05 mayo 2015

VICENTE ALEIXANDRE (Sevilla, 1898-1984) 
El álamo

En el centro del pueblo
quedaba el árbol grande.
Era una plaza mínima,
pero el árbol viejísimo
la desbordaba entera.
Las casas bajas como animales tristes
a su sombra dormían. Creeríase
que a veces levantaban una cabeza, alzasen
una noble mirada y viesen aquel cielo de verdor
que hacía música o sueño.
Todo dormía, y vigilante alzaba
su grandeza el gran álamo.
Diez hombres no rodearían su tronco.
¡Con cuánto amor lo abrazarían midiéndolo!

 
Pero el árbol, si fue en su origen (¿quién lo sabría ya?)
una enorme ola de tierra que desde un fondo reventó, y quédose,
hoy es un árbol vivo. Abuelo siempre vivo del pueblo, augusto
por edad y presencia.
A su sombra yacen las casas, viven,
se despiertan, se abren: salen los hombres, luchan,
trabajan, vuelven, póstrense. Descansan.
A veces vuelven y allí cobijan su postrer aliento.
Bajo el árbol se acaban.
 
El pueblo está en la escarpa de una sierra.
Arriba Najara.
Abajo la llanura, como una sed enorme de perderse.
Despeñado, colgante, quedó el pueblo agrupado bajo el árbol.
Quizá contenido por él sobre el abismo.
Y sus hombres se asoman
en su materia pobre de siglos
y echan sus verdes ojos, sus miradas azules,
sus dorados reflejos, sus limpios ojos claros y oscurísimos,
ladera abajo, hasta rodar en la llanura insomne
y perderse a lo lejos, hasta el confín sin límites que brilla
y finge un mar, un puro mar sin bordes.
El árbol:
un álamo negro, un negrillo, como allí se nombra.
El álamo: "Vamos al álamo." "Estamos en el álamo" Todo es
álamo.
Y no hay ya más que álamo, que es el único cielo de estos
hombres.

Principios del siglo XX

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03 mayo 2015

MARÍA DEL MAR BONET (Palma de Mallorca, 1947)
MIQUEL COSTA i LLOVERA (Mallorca, 1854-1922)
Lo pi de Formentor


Mon cor estima un arbre! Més vell que l'olivera
més poderós que el roure, més verd que el taronger,
conserva de ses fulles l'eterna primavera
i lluita amb les ventades que atupen la ribera,
que cruixen lo terrer.

No guaita per ses fulles la flor enamorada;
no va la fontanella ses ombres a besar;
mes Déu ungí d'aroma sa testa consagrada
i li donà per terra l'esquerpa serralada,
per font la immensa mar.

Quan lluny, damunt les ones, reneix la llum divina,
no canta per ses branques l'aucell que encaptivam;
el crit sublim escolta de l'àguila marina
o del voltor qui puja sent l'ala gegantina
remoure son fullam.

Del llim d'aquesta terra sa vida no sustenta;
revincla per les roques sa poderosa rel;
té pluges i rosades i vents i llum ardenta,
i, com un vell profeta, rep vida i s'alimenta
de les amors del cel.
 
Arbre sublim! del geni n'és ell la viva imatge;
domina les muntanyes i aguaita l'infinit;
per ell la terra és dura, mes besa son ramatge
el cel que l'enamora, i té el llamp i l'oratge
per glòria i per delit.

Oh sí: que quan a lloure bramulen les ventades
i sembla entre l'escuma que tombi el seu penyal,
llavors ell riu i canta més fort que les onades
i, vencedor, espolsa damunt les nuvolades
sa caballera real.

Arbre mon cor t'enveja. Sobre la terra impura,
com a penyora santa duré jo el teu record.
Lluitar constant i vèncer, regnar sobre l'altura
i alimentar-se i viure de cel i de llum pura...
Oh vida! oh noble sort!
 
Amunt ànima forta! Traspassa la boirada
i arrela dins l'altura com l'arbre dels penyals.
Veuràs caure a tes plantes la mar del món irada,
i tes cançons tranquil·les aniran per la ventada
com l'au dels temporals.
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28 abril 2015

“El Roto" y el árbol
ANDRÉS RÁBAGO GARCÍA (Madrid, 1947)

Estas son las viñetas con el tema del árbol que he ido recopilando de "El Roto"... !genial!
El Roto y el Agua
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EL BOSQUE Y YO
40 Mujeres nos sumerjen en el bosque

Es un libro un poco antiguo pero... nunca es tarde...

La editora de Casiopea Ediciones, Pilar Tejera, y la directora de la Fundación Biodiversidad, El bosque y yo, una publicación que se publica con motivo de la celebración del Año Internacional de los Bosques. El bosque y yo se compone de cuarenta relatos escritos mujeres de todo el mundo relacionadas con la preservación del medio ambiente, la aventura, la literatura, etcétera, que presentan su particular visión de los bosques.
dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España, Ana Leiva, han presentado el libro
    El resultado es una colección de experiencias, emociones y pensamientos bajo las copas de los árboles. Son historias emocionantes que hacen reflexionar sobre la influencia y la energía que transmiten las plantas y los árboles de todo el mundo.
     Las mujeres que han escrito los relatos lo han hecho desinteresadamente. Entre otras, la activista y estudiosa de los primates Jane Goodall, la directora de la Fundación Biodiversidad, Ana Leiva, la directora de Intermón Oxfam, Ariane Arpa, la directora de la Fundación Global Nature, Amanda del Río, la coordinadora de restauración forestal de WWF España, Lourdes Hernández, la directora de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, Odile Rodríguez de la Fuente, así como expertas de la FAO o la piloto Mercé Martí.
     El prólogo ha sido escrito por Bisila Bokoko, directora de la Cámara de Comercio de España en Nueva York y embajadora climática de The Climate Reality Spain, división española del proyecto de Al Gore sobre el cambio climático. El libro recoge los relatos ganadores y finalistas de las autoras que han participado en el concurso que convocó Casiopea Ediciones.
    Una forma lúdica y divertida de conocer más sobre los bosques cercanos y lejanos. La literatura de ficción también puede servir para concienciar sobre el respeto al medio ambiente. El mejor lugar para disfrutar de la lectura de este libro… bajo un árbol.
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26 abril 2015

KENZABURO OÉ (Japón, 1935-2023)
M/T y la Historia de las maravillas del bosque

(....) En la vieja casa donde me crié, había un reducido huerto en la parte de atrás. Allí crecía un gran árbol, cubriendo con su follaje todo el huerto, como si éste hubiera sido creado sólo para el árbol. Se consideraba "el árbol de las bolas de cera", cuyo origen estaba ligado a Oshikome. Al contrario de los viejos árboles robustos, su apariencia era enclenque: sólo su base estaba recubierta de musgo y era retorcida, y daba la impresión de haber alcanzado una edad considerable, lo que lo convertía en un árbol maravilloso. Este árbol era para mi abuela una gran motivo de orgullo. Cuando guardaba cama en su cuarto, desde una ventana por la que jamás penetraba la luz miraba con compasión el delgado tronco del "árbol de las bolas de cera". Cuando hablaba de Oshikome y de las bolas de cera, con un gesto del todo teatral me ordenaba abrir la ventana que daba al huerto de atrás. Lo hacía para mostrarme que el árbol que entonces veía, frente a mí, tenía su origen directo en el comportamiento de Oshikome. Se dice que cuando hubieron pasado los días del extraño y gran estruendo, Oshikome se quitó de sus orejas blancas y regordetas las bolas de cera y que lanzó una hacia las alturas del bosque y la otra hacía el valle, exclamando: "¡Ah, cuanto tiempo he estado pensando esto!"
      La bola lanzada al valle se deslizó en la tierra húmeda y germinó, dando lugar al "árbol de las bolas de cera", y es precisamente el que creció en el huerto trasero de mi casa. El otro "árbol de las bolas de cera" crecía en el bosque y merecía la consideración de árbol gigantesco. Aparte de mi abuela, los otros ancianos pretendían que cuando la calma volvió a la hondonada, Oshikome fue a enterrar la bola de cera en el bosque, y que al germinar la bola dio este árbol gigante, e ignoraban así el árbol que había en mi huerto trasero...

Biografía

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