06 agosto 2015

Autores: Gabriel Vázquez Molina, Javier Herreros Lamas y Marta Sarmiento

Editorial Txertoa 

Los árboles sanadores” es un libro que trata, de forma amena y divulgativa de las relaciones entre las personas y los árboles, sus virtudes, los cuidados que requieren y sus indudables beneficios conductuales, alimenticios, medicinales y cosméticos para el ser humano. Sin olvidar lo que los autores destacan como “fuente de energía espiritual y sabiduría ancestral”, a tener muy en cuenta.
      Los beneficios de conectarse con la naturaleza son muy bien documentados en este libro. Queda muy claro que el estado de salud social, psicológica, académica y física de los niños y adolescentes está muy positivamente influido por el contacto periódico y frecuente con el ambiente exterior: juegos y actividades al aire libre, paseos y excursiones por bosques y zonas de rico arbolado.
      Los autores, expertos herbólogos y agricultores ecológicos, nos van detallando las virtudes del árbol, como “gigante generoso” y “vecino imprescindible”, además de purificador imprescindible del aire que respiramos. En el capítuloLa Escuela del Bosque, se describen los cuidados que bosques y árboles requieren; para, en la sección principal Arboles que sanan, relatar, por riguroso orden alfabético, desde al Abedul al Tilo, las virtudes y propiedades de cada especie a considerar.

(extracto de "Pedriatría Integral")
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03 agosto 2015

NELA RÍO (Argentina, 1938) 
El árbol enamorado 

¿Por qué esta tarde y esta hora una imagen
entra en mi pensamiento invocando lejanías?
No sé si erguido para tocar el viento que disuelve el tiempo
o como una certidumbre del espacio ya sin bordes,
como un dedo lícito, un árbol reclama
una tarde, una hora, mi mirada tocando sus hojas,
y aquel beso adolescente que ensayé en su tronco.
Te veo ahora. Eras joven, álamo andino,
y yo te había dado un nombre.
Te lo susurré entre las ramas
y te estremeciste como cuando te besaba la brisa.
Leía poemas apoyándome en ti y me cubrías,
sombra amante, y te crecían brazos.
Y ahora, ¿qué buscas, enamorado? ¿Mis memorias?
Tu deseo vigilante, ansioso de altura, entra en mí
y juntos formamos la eternidad que buscas.
Quédate en paz en tu paisaje de montañas,
deja que el otoño decida los colores del recuerdo.

NELA RIO, de la Entrevista: “ese hacerse siempre”, por Aimée G. Bolaños
...Era la época de la teología de la liberación, que en ese momento en Argentina era peligrosa para mí y mis amigos. Estaba, en ese entonces, en el Colegio Universitario. El álamo del poema es, de verdad, un árbol. Siempre hablo con los árboles, las hojas. De pronto, me apareció en la memoria, porque le había prometido que volvería...
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Arbre enamorat
Per què aquesta vesprada i a aquesta hora una imatge
entra en el meu pensament invocant llunyanies?

No sé si dreçat per a tocar el vent que dissol el temps
o com una certesa de l'espai ja sense voreres,
como un dit lícit, un arbre reclama
una vesprada, una hora, el meu esguard tocant les seues fulles,
i aquell bes adolescent que temptí al seu tronc.

T'hi veig ara. Eres jove, àlber andí,
i jo t'havia posat un nom.
Te'l xiuxiuegí entre les branques
i t'estremires com quan et besava la brisa.

Llegia poemes recolzant-me en tu i em cobries,
ombra amant, i et creixien braços.

I ara, què busques, amorós? Les meues memòries?
El teu desig vigilant, ansiós d'altura, entra en mi
i junts formem l'eternitat que busques.

Queda't en pau al teu paisatge de muntanyes,
deixa que la tardor decidesca els colors del record.

Traducción al catalán por Pere Bessó 
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31 julio 2015

RUPER ORDORIKA (Guipuzcoa, 1956)
Zuhaitz eroria



Zuhaitz handi bat
erori da
oihanean, goizean.
Pasaeran nintzen
autotik
ikusi dudanean
zuhaitz eroria,
oihanean.
Errepidean noa,
nahiago nuke
ikusi ez banu
zuhaitza erortzen,
oihanean.
Uste duzu jada
zuhaitzak bere aroa bete duela
oihanean?
Edo arrakalatu den,
atsedenik gabe datzan,
geure bihotzak bezala,
agurraren ondorengo ondoezan.

Paradisutik
kanporatua
sentitu al zara inoiz?
Arrakalatua,
zauritua,
nola gaurko goizaldean
zuhaitz eroria,
oihanean?
Baina arorik aro goaz
bizitzaren legea da
berritzea.
Zuhaitzak bizirik,
oihanean.Uste duzu


Árbol caído

Se ha caído
un gran árbol
en la selva,
a la mañana.
Se ha caído
un gran árbol
en la selva,
a la mañana.
Pasaba
con el coche
cuando he visto
el árbol caído,
en la selva.
Voy por la carretera,
hubiese querido
no ver el árbol
caído, en la selva.
¿Crees que el árbol
ha cumplido su ciclo
en la selva?
O se ha agrietado,
sin descanso,
como nuestros corazones,
en el desfallecimiento
después del adiós.
¿Te has sentido alguna vez
apartado del paraíso?
¿Agrietado,
herido,
como el árbol caído
esta mañana en la selva?
Pero vamos de ciclo en ciclo,
pues es ley de vida
renovarse.
Los árboles vivos,
en la selva.

Traducción: Í. Etxegoien
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28 julio 2015


MIGUEL MÉNDEZ CAMACHO (Colombia, 1942)
Escrito a la espalda de un árbol


No recuerdo si el árbol daba frutos
o sombra,
sólo sé que dio pájaros.

Que era en el centro del patio
y de la infancia.

Que en la madera fácil
tallé tu nombre encima
de un corazón deforme.

Y no recuerdo más:
tanto subió tu nombre con el árbol *
que pudiste escaparte
en la primera cosecha que dio pájaros.

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*Miguel Méndez incurre en un pequeño error bastante generalizado al creer que el árbol, al crecer, eleva sus ramas o su corteza en altura. El árbol al crecer "deja" esas ramas primeras que vemos a la misma altura. Lo que sucede es que esas ramas primeras, bajas, suelen secarse por falta de luz y actividad, el árbol las desecha.
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