Perpetua encarnada
Tiemblan los intrincados jardines
"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti. A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
"At the foot of a tree, immediately in front, a heap of feet, legs, arms, and human fragments, cut, bloody, black and blue, swelled and sickening–in the garden near, a row of graves."
Su hermano, que sólo había sufrido una leve herida en la cara, no estaba allí, pero Whitman se quedó el resto del mes curando las heridas de los soldados y leyendo y escribiendo cartas para ellos. Después fue a Washington y siguió atendiendo a los heridos. Escribió sus pensamientos en trozos de papel manchados de sangre. Sus impresiones, publicadas en un libro de versos en 1865, tomaron forma en su poema tierno, compasivo e inquebrantable, “The Wound-Dresser".Hoy, las mismas Catalpas, ahora nudosas y curtidas, siguen en pie. |
En los últimos años el cine, la literatura, e incluso la ciencia, le ha dado vueltas a la posibilidad de resucitar especies extintas, como los mamuts o los dinosaurios, mediante la integración de su ADN en embriones de especies similares.
La resurrección de la Palmera Datilera de Judea no tiene nada ver con esta técnica, pero el resultado es el mismo: una especie que se había extinguido vuelve a la vida gracias a la ciencia... y a la asombrosa capacidad de supervivencia de sus semillas.
La Palmera Datilera de Judea era muy popular en Asia, hace 2.000 años. Aparece citada en la Biblia y el Corán, y hay escritos en donde se explica su uso como alimento, medicina, construcción, y confección de muebles, ropa y calzado.
Los historiadores han resuelto grandes misterios de tiempos remotos, como el de los jeroglíficos egipcios o el de los orígenes de la Humanidad. Pero hay otros muchos para los que no hay respuestas. Vamos a echar un vistazo a algunos de los más desconcertantes.
Era un árbol esencial en la economía de Judea cuando los romanos conquistaron la región, por eso se dedicaron a destruirlo, para acelerar la rendición de sus enemigos. Las continuas guerras en siglos sucesivos y el abandono de las plantaciones hicieron que la Palmera Datilera de Judea se diera por casi extinguida en el siglo XIV, y ya no hay referencias suyas al menos desde el siglo XIX.
Los biólogos la daban por desaparecida pero en 1963, excavando en una fortaleza que resistió la invasión romana durante años, en Masada, el arqueólogo Yigael Yadin encontró una jarra con semillas que fueron datadas con una antigüedad de más de 2.000 años.
Las semillas permanecieron en un cajón durante décadas, olvidadas, hasta que en 2005 la botánica Elaine Solowey decidió plantar una, a ver lo que pasaba. Y para su sorpresa, germinó una palmera de una especie que no existe en la actualidad, y que los científicos han confirmado que es la Palmera Datilera de Judea. El análisis también confirmó que era una palmera macho, por eso la bautizaron con el nombre de Matusalén, en honor al personaje de la Biblia que vivió 969 años.
Para recuperar la especie se necesiban palmeras hembras, así que la botánica Sarah Sallon contactó con arqueólogos para ver si habían encontrado más semillas en otras excavaciones. Aparecieron 30 más en Qumran.
En 2011 plantaron varias de ellas, y germinaron varias palmeras datileras de Judea, machos y hembras, que también recibieron nombres bíblicos: Jonás, Adán, Judith, Uriel, Booz y Hannah.
En 2017, cuando los árboles ya producían flores, polinizaron a la palmera Hannah con el polen de Matusalén, y en 2018 germinaron los primeros frutos. Sus semillas ya se han plantado y ya se han obtenido nuevas palmeras. En este vídeo puedes ver la recolección de dátiles de algunas de ellas.
Ahora el futuro de las Palmeras Datileras de Judea parece asegurado. Todo gracias a unas semillas de hace 2.000 años, que consiguieron germinar dos milenios después de abandonar el árbol. Un auténtico milagro de la Naturaleza, con un poco de ayuda de la ciencia. ¿Ocurrirá algún día lo mismo con los mamuts o los dinosaurios?
La ancestral tradición vitivinícola de la localidad vallisoletana de Nava del Rey motivó el florecimiento de talleres e industrias que procuran las herramientas necesarias para la producción del vino. Desde 1941, la Tonelería Burgos desarrolla un papel fundamental, ya que proporciona las barricas de roble que, con el paso de los años, convertirán el mosto en buen vino. Las exigencias de los tiempos han motivado la industrialización del proceso de elaboración de los toneles, pero Mariano Burgos conserva frescos los conocimientos de antaño y nos recreó en 2007 la fabricación artesanal que comienza con la elaboración de las duelas, las tablas que darán forma a los barriles.
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Rafael Cabanillas nos acerca África a través de uno de sus iconos más reconocibles, el Baobab. Este peculiar árbol será el hilo conductor de un encantador relato, en el que los niños africanos, verdaderos quijotes del planeta, luchan cada día contra los molinos del hambre y la pobreza. Con una excelente calidad y acabados.
TAKAHASHI HIROSHI (1960, Japón)
El Kubikake Ichō de Tokio
El municipio de Chiyoda (uno de los 23 ku o distritos de Tokio) es la
zona central por excelencia de la metrópolis. Sí, hasta en un lugar
como este podemos hallar un árbol gigante. Saliendo de la estación del
metro de Hibiya, nos dirigimos hacia la parte donde el parque de Hibiya
colinda con los jardines exteriores del Palacio Imperial (Kōkyo Gaien).
Emplazado entre grandes avenidas que alojan edificios gubernamentales y
oficinas centrales de muchas grandes empresas, este parque es un oasis
de paz para quienes trabajan en el área. Como puede verse en los mapas
situados en el propio parque, exactamente en su centro se alza un ichō (Ginkgo biloba) que recibe el curioso nombre de Kubikake Ichō (Ichō
de “me juego el cuello”). Es uno de los ejemplares más grandes que
pueden encontrarse en la capital. Está justo delante del Matsumotorō, un
restaurante con mucha historia, famoso por su solidario “arroz al curry
a 10 yenes el plato”, al que el árbol sirve como símbolo viviente.
Contemplarlo desde un asiento de terraza mientras se almuerza es un
pequeño lujo al que no cabe resistirse.
En los últimos tiempos, gracias al boom de la “espiritualidad”, este árbol ha sido foco de atracción como nuevo power spot
(lugar que irradia energía positiva) y no dejan de llegar mujeres a
formular sus deseos. Las anécdotas que rodean este árbol han contribuido
también a darle popularidad. Antiguamente se alzaba en otro lugar, en
el cruce de Hibiya, donde su existencia se vio amenazada por los planes
de ensanchamiento de las calzadas. Salió entonces en su defensa el
ilustre botánico Honda Seiroku, verdadero padre del parque de Hibiya,
quien dijo que lo trasplantaría –como de hecho lo hizo– aunque tuviera
que “jugarse el cuello” por ello. De ahí el impactante nombre, uno de
esos que no se olvidan fácilmente. Todavía se cuenta la hazaña que
supuso transportar el gigantón a lo largo de los 450 metros que separan
el cruce de su actual emplazamiento y coronar la operación con el éxito.
Actualmente el árbol ha recobrado la gracia que mostraba antes del
traslado y todavía parece dispuesto a seguir ganando altura y grosor de
tronco. Ahí continúa el Kubikake Ichō, a despecho de todos los gases de
escapes y de todas las vibraciones e incordios propios de un gran centro
urbano. El capricho humano lo obligó a adaptarse a un entorno
completamente distinto, pero ha sido a costa de ese sacrificio como se
ha ganado la predilección de la gente. Extraño destino el de este árbol.
Selenicereus hamatus (Scheidw.) Britton & Rose es una especie de planta fanerógama de la familia Cactaceae. Es endémica de México, Se circunscribe a ciertas áreas donde es muy abundante. Es una planta perenne carnosa expansivo con tallos armados de espinas, de color verde y con las flores de color blanco y amarillo.
No debemos confundirla con el Selenicereus megalanthus - la Pitaya, o Fruta del Dragón
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