lunes, 29 de marzo de 2021

Nietzsche... ¿una visión de otro siglo?

FRIEDRICH NIETZSCHE (Alemania, 1844-1900)
Un árbol

Un árbol nos recuerda que para crecer hacia lo alto,
hacia lo espiritual, lo abstracto, es necesario estar bien arraigado en la tierra,
en lo concreto, en la materia.
Es al igual que el ser humano, un ser que une cielo y tierra.
Es el portador del fruto acabado, y al mismo tiempo,
está en pleno proceso de desarrollo.
Nosotros, como seres humanos,
somos la máxima expresión de la creación y al mismo tiempo
estamos aún en proceso de crecimiento.

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jueves, 25 de marzo de 2021

Árboles sagrados en santuarios sintoístas

TOYA MANABU
Visitando un santuario japonés: árboles sagrados
Los tres tesoros sagrados de la Casa Imperial

   El espacio de un santuario sintoísta (jinja) se compone de distintos elementos, como el torii, la shimenawa, los komainu o el pabellón central o honden. Conocer el significado de cada uno de estos elementos nos permite alcanzar una comprensión más profunda de lo que significan estos lugares sagrados.
      Dentro del pabellón principal encontramos la nave (gejin) y la zona del altar (naijin). El gejin es el espacio en el que los sacerdotes realizan los servicios sintoístas, y el naijin, más al fondo, es el lugar donde se encuentran los objetos del dios o la diosa consagrada. Estos objetos suelen representar los tres tesoros sagrados de la Casa Imperial: el espejo, la joya y la espada. Se considera que la deidad reside físicamente en estos objetos, que en raras ocasiones pueden ser vistos por el público general que acude al santuario.
     Por otra parte, el sintoísmo es una religión que venera la naturaleza, y por ello también hay santuarios que consagran algunos objetos o fenómenos de la naturaleza entre los que se encuentran los conocidos como kannabi, iwakura o himorogi, entre otros.

  • El kannabi venera montes y montañas cuya silueta destaca especialmente por su forma en el horizonte. Los más representativos de todos los encontramos en el Santuario de Asama en el monte Fuji, en el Santuario de Hakusan en el monte del mismo nombre, y en el Santuario de Oyama en el monte Tateyama.
  • El iwakura venera especialmente a rocas enormes e imponentes en las que se cree que reside un dios. Entre las más famosas están la roca Gotobiki en el Santuario de Kamikura, las tres grandes rocas del Santuario de Mitsuishi, y la roca gigante del Santuario de Hananoiwa.
  • El himorogi reverencia al bosque y especialmente a las deidades que habitan en los árboles de grandes dimensiones. Entre los más característicos se encuentran el gran alcanforero de Gamō en el Santuario de Gamō Hachiman, el gran alcanforero de Kinomiya en el Santuario de Sugihokowake no Mikoto, y el ryūjinboku o “árbol del dragón celestial” (una zelkova) en el Santuario de Chichibu Imamiya.
Árbol sagrado del Santuario de Kagoshima en la ciudad de Kirishima, prefectura de Kagoshima.
Árbol sagrado en el Santuario de Awa, en la ciudad de Tateyama de la prefectura de Chiba.
Árbol sagrado en el Santuario de Shiogama, en la ciudad homónima de la prefectura de Miyagi.
Árbol sagrado en el Santuario de Tsurugi, en la ciudad de Echizen de la prefectura de Fukui.

Fotografías: Nakano Haruo      Ilustraciones: Izuka Tsuyoshi

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domingo, 21 de marzo de 2021

Día de los Bosques y la Poesía

POESÍA Y BOSQUES
IGNACIO ABELLA
Cerezo, recuerdos del Edén

Dijo Issa: “Bajo la sombra del cerezo en flor nadie es extraño”. 
     Según cuentan algunas leyendas rabínicas, tras la expulsión, Dios hizo descender desde el Paraíso hasta la Tierra, treinta frutos distintos para Adán, que le llevó Gabriel junto con sus semillas.

     Los diez primeros frutos se los comió Adán enteros. Otros diez se los comió por fuera, sin tocarlos por dentro. Y de los diez últimos frutos, Adán se comió lo de dentro, dejando lo de fuera. La leyenda describe a la perfección las estrategias de los distintos árboles que ofrecen sus frutos a los animales para que dispersemos la semilla.
     De rápido crecimiento y fruto precoz, el cerezo, alimenta a muchísimos animales silvestres, en una época en la que apenas se encuentran otros frutos… Cuervos y arrendajos, zorros, osos y tejones, son algunos de los que comen el fruto entero y que mejor contribuyen a su diseminación… Al oso le gustan particularmente las cerezas y actualmente se hacen repoblaciones de cerezos en los montes cantábricos para ayudar a la conservación de éste animal que no duda en trepar al árbol para llevarse puesta la cosecha… En cuanto a las aves, el mirlo prueba un poquito de la pulpa de la cereza. El zorzal come la pulpa entera y deja colgando el hueso por su rabito. El picogordo tira la pulpa, parte el hueso en dos partes iguales y se come lo de dentro.
     En la algarabía del cerezo, los pájaros hacen caer al suelo las frutas maduras y siempre hay alguien en el suelo dispuesto a recogerlas.
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sábado, 20 de marzo de 2021

Resineros, la memoria del bosque

EUGENIO MONESMA (Huesca, 1952)
Los resineros

Tras dos milenios de aprovechamiento de su riqueza en nuestro país, en el año 1995 eran pocas las zonas boscosas de Pinnus pinaster que se seguían explotando. Una de ellas está en la provincia de Segovia, en la llamada Tierra de Pinares. Allí, entre toda su masa forestal, la chimenea de la fábrica de Zarzuela del Pinar delataba una actividad que todavía estaba viva entre sus gentes: la resinación.

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miércoles, 17 de marzo de 2021

El Pino Casandra, del cronista de Canarias

JUAN GUZMÁN OJEDA, Ing. Téc. Forestal
El pino que fue Bonito y quedó para la bruja Casandra

El protagonista en esta ocasión tiene mucho que ver con la mágica relación árbol-agua, que se hace notar de diferentes formas entre las vertientes norte y sur de las islas Canarias. Mientras que en la fachada norte podemos prácticamente tocar las nubes, empapándonos con la humedad interceptada; en la zona sur, una vez discurren los barrancos, encontramos charcas de agua que permanecen llenas durante varios meses. Estos pilancones naturales abundaban junto al paraje conocido como Cuevas de las Niñas, razón que atrajo la atención del Servicio Hidráulico para finalmente construir una presa en la zona.
     Cuando se inicia la construcción de esta presa, allá por 1935, ya existía un testigo de excepción que observaba el trajín de obreros y, a los pocos años, el inusual crecimiento de los pilancones. Probablemente, desde su atalaya temiera que la ingeniería llegara a sumergirlo, pero en 1958 la magna obra hidráulica coronó su muro con una altura de 32 metros sobre el cauce. Sin duda, el diseño del embalse se calculó con precisión para que este respetable testigo pasara a presidir el paisaje que se forma a partir de la mágica combinación árbol-agua.
     En el pinar genuino de sur de la isla de la Gran Canaria, sobre la coordenada 27º 55´ 26 ´´ N y 15º 40´07´´W, reside desde hace aproximadamente cuatro siglos un magnífico ejemplar de pino canario que responde por igual a dos nombres populares: Pino Bonito y Pino de Casandra. El primero, más propio de los lugareños, alude (¡cómo no!) a su singular silueta; el segundo se desprende del halo de la fantasía y leyenda que inspira al ser humano al contemplar tan bella estampa. Debió ser en una noche de acampada, seguramente en plena luna llena, cuando al calor de la convivencia y bajo el lema “el terror une a la gente”, se engendró, a la sombra nocturna del mismo árbol, el mito de la bruja Casandra. El origen de la leyenda
      Aunque no existe una versión oficial de la leyenda de Casandra, todas parecen coincidir en que la joven y guapa bruja fue encadenada al árbol y luego quemada por su esposo. Esta reacción fue la violenta consecuencia por pactar con el demonio el aliento de vida de sus dos hijas, a cambio de la eterna juventud. Continúa la leyenda aseverando que aún hoy puede llegar a oírse el arrastre de cadenas de su fantasma, e incluso los gritos de lamento de su desdichado marido.
     Por ser punto de reunión de pastores, a pocos metros del pino encontramos un círculo de piteras que responden al establecimiento de una gambuesa o recinto para guardar el ganado trashumante, cerrando la entrada con algún arbusto local de quita y pon.

Estatura y heridas de un centenario
     El árbol presenta un perímetro normal (medido a la altura del pecho) de 5,10 metros. A la altura de 3,5 metros se divide en dos grandes brazos o pernadas, hasta alcanzar una altura total cercana a los 20 metros. Ambas pernadas entrelazan sus copas para dotar a este ejemplar de un esbelto porte abierto y redondeado. Como consecuencia de antiguos aprovechamientos pueden apreciarse hasta tres heridas en su base; de éstas, solo la de la cara norte, la más profunda, presenta marca de fuego. La evidencia revela que su posición aislada y su cercanía al embalse lo han redimido de los últimos incendios. En cualquier caso, el estado del ejemplar es saludable y estas heridas no hacen peligrar por el momento su estabilidad biomecánica.
     También puede apreciarse con facilidad cómo algunas ramas bajas fueron enganchadas por furtivos necesitados, que con las prisas ejecutaron unas podas muy poco ortodoxas. Además, como consecuencia de la acción erosiva y posiblemente por el pastoreo, el árbol exhibe varias de sus raíces en superficie.
     Tras el gran incendio de 2007, con la pérdida de centenarios como Pilancones (31/01/2008) o El Mulato (11/06/2012), este ejemplar pasa a ocupar un lugar todavía más sobresaliente en el ranking de nuestro patrimonio forestal. Sería del todo recomendable llevar a cabo ciertas labores protectoras que permitan alargar o acomodar su vida, en especial evitar el pisoteo de sus raíces, sanear los cortes y proteger los huecos de posibles incendios.  


El topónimo

      Como dato curioso conviene decir que el topónimo de Las Niñas poco tiene que ver con la Leyenda de Casandra, aunque a buen seguro se habrá incluido en más de una visión narrativa. El topónimo es muy antiguo y parece aludir al hecho de que en las cuevas habitaron algunas mujeres de “moral distraída”. Pero a juzgar por el aura que envuelve a este espécimen de Pinus canariensis, sí que me inclino a pensar en algún tipo de pacto por la eterna belleza y lozanía; pero ya no sé si con la Madre Naturaleza, con Satanás o por conexión con la mismísima bruja Casandra.



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domingo, 14 de marzo de 2021

U2 - The Joshua tree

U2 - THE JOSHUA TREE
One Tree Hill
      «One Tree Hill» es la novena canción y el penúltimo sencillo del álbum The Joshua Tree lanzado el 1987 por el grupo irlandés U2. El sencillo fue editado exclusivamente en Nueva Zelanda y Australia en 1988 donde llegó al número uno de los charts nacionales. El título del tema One Tree Hill se refiere a una torre volcánica de la ciudad de Auckland en Nueva Zelanda. El último árbol de este monte volcánico fue cortado el año 2000.
      El texto de la canción tiene varias interpretaciones y rinde tributo a dos personas: a un amigo neozelandés de Bono, Greg Carrol, que falleció en un accidente de moto en Dublín en 1986, y a la memoria del cantautor chileno Víctor Jara.
            
Parte del texto dice: 
...
Y en el mundo, un corazón oscurecido, una zona de fuego
Donde los poetas hablan del corazón y después son desangrados,
Jara cantó su canción, un arma en las manos del amor,
Se sabe que su sangre aún grita de la tierra

Corre como un río, corre al mar
Corre como río al mar.

No creo en pinturas de rosas ni en corazones rotos
Mientras disparos violen la noche de los misericordiosos
Te veré de nuevo cuando las estrellas caigan del cielo
Y la luna se haya enrojecida sobre el monte de un árbol.

Y correremos como un río, como un río corre al mar
Correremos como un río al mar...
      El tema fue tocado frecuentemente durante la gira del Joshua Tree Tour y Lovetown Tour con su última interpretación a principios de los 90. A partir de ahí no fue interpretada públicamente por U2 hasta el año 2006 en Auckland durante la gira Vertigo Tour y dos veces en shows en Tokio. En la gira U2 360° Tour volvió a ser interpretada en cuatro ocasiones (Chicago, Auckland y en Santiago de Chile junto a la cantante chilena Francisca Valenzuela).
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jueves, 11 de marzo de 2021

Takahashi en Kioto, el cronista de Japón (023)

 TAKAHASHI HIROSHI (Yamagata, 1960)
Grupos de fukujō daisugi de Shimokuroda (prefectura de Kioto), Japón

Especie: Sugi (Cryptomeria japonica, familia Cuprasáceas, género Cryptomeria).
Dirección: Katanami-chō, Keihoku, Ukyō-ku, Kyōto-shi, Kyōto-fu 601-0401, Japón
Perímetro del tronco: 15,2 m.     Altura: 30 m.     Edad: 800 años.
Tamaño:★★★★★   Vigor:★★★   Porte:★★★★★   Calidad del ramaje:★★   Majestuosidad:★★★★★


La zona arbolada en que se forman los manantiales del río Katanamigawa es un área de extracción de madera que viene siendo preservada desde el periodo Heian (794-1185) y que durante siglos surtió de material de construcción la antigua capital de Japón, Kioto, y el antiguo palacio imperial allí situado. Son extensos bosques de sugis japoneses -que no cedros- con todo el peculiar encanto que aporta esta especie. Sin embargo, los sugis que crecen en esta región no son los típicos árboles de tronco simple y recto que vemos en otros lugares: son los fukujō daisugi, que desarrollan varios troncos de un único pie. La técnica del daisugi consiste en ir talando ordenadamente cada uno de esos troncos para que salgan otros muchos. De un solo cedro se pueden seguir extrayendo troncos a lo largo de más de 300 años. Los árboles gigantes que hallamos aquí son, pues, en cierto sentido, árboles creados por el ser humano. La evolución de los estilos arquitectónicos y otras circunstancias redujeron la demanda de este tipo de explotación y, para inicios del periodo Muromachi (1336-1573) puede decirse que la época del daisugi había quedado atrás. Descuidada, la zona cayó en un olvido de siglos, pese a lo cual estos complejos de sugis continuaron creciendo hasta que, una vez más, han pasado a ser objeto de atención, esta vez por su tamaño, que parece rozar sus propios límites de crecimiento. Entre estos ejemplares hay algunos con troncos de 15 metros de perímetro. Contemplando su singular ramaje y su gigantesco tronco, es difícil sustraerse a un sentimiento de reverente temor.
     Grupos de estos peculiares sugis motean las colinas que se extienden entre Keihoku, en el distrito de Ukyō, y Hanase, en el de Sakyō, ambos en Kioto. Visitando esta zona se percibe de una forma muy directa el esplendor de la vieja capital. Declarada Área Natural Protegida, este espacio ofrece rutas de senderismo y, debido a lo intrincado de su orografía, se ofrecen también visitas guiadas. Se dice que en el área protegida existen más de 250 árboles con tronco de diámetro superior a los tres metros, cuya presencia contribuye aún más a transportar al visitante a un mundo ubicado en otra dimensión. En tres horas de caminata no demasiado dura es posible dar una vuelta a toda el área, por lo que se ha convertido en un lugar ideal para desconectar de los agobios de la vida diaria. 

  

Numero 023

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lunes, 8 de marzo de 2021

Gloucester Tree, escalera al cielo, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
Gloucester Tree, West-South Aussie

Foto 1
      El territorio que actualmente forma el Parque Nacional Gloucester (al sur del territorio de Australia Occidental) tiene entre sus árboles notables un grupo denominado “los cuatro ases” formado por cuatro Eucaliptus diversicolor, especie esta a la que se llama en zona “Karri” y a la que se considera la más noble de las más de 600 especies de eucaliptos existentes. (Foto 1) Se dice que tienen unos 400 años y una altura de 75 metros. El parque (y un determinado árbol) recibió el nombre por una visita real de 1947. Ese año el entonces Gobernador General de Australia, Su Alteza Real el Duque de Gloucester, visitó la zona que desde entonces lleva su nombre. Entre los años 1937 y 1952 se seleccionaron allí ocho árboles para usarlos como puestos de vigilancia de incendios. Coincidiendo con la visita del gobernador y para mostrarle en qué consistía tal selección, se le llevó a ver la preparación de uno de esos árboles, el que ahora lleva su nombre. Antes, y para comprobar si era válido como mirador, el silvicultor Jack Watson lo escaló ayudado por unas botas y un cinturón, lo que le llevó seis largas horas entre subir, comprobar si era válido y regresar. Los peldaños que sirven de escalera para la subida (acero corrugado como el de la construcción), se clavaron en la madera después de barrenarla con un berbiquí. El duque mostró su interés por las herramientas y el método y decidió hacerlo el mismo. Estuvo un poco dándole al berbiquí y dijo que no parecía muy difícil, a lo que le manifestaron que ni siquiera había traspasado la albura del árbol. 
     Hoy el árbol (Gloucester Tree), ya no es una torre de vigilancia, pero sigue siendo una atracción turística. Ya en 1963 se estimaba que más de 3000 personas habían subido allí. En 1973, la cabaña de madera original fue reemplazada por otra de aluminio y acero con galería, que está situada a unos 53 metros de altura, diez por debajo del punto más alto del árbol. Durante un tiempo se daba un recuerdo a los turistas que subían a la cabaña de observación, pero luego se suprimió. 
     Thomas Pakenham en su libro “Árboles Excepcionales del Mundo”, publicado en 2003, dice que un guardabosques le había mencionado tres muertes desde que él trabajaba allí. Los tres por problemas de corazón, uno hombre había fallecido al llegar a la cabaña, otro bajando y cayó al suelo y un tercero ya en el autobús. 
     El vídeo está grabado con un dron y nos da una idea de cómo es la subida al árbol de Gloucester. Finalmente debo decir que no hay turnos para subir o bajar y puede ser fácil que te encuentres a alguien a media escalera…

Foto 2
Lista de Eucalyptus con nombre propio
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viernes, 5 de marzo de 2021

Carmen Conde - Todas las miradas...

CARMEN CONDE, (Cartagena 1907-1996)
Todas las miradas son árboles que se deshojan


Las miradas son árboles que se deshojan.
Hay que penetrar lo compacto,
que taladrar el misterio para descubrir el suelo
cubierto de álamos, de olmos,
de palmípedos cedros.

La prieta vegetación humilla bajo el peso del tiempo
su copiosidad radiante, de éteres húmeda...
¡Ah el precipitado ímpetu
de las ramas, de las miradas
cortándose de sus troncos!

Apenas algo, apenas el ácido vaho que dilatan
los dientes del rebaño implacable
cuando muerde el pasto...
Humarada invisible de verdor desgarrado,
cálido penacho de olores.

Las perdemos, cortándonoslas inconscientes
de larga contemplación.
Y nos quedamos en tierras desiertas,
en arrasadas orillas,
en fingidos oasis sin agua ni palmeras.
¿Por qué, hasta cuándo, en qué momento
se reunirán todas esas miradas en haz trepidante,
para hacerse breve rayo definitivo?

¡Este viscoso suelo resbaladizo,
las mareas de hojas que eran ojos
agarrándose a las cosas, a los seres, a la ilusión de ver!

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martes, 2 de marzo de 2021

DV - Los escarabajos y el bosque

DV Y AGENCIAS en Diario Vasco
El microbioma intestinal de los escarabajos beneficia a los bosques
Los insectos son contribuyentes críticos para el funcionamiento del ecosistema, y como la mayoría de los organismos vivos, su evolución conjunta con los microbios ha sido esencial para respaldar estas funciones. Aunque muchos insectos son famosos por causar estragos en cualquier parte del mundo, miles de especies se dedican a su negocio en silencio, brindando importantes servicios esenciales para los ecosistemas saludables utilizando la innovadora bioquímica de sus microbiomas.
      Una nueva investigación del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos (Berkeley Lab) muestra cómo un insecto tan común en el este de Estados Unidos, el escarabajo pasalido de cuernos largos ('Odontotaenius disjunctus'), tiene un tracto digestivo resistente con microbios a los que agradecer la transformación de su alimentación leñosa en energía, alimentos para sus crías y nutrientes para el crecimiento de los bosques.
      Estos conocimientos sobre cómo el escarabajo y su microbioma distinto han evolucionado conjuntamente proporcionan una hoja de ruta para la producción de combustibles y bioproductos asequibles derivados de la naturaleza, tal y como se describe en el artículo sobre el trabajo publicado este lunes en la revista 'Nature Microbiology', titulado «Las propiedades anatómicas de los intestinos y el ensamblaje funcional microbiano promueven la deconstrucción de lignocelulosa y la subsistencia de la colonia de un escarabajo que se alimenta de madera».
      «Descubrimos que la tripa del escarabajo está estructurada para permitir la coexistencia de comunidades microbianas únicas, lo que permite que cada una realice los distintos procesos metabólicos específicos necesarios para extraer energía de la madera de manera eficiente», dice el autor principal del trabajo, Javier Ceja-Navarro, científico investigador del Laboratorio Berkeley. «La energía derivada de la madera permite que el escarabajo se mantenga a sí mismo y a su descendencia en una dieta por lo demás muy pobre», agrega.
      Los escarabajos comedores de madera brindan a los bosques un servicio invaluable. En los bosques de todo el mundo, los escombros leñosos gruesos constituyen una cantidad tremenda de biomasa que es dura, difícil de descomponer y está en bancarrota nutricional debido a su bajo contenido de nitrógeno.
      Para los insectos como las termitas y el escarabajo pasálido, la madera en descomposición es el alimento básico principal de la que obtienen energía y nutrientes para formar sus células y tejidos. Un adulto pasálido entierra su cuerpo de una pulgada a través de la madera descompuesta que ha sido pre-procesada por hongos, lo que acelera la descomposición de la madera a través de su actividad de alimentación y hace que la madera y el carbono sean accesibles para otros organismos del ecosistema.
      Las colonias de pasálidos pueden tener hasta siete adultos que pueden consumir más de cuatro veces su peso en madera por día. Esta madera pasa a través del complejo tracto digestivo del escarabajo y finalmente se excreta como producto de desecho, lo que se denomina cortésmente excremento. «Una de las primeras cosas que notamos fue la cantidad de nitrógeno que contenía el excremento, tres veces más que la madera que consumía el escarabajo. Esto significaba que el escarabajo, o en realidad sus microbios, agregaban nitrógeno», explica Ceja-Navarro.
      Y agrega: «También notamos cómo los polímeros vegetales duros como la lignina y la celulosa estaban desapareciendo y los productos ricos en energía como el acetato, así como los biocombustibles como el hidrógeno, el etanol y el metano. Este escarabajo y sus microbios han descubierto lo que los científicos de todo el mundo se apresuran a optimizar: cómo convertir de manera eficiente la biomasa de plantas leñosas en biocombustibles y bioproductos».
      Para hacer esto, se reunió a un equipo de expertos y se utilizaron herramientas avanzadas de biología molecular, junto con espectrometría y pequeños sensores para descubrir que «el intestino del escarabajo está formado por compartimentos especializados, cada uno con un microbioma distinto que funciona en forma casi como una línea de producción industrial, usando bioquímica única para convertir la madera en alimento y combustible», apunta la autora principal, Eoin Brodie, subdirectora de la División de Clima y Ciencias del Ecosistema de Berkeley Lab.

Adaptación

      «La innovación clave que la naturaleza ha proporcionado aquí es una forma de combinar procesos bioquímicos que de otra manera son incompatibles», apunta Brodie. Algunos procesos para deconstruir la lignina requieren oxígeno, mientras que otros, como la fermentación, que proporciona la fuente de energía del escarabajo, necesitan un ambiente libre de oxígeno.
      Entonces, ¿cómo resuelve esto el escarabajo? «Resulta que la arquitectura intestinal del escarabajo, como la longitud y el grosor de sus paredes intestinales, ha evolucionado para adaptarse a su microbioma de modo que se favorecen los procesos metabólicos específicos en diferentes regiones intestinales», detalla Ceja-Navarro.
      Esto permite que ocurran reacciones que requieren oxígeno en una región intestinal que está separada de las regiones donde los microbios llevan a cabo reacciones que serían inhibidas por el oxígeno. El equipo también demostró que la arquitectura de los intestinos del escarabajo evita que ciertos productos como el hidrógeno se escapen para favorecer la producción de acetato, una fuente de energía crítica no solo para el escarabajo en sí, sino también para su descendencia.
      Se considera a los escarabajos pasálidos entre las especies más altamente sub-sociales, lo que significa que trabajan juntos en unidades familiares para defender sus hogares en el túnel de troncos y cuidan a sus crías hasta la edad adulta, lo que probablemente suene familiar para la mayoría de los padres. Debido a que el escarabajo excreta un excremento rico en energía y nutrientes en el que se alimentan sus crías, ahora parece que los jóvenes también tienen que agradecer a los microbios de sus padres.
      Los productos ricos en nutrientes de estos insectos eventualmente vuelven al suelo del bosque, apoyando la productividad del ecosistema, y este estudio destaca el papel esencial del microbioma del escarabajo en ese proceso. ¿Qué es lo siguiente? Aunque la naturaleza lidera el camino, podemos aprender de cómo los escarabajos compartimentan la bioquímica a lo largo de una línea de producción, según Ceja-Navarro, e ingeniar sistemas artificiales para producir bioproductos imitando las propiedades y funciones de sistemas como este de la tripa del escarabajo y su microbioma.
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