"Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos, después de todo hay hombres que no fui y sin embargo quise ser, si no por una vida al menos por un rato..." Mario Benedetti. A los amantes de los árboles,... localización, poesía, cuentos/leyendas, etc.
11/29/2020
Rubén Darío - La canción de los pinos
Los olmos de Cabeza del Buey en sellos
Los olmos de Cabeza del Buey en sellos de correo
- Fecha de emisión: 17/09/2020
- Procedimiento de Impresión: Offset + troquelado interior
- Papel: Autoadhesivo madera
- Tamaño del sello: Irregular con forma de anillo de árbol
- Efectos en pliego: 25
- Valor postal de los sellos: 3,80 €
- Tirada: 160.000
Un conjunto de siete olmos centenarios, de unos años de antigüedad,
están considerados la última representación de las olmedas urbanas de
Extremadura, a pesar de la grafiosis, grave enfermedad que afecta a los
Olmos y que ha mermado la población de esta especie de árbol en nuestro
país y también en el resto del mundo.
Estos siete olmos presiden el entorno de la ermita del santuario de
Nuestra Señora de Belén, en la localidad de Cabeza del Buey, un lugar de
gran valor histórico artístico con orígenes templarios.
Estos olmos constituyen un conjunto de árboles de más de 150 años de
antigüedad. El ejemplar más destacado y que puede considerarse como un
árbol monumental, es el primero que nos encontramos, situado cerca de la
puerta de la ermita, alcanza una altura de unos 15 metros. Su tronco es
muy grueso, con 5 metros de perímetro y está hueco. Están declarados
Árboles Singulares de Extremadura.
Durante años, los Olmos Centenarios han proporcionado sombra y
frescura a los romeros que cada 27 de septiembre celebran la Romería de
Ntra. Sra. de Belén. Es una de las romerías más antiguas de la comarca
de La Serena, de cuya celebración se tiene constancia desde el año 1650.
Los Olmos de Belén representaron a España como candidatos a Árbol
Europeo en el concurso "Tree Of The Year 2018”, concurso en el que
quedaron en segundo lugar con 22.323 votos, el mejor puesto obtenido por
un representante español en un certamen de estas características.
El sello que emite Correos dedicado a este tipo de árbol y, en concreto, a este olmedo histórico y singular, está impreso en papel
madera y tiene forma de un tronco cortado, en el que podemos apreciar
sus anillos, que no solo marcan la edad del árbol, sino que también nos
pueden dar detalles sobre el tipo de vida que ha llevado.
Un troquelado en el centro con la forma de un olmo, completa este
sello singular que nos invita a conocer la riqueza natural de nuestro
país.
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11/26/2020
Documental: Bajo los bosques
Bajo los bosques
Un viaje de norte a sur a través de las relaciones entre bosques,
animales y personas; a la sombra de grandes árboles centenarios.
Recolectando la belleza de estos vínculos en forma de imágenes, sonidos y
palabras, por viejos y nuevos caminos que avanzan desde Galicia a
Extremadura, junto a la Raya de Portugal.
Árboles que forman parte de paisajes creados gracias al trabajo y los
conocimientos de muchas generaciones humanas, en busca de alimento,
leña, madera y corcho en las diferentes partes de su anatomía vegetal. Árboles de los que se aprovecha todo, que se levantan a la distancia
justa de sus vecinos y se podan fomentando la longevidad, la producción
de frutos y la sombra generosa en verano, protectora de hierbas y
ganados.
Duración: 47 min, Fundación Entretantos
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11/23/2020
La sabina de la Hoya de la Cruz, del cronista de Canarias
Viento y lava contra la tenaz Sabina de la Hoya de la Cruz
«Antaño la sabina fue muy apreciada como leña.
Desconocemos, y a la vez agradecemos, que esta pieza viva del museo
libre de la biodiversidad canaria haya subsistido hasta nuestros días»,
escribe Juan Guzmán en esta entrega, la número 32 de la serie “Árboles
de Canarias”.
Entre los múltiples paisajes de la que
fuera la isla-cuna de los benahoritas, La Palma, llaman especialmente
la atención aquellos que mezclan el verde forestal con las tonalidades
oscuras de la actividad volcánica reciente. La isla ofrece
espectaculares panorámicas en las que el poderoso pino canario (Pinus canariensis)
profundiza poco a poco entre la corteza lávica. Resulta curioso
observar cómo cambian de coloración los pinos: amarillentos en edades
juveniles para luego, una vez alcanzan los nutrientes del antiguo suelo,
adquirir su color verde habitual.
Pero el pino canario, maravillosamente representado en la isla de La Palma, no es el único árbol canario con
capacidad de adaptación a las condiciones de los malpaíses. Entre las
antiguas coladas de los volcanes del Parque Natural de Cumbre Vieja, la
sabina canaria (Juniperus turbinata) también logró encontrar un hábitat ecológico extremo pero, al fin y al cabo, favorable.
A 4 km del volcán Teneguía
Nos trasladamos al sur de La Palma, en concreto al municipio de
Fuencaliente. Apenas a cuatro kilómetros de donde se produjo la
actividad volcánica terrestre más reciente del archipiélago (Teneguía,
en octubre-noviembre de 1971), se encuentra la zona de Las Caletas, un
área salpicada por viviendas, pinos y contados ejemplares de viejas
sabinas canarias. Desgraciadamente, el incendio forestal de 2009 acabó
con varias de ellas, sobre todo las que habitaban junto a la pista
forestal de Lomo Alto.
En
esta ocasión el lugar de culto y admiración forestal se localiza sobre
la coordenada 28º 30´ 9.30″ N y 17º 49´ 37.10″ W. Allí, a 590 metros
sobre el nivel de un cercano mar –apenas un kilómetro y medio en
proyección horizontal– se encuentra postrada la Sabina de la Hoya de la
Cruz. Junto a ella se hallan los restos derruidos de una casa que en su
día se construyera con materiales volcánicos.
Las limitaciones estacionales creadas por los vientos costeros han
modelado un árbol de poca talla, pero no así en anchura. Este atractivo
ejemplar consta de dos troncos principales, uno hacia arriba con escasa
altura y otro que se extiende ampliamente en paralelo con el inclinado
terreno.
Las características que más resaltan de esta singular sabina son, sin
duda, las formas caprichosas que trazan sus troncos y ramas, sus partes
planas, quiebros, entrelazadas y hasta bucles parecen el perfecto dibujo
resultante de la fusión del viento y la lava. Las ondulaciones del
suelo volcánico se confunden con los engrosamientos de la retorcida
madera. Algunas partes recuerdan a las grandes cornamentas de los alces.
Junto a su base, una maraña de gruesas y retorcidas raíces se
disponen de manera aérea, dejando entrever las finas fibras rojizas de
la corteza. Entre los huecos apreciamos numerosas semillas de tamaño
casi diminuto, lo que nos concede una idea tanto de la alta longevidad
como de la dureza estacional.
Su posición solitaria la habrá librado muchas veces de los voraces
incendios que suelen azotar los sures palmeros. En la actualidad,
especies invasoras como el circundante rabo de gato (Pennisetum setaceum) suponen una grave amenaza en caso de que el fuego se aproximara.
Antaño la sabina fue muy apreciada por su poder calorífico como leña.
Desconocemos, y a la vez agradecemos, que esta pieza viva del museo
libre de la biodiversidad canaria haya subsistido hasta nuestros días.
Pueden ser muchas las razones que evitaran su corta, quien sabe, quizás
fuera para ocultar del sol de la mañana a la vivienda o, por qué no, por
el antagonismo surgido entre el hacha y el respeto a su delicada beleza.
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