10/17/2011

MARIA ANTÒNIA SALVÀ (Mallorca, 1869-1958) 
L'amor del lledoner extint



Pogués a la teva ombra,
mon lledoner amat,
saltant mig segle enrera
—per tu mig segle envant—
desfer la torbonada
que a mort et va portar!
Series ara l'arbre
més bell d'aquest voltant,
i jo fóra menuda,
tornada als meus quatre anys.
Vers tu rossegaria
la pell de l'ensellar,
aquella pell negrosa
com tos lledons gemats.
Quin dolç allargassar-m'hi
les hores tardorals!
En curullada embosta
ton fruit arreplegat
per terra escamparia,
joguina rodolant.
Oh fruit, verd com la fulla,
com la claror daurat
i a la fi bru, dolcíssim,
que els colomins volats
del niu, amb golosia
anaven bequejant!
Arbre de soca dura,
pomposament fullat,
que el goig de tes baldanes
donaves per l'altar;
que fores, amb la torre,
honor del vell casal;
amor de la infantesa,
no mai desarrelat,
com més la gent t'oblida
més d'enyorar-te em plau;
arbre extingit que fores
pomposament fullat,
si encara bressolessis
ma son de cap al tard!
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10/13/2011

PIERRE MÉNANTEAU (Francia, 1895-1992)
Peuplier

Peuplier, peuplier,
Arbre si bien lié
Au moindre vent qui passe,
C'est toi, qui, le premier,
Pressentis dans l'espace
Un souffle, on ne sait quoi
Qui devance le froid.

Peuplier, peuplier,
Torche d'inquiétude
Erigée en l'été
Que ton feuillage élude,
Ne me crois pas lié
Au froid de ton aubier.

Peuplier, peuplier,
Sous mon humaine écorce
J'ai mon chaud, j'ai mon froid
Soumis à d'autres lois
Que celles qui te forcent,
O toi, si bien lié.

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10/09/2011

NOELLE OXENHANDLER (California)
Woods

I wish to grow dumber,
to slip deep into woods that grow blinder
with each step I take,
until the fingers let go of their numbers
and the hands are finally ignorant as paws.
Unable to count the petals,
I will not know who loves me,
who loves me not.
Nothing to remember,
nothing to forgive,
I will stumble into the juice of the berry, the shag of bark,
I will be dense and happy as fur.
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10/04/2011

JUANA DE IBARBOUROU (Uruguay, 1892-1979)
La cuna

Si yo supiera de qué selva vino
el árbol vigoroso que dio el cedro
para tornear la cuna de mi hijo...
Quisiera bendecir su nombre exótico.
Quisiera adivinar bajo qué cielo,
bajo qué brisas fue creciendo lento
el árbol que nació con el destino
de ser tan puro y diminuto lecho.

Yo elegí esta cunita
una mañana cálida de enero.
Mi compañero la quería de mimbre,
blanca y pequeña como un lindo cesto.
Pero hubo un cedro que nació hace años,
con el sino de ser para mi hijo,
y preferí la de madera rica
con adornos de bronce. ¡Estaba escrito!

A veces, mientras duerme el pequeñuelo,
yo me doy a forjar bellas historias:
tal vez bajo su copa una cobriza
madre venía a amamantar su niño
todas las tardecitas, a la hora
en qué este cedro amparador de niños,
se llenaba de pájaros con sueño,
de música de arrullos y de píos.

¡Debió de ser tan alto y tan erguido,
tan fuerte contra el cierzo y la borrasca,
que jamás el granizo le hizo le hizo mella
ni nunca el viento doblegó sus ramas!

Él, en la primavera retoñaba
primero que ninguno. ¡Era tan sano!
Tenía el aspecto de un gigante bueno
con su gran tronco y su ramaje amplio.

Árbol inmenso que te hiciste humilde
para acunar a un niño entre tus gajos:
¡Has de mecer los hijos de mis hijos!
¡Toda mi raza dormirá en tus brazos!
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