19 diciembre 2008

Walt Whitman - Vi en Louisiana...

WALT WHITMAN (EE.UU.
1819-1892)
Vi en Louisiana crecer una encina


Vi en Luisiana crecer una encina,
Se erguía sola y el musgo colgaba de las ramas,
Creció allí sin compañero, emitiendo alegres hojas, de color verde oscuro,
Y su aspecto rudo, inflexible, robusto, me hizo pensar en mí mismo,
Pero me preguntaba cómo podía la encina emitir alegres hojas allí sola, sin su amigo cercano, pues bien sabía yo que no podía imitarla.
Y arranqué una ramita cubierta de hojas y entrelacé con ellas un poco de musgo,
Y me la llevé, y la he puesto en un lugar visible en mi cuarto,
No la necesito para que me recuerde a mis amigos queridos
(Pues creo que últimamente casi no he pensado sino en ellos),
Pero es para mi un curioso emblema, me hace pensar en el amor viril;
A pesar de ello, y aunque la encina brilla allá en Luisiana, solitaria en medio de un vasto claro,
Y emite alegres hojas durante toda su vida sin un amigo o amante cercano,
Sé muy bien que yo no podría imitarla.

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I Saw in Louisiana a Live-Oak Growing

I saw in Louisiana a live-oak growing,
All alone stood it and the moss hung down from the branches,
Without any companion it grew there uttering joyous leaves of dark green,
And its look, rude, unbending, lusty, made me think of myself,
But I wonder'd how it could utter joyous leaves standing alone there without its friend near, for I knew I could not,
And I broke off a twig with a certain number of leaves upon it, and twined around it a little moss,
And brought it away, and I have placed it in sight in my room,
It is not needed to remind me as of my own dear friends,
(For I believe lately I think of little else than of them,)
Yet it remains to me a curious token, it makes me think of manly love;
For all that, and though the live-oak glistens there in Louisiana solitary in a wide flat space,
Uttering joyous leaves all its life without a friend or lover near,
I know very well I could not.

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18 diciembre 2008

JORGE LUIS BORGES (Argentina, 1899-1986)
El árbol de los amigos


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.

Los primeros que nacen del brote son nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida.

Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer con nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.

A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.

Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones, o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en las puntas de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.

El tiempo pasa el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otros permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejaron nada.

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

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JOAN ALCOVER - Desolació

JOAN ALCOVER (1854-1926)
Desolació


Jo só l'esqueix d'un arbre, esponerós ahir,
que als segadors feia ombra a l'hora de la sesta;
mes branques, una a una, va rompre la tempesta,
i el llamp, fins a la terra, ma soca migpartí.

Brots de migrades fulles coronen el bocí,
obert i sens entranyes, que de la soca resta;
cremar he vist ma llenya; com fumerol de festa,
al cel he vist anar-se'n la millor part de mi.

I l'amargor de viure xucla ma arrel esclava,
i sent brostar les fulles, i sent pujar la saba,
i m'aida a esperar l'hora de caure, un sol conhort:

cada ferida mostra la pèrdua d'una branca;
sens mi, res parlaria de la meitat que em manca;
jo visc sols per a plànyer lo que de mi s'és mort.
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17 diciembre 2008

MARIO BENEDETTI - Como árboles

MARIO BENEDETTI (Uruguay 1920-2009)
Como árboles

Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser
míos
después de todo hay hombres que no fui
y sin embargo quise ser
si no por una vida al menos por un rato
o por un parpadeo
en cambio hay hombres que fui
y ya no soy ni puedo ser
y esto no siempre es un avance
a veces es una tristeza
hay deseos profundos y nonatos
que prolongué como coordenadas
hay fantasías que me prometí
y desgraciadamente no he cumplido
y otras que me cumplí sin prometérmelas
hay rostros de verdad
que alumbraron mis fábulas
rostros que no vi más pero siguieron
vigilándome desde
la letra en que los puse
hay fantasmas de carne otros de hueso
también los hay de lumbre y corazón
o sea cuerpos en pena almas en júbilo
que vi o toqué o simplemente puse
a secar
a vivir
a gozar
a morirse
pero además está lo que advertí de lejos
yo también escuché una paloma
que era de otros diluvios
yo también destrocé un paraíso
que era de otras infancias
yo también gemí un sueño
que era de otros amores
así pues
desde este misterioso confín de la existencia
los otros me ampararon como árboles
con nidos o sin nidos
poco importa
no me dieron envidia sino frutos
esos otros están
aquí
sus poemas
son mentiras de a puño
son verdades piadosas
están aquí
rodeándome
juzgándome
con las pobres palabras que les di
hombres que miran tierra y cielo
a través de la niebla
o sin sus anteojos
también a mí me miran
con la pobre mirada que les di
son otros que están fuera de mi reino
claro
pero además
estoy en ellos
a veces tienen lo que nunca tuve
a veces aman lo que quise amar
a veces odian lo que estoy odiando
de pronto me parecen lejanos
tan remotos
que me dan vértigo y melancolía
y los veo minados por un duelo sin llanto
y otras veces en cambio
los presiento tan cerca
que miro por sus ojos
y toco por sus manos
y cuando odian me alegro de su rencor
y cuando aman me arrimo a su alegría
quién hubiera dicho
que estos poemas míos
iban a ser
de otros.
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