1/05/2022

Grandes tinas de madera para guardar el vino, la memoria del bosque

EUGENIO MONESMA (Huesca, 1953)
Las tinas 

Bodegas Muga, con una afamada experiencia en la elaboración tradicional del vino, sigue envasando sus caldos en grandes tinas de madera, fabricadas a mano. La construcción de estos grandes recipientes corre a cargo de los cuberos y la materia prima utilizada es la madera de roble americano o roble francés. En el año 2000 tuvimos la oportunidad de recoger todo el proceso de construcción de estas grandes tinas de madera.

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1/02/2022

HAMID TIBOUCHI (Argelia, 1951)
"Cuando la puerta se acuerda"

 
 
Cuando la puerta se acuerda 
cuando la mesa se acuerda
cuando la silla el armario el aparador la ventana
                                                                  se acuerdan
cuando se acuerdan intensamente
de sus raíces
de sus savias

de sus hojas
de sus ramas
de todo lo que en ellos habitaba
de los nidos y las canciones
de las ardillas y los monos
de la nieve y el viento
—un escalofrío recorre la casa
que vuelve a ser bosque

entonces tan sólo escucho correr la fuente
y un fuego arde a mi alrededor
para calentar mi noche helada
de viajero extraviado

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12/30/2021

ÁNGELES LUCAS, en "El País"
Descubriendo los bosques

Este libro te guía por la magia de los bosques
Una guía saca de las aulas al alumnado para aprender en terreno el curso del agua, la importancia de los árboles para los medicamentos y otras bondades de la foresta
Ilustración de Chiara Caproni para la publicación 'Descubriendo los bosques'.
Ilustración de Chiara Caproni para la publicación 'Descubriendo los bosques
INFORMACIÓN
     Una niña monta un castillo en un campo con las ramas como torreones, las hojas como cubierta y otra mayor que hace las veces de rampa para bajar como un tobogán. Utiliza raíces y otros frutos para adornar su divertido juego de tarde en la naturaleza gaditana y luego sube a sus muñecos en su creación y prepara una representación teatral para su familia en su construcción de madera y oxígeno. "Hace mucho que no me lo pasaba tan bien", dice encantada tras los aplausos del público. No ha hecho falta plástico, ni pilas, ni paredes para que la pequeña se sienta cómoda sentada sobre la tierra. Que el contacto con el medio ambiente genera felicidad, que calma el espíritu o que vincula con los ritmos del día y las estaciones son debates históricos que con la proliferación de los entornos urbanos han recobrado interés. Y más allá de estos beneficios: conocer cómo se filtra el agua, la importancia de los árboles para los medicamentos y su fijación en el territorio, o los ciclos de vida que generan y la biodiversidad son algunas de las lecciones que la publicación Descubriendo los bosques,  editada por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pone en valor con una guía de aprendizaje para menores de 10 a 13 años y otra didáctica para profesores.
       Cerca de 70.000 especies de plantas tienen un uso medicinal en todo el mundo
: "Cuando bebemos un vaso de agua, escribimos en un cuaderno, tomamos un medicamento para la fiebre o construimos una casa, no siempre lo relacionamos con los bosques. Sin embargo, esos y otros muchos aspectos de nuestras vidas tienen que ver con ellos", dice la introducción del libro para niños, que se divide en cuatro módulos: ¿Qué es un bosque?, Los bosques y el agua, ¿Qué podemos extraer de los bosques? y ¿De quién es el bosque? Es una publicación planteada para salir al exterior, descubrir, explorar, sentir y respirar lo que se estudia y descubrir la magia de la naturaleza. "Está diseñada para que los niños se hagan primero las preguntas y vayan encontrando las respuestas, con una técnica llamada Enquiry Based Learning. Tienen que plantear una hipótesis y después observar y experimentar y leer las respuestas en el libro. Después son ellos los que generan sus conclusiones, como si fuera ciencia para niños", explica Elsa Rattoray, pedagoga que ha preparado el material didáctico, que incluye actividades y juegos y trata temas que van desde la piratería biológica hasta la gestión de las tierras.
Ilustración de Chiara Caproni sobre el ciclo del agua.
Ilustración de Chiara Caproni sobre el ciclo del agua.

      Como en un viaje a Mongolia, a Níger o a Tailandia se explican al principio los distintos tipos de bosques del mundo, como los secos tropicales, las selvas lluviosas, los bosques templados de hoja ancha caduca, los de montañas o los manglares de la costa. Prosiguen las lecciones con la interacción en los ciclos de vida de las plantas con los animales y las personas o con la fuerza que ejercen las raíces de los árboles para fijar el terreno y evitar la desertificación. "Los árboles y plantas forestales transpiran la mayor parte del agua que absorben sus raíces (...) Por ese motivo, gracias a los árboles, una parte del agua que cae a la tierra en forma de lluvia vuelve a la atmósfera, y volverá a caer de nuevo. Así es cómo los bosques ayudan a evitar que el tiempo sea demasiado seco o demasiado cálido. Otra parte del agua de lluvia es filtrada por los suelos forestales, y de esta forma se vuelve más limpia; como consecuencia de este fenómeno, las personas tienen acceso a agua limpia para beber, cocinar y regar los cultivos", se lee en la publicación infantil.
      El libro presenta figuras como los activistas medioambientales, los guardabosques, los responsables políticos, los empresarios o los indígenas.
      "Queríamos que los niños aprendieran con las manos, que fuera participativo, que conozcan su importancia. Damos a los bosques por regalados pero dependemos de ellos para todo", resalta Suzanne Lapstun, del equipo de publicaciones de la FAO. "Los libros están disponibles para ser descargados en Internet en distintos idiomas y también pueden ser reproducidos. El Gobierno de Uruguay ya nos ha solicitado los archivos para llevarlo a los colegios. También en China y en Mongolia", detalla Lapstun, que ya prevé publicaciones similares para los océanos, la pesca o la agricultura. "Los niños tienen que conocer el manejo de la sostenibilidad del planeta. Hay que cuidarlo y tienen que saber cómo", apunta. Desde 1990 hasta 2015 se han destruido casi 130 millones de hectáreas (cerca de un 3%) de los bosques del mundo, informa la FAO.
Este libro te guía por la magia de los bosques
      La obra se adentra así en el acceso a las tierras para la explotación de los recursos y en su gestión, y presenta figuras como los activistas medioambientales, los guardabosques, los responsables políticos, las familias de agricultores, los empresarios o los indígenas. Y si los menores tienen las referencias de las pócimas mágicas de la literatura fantástica, el texto menciona también la piratería biológica realizada por las grandes compañías farmacéuticas para obtener productos de los árboles para preparar medicamentos sin una contrapartida para sus pobladores. "Desde los repelentes de insectos hasta los calmantes, cerca de 70.000 especies de plantas tienen un uso medicinal en todo el mundo. De hecho, ¡casi un cuarto de todas las medicinas modernas se obtienen de las plantas del bosque tropical!", está escrito en la publicación, que indica cómo la miel, los insectos, o el caucho son otras de las bondades de los bosques.
Tendencias en el cambio del uso de la tierra.
Tendencias en el cambio del uso de la tierra
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12/27/2021

La toxicidad del tejo, del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
La toxicidad del tejo

Sobre el carácter venenoso del tejo, mucho se ha escrito y de hecho la palabra “toxina” y toda su familia léxica derivan precisamente de “taxus”, tejo. 
     Aunque en la savia del tejo hay multitud de compuestos, dos son los principales para determinar este carácter venenoso: un alcaloide muy tóxico, la taxina, y un glucósido, también tóxico, la taxicantina, que se mantienen también en las hojas secas. Los historiadores romanos ya citaban envenenamientos con tejo de soldados norteños (galaicos, astures, cántabros,...) para evitar la esclavitud cuando perdían la batalla. Aunque la cita más famosa en Galicia, es la del suicidio colectivo del Monte Medulio, posiblemente en algún lugar de Ourense, a orillas del río Miño. 
     Se sabe que es un veneno muy efectivo para caballos y asnos, que mueren comiendo unos 500 grs. de brotes y hojas. En los rumiantes, especialmente si se acostumbran poco a poco, no es mortal, aunque actúa como abortivo. Para el hombre también es muy tóxico. Se calcula que un gramo de hojas contiene unos cinco miligramos de taxinas. La dosis tóxica mínima para el hombre se ha calculado entre 3 y 6,5 mg/kg. La dosis letal se calcula entre 50 y 100 gramos de hojas para provocar la muerte de un adulto, aquí hay que tener en cuenta que las hojas caídas son tan tóxicas como las frescas. 
     La taxina afecta al sistema nervioso y al corazón al inhibir los flujos de calcio y sodio. La intoxicación empieza excitando este órgano vital, aumentando el número de pulsaciones para luego disminuir. Se inflaman hígado y riñones. Los síntomas son: dolores de estómago e intestino, vómitos, diarrea, orina muy oscura, temblores musculares, vértigo y dilatación de pupilas. Finalmente pérdida de conocimiento y paro cardíaco. Como se ha dicho muy a menudo (pero siempre hay quién no se ha enterado), el arilo, la envoltura carnosa del falso fruto, no es tóxica. De él, por su contenido en efedrina, se puede hacer un jarabe pectoral casero. Ignacio Abella (La magia de los árboles, 1997) cita como práctica corriente en Asturias que los muchachos se reuniesen después la misa a comer “cerecillas” de tejo, escupiendo las semillas, tal y como si de verdad fuesen cerezas. A este respecto existen opiniones, que yo no he comprobado personalmente, de que las semillas del tejo enteras, tragadas accidentalmente, atraviesan el tracto digestivo y son expulsadas de manera natural, sin que se vean afectadas, ni liberen sus toxinas, tal y como sucede con los pájaros. En caso de ser mordidas, es tal su amargor que, por acto reflejo, son escupidas inmediatamente del mismo modo que sucede con algunos productos (por ejemplo lavavajillas) con colores y olores llamativos. Conocí un caso, hace ya algún tiempo, de un hospital donde fue ingresado un niño que presuntamente había ingerido semillas de tejo. Naturalmente, los médicos no esperaron los resultados naturales y aplicaron todos los conocimientos de la moderna medicina para ponerle fuera de peligro. En la ciencia médica está documentado también un caso de envenenamiento por tejo (que no llegó a ser mortal) al respirar en grandes cantidades polvo de madera de tejo, luego de tornearla y lijarla (Hospital Marqués de Valdecilla, Santander, 2009). En España, el último caso conocido de muerte por tejo, fue el suicidio de una estudiante letona en 2018. 
     Ante esta perspectiva, ¿debemos considerar al tejo como árbol muy peligroso y alejarlo de nuestras vidas? De ningún modo. No resulta más peligroso que cualquiera de muchas otras plantas que nos rodean, incluso en algunas macetas de nuestras casas. Una investigación en el ámbito mundial realizada en 1998 (Krenzelok et al.), recogió 11.197 registros de intoxicación por especies del género Taxus, es decir por todos los tipos de tejos existentes en el mundo. De estas intoxicaciones el 96.4 % fueron en niños menores de 12 años, pero en ningún caso hubo muertos. Otro artículo de la Asociación Internacional de Ciencias Forenses (Van Ingen et al.) de 1982, certificaba que en los 31 años anteriores (de 1950 a 1981), sólo se conocían 10 casos de muerte por envenenamiento por tejo, pero todos ellos habían sido deliberados (suicidio o asesinato). Los datos son tranquilizadores, y debemos respetar los pocos tejos existentes. Cada cierto tiempo surge la noticia de alguien que, “recién iluminado”,  descubre que el tejo es tóxico e inicia una campaña para lograr su erradicación en un determinado ámbito (municipal, autonómico, etc.) empleando incluso el Facebook para ello, pero cada cual sabrá cómo comportarse llegado el caso. 
     Para terminar citaré un último componente del tejo: el taxol. Esta sustancia, obtenida inicialmente de la corteza del tejo asiático, se mostró como un potente anti cancerígeno, especialmente frente al cáncer de ovario. Tenía el inconveniente de que eran necesarios varios árboles para obtener una sola dosis, lo que llevaba a una corta abusiva de ejemplares. En la actualidad, se obtiene de forma semisintética a partir de cualquier especie de tejo y de cualquier parte del mismo aprovechándose para este fin incluso los restos de podas, con lo cual han dejado de peligrar por este motivo los viejos tejos e incluso se ha fomentado su plantación para obtener rama de forma continuada. Lamentablemente los tejos ancianos, perdidos en lugares recónditos de nuestra geografía son cada vez menos, aún sin la presión de la industria farmacéutica.

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