5/03/2020

Libros: Alegato por el árbol

FRANCIS HALLÉ
Alegato por el árbol

      Tan ajenos a nosotros, aun siendo tan familiares, comprenderlos, entender su extraña alteridad, es el objetivo último de este libro del botánico Francis Hallé, que ha dedicado su vida al estudio de los árboles en los trópicos. Al extenso conocimiento de su autor, se unen la vivacidad del verdadero contador de historias y la precisión y capacidad expresiva de un dibujante nato. La primera parte se dedica a diversas cuestiones de su biología y estructura: ¿De cuántas maneras se puede «ser árbol»? ¿Cómo se las arreglan para vivir tanto tiempo? ¿Por qué algunos parecen tener el tronco enrollado como un tirabuzón?… A continuación se presentan algunas especies, en retratos individuales que se pueden leer como narraciones independientes. Por último, Hallé dirige su mirada a la inveterada relación entre árboles y seres humanos: las interesantes prácticas de cultivo y mejora en los trópicos, un breve paseo por el mundo de la música y el de la influencia de la luna, para finalizar con un sugerente ensayo sobre lo que pudiéramos deber los humanos a los hábitos arborícolas de nuestros ancestros.
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4/30/2020

El "Bialbero de Casorzo", del narrador de historias

TOMÁS CASAL PITA
El "Bialbero de Casorzo"
     Entre las ciudades de Grana y Casorzo, en el Piemonte (Italia), podemos encontrar un árbol muy original. Bueno, a decir verdad son dos árboles, uno creciendo encima del otro, al estilo del pino-roble de Canicosa (Burgos), el que fue candidato por España a ser “Árbol Europeo del año 2016".
     Los locales lo conocen como “Bialbero de Casorzo” o “árbol doble de Casorzo”. Esta rareza natural tiene un pie de árbol una morera sobre la que crece un cerezo. Nadie sabe con exactitud cómo el cerezo logró echar raíces y sobrevivir en un lugar tan extraño. Probablemente algún pájaro fue el que depositó la semilla de una cereza encima de la morera, y que después creció y extendió sus raíces hasta alcanzar el suelo. Lo que resulta realmente inusual en el árbol doble de Casorzo es que los dos árboles tienen un tamaño realmente formidable, (hay que recordar que el tamaño estándar de un cerezo son aproximadamente unos 10 metros). Tales anomalías ocurren frecuentemente en la naturaleza, pero el huésped otro suele tener un tamaño pequeño y casi siempre es raquítico. En este caso, sin embargo, el cerezo es tan grande como su anfitrión o cualquier otro árbol normal.
     Ambos árboles unidos proyectan una vista impresionante, con sus ramas extendiéndose a cinco metros de diámetro. La vida de este árbol doble está siendo sorprendentemente larga y, aunque los locales dicen que el cerezo recibe todo los nutrientes a través de la morera, esto no puede ser verdad,  debe tener su propia raíz a través del tronco del anfitrión, es decir, no es un parásito, en todo caso sería un epífito ocasional.
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4/27/2020

Un cerezo de mil años


DE... JAPANIZATION
Takizakura, un cerezo de mil años, Japón
     A pesar de que los cerezos comienzan a perder sus pétalos en Tokio, el Hanami aún no está terminado en el Archipiélago. En el norte, solo comienza con timidez. Uno de los tres cerezos gigantes en Japón, el milenario cerezo "Takizakura" ubicado en la prefectura de Fukushima, está en plena floración. Un símbolo de dureza y renacimiento perpetuo para esta región muy afectada en 2011 por tres desastres ...
     Es el tesoro de la ciudad de Miharu que se llama "Miharu Takizakura" (三 春 滝 桜). Un nombre que significa "cerezo en cascada de Miharu" y que encuentra su significado completo cuando las decenas de miles de flores del árbol florecen entre finales de abril y principios de mayo. Aunque el árbol no es muy alto, tiene 12 metros de altura, toda su belleza proviene de su tronco, ¡una circunferencia de 9,5 metros! - que envía enormes ramas cargadas con decenas de miles de flores en todas las direcciones este abril. Por lo tanto, la envergadura del árbol excede en gran medida su altura con 22 metros en dirección este-oeste y 18 metros en dirección norte-sur.
     Inerente al respeto por la naturaleza de la religión sintoísta, los japoneses veneran este árbol y lo designan regularmente en las encuestas como su árbol favorito. Y cuando lo ves majestuosamente en flor, ¡puedes entender fácilmente por qué! El Takizakura es un cerezo llorón perteneciente al género "Prunus pendula", típico de Japón, que mide en promedio 4 metros de alto por 5 metros de ancho. Las medidas de Takizakura son, por lo tanto, excepcionales, como lo es su edad, estimada en más de 1000 años. También es el padre de muchos otros cerezos en los campos que rodean Miharu.
     El cerezo ha logrado cruzar diez siglos de historia sin sufrir los estragos del tiempo o los de la mano el hombre. Es a la nieve a quien este coloso teme especialmente. En enero de 2005, se produjeron fuertes nevadas, cuyo peso rompió varias de sus ramas. Los habitantes de Miharu se movilizaron para quitar la nieve y luego instalar vigas de soporte. Afortunadamente, tampoco el terrible terremoto que sacudió Fukushima el 11 de marzo de 2011 le caus daño alguno. Ha resistido la contaminación nuclear, en una región particularmente contaminada. Los japoneses lo ven como el símbolo del renacimiento de la región, un símbolo tan deseado por las autoridades (aunque no está exento de controversia).
     Su presencia en el pequeño pueblo agrícola de Miharu (al norte de Tohoku) lo convierte en la principal atracción y hay que decir que, es fuente importante de ingresos, más de 300,000 turistas van allí cada año para admirar el cerezo gigante. La visita durante la floración tiene un coste de 300 yenes (2,3 euros) y el dinero recaudado se utiliza para proteger el árbol y los lugares. Hay plataformas especialmente instaladas para tomar fotos grupales. En el lugar, los visitantes pueden comprar recuerdos y productos locales con sabor a sakura-cerezo (helados, té, pasteles).
     Desde 1922 Takizakura ha sido clasificado como un tesoro nacional, que lo designa como "una propiedad cultural importante de valor excepcional y de alcance universal que pertenece al patrimonio cultural tangible de la nación". En Japón las propiedades reconocidas como "tesoros nacionales" se benefician de fondos para su protección y conservación.
Este ejemplar se considera uno de los integrantes de la trinidad de grandes cerezos sakura de Japón, junto al Usuzumizakura de Gifu y al Jindaizakura de Yamanashi. Y entre los shidarezakura (Prunus pendula) del país, se jacta de ser el de mayor tamaño. Para llegar desde Tokio, se toma el JR Tohoku Shinkansen a Koriyama. Desde allí la línea JR Banetsu-to llega a la estación de Miharu, donde un autobús temporal en abril lleva a los curiosos al mítico cerezo. 
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Especie: Shidarezakura (Cerasus spachiana f. Spachiana), familia de las rosáceas, género Cerasus
Dirección: Aza-Sakurakubo 296, Ōaza-Taki, Miharu-machi, Tamura-gun, Fukushima-ken 963-7714
Perímetro del tronco: 7,9 m.
Altura: 19 m.
Edad: 1.000 años

 
Número 101
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4/24/2020

Guardamar y su lucha por sobrevivir

HÉCTOR FERNÁNDEZ
Guardamar pone fin al sueño del ingeniero Mira

     Las Asociación de Vecinos Guardamar Playa denuncian que la tala masiva de pinos provocará un sistema casi desértico al estilo de Almería en la zona regresando al sistema de duna móvil del siglo XIX que se trató de frenar con las casas de Babilonia y la frondosa pinada del municipio.
      
En el año 1900 comenzó la reforestación de la pinada de Guardamar a cargo del ingeniero Francisco Mira i Botella (inspector general de Montes) según una orden ministerial que pretendía recuperar la masa forestal talada intensivamente durante el siglo XVIII para la construcción de barcos de guerra. Un proceso que terminó con la desertización del paraje litoral llegando las dunas al interior del núcleo urbano y los cultivos del municipio. Como publicó el periodista Ismael Belda en este mismo diario, la repoblación «se abordó primeramente mediante una compacta empalizada de estacas que evitó el deslizamiento de la arena. Más tarde, fijaría un nuevo resguardo interior de especies vegetales, especialmente gramíneas de costa, aunque también piteras, palmeras datileras y eucaliptos. Para acabar sembrando, en una extensión de 846 hectáreas y en una franja marítima de 16 kilómetros, nada menos que 600.000 pimpollos de pino piñonero, marítimo y, sobre todo, carrasco».
Las dunas y el municipio antes de la reforestación del ingeniero Mira
       El pasado mes de marzo el Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana firmaban el acta de defunción de esta pinada con la presentación de la «restauración de hábitats en los LIC Dunas de Guardamar y Salinas de Santa Pola». Un proyecto de cerca de 1,3 millones de euros financiados con fondos FEDER europeos para «recuperar la biodiversidad» de un «pinar degradado».
     Un técnico de la Conselleria, Vicente del Toro, presentó un estudio sanitario según el cual el 27% de los pinos plantados por Mira están muertos o son irrecuperables, un 51% tiene síntomas de un declive importante y sólo el 22% está sano. Además, aseguró que debajo del pinar no crecen arbustos, algo que es frecuente en las reforestaciones intensivas, pero sí se han detectado hasta 33 especies de flora exótica invasiva.
     La conclusión del estudio es que el proceso del declive de la pinada es irreversible y que el objetivo es «enlentecerlo»
con la tala de los árboles muertos y muchos de los afectados, y la plantación de arbustos que puedan crecer en entornos de aridez mejor que los pinos. Y es que para la Conselleria un pino carrasco necesita como mínimo 250 litros anuales de agua para sobrevivir y el año pasado tan sólo se llegó a 247 litros y otros años incluso sólo a 70 o 80 litros. De este modo se talaran los árboles interior. Se mantendrán y replantarán 3.800 ejemplares de pinos en un radio de 50 metros alrededor de los viales. Por contra, se plantarán 12.500 arbustos de cinco especies diferentes en los claros que queden y una nueva conífera, el araar, en el entorno de los yacimientos arqueológicos.
     Para la Asociación de Vecinos Guardamar Playa que llevan dos décadas sufriendo los continuos ataques del mar y las administraciones a sus casas de la playa Babilonia, se trata del «inicio del fin de la pinada de Guardamar». Su secretario, Manuel López, afirma que «se pretende volver al sistema de duna móvil del siglo XIX que puso en peligro la existencia del pueblo de Guardamar» y que fue frenado por la actuación del ingeniero Mira. Es más, recuerda que «el decaimiento de la pinada según la Generalitat se inicia en los años 90, coincidiendo con la fecha de mayor avance del mar tras la construcción del espigón». Todo forma parte de un mismo proceso, el cambio de vientos y mareas del espigón construido sin estudio de impacto ambiental, que amenaza a sus casas de concesión pública, que han podido salvarse del último temporal por las medidas cautelares impuestas por un juzgado que les permitieron protegerlas.
     Los vecinos no entienden que se prefiera un sistema cuasi desértico al estilo de el de Almería a la pinada actual, que podía mantenerse con riego. De hecho consideran que es fruto del desconocimiento de la historia de la zona que no ha tenido en cuenta que el sistema de arenas también es consecuencia de la deforestación humana siglos atrás, artificial por tanto, ya que en origen, hubo vegetación y sistema arbóreo.
     El declive se produce en parte por el «aerosol» marino, como reconoce ahora la Conselleria, que saliniza las copas de los árboles, y por la salinización del propio suelo ante la llegada del mar hasta las casas, algo de lo que solo se puede proteger el LIC con las edificaciones de Babilonia. «Al final todo se reduce a una falta de coordinación de entre administraciones», señala López, quien confía en que se prorrogará la concesión en breve.
Aspecto que tendrán las dunas después de la intervención
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Incando estacas en la playa para parar la arena, 1901
Guardamar, 1903
Guardamar, 1913
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