martes, 29 de septiembre de 2020

Los "urbanos" y las podas

MANUEL SOUSA
La poda de árboles urbanos

Uno de los grandes acertijos de Portugal es por qué se podan los árboles en el espacio urbano.
      Ya Francisco Caldera Cabral y Gonzalo Ribeiro Tellez en su libro "el árbol", editado en la década de 60 del siglo pasado, escribía que "todos los años al final del invierno salen al campo, de las más diversas procedencias, brigadas de hombres armados de sierras y tijeras de podar, de las calles de las ciudades y pueblos y últimamente hasta las carreteras nacionales."
     También escribía que "se tiene la impresión de que no podar los árboles es señal de negligencia y pereza. Hace mucho tiempo que las protestas contra estas prácticas aparecen aisladas en los periódicos ".
     Más adelante en su libro sigue refiriéndome a esta temática de las podas, señalando que "la poda, suprimiendo ramos o lástima y por lo tanto las reservas contenidas en ellos es siempre una operación depauperante de la planta a diferencia de lo que piensa la mayoría de las personas por ver más vigor en el follaje del árbol cortado."
     Si la poda hace daño a los árboles, ¿por qué se poda?
     Si la poda acorta significativamente la vida de los árboles, ¿por qué se poda?
     Si reducir el volumen aéreo del árbol disminuye los servicios de ecosistema, ¿por qué se poda?
     Si la poda descaracteriza los árboles, ¿por qué se poda?
     Si la poda tiene grandes costes para los municipios, ¿por qué se derrocha el dinero público con prácticas nefastas para el medio ambiente y el paisaje urbano?
     Si la poda reduce la sombra y el efecto invernadero de los coches, ¿por qué se poda?
     No puedo responder a estas preguntas que no sea la ignorancia de quien es responsable de las políticas públicas de los entes locales.

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Territorio inquieto - Anillos que no anulares

TERITORIO INQUIETO
Anillos que no anulares


Troncos rectos con anillos excéntricos: izquierda, robinia que crecía junto a un muro, la parte lobulada son los contrafuertes del tocón. 
Centro, álamo temblón la parte mas ancha crecía en dirección a un acequia.
Derecha, ciprés de Arizona, la excentricidad de este tronco proviene de crecer junto a otro tronco
      Si bien los anillos de crecimiento de los árboles según su situación y su grosor nos pueden dar información de cómo creció el árbol en un momento determinado, su forma también nos va a dar información.
      Imagino que hasta hora cuando pensamos en un anillo de crecimiento de un árbol, nos los imaginamos de forma anular, es decir circular, concéntrico, etc…, bueno pero esto no es así siempre. Hay especies en las que su crecimiento secundario (en anchura) es irregular, creando un perímetro lobulado que varia rápidamente según nos desplazamos por el tronco, siendo esta un características de sabinas y enebros; en este caso los anillos nos servirán para tener una idea de su edad pero poca más información podremos sacar.
Madera de reacción de troncos inclinados, en los dos caso consideramos que la fuerza proviene de la parte superior de la imagen. Izquierda en un abeto (conifera), la marea de compresión se forma en el lado opuesto a la fuerza aplicada. Derecha en un quejigo (frondosa) la madera de tensión se forma en el mismo lado donde se aplica la fuerza, (la parte oscura es el duramen)
     En el resto de la especies con un característico tronco de sección circular, cualquier cambio en esta forma nos servirá para obtener información, siempre que tengamos el cuidado de no considerar la zona del tocón donde los contrafuertes creados por el árbol para aumentar su resistencia nos van a dar un cambio en la forma esperada.
     El cambio en la forma del perímetro de circular a ovalado, y en los anillos de concéntricos a excéntricos puede deberse a varias causas, y cada una la deberemos explicar con las condiciones del lugar donde viven.
Si el suelo no es homogéneo en cuanto a estructura o humedad, las raíces y con ellas el tronco, se desarrollará más hacia el lado más favorable, es el caso de un árbol que crece junto a una pared junto a otro tronco, o junto a un curso de agua. Si el suelo es homogéneo pero la luz llega de una forma sesgada y domina más en una zona concreta ocurrirá algo parecido, el árbol desarrollara más ramaje hacia la luz y eso quedara reflejado en el tronco.
      En caso de árboles solitarios expuestos a vientos fuertes de dirección constante, el árbol desarrolla más madera, llamada de reacción, en la zona donde se concentran las tensiones, en el caso de la coníferas en el lado del tronco opuesto a la dirección viento y cerca del suelo que es donde mas sufre el tronco.

Madera de compresión en dos pinos, en ambos casos la dirección de la fuerza proveen de la parte superior de la imagen.
Izquierda, pino piñonero, la causa es el viento, no inclino el tronco pero si le hizo desarrollar un contrafuerte.
Derecha, pino negro en este caso el tronco lo inclino un alud.
      Hasta ahora hemos considerado troncos verticales, pero si el tronco se inclina las tensiones ya no están repartidas deforma homogénea, y hay una que domina de forma constante, el propio peso del árbol. Entonces el árbol desarrolla en las zonas de mayor esfuerzo madera de reacción; en el caso de la coníferas esta actúa como contrafuerte en el lado opuesto, y es denominada madera de compresión y es rica en lignina, más o menos como ocurría con el viento. En las frondosas ocurre al revés la madera de reacción trabaja como un tirante por tensión en el mismo lado donde se produce el esfuerzo depositando más celulosa. De todas formas unos y otros, coníferas y frondosas, forman la madera donde la necesitan y no donde nosotros creemos que debería estar, pues en algunos ejemplares de abeto con el tronco curvado se observa en un corte longitudinal como cambia la excentricidad y la madera de reacción pasa de compresión a tensión.
      Nosotros con los anillos de crecimiento podemos poner fecha al momento en que los anillos cambian de forma, y esa es al fecha en que el árbol se inclino.
      La causas pueden ser varias y las tenemos que buscar con las condiciones del lugar. En un rivera fluvial troncos inclinados a favor de la corriente pueden ser debidos a una riada. En una ladera con alta innivación e inclinados a favor de la pendiente puede ser un alud de nieve (más info. ver entradas de este bolg septiembre 2015). En una ladera inestable puede ser por un deslizamiento de tierra. Incluso el viento puede inclinar los troncos y hacer que estos crezcan postrados (más info. ver entradas de este blog diciembre 2019). De todas formas para interpretarlos correctamente tenemos que tener varios árboles con características parecidas para poder extrapolar la información, si solo encontramos un tronco inclinado puede que sea que sea por un hecho aislado y que no afecte al resto de los árboles; os contare un caso, en Benasque, Huesca, tuve la oportunidad de curiosear a gusto entre los pinos negros afectados por un alud, no solo había árboles tumbados sino arrancados por el impacto de la nieve, y alguno habían cortado posteriormente por lo que se podían ver bien los anillos y el momento en el que se inclino, la información era clara pero,… había un árbol inclinado en dirección contraria dentro de la zona de efecto del alud y además estaba junto al camino, cada vez que pasaba no podía evitar el intentar comprender su posición, hasta que un día se lo comente a un vecino que me acompañaba a lo que me dijo: “ese no te preocupes, fue el de la maquina quitanieves, al recular no lo vio y lo dejo así”

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sábado, 26 de septiembre de 2020

Javier Yanes - Inteligencia de las plantas

JAVIER YANES
La inteligencia de las plantas


Durante siglos las hemos considerado como algo no muy diferente de las rocas o los muebles: una parte más del paisaje, o simples elementos decorativos que pisamos y arrancamos a placer, dado que nunca las oímos quejarse. Salvo por su crecimiento más o menos lento o sus ciclos estacionales, las plantas parecen siempre inmóviles e impertérritas, ignorantes de cuanto ocurre a su alrededor. Seres vivos, aunque meramente pasivos.
      Pero mientras nosotros apenas les prestamos atención, las plantas están haciendo cosas sorprendentes. Por ejemplo, guiar sus raíces hacia las fuentes de agua escuchando las vibraciones de las tuberías, según revela un estudio publicado en abril de 2017 en la revista Oecología y dirigido por la ecóloga evolutiva Mónica Gagliano, de la Universidad de Australia Occidental.
Las plantas del guisante son capaces de localizar el agua a distancia en ausencia de humedad. Crédito: Chiots Run
      Según muestran Gagliano y sus colaboradores, las plantas del guisante son capaces de localizar el agua a distancia en ausencia de humedad gracias a esa especie de sentido del oído en versión vegetal. Sólo cuando han localizado por dónde corre el agua, utilizan la propia humedad como pista adicional para llegar a su objetivo con precisión. Pero antes de esto dependen del sonido, hasta tal punto que el ruido de fondo las confunde, e incluso son capaces de distinguir el sonido real de una grabación.

Plantas capaces de aprender

      Lo anterior parecería ciencia ficción, si no fuera porque en realidad es un hito más en la comprensión de las capacidades insólitas de las plantas, que sólo se han revelado cuando científicos como Gagliano y otros han empezado a indagar más allá de su aparente pasividad. En otro estudio reciente publicado en Scientific Reports, del grupo Nature, la investigadora revelaba que las plantas son también capaces de aprender al estilo de los perros de Pavlov, que asociaban la comida con la campana hasta que salivaban simplemente oyendo el sonido.
      En el experimento de Gagliano, la comida era una fuente de luz, y la campana era una corriente de aire inducida por un ventilador. Cuando a las plantas se les presentaba un laberinto en forma de Y, crecían por el camino iluminado donde también soplaba el aire, pero continuaban después eligiendo la misma opción en ausencia de luz; habían aprendido a asociar la corriente de aire con la luz. Y lo recordaban.
      Tratándose de plantas, hablar de conceptos como aprendizaje, memoria, elección o, en último término, cognición, puede resultar chocante. Bien lo saben Gagliano y otros investigadores en este campo, que durante años han sufrido la desconfianza y el escepticismo de muchos de sus colegas. Y si el escepticismo es esencial para los científicos, también lo es permanecer siempre abiertos a un cambio de paradigma cuando las pruebas experimentales así lo aconsejan. Y en este caso, hay suficientes pruebas para aconsejarlo.

Ver, oler y comunicarse con otras plantas

      Dejando a un lado la terminología, éste es un resumen de las capacidades demostradas en las plantas, según el investigador de la Universidad de Haifa-Oranim (Israel) Simcha Lev-Yadun: con su sistema de pigmentos sensibles a la luz pueden ‘ver’ a sus vecinas gracias a la detección de infrarrojos emitida durante la fotosíntesis; huelen a sus vecinas y a sus enemigos; se comunican con otras plantas, advirtiéndolas de los peligros; deciden en función de los parámetros ambientales; recuerdan condiciones climáticas pasadas y ataques de herbívoros; utilizan a los animales con fines defensivos, para polinizarlas o dispersar sus semillas; despliegan estrategias para evitar agresiones; y naturalmente, también oyen, como ha demostrado Gagliano. Y lo más importante: con todo ello, toman decisiones.     Lev-Yadun, que recientemente ha publicado el libro Defensive (anti-herbivory) Coloration in Land Plants (Springer, 2016), no tiene dudas sobre cómo llamar a todo esto: “Estoy seguro de que las plantas tienen inteligencia”, dice a OpenMind. “Está claro que hay diferencias entre las plantas y los animales superiores, pero cuando examinamos los animales inferiores, las diferencias son muy pequeñas, y las plantas superiores pueden ser más inteligentes que ciertos animales”, añade.
      Algunos de los mecanismos que gobiernan estos procesos aún no son del todo conocidos. Pero Gagliano, que recientemente ha coeditado el libro de próxima publicación The Language of Plants (University of Minnesota Press, 2017), se decanta por la idea de que la evolución ha seguido caminos convergentes en grandes reinos como animales y plantas para llegar a metas similares con herramientas diferentes. “Ambos terminaron ‘inventando’ las mismas soluciones a problemas similares”, resume a OpenMind.

Neurobiología de plantas

      Pero aunque la necesidad del cambio de paradigma ya parece innegable, la cuestión de la terminología no puede soslayarse. El problema es que aún no disponemos de vocabulario adecuado, dado que tradicionalmente el comportamiento y la cognición se han considerado facultades exclusivas de los seres con neuronas, los animales. Pese a todo, algunos científicos hablan de “neurobiología de plantas”. “Hasta que encontremos un buen término, neurobiología está bien”, dice Lev-Yadun. Por el contrario, Gagliano opina que esta palabra ha sido útil como metáfora, pero que debería abandonarse por “zoocéntrica” y escasamente científica.     Sin embargo, en algo coinciden los investigadores de la nueva disciplina de la cognición vegetal, y es en refutar las objeciones de que todas estas capacidades no son más que respuestas moleculares programadas. Para Gagliano, no puede hablarse de comportamiento cuando se trata de acciones obligadas e irreversibles, como las que ocurren durante el desarrollo de los seres vivos; pero sí cuando hay decisiones opcionales que dependen de estímulos. “Términos como ‘cognición’ o ‘aprendizaje’ o incluso ‘inteligencia’ se refieren a aspectos del repertorio de comportamiento”, dice la investigadora.
      Las implicaciones de todo ello exceden lo puramente científico, atrayendo también la atención y la reflexión de filósofos, humanistas y expertos en ética: si hoy sabemos que las plantas también pueden sentir, ¿podemos seguir ignorándolo? Como escribía Gagliano en un reciente artículo, “a medida que se acumulan las pruebas experimentales de las capacidades cognitivas de las plantas, el asunto controvertido (o incluso tabú) relativo a su bienestar, valor moral y nuestra responsabilidad ética hacia ellas no puede seguir siendo ignorado”.

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miércoles, 23 de septiembre de 2020

El tilo

IGNACIO ABELLA
El tilo, en "La magia de los árboles"

Acuarela de Ars natura
Soy uno de los árboles más grandes y longevos de Europa, bueno y muchas más cosas.... Se decía que yo soy capaz de crecer durante tres siglos, de vivir también tres siglos y que, tres siglos, tardo en morir. Eso se decía de mí. De mí, que soy el Tilo.
      En muchos pueblos, especialmente de las regiones germanas, yo, el grandioso tilo, presidía, desde la plaza o junto a la iglesia, la vida social que transcurría a mi venerable sombra. Durante las noches de verano presenciaba los idilios, la fiesta y el baile que se celebraba a mi alrededor. Uno de mis nombres alemanes, muy popular, es el de “Tanzbaum, el árbol de la danza. Y es que, durante el mes de junio, hasta las abejas bailan en torno a mis flores que, al atardecer, extienden su delicioso e irresistible aroma…. Sí, esas flores con las que os relajáis en forma de infusión o en modo baño… Tanto da.
     Ay, qué tiempos, cuando el amor nacía literalmente a mis pies. Recuerdo cómo en Nierstein se creía que yo, el tilo, proveía de niños a toda la región. La verdad es que también se me plantaba, tradicionalmente, para conmemorar el nacimiento de un niño, y hasta formaba parte de rituales de amor y fertilidad… Ahí me lo pasaba en grande… Ah, pero en países como Bélgica y Suiza, se me consideraba un símbolo de libertad, ya que a mis pies tenían lugar las deliberaciones y juicios, y los perseguidos podían “acogerse a sagrado”, refugiándose bajo mi porte o en el de los olmos, que también tenían estas funciones.
     Mira, por toda la región cantábrica, a los tilos se nos ha plantado y podado al principio del verano. Lo hacían para recoger la preciada tila, uno de los pocos recursos que permitían obtener algo de dinero en muchas aldeas de montaña. En Picos de Europa se creía que si el hacha toca la “teya”, como también me llaman por allí, dejaré de dar flores durante 10 años… Así que recogían mi tila a mano, arrancando pequeñas ramas de las que se escoge la flor, dejando la hoja para el ganado.
     Sí, también me plantan en jardinería en los parques y grandes espacios haciéndome el encargo de crear una atmósfera agradable y acogedora. Como en el Jardín Botánico de Madrid, donde si algún día tienes la suerte de visitar sus árboles de la mano del gran botánico francés Francis Hallé, terminarás charlando bajo la sombra de una familia de tilos equipada con bancos, de donde saldrás terriblemente relajado y en paz contigo mismo, e incluso sospechosamente feliz…
     Aunque es importante que sepas, que somos los tilos silvestres, los que crecemos en los desfiladeros y en los bosques de ribera, los que verdaderamente mostramos la majestuosidad y la fuerza que podemos tener, sosteniendo cauces y taludes, transpirando y ensanchándonos en el aire, bombeando agua y oxígeno y creando suelos mullidos y fecundos con el diluvio otoñal de su hojarasca.


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domingo, 20 de septiembre de 2020

Arbres au musée

 CHRISTOPHE DRÉNOU
Arbres: un botaniste au musée, France

      Les peintres savent nous ouvrir les yeux sur la beauté des arbres, leur complexité, leur mystère et leur fragilité. Dans un très beau livre intitulé Arbres, Christophe Drénou a réuni des oeuvres sur le sujet. Chaque tableau de ce livre montre un arbre, entier ou partiel, réel ou imaginé, figuratif ou suggéré, mais toujours chargé d'émotions et de sens. Botaniste spécialiste de l’arbre, il nous racontera qu'à la base de sa vocation de botaniste il y a une admiration esthétique pour la beauté des arbres.
     Les arbres sont des œuvres d’art, à la différence près qu’ils ne sont pas signés. Les pratiques portant atteinte à leur harmonie sont désolantes. Qui accepterait de voir saccager La Joconde, lacérer Les Tournesols de Van Gogh ou barbouiller un Renoir? Sans éducation au beau, comment s’opposer aux dégradations esthétiques de notre environnement? Les peintres savent nous ouvrir les yeux sur la beauté des arbres, leur complexité, leur mystère et leur fragilité. Ils s’appliquent non seulement à les représenter, mais ils cherchent aussi à les comprendre, les penser et les sublimer. Et ils le font très bien ! Sans le savoir, ils précèdent parfois les chercheurs et ouvrent la voie à de nouvelles recherches scientifiques.
     Avec ce livre, chaque tableau donne l’occasion de découvrir un peintre, une œuvre et un trait de la vie des arbres. Pour tous ceux qui passent devant les arbres sans les voir ou pour ceux qui ne les regardent plus pensant tout savoir, il reste l’art pour s’émouvoir.
     Botaniste spécialiste de l’arbre, Christophe Drénou est diplômé de l’Institut national d’horticulture et de paysage (INH, Angers) et docteur ès Sciences (université de Montpellier). Ingénieur de recherches et développement à l’Institut pour le Développement Forestier depuis plus de 20 ans, il donne des conférences en France et à l’étranger et est également l’auteur de plusieurs ouvrages destinés aux professionnels (La Taille des arbres d’ornement, du pourquoi au comment, IDF, 1999 ; Les Racines, face cachée des arbres, IDF, 2006) et au grand public (Face aux arbres, apprendre à les observer pour les comprendre, Ulmer, 2009 ; L’Arbre, au-delà des idées reçues, IDF, 2016).
35€
Relié
23 x 30 cm
176 pages
90 illustrations
Paru en : Octobre 2018
ISBN : 978 2 84975 538 9


Reseña del editor

     Los pintores saben cómo abrir nuestros ojos a la belleza de los árboles, su complejidad, su misterio y su fragilidad. En un hermoso libro llamado Árboles, Christophe Drénou ha reunido obras sobre el tema. Cada tabla de este libro muestra un árbol, total o parcial, real o imaginario, figurado o sugerido, pero siempre cargado de emociones y significado. Un botánico especializado en árboles, nos dirá que en la base de su vocación como botánico existe una admiración estética por la belleza de los árboles.
      Los árboles son obras de arte, con la diferencia de que no están firmados. Las prácticas que socavan su armonía son angustiosas. ¿Quién aceptaría ver a La Mona Lisa destrozada, lacerar los girasoles de Van Gogh o manchar un Renoir? Sin educación en lo bello, ¿cómo oponernos a las degradaciones estéticas de nuestro entorno? Los pintores saben cómo abrir nuestros ojos a la belleza de los árboles, su complejidad, su misterio y su fragilidad. No solo intentan representarlos, sino que también buscan comprenderlos, pensarlos y sublimarlos. ¡Y lo hacen muy bien! Sin saberlo, a veces preceden a los investigadores y abren el camino a nuevas investigaciones científicas."
     Con este libro, cada pintura brinda la oportunidad de descubrir un pintor, una obra y una característica de la vida de los árboles. Para todos aquellos que pasan frente a los árboles sin verlos o para aquellos que ya no los miran pensando que lo saben todo, queda el arte que hay que mover. 
     Christophe Drénou, botánico especializado en árboles, se graduó en el Instituto Nacional de Horticultura y Paisaje (INH, Angers) y Doctor en Ciencias (Universidad de Montpellier). Ingeniero de investigación y desarrollo en el Instituto para el Desarrollo Forestal durante más de 20 años, da conferencias en Francia y en el extranjero y también es autor de varios libros para profesionales (El tamaño de los árboles ornamentales, de por qué a cómo, IDF, 1999; Les Racines, face cachée des arbres, IDF, 2006) y el público en general (Frente a los árboles, aprendiendo a observarlos para comprenderlos, Ulmer, 2009; L'Arbre, más allá Ideas recibidas, IDF, 2016).
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jueves, 17 de septiembre de 2020

Drones y bosque

GABRIELLE LIPTON 
con IVES LAUMONIER
Potencial del uso de drones para la investigación forestal


Entrevista con Ives Laumonier, un ecologista experto en drones, en "Los Bosques en las Noticias"

    En 2012, la revista académica arbitrada Tropical Conservation Science publicó un artículo en el que anunciaba los “albores de la ecología con drones” y consideraba esta tecnología aérea como una alternativa al mapeo por teledetección satelital, gracias a sus costos competitivos y ventajas fotográficas. Desde entonces, los drones han volado velozmente a través de una nube de emprendimientos, tanto de desarrolladores como de investigadores de todos los campos, quienes están descubriendo cómo lograr una utilización óptima de estos dispositivos en su sector, además de la gestión forestal y paisajística.
          Como en el caso de toda tecnología disruptiva, el uso de drones para la investigación del paisaje forestal conlleva pros, contras, cuestiones éticas y
    horizontes prometedores. (...)

    •  ¿Cómo se interesó por primera vez en el uso de drones?
       Mosaico fotográfico de un paisaje en Borneo, resultado de una misión de vuelo a una altitud de 400 metros, que permite el análisis de la sucesión de barbechos, parcelas, cultivos mixtos y cultivos alimentarios. CIFOR Photo / Yves Laumonier.
    Mi formación universitaria es ecología vegetal y mapeo de vegetación, pero también soy piloto de avionetas. Me encanta volar y ver la tierra desde el aire, creo que es la mejor manera de comprender un paisaje. Y los drones parecían adaptarse muy bien al mapeo de cobertura terrestre a gran escala, un sustituto de la antigua fotografía aérea, que ha sido completamente reemplazada por el uso de satélites.

    • ¿Cuándo utilizó un dron por primera vez?
          En 2016, en Kalimantan, Indonesia. Al principio no fue fácil convencer a las personas de mi oficina. Se trató de una iniciativa más bien privada. Pero una vez que les mostramos los resultados, se entusiasmaron mucho.
          Realizamos nuestros primeros vuelos de prueba cerca de la frontera entre Indonesia y  Malasia. Yo estaba muy nervioso porque hay muchos militares destacados en esa zona. Fuimos a explicarles lo que estábamos haciendo para que no derribaran el dron. Pero fue como enseñar un juguete a unos niños. Incluso nos ofrecieron permitirnos usar su helipuerto.
          Volvimos en 2017, para monitorear la dinámica del paisaje y pudimos ver qué campos se habían quemado para dedicarlos a cultivos desde 2016. Iremos nuevamente pronto. Si hacemos esto cada año, durante un tiempo, tendremos un buen estudio. Mientras tanto, vamos a escribir un artículo sobre el método que empleamos para hacer mosaicos fotográficos, medir la biomasa de los árboles y otros parámetros estructurales de la vegetación. También estamos iniciando un proyecto sobre árboles ubicados fuera de los bosques, de manera específica en las fincas, y aquí también los drones tienen un gran potencial para identificar árboles aislados y pequeñas áreas de vegetación que los satélites no siempre pueden estimar correctamente.

    • ¿Qué área puede cubrir un dron?
          Con el tipo de dron que usamos, podemos cubrir entre 2.000 y 4.000 hectáreas en una sola misión. Esto puede tomar desde tres o cuatro días hasta una semana, dependiendo del clima, pues si hay mucho viento o llueve, los drones no pueden volar.

    • ¿Cuáles son las ventajas de los drones respecto a los satélites?
          Para mí, su ventaja es que me permiten monitorear paisajes de matrices muy complejas, como los paisajes tradicionales de agricultura de quema y roza, o lugares con una intensa fragmentación de hábitats y agricultura en parcelas pequeñas. En muchos sistemas agrícolas, los árboles que se encuentran en las fincas a menudo no son más que hileras de setos. Pero para las comunidades de la etnia dayak en Kalimantan, por ejemplo, son una mezcla compleja de barbechos, cultivos mixtos, caucho y fragmentos de bosque. La mayoría de los satélites no pueden distinguirlos debido a la resolución (de 10 a 30 m), pero con un dron podemos mapear adecuadamente el patrón de estos paisajes. Es posible utilizar satélites de mayor resolución, pero es muy costoso y a menudo obtener los datos es muy difícil.
          La capa de nubes es otro gran problema para los satélites. En los trópicos húmedos, a veces se obtiene tan solo una buena imagen de un área por año, y en ocasiones ninguna. Por ello los drones surgieron como una herramienta con un buen potencial, porque se puede evitar la capa de nubes.
          Además, si estoy revisando un mapa de vegetación y no estoy seguro sobre el tipo de bosque o vegetación, solía tomarme tal vez un día hacer la verificación a pie, pero ahora puedo enviar el dron y tener una respuesta en 20 minutos. Es algo sumamente útil. Y al mismo tiempo, se pueden obtener imágenes muy bonitas y espectaculares de la vida comunitaria de las aldeas.
          Con esto no quiero decir que los drones deban reemplazar a los satélites. Hay muchos sistemas satelitales de imágenes gratuitos: Landsat, y ahora uno nuevo que se llama Sentinel. Hasta el momento, el punto débil de los drones es que no pueden cubrir un área muy amplia. Una vez me preguntaron si podía utilizar drones para mapear palma aceitera, yo les respondí: “Sí, pero ¿para qué? Basta con el satélite”. Las plantaciones [de palma aceitera] son tan grandes que realmente no es necesario [el uso de drones], a menos que el dueño de una concesión quiera saber dónde hay palmas enfermas, dónde se están amarilleando las hojas, o si algo anda mal. Los datos de los drones se pueden usar para calibrar los datos satelitales.


       Lanzamiento de un dron para el “despegue”. Los minidrones de alas fijas son más difíciles de usar que los de hélices múltiples, pero son muy eficientes en el mapeo de vegetación, pueden cubrir un área mayor y es posible recuperarlos de manera más segura en caso de falla del motor. CIFOR Photo / Yves Laumonier

    • ¿Cuál es la reacción de las comunidades locales cuando ingresa con un dron?
          En CIFOR realizamos una gran cantidad de mapeos participativos, y en el pasado hemos creado mapas de croquis del terreno junto con las comunidades. ¡Es algo bueno! Pero pensamos que el dron daría resultados más realistas y a escala. Y descubrimos que las comunidades entienden muy rápidamente los mapas de mosaicos fotográficos, porque conocen los puntos de referencia: los ríos. Entonces, con su consentimiento, producimos estos mapas y luego los llevamos de vuelta [a las comunidades] para analizarlos y realizar verificaciones adicionales sobre el terreno, y con ello obtenemos un mapa a escala adecuado, que es mucho mejor que un mapa de croquis. Se los mostramos a los gobiernos locales, y hasta ahora a todos les gustan porque son mucho mejores que los anteriores, en especial si los requieren para darles estatus legal.

    • ¿Existe diálogo entre la comunidad de investigación y la comunidad tecnológica sobre el desarrollo de drones?
         Absolutamente, en especial en agricultura… Tal vez más que en el sector forestal, las personas reconocieron el increíble potencial de los drones para el monitoreo agrícola. Los agricultores han comenzado a usar drones para controlar el estado de salud de sus cultivos, y las personas que producen drones lo tienen muy en cuenta.
          La tecnología avanza a gran velocidad. Ahora existen empresas que fabrican drones para todos los propósitos imaginables: arqueología, geología, construcción, paisajes urbanos, monitoreo de volcanes. Hay mucha competencia, y la herramienta se está volviendo muy buena. Creo que pronto tendremos más drones con exactamente los mismos sensores que los satélites: infrarrojo, Lidar, que es una herramienta integral para la medición de carbono, y he visto que acaba de salir al mercado un mini-Lidar. Tal vez intentemos instalarlo en nuestro dron.

    • En cuanto a riesgos, ¿en qué contexto generan mayor preocupación los drones: mientras los utiliza en el terreno, o más adelante, cuando publica sus hallazgos?
          Pienso que en ambas situaciones. En el terreno, hasta ahora no hemos tenido problemas porque nos presentamos ante las comunidades y obtenemos los permisos necesarios del gobierno local. Pero no estábamos en áreas de conflictos potenciales entre empresas y comunidades. Cuando volamos [los drones], vimos la minería y la tala ilegales, por ejemplo. Luego me encontré con los leñadores en el bosque, pero no hicieron preguntas: el dron vuela a suficiente altura como para que sea imposible oírlo entre el ruido de sus motosierras…
          Ya con los satélites hay que lidiar con conflictos entre parques nacionales y aldeas locales. Mostrar los datos puede ser un gran riesgo. O en el caso de la minería de oro en Kalimantan, que afecta las márgenes de los ríos: algunas áreas se han convertido en desiertos de arena blanca que ya no se pueden rehabilitar. Las empresas estarían realmente molestas si mostramos detalles de sus operaciones.
    • Éticamente, ¿está obligado a publicar sus hallazgos de todos modos?
          Yo me inclinaría a hacerlo. Siento que, como científicos independientes, necesitamos mostrar lo que está sucediendo, observar la degradación del medio ambiente, etc. Es importante que sigamos haciéndolo. Creo que deberíamos ser completamente libres de publicar lo que encontremos y que sirva como evidencia.
    • ¿Cuál es tu sueño en lo que respecta a los drones?
          Un dron que pueda recolectar hojas de los árboles. Para la identificación de especies, se requiere recolectar [hojas] de árboles de 60 metros de altura. Para ello usamos trepadores de árboles, pero siempre tengo miedo de que la persona se caiga. Es un trabajo pesado siempre. Y si los investigadores no logran convencer a los lugareños de trepar a los árboles y vuelven solo con los nombres locales de las especies, ello tiene poco valor y puede llevar a una evaluación errónea de la diversidad y la distribución de las especies. He usado monos [para la recolección], y fue genial, pero uno termina en la mira de los activistas de animales. Realmente necesitamos drones que puedan recolectar ramitas y hojas del dosel, ese sería mi dron soñado.
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    lunes, 14 de septiembre de 2020

    Takahashi en Kagawa, el cronista de Japón (033)

    TAKAHASHI HIROSHI (Japón, 1960)
    El gran alcanforero de Shishijima (prefectura de Kagawa, Japón)
    Especie: Kusunoki (Cinnamomum camphora), familia Lauraceae, género Cinnamomum)
    Dirección: Shishijima 172, Takuma-chō, Mitoyo-shi, Kagawa-ken 769-1109
    Perímetro del tronco: 11,64 m.   Altura: 28 m.     Edad atribuida: 1.200 años
    Designado monumento natural de la prefectura de Kagawa
     Tamaño: ★★★★★   Vigor: ★★★★★  Porte: ★★★★★   Calidad del ramaje: ★★★★★     Majestuosidad: ★★★★

    Shishijima es una isla de 3,8 kilómetros de contorno situada a 5,5 kilómetros al noroeste del puerto de Takuma, en la ciudad de Mitoyo (prefectura de Kagawa). Encontraremos allí el gran alcanforero de Shishijima (Shishijima no Ōkusu), que se ha convertido en el gran símbolo de esta minúscula isla.
          En su momento de mayor auge la isla, en cuyos mares circundantes hay excelentes caladeros, alcanzó una población de 1.000 habitantes, pero desde el periodo de rápido crecimiento económico conocido como el “milagro japonés” comenzó a despoblarse y hoy en día se dice que apenas viven en ella 10 o 15 personas.
          Es, pues, una islita silenciosa, rara vez visitada por forasteros, pero en todos sus rincones pueden verse tableros informativos que nos guían hacia el gran alcanforero, evitando que nos extraviemos, lo cual es de agradecer. Hay que partir del puerto, dejar atrás el viejo caserío y, sin más preámbulo, acometer una dura subida que nos llevará unos 20 minutos a pie. Allí encontraremos el alcanforero, que, con sus grandes ramas que se extienden horizontalmente, semeja una gran mano que estirase los dedos a más no poder. El porte de este árbol es realmente magnífico y en cuanto a vigor tampoco se puede pedir más, pues no presenta ningún hueco. Uno se emociona ante esa figura con la que parece dar la bienvenida al visitante.

          Se dice que, hace mucho tiempo, este árbol fue engullido por un corrimiento de tierras y que los terrenos alrededor de su base se elevaron y todavía se elevan cinco metros sobre su nivel original. Con esto el misterio de su extraña forma, con una rama partiendo horizontalmente desde la misma base, puede darse por resuelto. Cabe pensar que antes de aquel corrimiento fuera un árbol todavía más grande que el actual, un árbol que nos habría gustado mucho poder contemplar, porque probablemente estaríamos ante uno de los alcanforeros más grandes del país.
          Tanto el árbol como sus inmediaciones son objeto de una esmerada atención y la forma en que se ha conservado el entorno es simplemente conmovedora. Dicen que se afanan en su conservación más de 30 voluntarios, que acuden de los pueblos vecinos. Con sus vistas sobre el mar interior de Seto, que son magníficas, se ha conseguido un paisaje realmente soberbio, en el que el tiempo parece haberse detenido. Un alcanforero que, quien no tenga que estar pendiente de los horarios de los barcos, deseará contemplar horas y horas.

    Número 033 del mapa  
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    viernes, 11 de septiembre de 2020

    Un naranjo sin culpa, del narrador de historias

    TOMÁS CASAL PITA
    Un naranjo sin culpa
     
    (...) Al norte de La Coruña en el Ayuntamiento de Ortigueira está Pazo de Brandaríz. Se trata de una finca cuyo caserón originario del siglo XV, ha pasado a nuestra historia moderna por un árbol. Allí, en el jardín de la Capilla, crece un naranjo que tiene el número 33A en el catálogo de “Árbores Senlleiras de Galicia” con el nombre de “Naranjo Obsceno del Pazo de Brandaríz”. 
         Se trata de un naranjo amargo, aparentemente normal, que produce unos frutos “descarados” que se cubren de protuberancias e imitan órganos sexuales humanos. Las modificaciones afectan también al interior y la distribución de los gajos pierde la orientación radial típica de los cítricos. Si bien la gente es reacia a su consumo, los propietarios hacían confituras con ellos. La presencia de este singular cítrico se remonta al menos al siglo XVIII y entra de numerosas maneras en el imaginario popular. Existe una versión según la cual un obispo de Mondoñedo (Diócesis a la que pertenece) entabló y ganó un pleito con los propietarios hasta conseguir que tan obsceno árbol fuese cortado, porque estando en terreno muy próximo a la capilla, ofendía a Dios. Por algún motivo (semilla, raíz, o lo que fuese) nació otro árbol en un lugar próximo (el actual) con las mismas características que el cortado, ante lo cual el propietario solo manifestó que no era posible cortarlo, puesto que ya había quedado muy claro que su existencia era por la voluntad misma de Dios.
          Ya se sabe que en terreno de leyendas, siempre hay múltiples versiones. Según algún investigador, en el Archivo Diocesano, no se conserva noticia alguna de tal pleito. Según una nota de prensa del siglo XIX, la muerte del naranjo fue debida a un rayo pero, antes de que se notase su ausencia, ya otro ejemplar próximo producía el mismo tipo de frutos. Sea como fuere, todas las versiones apuntan a esa dualidad de árboles. En fenómenos así, incluso han entrado los parapsicólogos (cuestión de gustos y creencias) que dan al fenómeno el nombre de “ideoplastia”, siendo citado también un limonero en Laredo (Cantabria) cuyos frutos tenían forma de pata de perro, presuntamente por haber enterrado un animal de estos bajo el árbol. (... ) Así mismo, les ruego no confundan este fruto con el cidro “mano de Buda” o con los limones atacados y deformados por el “ácaro de las flores”. A nivel más serio, podemos decir que se trata de una variedad de naranjo amargo (Citrus aurantium L. var. corniculata Risso) conocida desde el siglo XVI-XVII como Aurantium hermafhroditum sive corniculatum, que en Bari (Italia) recibe el nombre popular de auraci masci e femminé, y que figura en la colección de cítricos del Jardín Botánico de la Universidad de Nápoles.

    Fotos formación de los libros “Árbores e formacións senlleiras de Galicia” (2009) y de “Árboles monumentales en el patrimonio cultural de Galicia” (2003), editados por la Xunta de Galicia.



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    miércoles, 9 de septiembre de 2020

    Tamadaba resucita

    MARÍA SANTOS
    Tamadaba resucita un año después


    Termina una semana de auténtico inferno para las islas afortunadas. El archipiélago canario se ha enfrentado nuevamente a un episodio extremo de altas temperaturas, polvo sahariano en suspensión, apenas humedad y vientos fuertes del este. Ingredientes que encienden todas las alarmas por riesgo extremo para la salud y de incendios.
          Durante el miércoles 26 de agosto se superaron los 40 grados en las medianías, zonas interiores de las islas por encima de los 300 metros de altitud, de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, por la noche no se bajó de 30 grados en algunos puntos del archipiélago donde la temperatura mínima fue de 32 grados centígrados.
          La situación geográfica de las islas, su relieve con elevadas montañas y barrancos, que acumulan calor en esas simas y provoca subidas súbitas de temperaturas, ponen al archipiélago ante uno de sus mayores riesgos, agravados por el cambio climático, la sequía, el cambio en el territorio o el abandono del sector primario: el fuego.
          Esta semana se cumplía un año de uno de los peores incendios vividos en las Islas Canarias de los último 30 años, y, sin duda el más grande de los registrados en 2019 con una extensión de 78 kilómetros de perímetro, desde Valleseco al Parque Natural de Tamadaba y 12.000 hectáreas calcinadas.
          Más allá de la superficie quemada el fuego de Gran Canaria es considerado como “el peor incendio forestal de los últimos años en España” porque afectó a un “rico patrimonio natural, numerosas especies endémicas y amenazadas y que es vital para el abastecimiento de agua potable en la isla”.

          Poco antes del triste aniversario, y en vísperas de ponerse al frente del incendio que estos días ha consumido parte de La Garafía en la isla de La Palma, el jefe de Emergencias, Federico Grillo, detalló que el incendio del año pasado se llevó por delante el 32% del Parque Natural de Tamadaba, pero “se está recuperando sin problema, incluso ya se pueden ver muchísmos rebrotes y pinocha”.
          Ya explicaba a este medio el año pasado la importancia de las especies endémicas del archipiélago, como los madroños, las fayas o el pino canario, un árbol ignífugo con una gran capacidad de recuperación tras el paso de las llamas.
     

    Perfil del pino canario
    Pinar de Tamadaba, Gran Canaria
    Características: El pino canario (Pinus canariensis) es una conífera única en el mundo, que crece solo en Canarias y tiene la capacidad, a diferencia de otros pinos, de ser relativamente tolerante al fuego y ser capaz de reverdecer después de un incendio. De porte piramidal, puede alcanzar los 40 metros aunque lo normal es que se sitúe entre los 15 y 25 metros. En Canarias existen ejemplares monumentales, como los famosos pinos de Villaflor, en Tenerife, que llegan a los 60 metros. Sus hojas son aciculares, finas y aparecen agrupadas de tres en tres.
    Hábitat: Es un árbol que se adapta a superficies muy variadas y es capaz de desarrollarse en paredes de roca casi verticales. La especie,se extiende por Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro. También existen plantaciones en el área mediterránea, y en algunos puntos de EEUU como California, todos ellos, lugares de clima templado-cálido.
    Distribución: El 60% de toda la superficie forestal de Canarias (unas 120.000 hectáreas) está poblada por esta especie.
    Situación: Los pinos canarios pueden formar bosques mixtos, con palmeras y sabinas (zonas cálidas) o con brezos y fayas (zonas húmedas). También puede extenderse en grandes extensiones de bosque como especie predominante.
    Usos: Su principal uso es la reforestación aunque también tiene aplicaciones ornamentales. La pinocha se usa como cama de ganado y para abonar huertas.
    Amenazas: Le perjudica el cambio climático, los incendios demasiado frecuentes y las plagas.

         Hoy, poco más de 365 días después, gracias a la contribución de 150 ciudadanos anónimos podemos constatar la evolución de las zonas afectadas por los incendios forestales de agosto de 2019 que el proyecto Fénix realiza desde noviembre enviando sus fotografías desde alguno de los 16 puntos de observación (tótems) que ha instalado en las cumbres.

    Deetalle del incendio de Gran Canaria y del área del parque natural de Tamadaba uniendo capturas de luz visible e infrarrojos. Foto: Agencia Espacial Europea
          Gestionado por un equipo multidisciplinar, ajeno a la administración pero impulsado por el Cabildo de Gran Canaria, Fénix Gran Canaria estudiará al menos hasta octubre de 2021 las distintas velocidades y condiciones de recuperación de la flora y las ha analizado con motivo del primer aniversario de los tres fuegos que quemaron unas 12.00 hectáreas y obligaron a evacuar a 20.000 vecinos de distintos municipios.

    Tamadaba 

    En Tamadaba, el pulmón de la isla, allí donde el coordinador de la lucha contra el fuego, Federico Grilllo, llegó a decir que el incendio “era inextinguible y que ningún hombre era capaz de detener esas tormentas de fuego”, el estado de recuperación es bueno tras este incendio de sexta generación.
    Bomberos en 2019
    Tamadaba
         El suelo está cubierto por especies herbáceas arbustivas como las Jaras, Corazoncillos o Gamonas, características estas por su floración blanquecina tras un incendio. Las huellas en este pinar son variables y menores a medida que se entra en su interior.
          El grado de recuperación del arbolado es alto, dominando de nuevo el verde general pese a las cortezas ennegrecidas.
    Sin embargo, afirma el informe de Fenix Gran Canaria, el daño “es apreciable en algunas repoblaciones de enriquecimiento” aunque con muchos nuevos brotes.
          En masas jóvenes o repobladas con especies de sotobosque de monteverde se han producido daños al observarse brotaciones basales. Algunos ejemplares no han sobrevivido, no por el efecto de las llamas sino por una exposición prolongada por un paso lento de las llamas. La recuperación de las masas adultas de pinar es bueno, con abundante rebrote de acículas (hojas).

    Artenara

    Artenara 2020. Fenix Gran Canaria En Artenara y Tejeda los incendios, junto a la crisis sanitaria de los últimos meses, han supuesto “un duro golpe para la población” y para la apuesta por el turismo de
    Artenara 2020
    naturaleza, natural y gastronómico del que se sustenta la región, concluye el informe del proyecto Fénix.
          En Artenara, ”la marca sobre el paisaje y sobre todo sobre las conciencias de los vecinos sigue siendo patente”. Allí el incendio despejó bancales abandonados que evidencian su potencial agrícola.
    Desde Lugarejos se ve cómo el abandono agrícola y la proliferación del matorral y el cañaveral son mechas para conducir el fuego, usando las pendientes como lanzaderas hacia Tamadaba.
          Albarrada o bancal de piedra para contener la erosión del suelo Desde Las Hoyas o El Sargento, se observa cómo castigó al pinar canario repoblado y que a estas masas les está costando recuperarse y precisen de claras para ganar fuerza.
          Además, «gran parte del suelo permanece desprotegido», por lo que se ha hecho un esfuerzo para construir albarradas (bancales sostenidos por un muro de piedra sin argamasa) para contener la erosión.
          En Tejeda, donde la población tuvo que ser evacuada en dos ocasiones, el paisaje se ve «muy recuperado y sólo se ha echado en falta el esplendoroso florecer de los almendros de comienzos de año». Bajo Riscos de Chapín aún se aprecian las manchas sobre las rocas dejadas por el fuego y también se notan desde el mirador de Los Almendros.

    Evolución de la vegetación en la zona 0 de Tamadaba | Foto: fenixgrancanaria
    Valleseco: zona cero del incendio
          En la zona cero la intensidad del fuego fue elevada por la presencia de barrancos con mucha pendiente que provocan mayor longitud de llama, mayor velocidad de propagación y un efecto chimenea.     Desde Cueva Corcho la vista sugiere un alto grado de recuperación, «pero se trata de vegetación herbácea anual y helechal que rebrota por las buenas condiciones del fondo de barranco».
          En las laderas observables desde Galaz o Montaña Pajaritos los efectos «son notables» porque afectó a pino radiata que no rebrota como el autóctono. De hecho, en algunas zonas ya empezó su tala para ser repobladas en invierno con especies canarias.
         También se ven madroños, fayas o pinos canarios repoblados hace 10 años logrando rebrotar, «lo cual es un ejemplo claro de la resistencia y adaptación de la flora canaria».



           En la dorsal de la cumbre que va desde cerca de los pinos de Gáldar hasta la dorsal que separa las vertientes Norte y Sur, desde Doña Paca, en la trasera del Monte de Pavón, se nota un gran rebrote del helecho en una ladera repoblada hace 12 años con monteverde desarrollado que aún no ha rebrotado y debe despuntar en unos meses sobre el helechal.
          Desde Fuente Fría, pese al rebrote de especies herbáceas tapizantes, todavía se ven marcas del incendio: olmos con una profusa brotación de raíz y pinos radiata calcinados que aprovechan los pájaros carpintero.

    Evolución de la vegetación en la zona 0 de Tamadaba | Foto: fenixgrancanaria
    Evolución del Pinar de Tamadaba
          Vista desde Cueva Caballero la recuperación «está siendo algo más lenta, con un tímido rebrote del pinar más afectado y ejemplares dispersos de alelíes y salvias». En este pinar de repoblación las quemas prescritas lograron que, pese a la intensidad del fuego, «algunas copas siempre permanecieron verdes».
          El incombustible corazón de Gran Canaria Tras un recorrido por los últimos 20 años de historia de incendios en Gran Canaria, solo tres han generado la mayor superficie quemada: el de 2007 (18.000 hectáreas), el de 2017 (2.000 hectáreas) y los de 2019 (9.800 sumando el de Artenara y Cazadores).

          Pero si echamos la vista atrás, la joya forestal de Gran Canaria que llevaba treinta años sin vivir un incendio hasta 2019 sufrió una docena de quemas en 160 años.
          1860 es el primer año que queda registrado en un documento oficial un incendio de Tamadaba. Pero realmente el primer gran fuego recogido por la prensa local data de julio de 1861. Lo anecdótico del mismo es que la población de la Isla se enteró días después de que comenzase gracias a que las llamas fueron atisbadas por la tripulación y pasajeros de la goleta ‘Tinerfe’ cuando se dirigía hacia el Puerto de Las Nieves. Ese fuego acabó con todo el monte de Tamadaba desde Artenara.
          La Reserva de la Biosfera de Tamadaba llegó a sufrir seis incendios en siete años, desde 1919 hasta 1936. Algunos de ellos llegaron a quemar el pinar al completo. Pero éste renacía una y otra vez y de su extinción siempre se encargaban los vecinos de Agaete y Artenara, quizá los réditos obtenidos por ganaderos y agricultores favorecieran estos “fuegos regeneradores”.
          El 28 de julio de 1959, las llamas aparecieron en el llamado Lomo de la Diferencia cuyo sendero dirige hacia las Presas de Lugarejos y Los Pérez. En ese fuego, los jóvenes que se encontraban en el Campamento del Frente de Juventudes se convirtieron en los héroes del momento, ya que fueron los primeros en atacar a las llamas hasta que llegaron los refuerzos, de nuevo, desde Agaete y Artenara.
          El siguiente de importancia ocurrió el domingo 7 de agosto de 1988 obligó a evacuar a 200 personas y quemó 4 kilómetros de terreno y 200 hectáreas de pinar.


           Aunque parezca que la resistencia del pino canario no tenga fin y la capacidad regeneradora de las tierras volcánicas de estas Islas Afortunadas sea infinita no hay que bajar la guardia.
         En esta ocasión el pino isleño responde nuevamente y la fortuna vuelve a sonreir a Tamadaba con unas temperaturas suavizadas por el paso de los alisios que recorren la isla de Gran Canaria, que otra vez verá reverdecer, como ave Fenix de las cenizas, su pulmón verde y su fuente de agua.

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    lunes, 7 de septiembre de 2020

    El cardón cuicateco

    JOEL Y NELY en CuicatecoSoyYo
    El cardón cuicateco

    Desde que nací he procurado los días de lluvia y el ligero rocío de las mañanas frescas.
         Con mis grandes raíces me he aferrado al suelo y resistido los intempestivos vientos. Mis brazos de candelabro han soportado el cabello dorado del sol que se funde en la inmensa tierra colorada y mis rígidas espinas han logrado defenderme de los depredadores más feroces.
         He sido hogar de aves y mamíferos, y les he brindado alimento en los días difíciles de su existencia.
         En cientos de años, he visto pasar un sin fin de caminantes y nacer y morir miles de plantas y animales.
         He visto la guerra, la ira del hombre y he contemplado la destrucción de los bosques y los ríos, he llorado y compartido el sufrimiento de mis hermanos, observando cómo han sido heridos de muerte sin razón.
         No veas solo la apariencia de este afable y vigoroso cuerpo, busca en mi interior y encontrarás al ser semejante a ti, que comparte el mismo orgullo de nacer en esta tierra, el que te pide respeto; porque estoy aquí como tu, para enaltecer a mi región; para soñar, sentir y compartir, porque soy Cuicateco y merezco vivir.


    Este cardón gigante (Pachycereus weberi) ramifica cerca del suelo y tiene un crecimiento más rápido que el saguaro (Carnegiea gigantea). Resiste hasta -2º.
     Esta foto de 1895 de Leon Diguet es de otro tipo de cardón -Pachycereus plingle- del norte de México - Baja California
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    sábado, 5 de septiembre de 2020

    El sahuaro de la "Expo 92"

     JOSÉ ELÍAS BONELLS
    Una joya botánica abandonada a su suerte

    Paseando por el recinto actual de lo que fue la Exposición Universal de Sevilla Expo 92 me lo encontré, solo, aislado, triste junto al Pabellón de Méjico, sin ninguna protección, ningún cartel que describiera sus orígenes y su existencia en la ciudad, un “cacto “para muchos, una joya botánica para los amantes de la naturaleza.
          Estas plantas singulares tienen su historia, que debe ser contada a las futuras generaciones. Han pasado solo treinta años de su llegada a Sevilla, se trata de un sahuaro. -Carnegiea gigantea-, procedente del Valle de los Gigantes de Mexicali en Nueva California, México; que fue regalada a la ciudad con motivo de la celebración del certamen, junto al Pabellón que representaba al país en la Exposición Universal.
          Me valgo del reportaje escrito en el blog Esa Sevilla con la colaboración de Dña. Concepción Guzmán (Mexicali, México) por su aportación para la elaboración del mismo para dar a conocer el valor y la importancia de esta joya botánica.
         

    El reportaje dice así:
          VINO PARA LA EXPO Y SE QUEDÓ A VIVIR EN LA CARTUJA. -31 de mayo de 2008   

           Pocos saben de su existencia, pero en la Cartuja tenemos un cactus que tiene 14 metros de altura, un peso de 18 toneladas y cientos de años de edad, 1500 según algunas estimaciones.
          El cactus gigante, también llamado Sahuaro o Cardón, fue un regalo del gobierno de México a España y se situó en el hermoso jardín del pabellón mexicano diseñado por Juan Siles Aguilera.
          Trasladar el Sahuaro a Sevilla fue toda una odisea. Primero se seleccionó el ejemplar de entre los cientos que hay en el Valle de los Gigantes de Mexicali, en Nueva California.
          Se escogió el que se encontraba en mejor estado de entre los más esbeltos que además tenía una historia curiosa puesto que en 1975 ya se barajó la posibilidad de trasladarlo al Ayuntamiento de Mexicali por su belleza, aunque se desechó la idea por su coste y su complejidad técnica. En su lugar se erigió una réplica en hormigón.
          El 14 de diciembre de 1991 comenzaron los trabajos para trasladar el cactus a Sevilla. La noticia corrió como la pólvora entre los habitantes de la zona. Muchos se sintieron orgullosos de que algo suyo viajara a España para representar a su país en la Exposición Universal pero también hubo otros que se manifestaron en contra e intentaron impedirlo, incluso se trató el tema en el Congreso del Estado suspendiéndose los trabajos el 23 de enero.
          Un mes después se reanudaron al asegurar los técnicos que el cactus no sufriría ningún daño al ser extraído completo con sus 10 metros de raíces. Para conseguirlo se diseñó una enorme jaula metálica y se trabajó sin descanso, día y noche.
          La extracción del cactus se convirtió en un acontecimiento mediático y prensa y televisión informaban de la marcha de los trabajos. Cientos de personas, muchos de ellos turistas norteamericanos, se trasladaron hasta el Valle de los Gigantes para ver los trabajos in situ.
          La polémica surgida en torno al traslado del cactus provocó que el congreso mexicano declarara el lugar Santuario de los Cardones gracias a lo cual la zona está actualmente protegida y es punto de atracción turística.

    Labores del trasplante del sahuaro

                
         El 17 de marzo y con la ayuda de tres grúas se consiguió extraer el cactus. El cajón ideado para las raíces se rellenó de material sintético para mantenerlo húmedo.
    Para trasladarlo se utilizó un tráiler de treinta ruedas que sufrió un hundimiento en la arena del que tuvo que ser auxiliado por varias grúas, algunas de las cuales también sufrieron las consecuencias del desierto.
          El día 18 de marzo el cardón llegó a la localidad de San Felipe donde miles de personas esperaban para despedirlo entonando cánticos populares. Algunos grupos ecologistas intentaron boicotear el acto. En la jaula del cactus se leía la inscripción:

    “SAHUARO, SAN FELIPE, B. C. PUEBLO NATAL, TE DESEA FELIZ VIAJE A ESPAÑA”
          Si la extracción del cactus fue una odisea, el viaje no lo fue menos debido a la precariedad de las carreteras de la zona, a lo especial del transporte y a la inminente fecha de inauguración de la Expo. Para colmo los ecologistas esperaban en el puerto de Veracruz para sabotear la salida. ¡¡¡NO LLEGARÍAN A TIEMPO!!!
          Pero cuando todo estaba perdido ocurrió el milagro, un avión ruso se encontraba varado en San Diego por falta de dinero. Juan Siles llegó a un acuerdo económico con ellos para el traslado del cactus desde Hermosillo (Sonora) hasta Sevilla.

          El tráiler tuvo que recorrer unas treinta horas más de viaje y la jaula se resintió, por lo que tuvo que ser reparada. El cactus llegó al aeropuerto de Hermosillo el día 21 de marzo escoltado por la policía federal.
          Una vez cargado en el avión éste despegó rumbo a Miami (Florida) donde hacía escala sin percatarse de que dentro viajaba uno de los técnicos del traslado, Alfredo Silvestre, que estaba terminando de ajustar la jaula dentro del avión y que al no hablar inglés no entendió las indicaciones de los pilotos, por lo que se encontró viajando a España sin equipaje y sin pasaporte, ni dinero.
          En la noche del día 22 el avión partió de Miami hacia el aeropuerto de Sevilla donde llegó en la mañana del 23 de marzo de 1992. Las autoridades españolas se encontraron con Alfredo en el avión que les declaró que estaba muy cansado y que había perdido la noción del tiempo, pero que estaba muy feliz de estar en la madre patria a la que traía un presente milenario para la Expo. La policía se hizo cargo de la situación de indocumentación del técnico concediéndole un permiso especial: “Estás en tu casa, como mexicano eres bienvenido a España”.
          Pero los problemas no habían acabado, no se encontró ninguna grua adecuada para descargar el cactus y hubo que hacerlo con las propias del aeropuerto y la ayuda de decenas de voluntarios que arrastraron la jaula fuera de la pista para que el aeropuerto pudiera seguir operando.
          Por la tarde un tráiler trasladó el cactus a la Isla de la Cartuja donde continuaron los problemas al no poder entrar por el puente del Alamillo y tener que desviarse por la recién construida ronda Supermartes. Al llegar al pabellón, más inconvenientes, el acceso a la zona donde debía colocarse estaba bloqueado y había que contratar dos enormes guas para elevar el sahuaro por encima del pabellón de México.
          En la tarde del 23 de marzo el bello ejemplar quedó colocado en su lugar definitivo, momento en el que Alfredo por fin pudo respirar tranquilo. Jacinto Pellón invitó al técnico mexicano a visitar las obras de la Expo y se hizo cargo de los gastos de estancia y repatriación de Alfredo. Pero el pobre hombre al llegar a Estados Unidos fue arrestado por no llevar documentación y tuvo que mediar la embajada española ya que la historia que el hombre contaba de que había llevado un cactus gigante a España como que no era muy creíble. Le dejaron ir no sin antes multarle con con 90 dólares.
          Durante los seis meses de la Exposición Universal el sahuaro gigante lució en todo su explendor junto al pabellón de México donde los visitantes se hacían fotos ignorando la odisea que supuso traerlo a Sevilla. Después, como tantos otros legados de la Exposición, quedó en el olvido…, aunque ahí sigue el sahuaro, aclimatándose como puede al clima sevillano.
          Vino a visitar la Expo y se quedó a vivir entre nosotros regalándonos cada día una de las imágenes más evocadoras de las que se puede disfrutar en la Cartuja. Creo que ya va tocando que las autoridades muestren interés por él y se le dote de unos cuidados periódicos y de un mantenimiento que asegure su supervivencia.

    Así finaliza el reportaje, con el comentario de un ciudadano en el año 2013:
    Sahuaro recien plantado
         
    Desde 1992 vive en Sevilla un saguaro gigante (como los del Coyote y el Correcaminos) trasladado por las autoridades mexicanas por motivo del expo de ese mismo año, desde entonces uno de los pocos saguaros gigantes que sobreviven fuera de su ecosistema sufre la dejadez y desidia de la administración andaluza.
          Hoy doy un toque de atención a quien corresponda para que el sahuaro reciba las atenciones y el mantenimiento adecuado, abonos, oxigenación de raíces, riegos etc… que hagan falta para conservar este monumento vegetal que con tanto cariño nos envió Méjico.
          Vino como cardón Pachycereus pringlei y se le conoce también como “Sahuaro gigante", pero las características son distintas de la Carnegiea gigantea que es el que está plantado en Sevilla, especie endémica del desierto de la Baja California y Sonora.
          La cactácea de mayores dimensiones del mundo, Carnegiea gigantea (Engelmann), Saguaro o cactus gigante, tiene tallos de más de 25 cm de diámetro, más anchos donde surgen las ramas proximales. Flores usualmente terminales, 6.5-8.5 cm diam.; escamas en tubos de flores ampliamente triangulares a redondeadas, verdes con ápices rojos; ovario con lóculo a 25 mm; filamentos blancos, cortos; anteras bronceadas. Semillas: testa delgada. 2n = 22. Floración desde principios de mayo hasta finales de junio. Desierto de Sonora.
          En su hábitat Carnegiea gigantea, el saguaro (también llamado sahuaro) es el cactus norteamericano más conspicuo y más estudiado. Es el cactus más alto de la flora, de hecho, estos son los árboles más altos de los desiertos de los Estados Unidos.
          Sus flores, que se abren dos horas después de la puesta del sol y son visitadas de noche y durante el día por una gran variedad de posibles polinizadores, incluidos aves, murciélagos e insectos, que en conjunto contribuyen a la producción de frutos.
          Las frutas y semillas de Saguaro son alimento importante para la vida silvestre. Los pájaros carpinteros y los pequeños búhos anidan en los tallos. El tejido cicatricial que se forma alrededor de las cavidades de
    nidos excavadas en tallos de saguaro se encuentra más tarde entre los restos de un saguaro muerto como una concha dura y marrón conocida como “bota de saguaro” debido a su forma. Las observaciones descuidadas o distantes de los frutos rojos brillantes dehiscentes son responsables de informes anuales y erróneos de “saguaros de flores rojas”. La pulpa de las sabrosas frutas es comestible, y durante siglos los frutos, disponibles durante la mitad del verano, han sido cosechados por los nativos americanos como un alimento anual confiable para producir vino, mermelada y obtener semillas. El saguaro es la flor del estado de Arizona.
         Conocida su historia y sus aventuras para traer tan insigne monumento a la ciudad de Sevilla, bien vale que se identifique con un cartel informativo que relate la trascendencia que supuso el regalo a la ciudad de una cactácea excepcional datada de mas de 1.500 años, que se la proteja y cuide como la joya botánica que es.
    LA SEVILLA CULTURAL AGRADECERÁ TODO CUANTO SE HAGA EN BENEFICIO DEL SAHUARO.

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    ---Foto del 18 de Abril de 2021---
     
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