05 febrero 2025

Premio AEMO 2018, Olivo de Sinfo, Traiguera

De MERCACEI, 2019
El Olivo de Sinfo, fue elegido Mejor Olivo Monumental del Mediterráneo

   El olivo de Traiguera (Castellón) se ha impuesto hasta 12 candidaturas de ejemplares legendarios de Italia, España, Túnez, Líbano, Montenegro y Turquía
      Recomed convocó el pasado mes de mayo el “I Mediterranean Contest to the Best Ancient Olive Tree”, concurso internacional en el que se pretende elegir al Mejor Olivo Monumental del Mediterráneo. Según indicaban las bases podrían concurrir olivos de los países miembros de Recomed, Red compuesta por 10 países mediterráneos, los principales productores de aceite de oliva.
     Pues bien a esta primera convocatoria han concurrido hasta 12 ejemplares de 6 países, con un altísimo nivel entre las candidaturas, han sido olivos centenarios o milenarios que se pueden considerar leyendas vivas en sus respectivos países.

     El jurado ha estado compuesto por reputados expertos en agronomía como el Dr. Agnelli por Italia, la Dra. Lazovic por Montenegro, la Dra. Belaj por España, el Dr. Shigm por Túnez y el Dr. Engin por Turquía. Todos ellos han valorado las candidaturas y han procedido a votar los tres mejores ejemplares con 3, 2 y 1 puntos, no pudiendo votar por los olivos de su propio país.
     El español Olivo de Sinfo, de Traiguera, resultó ganador al conseguir el mayor número de votos, seguido del olivo Bchaaleh Millenial Olive Tree, de Líbano, y de The thousand-year-old olive tree of Echraf, presentado por Túnez, olivos que resultaron empatados en segundo lugar.
     El jurado ha valorado tanto la longevidad del ejemplar, certificada por un perímetro del tronco que supera los 10 metros, como su espectacular estampa que emerge de la tierra con una peana única por su tamaño y robustez, un tronco sólido, y evocador que dibuja formas imposibles, y una parte aérea majestuosa, sana y capaz de producir buenas cosechas siglo tras siglo.

      Se trata de un ejemplar de la variedad Farga injertada sobre acebuche que vegeta en la Vía Augusta romana y está escoltado por otros ejemplares también monumentales. Por su impresionante porte puede afirmarse que es de los olivos más ancestrales de la Península Ibérica, y por ende de la Cuenca Mediterránea.
     Aunque la datación de olivos monumentales resulta harto complicada, en cuanto a su antigüedad, según D. Antonio Prieto de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha datado otros olivos del Territorio Sénia en 1.704, 1.491 y 1449 años, “no es posible hacer lo mismo con el olivo de Sinfo, al faltarle una parte importante del tronco, pero a la vista del resultado de los otros éste podría superar los 2.000 años de vida”. Se trata del olivo con el tronco más grueso de todo el territorio del Senia.
     Respecto al nombre, Olivo de Sinfo, según el propietario se trata del nombre de su abuela materna, que se llamaba Sinforosa, y desde entonces a su padre, a él y ahora al olivo les ha quedado este nombre cariñosamente y como recuerdo a ella.
     La candidatura ha sido presentada conjuntamente por José Manuel Alemany, propietario del olivo, junto a la Mancomunidad Taula del Senia y el Ayuntamiento de Traiguera.
      Se da la circunstancia de que el Olivo de Sinfo ganó el Premio AEMO al Mejor Olivo Monumental de España en el año 2018.
     El fallo de este concurso ha sido hecho público en la Asamblea Anual de Recomed celebrada en la ciudad italiana de Siena el pasado 30 de noviembre de 2019. Recomed esta presidida por AEMO. La entrega del premio tendrá lugar en acto solemne que se celebrará el próximo mes de febrero.

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02 febrero 2025

La Psila, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La psila africana

La psila africana (Trioza erytreae) es un insecto hemíptero chupador (como los pulgones) ampliamente distribuido por África donde frecuentemente es portador de la enfermedad HLB, Huanglongbing o «enfermedad del dragón amarillo»,​ una enfermedad provocada por bacterias que afecta a diversas especies de plantas del género Citrus. Esta enfermedad se conoce también por el nombre inglés de Greening o Ex-Greening. Produce, entre otros síntomas, deformación en los brotes, coloraciones variadas en los frutos, mal sabor..., al tiempo que reduce la producción, la inutiliza para el mercado y en casos avanzados puede llegar a matar a los árboles.
     En Florida, EEUU, la producción pasó de 12 a 2 millones de toneladas. Una hoja descriptiva de este insecto puede descargarse en esta dirección: https://www.juntadeandalucia.es/.../56383ad7-224d-4742... Se detectó en Canarias en 2004 y en la península en Galicia y norte de Portugal en 2014. En un principio se decía que atacaba a los limoneros únicamente, luego se pasó al término, ya más amplio, de “cítricos” y en la actualidad se habla de la familia de las “Rutáceas”. En 2017 Galicia renunció a erradicar la plaga y ayer mismo saltaban alarmas desde un ayuntamiento de Santander, aunque me temo que, más pronto que tarde, acabará afectando a la producción del Levante. 
     Según optimistas informaciones de 2019 “en Canarias se desarrolló un programa de control biológico clásico, consistente en la importación desde Sudáfrica del parasitoide Tamarixia dryi , del que se hicieron ensayos de especificidad sobre otras especies de psílidos, y liberó el parasitoide en el archipiélago dando como resultado una disminución drástica de las poblaciones de psila africana prácticamente en todas las islas donde estaba presente y se ha visto que la psila no es capaz de desarrollar su ciclo en otras especies de rutáceas asociadas a la flora espontánea”. Hasta aquí la teoría, en la práctica, desde la entrada del insecto nadie ha conseguido pararlo, pese a las normativas, tanto europeas como nacionales, sobre inspección y control. Lo de que no es capaz de desarrollarse sobre otras rutáceas, mejor lo dejamos. La foto grande corresponde a una hoja atacada del incorrectamente llamado naranjo de México o azahar mexicano (Choisya ternata), una rutácea de jardín. Como sucede con el Covid-19, cualquier cosa puede empeorar.

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30 enero 2025

PABLO NERUDA (Chile, 1904-1973)
Sólo el hombre


Yo atravesé las hostiles
cordilleras,
entre los árboles pasé a caballo.
El humus ha dejado
en el suelo
su alfombra de mil años.

Los árboles se tocan en la altura,
en la unidad temblorosa.
Abajo, oscura es la selva.
Un vuelo corto, un grito
la atraviesan,
los pájaros del frío,
los zorros de eléctrica cola,
una gran hoja que cae,
y mi caballo pisa el blando
lecho del árbol dormido,
pero bajo la tierra
los árboles de nuevo
se entienden y sé tocan.
La selva es una sola,
un solo gran puñado de perfume,
una sola raíz bajo la tierra.

Las púas me mordían,
las duras piedras herían mi caballo,
el hielo iba buscando bajo mi ropa rota
mi corazón para cantarle y dormirlo.
Los ríos que nacían
ante mi vista bajaban veloces
y querían matarme.
De pronto un árbol ocupaba el camino
como si hubiera
echado a andar y entonces
lo hubiera derribado
la selva, y allí estaba
grande como mil hombres,
lleno de cabelleras,
pululado de insectos,
podrido por la lluvia,
pero desde la muerte
quería detenerme.
Yo salté el árbol,
lo rompí con el hacha,
acaricié sus hojas hermosas como manos,
toqué las poderosas
raíces que mucho más que yo
conocían la tierra.
Yo pasé sobre el árbol,
crucé todos los ríos,
la espuma me llevaba,
las piedras me mentían,
el aire verde que creaba
alhajas a cada minuto
atacaba mi frente,
quemaba mis pestañas.
Yo atravesé las altas cordilleras
porque conmigo un hombre,

otro hombre, un hombre
iba conmigo.
No venían los árboles,
no iba conmigo el agua
vertiginosa que quiso matarme,
ni la tierra espinosa.
Sólo el hombre,
sólo el hombre estaba conmigo.
No las manos del árbol,
hermosas como rostros, ni las graves
raíces que conocen la tierra
me ayudaron.
Sólo el hombre.
No sé cómo se llama.
Era tan pobre como yo, tenía
ojos como los míos, y con ellos
descubría el camino
para que otro hombre pasara.
Y aquí estoy.
Por eso existo.

Creo
que no nos juntaremos en la altura.
Creo
que bajo la tierra nada nos espera,
pero sobre la tierra
vamos juntos.
Nuestra unidad está sobre la tierra.

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27 enero 2025

El tamarell... Tamarix gallica, llamada vulgarmente taray,​ taraje, tamariz...

SILVIA COLOMÉ, en "La Vanguardia", mayo 2021
El árbol de Osiris

Taray en el jardín de Alderdi Eder, Donostia-San Sebastián

   (...) Otro tópico que casi cumplo: los de la capital solo identificamos tres árboles. Palmeras, plataneros y, evidentemente los pinos. Pero por suerte siempre hay alguna mujer sabia dispuesta a compartir sus conocimientos. En este caso, mi amiga mallorquina Magda me escribe en el post: “ Tamariscos floridos”. ¡Gracias!
     Así que estos árboles son tamariscos (tamarells o tamarius en catalán), una especie bastante abundante en nuestro litoral. En la Costa Brava se utilizan para separar fincas, por ejemplo, y no olvidemos el pequeño pueblo denominado Tamariu. En las Islas están bien presentes también en las playas, donde la de Tamarells ha adoptado su otro nombre. Y ha inspirado a poetas como Blai Bonet, que le dedicó el poema:

Si el tamarell és tot verd
i per la soca té sal,
digau que és la mar sembrada
la veu del tomarinar.

Si plora per colorins
de peixos i de coral,
digau que és la mar sembrada
la veu del tomarinar.

Si en rames la sal torna alta
i el color torna salat,
digau que és la mar sembrada
la veu del tomarinar. 

El cuerpo de quien se creía primer faraón de Egipto navegó hasta Biblos, donde chocó contra un tamarisco

     Por fin he podido poner ‘cara’ a un árbol que conocía bastante bien por las diversas narraciones de las antiguas culturas, especialmente una. Imaginariamente me embarco y cruzo este Mediterráneo con destino a Egipto. El viaje todavía es más largo. Atravieso la línea del tiempo hasta el siglo XXV aC, cuando aparece por primera vez escrito en los Textos de las Pirámides el apasionante mito de la muerte y la resurrección de Osiris, el gran dios, sin embargo, de la vida. La historia es larga y existen varias versiones, pero para ir rápido podemos resumir el inicio en una frase: Seth mató a su hermano Osiris y lo lanzó al Nilo dentro de un sarcófago. A partir de aquí, empieza la parte que nos interesa: el cuerpo de quien se creía que era el primer faraón de Egipto navegó hasta Biblos, donde chocó contra un tamarisco. El árbol creció y abrazó el sarcófago en su interior. Pero tenía los días contados. El rey del lugar mandó cortarlo para construir una columna para el palacio. Volvemos a ir deprisa: la diosa Isis, maga y esposa de Osiris, consiguió recuperar el ataúd y dejó la madera del tamarisco en la ciudad, donde a partir de aquel momento fue venerado. Y también en Egipto, donde simbolizaba el árbol de la resurrección.
     El tamarisco está presente en otras historias antiguas. En la Biblia Abraham lo utiliza para hacer un juramento. El libro de Samuel explica que Saül está enterrado debajo de uno (la imagen no nos resulta del todo desconocida). Buda lo citó en sus enseñanzas convirtiéndolo en símbolo de fidelidad y paciencia... Y me detengo aquí. Retorno del pasado y observo de nuevo los tamariscos. Ha valido la pena salir de Barcelona. 

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