11/30/2014

FITRUF - Feria monográfica de la Trufa 
SARRIÓN - Teruel

Programa

En 2001, se celebró la I Edición de Feria Monográfica de la Trufa, FITRUF. Se celebró los días 7, 8, y 9 de Diciembre en la localidad turolense de Sarrión y fue organizada por el Ayuntamiento de Sarrión, con la colaboración de otras administraciones públicas, entidades financieras y asociaciones del sector.
La organización de una Feria monográfica sobre la trufa en Sarrión no responde a un hecho arbitrario, sino que se debe a que esta localidad, ubicada en la Sierra de Javalambre, reúne, al decir de los expertos, una de las mejores condiciones de Europa para el cultivo de este preciado hongo.
Nace, pues, FITRUF, como una feria profesional, sectorial y monográfica, destinada fundamentalmente a profesionales del sector. Cabe destacar que, de forma paralela a la Feria, todos los años se organiza un ciclo de conferencias, destinadas exclusivamente a profesionales del sector, que edición tras edición gozan de gran aceptación entre los asistentes, tanto por la calidad de las charlas como por la preparación de los ponentes.
No obstante, se permite y se promociona la asistencia de público en general, con el objetivo de aumentar el conocimiento acerca de este exquisito producto, formas de conservación y utilización. Con ese motivo se organizan cursos de cocina, concursos de cocina trufada, concurso de búsqueda de trufa con perros, etc.
Desde esa primera edición, se ha conseguido un alto índice de participación, atrayendo a un importante número de expositores y una gran asistencia de público.
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11/28/2014

"LAS RAÍCES DEL MAÑANA"
Vitoria-Gasteiz quiere acabar de unir su anillo verde de 250.000 árboles en el invierno de 2015-16

El Ayuntamiento de Vitoria (Araba/Álava) pretende que el invierno del próximo año pueda concluir la campaña que inició en 2012 "Las raíces del mañana" con el que quiere unir el anillo verde que rodea la ciudad con la plantación de 250.000 árboles y arbustos en el Anillo Verde con el apoyo e implicación de la ciudadanía, empresas, profesionales y todo tipo de entidades ciudadanas.
El sábado pasado, día 22, se abrió otra etapa con la plantación de 400 árboles a cargo de trabajadores de la empresa Gerdau. Al igual que ocurrió el año pasado, Gerdau, ha contribuido con una aportación de 4.500 euros y más de 75 trabajadores, familiares y amigos participaron en la plantación de otros 400 árboles. La plantación tuvo lugar en una parcela situada junto al pueblo de Elorriaga en la orilla del río Errekaleor donde los voluntarios plantaron los ejemplares de árboles y arbustos propios de un robledal y que responden a las especificidades biológicas marcadas por la Unidad de Anillo Verde y Biodiversidad del departamento municipal de Medio Ambiente para esta zona.
Imagen de una plantación de una edición anterior


250.000 árboles en el invierno de 2015-2016

¿Cómo participar?
Para ello el Ayuntamiento facilita la participación en este proyecto a todo tipo de personas y entidades interesadas para lo cual se ofrecen diferentes alternativas:
Plantaciones colectivas programadas: plantaciones abiertas dirigidas a la ciudadanía en general y a cualquier colectivo interesado. Las fechas son los días 29 de noviembre, 21 de diciembre, 25 de enero y 15 de marzo.
Plantaciones a la carta: para colectivos, empresas, familias, grupos de amigos/as se ofrece la posibilidad de organizar su propia plantación siempre que se asuma que se van a plantar un mínimo de 100 árboles.
Cada árbol cuenta: Si quieres participar y no puedes unirte a las plantaciones programadas ni a la opción de plantaciones a la carta, contacta con el CEA y te ofreceremos la posibilidad de unirte a alguna de las plantaciones programadas.
El día 29 de noviembre, sábado, se organizará una plantación popular organizada en colaboración con Cruz Roja de Álava en la zona de Salburua próxima al pueblo de Elorriaga. Inscripción: http://www.cruzrojaaraba.com/raices/
Por otra parte el día 21 de diciembre, domingo, se organizará una gran plantación ciudadana para la cual será posible inscribirse en la web municipal.
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11/26/2014

PEDRO CÁCERES - Navaleno (Soria)
"Donde el monte no arde"
Rescatamos un notable artículo de la revista "Natura" de El Mundo del año 2007
¿No deberíamos trabajar por el bosque TODO EL AÑO?

La comarca de Pinares Soria-Burgos, un ejemplo de buena gestión forestal desde hace más de un siglo, obtiene la denominación de Bosque Modelo, una etiqueta internacional que certifica la sostenibilidad de la explotación de la madera.
      Las administraciones públicas españolas se gastaron el año pasado -2006- en prevención y extinción de incendios 721 millones de euros. Sin embargo, esta inversión no evitó que ardieran 150.000 hectáreas de terreno forestal, superficie equivalente casi a la provincia de Guipúzcoa. En la Península Ibérica hay fuego cada verano por todos lados. Menos en uno. Porque en esa negra España de las llamas hay un rincón en el que los incendios suenan a cosa lejana. Tan lejana como que el último gran siniestro data del siglo XIX. Es la comarca de Pinares Soria-Burgos, cuyos montes cubiertos en su mayoría por pino silvestre -Pinus sylvestris- forman la mayor masa continua arbolada de España.
      Para averiguar cómo es posible que el mayor bosque del país no arda resulta interesante recorrerlo y descubrir que se trata de un lugar que ha convertido la madera en su principal medio de vida.
       En la comarca de Pinares Soria-Burgos, el 41% de la población activa se dedica al sector de la madera. Unos 4.000 trabajadores faenan para 700 empresas. Y la actividad ha permitido que sea una de las pocas áreas rurales del interior peninsular que no perdió población en el siglo XX. La implicación de los habitantes con el monte, del que obtienen beneficios, y las políticas de ordenación forestal y gestión del territorio son la clave del éxito.
      La visita podría empezar por Navaleno (Soria), un pueblo de 1.000 habitantes donde el paro es casi desconocido y que acoge a varias empresas dedicadas a la transformación de la madera y las setas. Junto a Navaleno se encuentra el monte de Pinar Grande, que cumple un siglo desde que fue sometido a ordenación forestal por primera vez. Lo que significa que, desde 1907, se sabe cuántos árboles hay, qué tamaño tienen, cuáles se van a cortar... y cuándo.
     El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Soria, José Antonio Lucas, lo tiene claro: «En esta comarca, los montes que mejor se conservan son los que más se han cortado». Su frase sonará subversiva a quienes tengan la idea de que la naturaleza debe permanecer siempre intocada. Pero resulta convincente cuando se observa el imponente aspecto de bosque maduro que tiene Pinar Grande. Nada hace pensar que lleva produciendo madera desde siempre. Sin embargo, el 15% de todas la talas de Castilla y León salen de esta comarca. Pese a lo cual los árboles no dejan de aumentar.
     Una de las claves de la buena conservación de los montes es que los habitantes son beneficiarios directos. Como explica la alcaldesa de Covaleda, Concepción Martínez: «La propiedad es de los ayuntamientos. Los gestiona la Junta de Castilla y León, porque son montes de utilidad pública, pero el derecho de explotarlos es de los vecinos». De modo que, desde hace siglos, «debido a privilegios de poblamiento concedidos por los reyes desde el siglo XIII», cada persona nacida y residente en un pueblo pinariego tiene derecho a su «suerte de pinos». Realizada la tala anual, se reparten los ingresos. Según la alcaldesa, «pueden ser ahora unos 600 euros por persona, pero en los años 40 suponía mucho más y la gente vivía sólo de la madera de un año».
    María Pascual, una joven consultora natural de Navaleno, piensa que «el respeto al monte se inculca en la comarca desde la infancia. Es nuestro patrimonio, y lo cuidamos. Si alguien hiciera algo malo en él los vecinos se le echarían encima». «Hay una relación directa, por la cercanía física al bosque, por los ingresos que genera y por el resto de servicios, como los turísticos, que produce. El monte forma parte de nuestra forma de ser», concluye María Pascual.
     Dada la productividad y los valores emocionales ligados al monte, parece normal que todos lo cuiden. Sin embargo, el interés común no lo explica todo. En Galicia, donde el año pasado se calcinaron 90.000 hectáreas, la mayoría de los terrenos forestales son comunales, pero arden. Hay algún otro secreto. Y José Antonio Lucas lo tiene claro: «La situación idílica de nuestros días se debe a la gestión. Antes no era así. En 1868 ardieron 7.200 hectáreas de monte en la comarca. Pero no ha vuelto a ocurrir. ¿Por qué? Fue cuando vino la ordenación de montes para compatibilizar los usos, entre ellos el de los ganaderos, que querían pastos y no árboles. Ahora hay una rotación de espacio y de tiempo que evita los conflictos de intereses. Cada uno tiene su aprovechamiento».
     Lucas explica el modo de proceder en un monte ordenado. «El terreno se divide en secciones, que cuentan con media docena de cuarteles, que se dividen a su vez en otros tantos tramos y estos en rodales». El rodal, que es la unidad última de medida, tiene unas 30 ó 40 hectáreas. En Pinar Grande el turno de corta de cada tramo es de 100 años, lo que significa que la parte que se explota hoy fue seleccionada para ello hace un siglo. Y cerca está el área que la sustituirá, de edad similar.
Lactarius deliciosus
     De esta forma, siempre hay un abanico de paisajes, desde el área recién cortada al bosque maduro, pasando por distintas etapas de sucesión del bosque. También está regulada la explotación de la caza y estudiada la producción de las setas. Según Lucas, «los montes de 20-40 años son buenos para el níscalo ('Lactarius deliciosus') y los migueles ('Boletus edulis') crecen más en pinares de 60 a 80 años».
Boletus edulis
        Todo parece medido, pero no se hace por sí solo. Cada etapa exige trabajos y algunos de ellos no son rentables por sí mismos. Tras la tala, puede brotar un denso pinar de 4.000 pies por hectárea. Sucesivas tareas de corta y clareo reducen los ejemplares y eliminan los árboles enfermos hasta dejar 350 por hectárea. La calidad lo agradece. Ésta es la única zona de España con una marca o denominación de origen de madera, llamada Pino Soria-Burgos.
Myrica gale
      Los valores biológicos no se olvidan. Javier María García, jefe de la Unidad de Ordenación y Mejora del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos, explica que las áreas donde crecen especies singulares como la 'Myrica gale', una pequeña planta de las turberas, se protegen especialmente. Tampoco se cortan los «cuarteles de cumbre» y se potencia el crecimiento de otras especies como robles o hayas. Además, añade Lucas, en cada sección hay un cuartel que nunca se corta, «como espacio de recreo y de valor paisajístico».
     En el Aula Divulgativa del Bosque El Amogable, junto a Navaleno, José Antonio Lucas ha puesto en marcha un centro interpretativo de estas cuestiones. Pero es también un espacio de capacitación forestal y un centro de vigilancia ante el fuego que funciona de forma continua.
     Mariano Torre Antón, director general de Medio Ambiente, explica que la Junta de Castilla y León ha logrado un acuerdo para que las cuadrillas antiincendios pasen «del régimen agrario al régimen general», con lo que ahora cobran más y trabajan todo el año y no sólo en verano, como ocurre en muchos lugares de España. De este modo, en El Amogable «tienen dos equipos de trabajo, el de corta y el de extinción», y dedican gran parte del año a las tareas de prevención y limpieza.
      En la tierra de Pinares, el interés común -y el sentido común- lleva décadas haciendo realidad el mito del desarrollo sostenible. Sus montes, que ya contaban con el sello PEFC, un certificado internacional de buena gestión, están integrados desde el pasado 25 de abril en la Red de Bosques Modelo, una categoría nacida de la Cumbre de Río 92 en la que sólo están otros 42 lugares del globo.
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11/24/2014


ÁRBOLES CON MÁS BIOMASA

Gracias a la biotecnología, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han logrado aumentar la producción en especies leñosas, lo que tiene un gran interés para el mercado energético.
    Mediante la modificación de la expresión de genes responsables del desarrollo de ramas en el primer año de vida de las especies leñosas, investigadores del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP UPM-INIA), centro mixto de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), han demostrado que es posible aumentar la producción de biomasa de una plantación forestal, todo ello sin alterar las características de crecimiento ni la composición o anatomía de la madera. Estos resultados tienen un alto valor comercial para el mercado bioenergético y ya han sido protegidos mediante patente.

Plantación de chopos / Antonio Gil
    Las yemas laterales de la mayoría de las especies leñosas de zonas templadas y frías no brotan durante la temporada en la que se forman. Estas yemas, denominadas prolépticas, permanecen latentes y no crecen hasta la primavera siguiente.
Sin embargo, en el álamo y algunas otras especies de salicáceas, así como en muchas especies tropicales, algunas yemas laterales brotan silépticamente, es decir, crecen durante la misma temporada en la que se forman.
    De esta manera, la ramificación siléptica es capaz de aumentar el número de ramas, el área foliar y en general el crecimiento del árbol, en especial en sus primeros años.
    Con esta base, investigadores de la UPM han utilizado un procedimiento biotecnológico para modificar los niveles de expresión del gen RAV1 (Related to ABI3 and Viviparous 1) que incrementa el desarrollo de ramas silépticas en especies leñosas. Así, los investigadores han conseguido aumentar la producción de biomasa de una plantación de chopo.
Este procedimiento de modificación genética, es potencialmente aplicable a cualquier especie leñosa y por tanto permite aprovechar las características adaptativas de dicha especie a un determinado hábitat.
    Estos resultados tienen un gran interés para el mercado energético. En la medida en que se aseguren rendimientos de producción sostenibles de biomasa de especies leñosas, que no afecta a la demanda de alimentos, podrán mitigarse los efectos del calentamiento global así como mejorar la seguridad energética
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