18 agosto 2015

FEDERICO GARCÍA LORCA (Granada, 1898 -1936)
Invocación al laurel


                                                                       A Pepe Cienfuegos
Por el horizonte confuso y doliente
venía la noche preñada de estrellas.
Yo, como el barbudo mago de los cuentos,
sabía el lenguaje de flores y piedras.
Aprendí secretos de melancolía,
dichos por cipreses, ortigas y yedras;
supe del ensueño por boca del nardo,
canté con los lirios canciones serenas.
En el bosque antiguo, lleno de negrura,
todos me mostraban sus almas cual eran:
el pinar, borracho de aroma y sonido;
los olivos viejos, cargados de ciencia;
los álamos muertos, nidales de hormigas;
el musgo, nevado de blancas violetas.
Todo hablaba dulce a mi corazón
temblando en los hilos de sonora seda
con que el agua envuelve las cosas paradas
como telaraña de armonía eterna.
Las rosas estaban soñando en la lira,
tejen las encinas oros de leyendas,
y entre la tristeza viril de los robles
dicen los enebros temores de aldea.
Yo comprendo toda la pasión del bosque:
ritmo de la hoja, ritmo de la estrella.
Mas decidme, ¡oh cedros!, si mi corazón
dormirá en los brazos de la luz perfecta.
Conozco la lira que presientes, rosa:
formé su cordaje con mi vida muerta.
¡Dime en qué remanso podré abandonarla
como se abandonan las pasiones viejas!
¡Conozco el misterio que cantas, ciprés;
soy hermano tuyo en noche y en pena;
tenemos la entraña cuajada de nidos,
tú de ruiseñores y yo de tristezas!
¡Conozco tu encanto sin fin, padre olivo,
al darnos la sangre que extraes de la Tierra,
como tú, yo extraigo con mi sentimiento
el óleo bendito que tiene la idea!
Todos me abrumáis con vuestras canciones;
yo sólo os pregunto por la mía incierta;
ninguno queréis sofocar las ansias
de este fuego casto que el pecho me quema.
¡Oh laurel divino, de alma inaccesible,
siempre silencioso, lleno de nobleza!
¡Vierte en mis oídos tu historia divina,
tu sabiduría profunda y sincera!
¡Árbol que produces frutos de silencio,
maestro de besos y mago de orquestas,
formado del cuerpo rosado de Dafne
con savia potente de Apolo en tus venas!
¡Oh gran sacerdote del saber antiguo!
¡Oh mudo solemne cerrado a las quejas!
Todos tus hermanos del bosque me hablan;
¡sólo tú, severo, mi canción desprecias!
Acaso, ¡oh maestro del ritmo!, medites
lo inútil del triste llorar del poeta.
Acaso tus hojas, manchadas de luna,
pierdan la ilusión de la primavera.
La dulzura tenue del anochecer,
cual negro rocío, tapizó la senda,
teniendo de inmenso dosel a la noche,
que venía grave, preñada de estrellas.  
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Se cumplen 79 años del asesinato del poeta

15 agosto 2015

Los Yardang, esos árboles de piedra

VEO...  ÁRBOLES EN PIEDRA
Árboles en los desiertos.

Yardang: Es una formación rocosa moldeada de forma característica por la erosión causada por el viento. Puede adaptar formas muy variadas dependiendo de los vientos predominantes y de la composición de la roca, aunque normalmente adoptan formas alargadas. El más famoso es la Gran Esfinge de Guiza, un yardang que empezó a erosionarse hace 40.000 años y que posteriormente fue tallado por los egipcios.
Este Árbol de Piedra que fue declarado monumento natural. Es una roca volcánica modelada por el viento. Está ubicada en un arenal del desierto Siloli, en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa al suroeste de Bolivia, departamento de Potosí. Tiene una altura de 5 metros.
Tassili - Argelia, ejemplo de yardang fungiforme, formado por el socavamiento 
debido a los granos de arena impulsados por el viento
La Meseta del Tassili contiene infinidad de rocas con llamativas formas moldeadas por el viento, entre ellas más de 300 arcos naturales. Fotógrafo: Kazuyoshi Nomachi.
Lop Nur - China
Western Egipt - White Desert
Timna Park, Negev, Israel
Wadi al Hitan - Sahara
Al Mandina (Arabia Saudí)  En el primer plano predominan los fragmentos rocosos de mayor tamaño que arena, pues la arena en general ha sido transportada fuera del área.
Desierto de Egipto, Yardang fungiforme elaborado sobre calizas muy puras y blancas (“chalk”, o “tiza”)

Ciudad Encantada - Cuenca - España

 
YARDANGS FUNGIFORMES. El término “yardang” es de origen turco y significa “roca escarpada.” Se emplea en geomorfología para designar a las rocas que en los desiertos están esculpidas con distintas formas por el impacto de los granos de arena impulsados por el viento. En el caso de rocas aisladas, la erosión causada por los granos de arena impulsados por el viento (acción denominada “corrasión”), solo tiene efecto en la parte inferior, pues los granos de arena se mueven exclusivamente en saltación ( = van saltando, literalmente) y no alcanzan gran altura sobre el suelo. De ese modo las rocas aisladas sometidas a su efecto, en lugares donde el viento sopla desde direcciones variables, son desgastadas en su parte inferior y como remanentes quedan rocas en forma de hongo = “rocas fungiformes.” 
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09 agosto 2015

FRANCISCO OTERO (Madrid)
Historia y poesía de la Olma de Colmenar del Arroyo - Madrid
De www.colmenardelarroyo.es y El Bosque Habitado 

En el centro de la Plaza, los Colmenareños plantaron un olmo (olma según algunos entendidos). Creció rápidamente, haciéndose en pocos años, un árbol corpulento hasta el punto que sus ramas llegaron a cubrir casi toda la Plaza, se ha oído decir que una de sus ramas llegaba hasta la torre de la Iglesia.
    A principios del Siglo XVI, los vecinos se reunían en concejo bajo el olmo, a tañido de campana. Para esto se hicieron las gradillas en piedra que circundan el árbol.
    La Olma fue testigo de cinco Siglos de la Historia de Colmenar del Arroyo, de los secretos contados bajo ella, de los amores de los Colmenareños, de las decisiones de Gobierno…

     El 18 de Octubre de 1978 un aire se llevó la olma por delante, todos los colmenareños ancianos, jóvenes y niños lloraban a los pies porque la olma se había caído. El corazón de la olma se dividió en pedazos y cada una de las familias de Colmenar del Arroyo guardó en sus casas parte de ella como recuerdo.
    Poco después la vieja Olma fue quemada y sus cenizas formaron parte del aire que envuelve a Colmenar. Hay veces que el viento trae el aroma que dejó al morir por el fuego, recordando a los Colmenareños la grandeza y el esplendor de su Olma.
    En su mismo lugar se plantó otra olma secándose poco tiempo después…al igual que le ocurrió a la siguiente, la tercera, que parecía ser la sucesora de la olma que tanto hemos querido, se ha vuelto a secar hace apenas unos meses.

AL OLMO DE COLMENAR

Las hojas del árbol muerto,
Llorando en el suelo están,
Llorando está el pueblo entero
Porque le van a quemar.
Los niños van a la escuela
Sin atreverse a mirar,
Falta el árbol de la plaza
Dónde solían jugar.
Los viejos con sus nostalgias
Ya no pueden platicar,
Olvidaron sus historias
Y no las pueden contar.
Han colgado sus garrotas
Y están llorando al amigo
Que vio morir a su abuelo
Y bautizar a sus hijos.
Hidalgo entre los hidalgos,
Viviste siempre orgulloso,
Fuiste símbolo del pueblo
Acogedor…amoroso.
  
Fuiste noble hasta morir
Y para no entristecernos
Dejaste caer tus ramas
En el momento certero.
Aquel día tan nefasto
Con el viento no pudiste,
Pudiste hacernos daño
Y no obstante no lo hiciste.
Y es que el amor a este pueblo
Tan dentro de ti se hallaba
Que han de pasar muchos años
Sin que tu imagen se vaya.
Quemando tus ramas, árbol
Te rinde el pueblo homenaje
Y llorando, cantan todos
Tu hidalguía y tu linaje.
Adiós olma de la Plaza;
Adiós historia del pueblo
Llorando queda la gente
Y llorando está los muertos.
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