06 febrero 2014

LA VIDA SECRETA DE LOS ÁRBOLES 
de... REDES



Capítulo REDES 398.

A todos nos gusta escaparnos de vez en cuando a pasear por un bosque frondoso y tranquilo, pero cuando estamos allí pasamos por alto la cantidad de actividad silenciosa que se produce a nuestro alrededor. Los árboles están llenos de vida en su interior.
    Los árboles son los organismos más altos y viejos que conocemos. Capaces de vivir cientos de años podrían describir miles de secretos de la historia de la humanidad. Por ello se merecen nuestro respeto.
    A veces, tan sólo vemos en los árboles el recurso económico que nos pueden aportar, y nos olvidamos por completo que alimentan la vida al transformar el dióxido de carbono en oxígeno. 
El periodista y escritor, Colin Tudge, nos introduce en el fabuloso mundo de los árboles y nos descubre su secreto. 
    Un jardín botánico además de ser un bonito paisaje de plantas y flores es un centro en el cual se lleva a cabo una importante labor de investigación. 
Mónica Casanovas, bióloga y Núria Membrines, Directora del Jardín Botánico de Barcelona, nos explicarán qué tareas se realizan en un jardín botánico.
    Las sequoyas son capaces de alcanzar alturas de hasta 120 metros y eso puede ser un problema para ellas. Jordi Martínez-Vilalta, Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y del CREAF, nos explicará el mecanismo de transporte del agua en los árboles.
    También contaremos con la opinión de Josep Peñuelas, Profesor de Investigación del CSIC-CREAF  

http://www.ecoagricultor.com/
-----

03 febrero 2014

QUELPOS
LOS BOSQUES MARINOS

 
Los bosques de quelpos están considerados como los hábitats ecológicamente más dinámicos y de mayor riqueza específica del planeta.
      El término ‘bosque de quelpos o de laminarias’ se refiere a un paisaje marino formado por algas pardas,fisonomía se asemeja a un bosque terrestre por estar formado por comunidades estructuradas y estratificadas, que presentan un alto valor de diversidad biológica, generan un hábitat muy similar a un bosque terrestre.
      El mayor quelpo que existe en el mundo es el quelpo gigante (Macrocystis pyrifera) que puede llegar a alcanzar los 30 metros de altura y tiene una distribución entre Alaska y Baja California (México), en las costas sur de Chile y Argentina, en aguas de Nueva Zelanda, Australia y en Suráfrica.
      Puede llegar a encontrarse en profundidades de hasta 60 metros cuando las condiciones del mar permiten la entrada de la luz.
      Prefiere aguas templadas aunque también puede darse en otras bastante cercanas a los polos, siempre y cuando la temperatura de éstas no baje de los 5ºC, lo que destruiría a los gametofitos (planta sexual de los quelpos).

Entre 12 y 14 meses en su primera etapa

     Los quelpos comienzan su vida como esporas que pueden dar lugar a gametofitos hembras o machos. Los gametofitos hembra de los quelpos producen “huevos” que deben ser fertilizados por el esperma de los machos. Con este fin, los gametofitos hembras se valen de feromonas para atraer a los machos y fecundar los huevos que, posteriormente, se desarrollarán como esporófitos; plantas de las que saldrán trillones de esporas de las que sólo un mínimo porcentaje llegara a crear una planta. De cada 100.000 nuevas plantas jóvenes, apenas una llegará a ser adulta.

      Como si de un embarazo se tratara, el ciclo inicial de vida del quelpo necesita entre 12 y 14 meses para completarse. La mayoría se desarrolla y muere en sólo 6-9 meses, en un proceso continuo de fecundación, crecimiento (a un asombroso ritmo de hasta 50-60 centímetros por día) y muerte.
      Junto al quelpo gigante pueden encontrarse otros grandes tipos de quelpos, como:

el quelpo “boa de plumas” (Egregia menziesii)
el quelpo cuerno de ciervo (Pelagophycus porra)
la palmera marina (Eisenia arborea),
o el quelpo de cintas (Egregia laevigata)

      Como si fueran bosques terrestres, los quelpos funcionan a modo de grandes árboles permitiendo que cientos de animales y vegetales vivan entre sus “copas”, “ramas” y su sistema de agarre.
     Gran diversidad de especies encuentran su hábitat ideal en estos ecosistemas, como el pez Garibaldi (Hypsypops rubicundus), las castañetas (Chromis punctipinnis), la cabrilla sargacera (Paralabrax clathratus), el pez del quelpo (Alloclinus holderi), o la señorita (Oxyjulis californica), y otras especies, como crustáceos y gusanos poliquetos.
      Tampoco es extraño divisar entre los tallos de estos “árboles” especies como el tiburón azul (Prionace glauca) o algún cetáceo como el delfín de flancos blancos del Pacifico (Lagenorhynchus obliquidens).

Los erizos marinos, su principal enemigo
      Los erizos marinos se alimentan de sus brotes y hojas, pudiendo acabar con grandes extensiones de estos bosques submarinos. Afortunadamente las estrellas de mar y los peces vieja, comen erizos, controlando su población y evitando que puedan destruir el ecosistema de quelpos. También las nutrias marinas (Enhydra lutris) se alimentan de erizos marinos y de abalones (Haliotis spp.), fáciles de encontrar en este intrincado bosque.

Usos industriales de los quelpos

      Además de su alto valor ecológico, muchas especies de quelpos tienen una gran importancia en industrias tan dispares como la de alimentación, farmacéutica, pinturas, construcción o cosméticos.
Aparte del consumo directo de la planta o su utilización como fertilizante, los quelpos producen una sustancia (polisacárido) conocida como alginato que es ampliamente utilizada como emulsionante en:
- productos alimenticios (helados, salsas, cervezas, yogures…)
- de higiene (pasta de dientes, champú, jabón…)
- medicinales (píldoras)
- industriales (tintes, pinturas, soldaduras…)

Datos de...  Oceana
 -----

30 enero 2014

ANTONIO REDONDO ANDÚJAR (Zaragoza, 1966)
Otra vez los árboles se agitan


Mira allá: otra vez los árboles se agitan
y el sol se ha derrumbado
sobre todos los cuerpos que lo adoran incautos.
¡Qué sonido tan torpe el crepitar del fuego!
Se parece al tic-tac del reloj.

Mira allá: otra vez los árboles se agitan.
Sus copas describen círculos inmensos.
La bóveda del cielo es de un azul que miente.
Sentido circular de la existencia: ¿Dónde caerás de nuevo?
¿En un cilindro
o en la masa viscosa de un nadie inexistente?

Camino, vuelvo la vista atrás y, a lo lejos
–guardando la distancia necesaria–,
una mujer, ocultando su cuerpo
–de manera que no pueda saber qué es lo que me oculta–,
me persigue incansable.
No me sirve de nada que mi paso sea raudo,
que corra como un loco
–encerrado entre muros de carne–
porque describo círculos inmensos.

Otra vez los árboles se agitan
y el cielo es de un azul que miente.
-----