SUSANA RODRÍGUEZ-ECHEVERRÍA Mimosas una plaga en España
La invasión de acacias australianas
como la Acacia dealbata, más conocida como Mimosa, puede
causar graves daños en los suelos de los bosques nativos españoles
“si no se apuesta por la prevención y erradicación de estas
especies en cuanto se detectan”, según alertan la investigadoras
Susana Rodríguez-Echeverría y Paula Lorenzo del Centro de Ecología
Funcional de la Universidad de Coimbra, autoras del estudio Cambios
provocados en el suelo por la invasión de acacias australianas
publicado en la revista Ecosistemas de la Asociación Española de
Ecología Terrestre. “Los resultados que presentamos en esta
investigación muestran que una vez que se ha producido la invasión
es muy costoso y difícil volver al estado original”, explican.
Rodríguez-Echeverría advierte de la
importancia de tener en cuenta este estudio en un país como España,
donde la Mimosa es la especie de acacia australiana más extendida.
“La Mimosa es una de las invasoras más preocupantes a nivel
mundial y aparece naturalizada en diversos puntos de España como la
Cornisa Cantábrica, Cataluña, oeste de Castilla y León,
Extremadura, Andalucía occidental, Valencia y las Canarias
orientales, siendo una invasora preocupante solo en Galicia”,
apunta. La autora de esta investigación insiste en que “aunque la
Mimosa todavía no constituya una amenaza seria en estas zonas su
erradicación sólo es posible en este momento, antes de que se
convierta en invasora, ya que esta especie puede convertirse
rápidamente en un problema según datos extraídos de otras zonas
del mundo”. Este estudio también señala la amenaza que
representan otras especies de acacias australianas como la Acacia longifolia, Acacia melanoxylon y Acacia saligna presentes sobre todo en puntos de la costa y
en los márgenes de autovías en zonas como Andalucía, Valencia y
Cataluña.
El suelo, ese gran olvidado
En este estudio, las investigadoras Rodríguez-Echeverría y Paula Lorenzo hacen una revisión completa
de toda la información científica disponible sobre el impacto de
las acacias australianas en los suelos invadidos. “El suelo es
muchas veces el gran olvidado en las noticias y programas sobre
conservación, sin embargo, tiene un papel esencial en el
funcionamiento de los ecosistemas”, destaca.
Uno de los principales riesgos
asociados a la invasión por acacias australianas es el aumento de la
frecuencia e intensidad de los incendios debido a que estas especies
producen una gran cantidad de hojarasca altamente inflamable que se
acumula en el suelo de los bosques. Este hecho provoca un doble
riesgo para la recuperación de los ecosistemas nativos donde el
suelo juega un papel protagonista ya que, según explica la
investigadora, “las acacias australianas producen un gran número
de semillas que pueden permanecer viables en el suelo durante 40 años
y la existencia de fuego actúa como un estimulante para la
germinación de las semillas de esta especie que tras un incendio
pueden invadir rápidamente el espacio abierto”. Esto hace que la
recuperación de una zona invadida por acacias bien establecidas se
convierta en una tarea muy complicada, en palabras de
Rodríguez-Echeverría “no basta con una intervención que elimine
los árboles existentes sino que depende de acciones regulares para
destruir las nuevas acacias que se establecen en estos espacios”.
Además, según muestra este estudio, las consecuencias de las
acacias invasoras en los bosques nativos van mas allá de los
incendios, esta especie altera la fertilidad de suelo y disminuye la
disponibilidad de agua para otras plantas, cultivos agrícolas o
forestales, e introducen bacterias nuevas en los suelos invadidos que
pueden tener un efecto negativo sobre las plantas nativas.
La “macdonaldización de la biosfera”
Durante las últimas décadas el ser
humano ha roto muchas barreras geográficas que han permitido la
dispersión de numerosas especies invasoras como las acacias
australianas, causando graves impactos en la estructura y
funcionamiento de los ecosistemas nativos, según apuntan los
investigadores Alvaro Alonso y Pilar Castro-Díez en su estudio "Las invasiones biológicas y su impacto en los ecosistemas". Estas
invasiones biológicas han sido definidas por algunos autores como la
“macdonaldización de la biosfera” y son consideradas como una
parte importante, aunque menos conocida, del llamado “cambio
global” que sufre nuestro planeta.
En el caso de España, el coste directo
destinado a las medidas de gestión de especies invasoras durante la
primera década de este siglo asciende a unos 50.5 millones de euros,
según datos recogidos por la investigadora Jara Andreu (Centro de
Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, CREAF),
Monserrat Vila (Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
CSIC) y Philip E.Hulme (Centro de Protección Biológica en Lincoln
University) en su estudio sobre la percepción de los perjuicios de
las plantas exóticas en España. “Estas cifras nos dan una idea de
la magnitud del problema ecológico y económico al que nos
enfrentamos”, señalan Alvaro Alonso y Pilar Castro-Díez.
La investigadora Rodríguez-Echeverría
concluye que para evitar graves daños en los bosques nativos de
España, se debe hacer una mayor inversión en este campo así como
en la erradicación de nuevos focos de invasión y, sobre todo, en el
control o eliminación de poblaciones invasoras establecidas en áreas
protegidas debido al alto riesgo que suponen para estas zonas.
Rodríguez-Echeverría considera además que “la mayor apuesta debe
hacerse en la prevención a través de la educación y la
sensibilización ciudadana, del mantenimiento de los bosques
autóctonos en buen estado y también en la prohibición de vender y
plantar estas especies”.
Otro dato sobre la importancia de este problema, es que cada vez son más los miembros de la comunidad científica que van tomando conciencia al respecto, prueba de ello es el auge de las publicaciones científicas en las últimas décadas sobre las evidencias de impactos de las especies exóticas invasoras en diferentes ecosistemas del planeta, según recoge el estudio de Alvaro Alonso y Pilar Castro-Díez.
Mas información:
Otro dato sobre la importancia de este problema, es que cada vez son más los miembros de la comunidad científica que van tomando conciencia al respecto, prueba de ello es el auge de las publicaciones científicas en las últimas décadas sobre las evidencias de impactos de las especies exóticas invasoras en diferentes ecosistemas del planeta, según recoge el estudio de Alvaro Alonso y Pilar Castro-Díez.
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