosque de Uverito cuenta con más de treinta empresas que procesan madera para usos industriales y comerciales.

Información
http://noticias.masverdedigital.com/venezuela-el-hombre-que-construyo-el-bosque-mas-grande-del-mundo/
http://www.eluniversal.com/opinion/120224/el-padre-del-bosque-imp

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11 marzo 2017

RAS RAS
Manifiesto proárbloles de la Comunidad del Bosque

     Cuando Ras Ras decidió crear el mundo que había imaginado desde la eternidad, eligió como principal creación los árboles.
     Con los árboles, conseguiría ligar las diferentes capas que formaban el suelo acogedor… Porque allí crecerían raíces que sostendrían toda clase de vida sin salir volando hacia el limbo. Sería un lecho donde todo podría descansar: comer, dormir, reptar, despegar, hacer nidos y guaridas, escarbar, reproducirse, surgir y un día regresar a esa misma tierra…
     Con los árboles conseguiría también acercar el cielo a la tierra y a los mares. Y a los mares con la tierra y los ríos… Regando lo que crece y a los que se alimentaran con lo que crece… Con los árboles conseguiría que todos los seres vivos del mundo guardasen su memoria, que narrasen su historia, que los acompañasen aún cuando dejasen de respirar… Con los árboles la tierra se auto-regeneraría, en un sinfín, a sí misma... Sí, los árboles serían su mejor creación. En ellos se mutualizarían todos los elementos.
     Pero llegó un tiempo en que una de sus creaciones, una especie que aprendió a moverse sobre dos de sus extremidades, una especie nómada que adquirió el hábito de emigrar por diferentes rutas de ese mundo, que aprendió a comunicarse con una lengua de signos especial para cada zona del planeta... decidió afincarse en lugares elegidos por sus comunidades y a sacarle a la tierra toda clase de frutos que ellos planificaban con sentido y con trabajo.
     Y esa especie, eligió el árbol como centro de reuniones y, en torno al árbol, articularon su lengua, celebraban sus asambleas, impartían juicios, se hacían promesas, soñaban y hacían nacer sus mejores ideas.
     Pero también llegó un tiempo en que, alejándose del árbol, hicieron nacer sus peores ideas…
Sí, podían plantar y talar árboles por capricho, sin sentido común y así llegó la era de la esclavitud de los árboles… Los árboles dejaron de tener voz y voto en la vida del planeta. Ellos, que sostenían el lecho donde todos los seres vivos brotaban, tenían permanencia y descansaban para siempre, eran los olvidados.
     La especie sedentaria creyó que era la creación más importante de Ras Ras y no atendieron al pacto con la Naturaleza de sus ancestros. Sembraban árboles en lugares que éstos nunca hubieran elegido. Luego los mutilaban sin importarles su dignidad de árboles. O los trasplantaban cuando más les dolía. Y lo hacían, incluso, con los árboles que habitaban secularmente su propio espacio libremente deseado…Sí, a los árboles se les perdió el respeto como seres vivos esenciales, inmortales y dadores de vida.
     Dicen que ahora, en algunos asentamientos humanos, los árboles se rompen, se pudren, se dejan morir... dicen que están enfermos de indignidad e incomprensión... Pero dicen también que Ras Ras, despojado de su creación, ha soplado sobre la tierra y, de esa inspiración, ha surgido una nueva subespecie de bípedos.
     Les reconocerás porque van por ahí entonando un canto de sanación de árboles... Y mientras cantan la canción de los árboles, portan ungüentos mágicos que les aplican, según el protocolo de la revolución de los cuidados, desde las raíces a la punta de las yemas...

https://analani-compost.blogspot.com.es/search/label/arboles

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09 marzo 2017

ANTONIO MORA (Alicante)
Fotógrafo
  
Antonio Mora propone Dream Portait, un trabajo muy interesante de superposición de fotos. Es fascinante el misterio que adquieren las caras de sus modelos.


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07 marzo 2017

AL RESCATE DE LOS MANGLARES DE VERACRUZ, México
Fundación Pedro y Elena Hernández, A. C.

      La importancia de los manglares se fundamenta sus servicios ambientales, entre los que destacan: ser una barrera contra huracanes, mantener la línea costera estable, funcionan como importantes sumideros de CO2, son filtros de sedimentos y contaminantes que arrogan los ríos, son zona de crianza de infinidad de especies de peces, crustáceos, moluscos, muchos de los cuales tienen valor comercial y sustenta a la industria pesquera. Ponerle precio a todo lo anterior nos permite empezar a valorar a este hermoso ecosistema costero.
     Hasta hace poco se veía a los manglares como sitios pantanosos, insalubres e inútiles, por lo cual muchos fueron quemados, desecados y talados para convertirse en pastizales para ganado, aumentando así la frontera agropecuaria.
     La enorme riqueza pesquera de la Laguna de Tamiahua en el norte de Veracruz, está estrechamente ligada a los manglares que cubren, o cubrían, las costas de la propia laguna. Por lo anterior y ante la importancia de conservar los ecosistemas costeros como los manglares, desde hace poco más de cuatro años, la Fundación Pedro y Elena Hernández implementa en colaboración financiera con CONAFOR, un Programa de Pago por Servicios Ambientales por Conservación de la Biodiversidad (PSA), a través de Fondos Concurrentes, en cinco ejidos colindantes a la Laguna de Tamiahua Veracruz, o mejor conocido como el corredor costero de Tamiahua, con lo cual se protegen y conservan 2,780 hectáreas de manglares, selvas, encinares tropicales y otros humedales, así como diferentes cuerpos de agua conocidos como ciénegas, lagunas y esterillos, ayudando a los pobladores a entender su importancia y enseñando a generar un aprovechamiento responsable de los recursos.
Como parte de este programa se realizan trabajos de protección, conservación y restauración en cinco ejidos localizados en la franja costera de la Laguna de Tamiahua, con lo cual se han fomentado acciones como la limitación de pastoreo a través del refuerzo, construcción y mantenimiento de 15 km de cercado; protección y prevención de incendios mediante la capacitación y conformación de cinco brigadas contra incendios y la apertura de 7.9 km de brechas corta fuego, así como la colocación de señalamientos informativos y diversas actividades de vigilancia y monitoreo.
    Asimismo, se han realizado acciones que permiten la restauración de humedales, en los últimos tres años se ha aperturado y dado mantenimiento a varios esteros y esterillos locales, a través de desazolve, removiendo más de 2,900 m³ de sedimento, con lo cual se han reestablecido flujos hídricos con el consecuente aumento del hidroperiódo (período de tiempo durante el cual un humedal está cubierto por agua) y mejora en la calidad de agua, lo cual repercute en la recuperación de manglares e incluso en el aumento de producción pesquera de estos cuerpos de aguas someras.
Hoy ya existen sitios de manglar que antes fueron pastizal, sorprende navegar entre isletas en donde los manglares ya reverdecen e inician la conversión del paisaje en un laberinto de ramas y hojas, cuesta trabajo creer que en estos humedales repletos de biodiversidad hasta hace poco solo había una vaca por cada 10,000 metros de pastizal.
     Estas acciones han ya beneficiado directamente a 181 personas y a más de 500 de forma indirecta que viven en la zona. En tres años de trabajo esto ha implicado un trabajo exhaustivo de 6,242 jornales.
     Ante la importancia de continuar con la conservación, restauración y el uso sustentable de los humedales, Fundación Pedro y Elena Hernández, en Colaboración con CONAFOR, implementarán a partir del 2017 uno de los proyectos de restauración de manglares más ambiciosos de México en la Laguna Tamiahua, nombrado CUSTF (Programa de Compensación Ambiental por Cambio de Uso del Suelo en Terrenos Forestales ) que busca lograr una restauración comunitaria del ecosistema de manglar de a cuenca baja del Río Tancochin y porción norte del corredor costero de Tamiahua, en el estado de Veracruz, con lo que se pretende restaurar 1,453 hectáreas (Ha) de manglar y humedales, así como inducir y reforestar dentro de este espacio 118.5 Ha de manglar para recuperar la cobertura vegetal (...)
(...) La naturaleza podría restaurar el manglar en su totalidad solo al retirar los factores estresantes del ecosistema (ganado, tala, incendios, entre otros), pero esto tardaría muchos años, por lo que se interviene para acelerar el proceso, las principales acciones a implementar en la restauración será: roturar (arar o labrar) los suelos para descompactar décadas de pisoteo de ganado, esto con la finalidad de mejorar los suelos y disponer nutrientes y oxígeno a las plantas; así como la apertura de canales de agua primarios y secundarios mediante la remoción de sedimento, esto con la finalidad de mejorar el hidroperiódo de los sitios de re establecimiento de manglar.
     Con éstas acciones se espera que 1,453 Ha de terrenos dañados por décadas de pastoreo, recuperen la cubierta forestal de manglar, beneficiando a los ejidos de manera directa a través de la creación de empleos, y de manera indirecta con el mejoramiento de servicios ambientales que, de manera continua a través de la pesca, uso de recursos maderables y no maderables, y un manejo sustentable, mejoren la calidad y condición de vida de los dueños del territorio.
    Y todo porque ejidatarios en conjunto con Fundación Pedro y Elena Hernández ayudan a la naturaleza a recuperar un espacio, antaño compartido entre solo dos especies; pasto y vaca
s.
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05 marzo 2017

JOSÉ PLUMED(técnico n arboricultura del Jardín Botánico de València)
febrero 2017
Árboles monumentales
 
Los árboles monumentales de nuestros pueblos, nuestros patriarcas, ese patrimonio histórico, social y cultural que tanto estimamos los valencianos, están desde ahora más desatendidos y expuestos a los numerosos peligros que les rodean. Los malos augurios habían estado gestándose diez años, los transcurridos sin que los políticos hayan hecho prácticamente nada por aplicar y desarrollar la Ley que ellos mismos aprobaron por unanimidad en Les Corts. Pero últimamente ya no se limitan a no hacer, sino que parecen haber decidido deshacer lo poco hecho.
      La primera señal de alarma llegó el pasado otoño, cuando la Diputación de Valencia desmanteló el único departamento específico de árboles monumentales en toda España y despidió a su director, el botánico Bernabé Moya. En sus más de 20 años de existencia, el Departamento había realizado una valiosísima labor de investigación, formación y divulgación sobre numerosos temas relacionados con el medio ambiente, la arboricultura ornamental o la palmicultura. En colaboración con diversas instituciones nacionales e internacionales, fomentó de manera decisiva el conocimiento y la difusión de la arboricultura, aportando materiales y técnicas que revolucionaron este sector de tanta importancia en la economía de la Comunitat Valenciana.
      En este terreno, la Diputación y el Jardín Botánico de la Universitat de València´siempre se habían encontrado. Hace ya muchos años, organizaron juntos el primer intercambio europeo de formación, en el que se actualizaron los conocimientos y técnicas para realizar un trabajo de calidad sobre los árboles y palmeras. La labor formativa realizada por Bernabé Moya y el departamento que dirigía ha permitido que numerosos jardineros y podadores que trabajan en nuestros municipios tengan una visión actualizada de la arboricultura, con lo que mejora la calidad de sus trabajos, su seguridad laboral y la salud de nuestros árboles y palmeras.
      Bernabé Moya formó parte también del pequeño grupo de expertos que creó en 1994 la Asociación Española de Arboricultura, organización que ha permitido la difusión a lo largo de todo nuestro territorio de una cultura del árbol bien entendida. Incluyendo a las palmeras, que también estaban abandonadas a su suerte en toda Europa y eran objeto de continuos maltratos por una gestión inadecuada. En 1999, Bernabé, Claudio Littardi y otros científicos y técnicos europeos fundaron en la ciudad italiana de San Remo el Centro Studi e Ricerche per le Palme, organizador desde entonces de una bienal que se ha asentado como el encuentro europeo más importante sobre temas relacionadas con el fascinante mundo de las palmeras.
      Desde el departamento de árboles monumentales, Bernabé ha dirigido diversos proyectos europeos de investigación. Por ejemplo, Big Trees for Life, destinado a divulgar los árboles monumentales españoles y su importancia en la conservación de la biodiversidad. Este proyecto promovía el uso de estrategias sostenibles a aplicar sobre los árboles viejos y los bosques maduros en municipios de la Red Natura 2000, poniendo de manifiesto la importancia de estos árboles como refugios de biodiversidad, testigos del cambio climático, creadores del paisaje, motores para el desarrollo sostenible de las economías rurales y símbolos para el medio ambiente y la educación medioambiental.
      El proyecto más conocido en el que ha participado el Departamento ha sido CypFire-Barreras verdes de ciprés contra los incendios, una solución fiable, ecológica y económica para salvaguardar las regiones mediterráneas. Este proyecto ha sido cofinanciado por fondos de la Unión Europea y se desarrolla en colaboración con 12 centros de I+D+I de 9 países del arco mediterráneo). El proyecto ha presentado unos resultados esperanzadores para un país asolado por los incendios, como es el nuestro. Con el cierre del departamento se abandona el proyecto sin concluir y 7000 cipreses de diversas variedades desarrolladas específicamente para este fin corren riesgo de morir al estar depositados en un vivero desde hace varios años. Sólo faltaba plantarlos en áreas piloto donde comprobar si lo ocurrido en el incendio de Andilla, donde se quemó todo menos una parcela experimental de cipreses, fue un espejismo o puede convertirse en una realidad que genere futuro.
      Y cuando todavía estábamos recuperándonos de la sorpresa y la indignación por la decisión de cerrar el Departamento y despedir a Bernabé, la Generalitat, a la que la propia Diputación entrega las competencias en árboles monumentales, nos vuelve a sorprender. Hace pocos días anunció la inminente reforma de la Ley, pero no para extender la protección sino para restringir el número de árboles y palmeras que se pueden acoger a ella. Varios de los ejemplares del Jardín Botánico, por ejemplo, quedarían fuera, por no hablar de los cientos de olivos multicentenarios que volverían a quedar expuestos a ser arrancados y exportados. Cierto es que ahorraríamos algo de dinero a los maltrechos presupuestos públicos, pero ¿vale la pena abandonar a nuestros patriarcas por un puñado de euros? ¿Es ese el precio de nuestra ética? ¿Es, al menos, una política de futuro?

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